Favio Orsi y Sergio Gómez
Platense, 2024-2025
Acá en Argentina la dupla de entrenadores más conocida es la de Óscar López y Óscar Cavallero, que estuvieron juntos 30 años. Pero somos conscientes de que no es nada habitual que dos entrenadores dirijan un equipo al mismo nivel. Es decir, no hay un primero ni un segundo. Aunque menos habitual es que Platense gane la liga.
Para comprender la magnitud del logro con Platense en el Torneo Apertura 2025 más allá de Argentina, es como cuando el Leicester City de Claudio Ranieri ganó la Premier League en Inglaterra o el Deportivo de la Coruña LaLiga en España. Digamos entonces que es algo que ocurre cada mucho tiempo. En Platense, concretamente 120 años, los que tiene el club. Nunca antes el club había ganado un título de liga en Argentina.
Por eso se disfrutó tanto. Porque los clubes como Platense viven los momentos de otra manera. No sabés si se van a repetir. Los grandes ganan todo el tiempo, juegan copas internacionales y tienen más chances. Nosotros no.
Fue como vivir un sueño. ¿Viste cuando uno dice que hay que visualizar el momento, imaginarlo antes de que suceda? En nuestro caso eso no pasó hasta el pitido final del partido contra Huracán. Ahí no sabíamos qué hacer, para dónde correr o a quién abrazarnos. Cada uno de nosotros con su historia encima, pero muy unida a nuestros papás. Lograr algo que nunca se había logrado también fue un homenaje para nuestros papás.

Desde lo deportivo, solo hay una palabra para definirlo: épico. Si fuera una serie de televisión, no le sacaríamos ningún capítulo, porque pasó de todo. Durante el campeonato perdimos un clásico en el último minuto, ganamos otro igual... Y en la serie final por el título nos tocó jugar siempre fuera de casa. En octavos de final, de visitante ante Racing, ganamos 1-0. River Plate en el Monumental en la ronda de cuartos, con victoria en los penaltis 4-2 tras empatar 1-1. Por último, en semifinales, San Lorenzo, con 1-0 en el Bidegain.
La final fue contra Huracán, en el Estadio Único Madre de Ciudades, justo la cancha donde Platense había perdido otra final —la Copa de la Liga Profesional— dos años antes. La responsabilidad era enorme y la forma en que se logró, como dijimos, soñada.
"Para comprender la magnitud del logro con Platense en el Apertura 2025 más allá de Argentina, es como cuando el Leicester City de Claudio Ranieri ganó la Premier League"
“Entonces, y después de vivir todo eso, ¿por qué tomaron la decisión de no seguir en Platense?”. Esa es la pregunta que más nos han hecho en los últimos meses. Pero se trata de una única respuesta. Salir fue una decisión que tiene que ver con el desgaste que veníamos sufriendo en el día a día.
Estuvimos 16 meses en Platense y, aunque siempre trabajamos con respeto por y para el club, el desgaste era real. También muchas cuestiones con los de arriba no las compartíamos. Entre varias de esas cuestiones, se nos ofreció una renovación de contrato que se demoró hasta no darse nunca.

A vista de todo eso, en los últimos dos meses del torneo decidimos concentrarnos solo en lo futbolístico. Como dupla, siempre nos unimos por lo que queremos lograr. Dejamos de lado todo los demás para trabajar en conjunto y enfocados en lo que queremos conseguir. Con Platense no fue la excepción: pusimos al equipo por encima de todo y de todos.
Una vez logrado el título y después de celebrarlo mucho con jugadores, familia y amigos, como no puede ser de otro modo, nos reunimos con el presidente. Y ahí planteamos lo que veníamos diciendo desde hacía tiempo. Todos esos problemas del día a día.
"Somos dupla adentro y afuera de la cancha. También se lo transmitimos así a los jugadores"
Sin embargo, el club tenía otra mirada distinta a la nuestra. “Está bien, es el momento justo para irnos”, dijimos. Cuando uno exige a los jugadores, tiene que dar el ejemplo. Y para exigir, debes tener un horizonte. El nuestro fue lograr lo que nunca nadie había logrado con Platense: salir campeón. Y eso nos empujaba. Aguantamos un montón de situaciones difíciles, y una vez cumplido el objetivo, sentimos que era el final.
Cerrar el ciclo en el club.

Lo decidimos entre los dos. Conscientes también de que mucha gente que nos rodea no iba a entenderlo, porque no es fácil salir de un equipo cuando estás arriba y tenés algo seguro en un mundo tan complejo como el de los entrenadores. Pero nosotros lo hicimos convencidos. Hasta yéndonos estábamos seguros de que podíamos dejar algo bueno para el club.
Nosotros siempre pensamos así, desde el 2011. Ahí fue cuando nos encontramos para iniciar este camino juntos. En ese momento, los dos estábamos en escenarios distintos. Uno (Favio) como entrenador al frente de un equipo chiquito, muy amateur; y el otro (Sergio) en Club Atlético Fénix como ayudante de campo en sus últimos momentos como jugador. Ahí empezamos a trabajar y, con el tiempo, los que manejaban el fútbol del Fénix empezaron a vernos como dupla.
"Debes tener un horizonte. El nuestro fue lograr lo que nunca nadie había logrado con Platense: salir campeón"
Desde ese día hubo respeto y coordinación. Y lo más importante: una misma línea. No hay contradicciones en público entre nosotros. Nos llevamos bien. Compartimos una pasión por lo que hacemos, por enseñar y por formar. Eso facilita todo. Además, siempre nos unimos en un punto: lo mejor para el equipo. Eso nos define.
Somos dupla adentro y afuera de la cancha. También se lo transmitimos así a los jugadores: “Si hay dos entrenadores y no hay egos, se puede trabajar bien. Hay que correr el ego de lado, unirse y cumplir objetivos. Porque esto es así: resultados, puntos y títulos”.

Ante los que mandan, también siempre estamos los dos. A todas las reuniones, vamos los dos. Y si el presidente habla con uno, por cualquier motivo, es como hablar con el otro. Nunca hubo celos por quién da más notas o aparece más. Esto no lo hemos contado antes. Una vez nos ofrecieron ir separados a un club. Estábamos trabajando y nos preguntaron si podía ir solo uno. Lo tomamos con gracia. Dijimos que no, obvio. Porque ya saben cómo somos. Somos dos con cabezas distintas, pero muy parecidas.
"Desde lo deportivo, solo hay una palabra para definirlo: épico. Si fuera una serie de televisión, no le sacaríamos ningún capítulo, porque pasó de todo"
Eso nos ha permitido atravesar muchas cosas juntos. No solo lo futbolístico. También lo que pasa afuera, en ocasiones situaciones que ni podés llegar a imaginar. En Club Social y Deportivo Flandria, cuando arrancamos el 4 de agosto de 2015, a los dos días se inundó todo. El río que atraviesa el pueblo desbordó como nunca —si buscás fotos, vas a ver la cancha inundada hasta los arcos—. Fue terrible. No podíamos entrenar.
Resulta que, al otro lado de la autopista, había un parque que pertenecía a un colegio. Nos lo prestaron. Era un lugar para campamentos de los colegios. Entrenábamos ahí, en el barro, con el agua hasta los tobillos. La cancha era chica, sin arcos. Pusimos dos palos de un lado y dos del otro para las porterías. Y atrás del arco, había una gruta con una Virgen.

Flandria estaba en la B Metropolitana, peleando el descenso. Venía de muchos partidos sin ganar. Y nosotros les hablábamos a los jugadores de ir para adelante, de atacar el arco rival. Y fue así.
El profe Walter Zunino, que trabaja con nosotros hace diez años, nos dijo: “Escuchen chicos. Le están hablando a los jugadores de atacar el arco, ¡pero no tenemos ni arco!”. Nos reímos todos. “No le peguen muy alto para no lastimar a la Virgen”, dijimos a los jugadores. De ese barro salió un equipo que, al año siguiente, logró el ascenso a la B Nacional.
"Estábamos trabajando y nos preguntaron si podía ir solo uno. Lo tomamos con gracia. Dijimos que no, obvio"
En Flandria, y en cada club, dejamos nuestra marca. Almagro, San Martín de Tucumán, Ferro, Godoy Cruz y Platense. Siempre con la misma idea. Somos un cuerpo técnico pragmático. ¿Y a qué nos referimos con lo de ‘pragmático’? Bueno, para nosotros es sencillo: no tenemos un estilo cerrado. Nos adaptamos al contexto, al club y su urgencia. Lo importante es que el equipo tenga identidad. Que el hincha se sienta representado. Que pague una entrada y diga: “Sí, esto me representa”.
También nos tocó dirigir equipos con presupuestos bajos, altos y con objetivos distintos: ascender, evitar el descenso o salir campeón. Cada uno de los objetivos en escalones diferentes.

En todos los clubes de primera que dirigimos, donde la competencia es máxima y los tiempos urgentes, el objetivo era salvarse. Y lo hicimos. Pero siempre buscamos algo más. Una copa, llegar a la fase final del campeonato o pelear hasta el final por estar lo más arriba posible. Porque una cosa lleva a la otra. Con poco o mucho, siempre tratamos de ir por más.
Pero también nos quedamos cerca muchas veces. En San Martín de Tucumán hicimos el 70% de los puntos. Vino la pandemia y no ascendimos. En Ferro pasó igual. Y ahí sentimos que ya habíamos hecho todo en la B. Entonces fuimos a Primera, a Godoy Cruz. El equipo estaba en descenso directo. Lo salvamos y casi lo metemos en la Copa Sudamericana. Faltaron dos puntos para conseguirlo.
"Ahora esperamos con tranquilidad el siguiente paso. Lo tomamos con paciencia, porque sabemos que estamos preparados para lo que venga"
Después, la historia en Atlético Tucumán fue la misma: lo dejamos en la primera y nos quedamos afuera de la copa por diferencia de gol. En Platense, más de lo mismo. Lo salvamos del descenso y nos faltó un punto para la clasificación a un campeonato internacional.
Tres años seguidos nos pasó lo mismo. Doloroso, pero no nos tumbó.

En 2025 fuimos por todo. Por lo que nunca se había logrado: un título. Esa insistencia, esa perseverancia, tuvo premio. A veces pensás: “Si hubiéramos clasificado para la Sudamericana, quizás no salíamos campeones”. Porque el club no estaba preparado para competir en dos frentes. No hubiese sido posible concentrarse en el torneo como lo hicimos.
Pero, una vez más, una cosa lleva a la otra.
Ahora esperamos con tranquilidad el siguiente paso. Lo tomamos con paciencia, porque sabemos que estamos preparados para lo que venga. No importa la magnitud del reto. No se trata de soberbia por nuestra parte, ni mucho menos. Se trata de convicción: somos un cuerpo técnico formado, sólido, con años de laburo (trabajo) y con gente idónea en cada área.
Pero tiene que ser algo que nos movilice y que nos ilusione. Porque esto se trata de eso: cumplir sueños y tener un horizonte claro. Y, por supuesto, seguir transmitiendo juntos esta pasión que llevamos.

Favio Orsi y Sergio Gómez