LUIS SUÁREZ
Inter Miami, 2024-Actualidad
El Perfil:
Luis Suárez volvió a Nacional, club de donde salió en 2006 para iniciar una espectacular carrera en Europa. Jugó en grandes equipos como el Liverpool, Ajax, FC Barcelona y Atlético de Madrid. En todos esos clubes sobresalió para convertirse en uno de los mejores atacantes del mundo: 111 goles con el Ajax; 82 con el Liverpool; 194 con el Barcelona y 38 con el Atlético de Madrid.
Al margen de los goles, Suárez también logró un amplio palmarés donde destaca, entre muchos títulos, la Liga de Campeones con el Barcelona en la 2014/2015, cuatro Ligas con el club azulgrana o también el título doméstico con el Atlético de Madrid en la temporada 2020/21.
Tras esa escala que se saldó con 16 partidos, 8 goles, 3 asistencias y un Campeonato nacional, partió el 31 de diciembre de 2022 a Gremio, donde jugó 54 partidos y anotó 29 goles antes de firmar un año más tarde con el Inter de Miami, donde coincidiría nuevamente con Lionel Messi y sería dirigido por Gerardo Martino.
Análisis táctico:
Son conocidas las principales virtudes ofensivas de Luis Suárez, pero en sus dos últimas temporadas en el Atlético de Madrid mostró un proceso evolutivo en su juego en relación con su apartado físico, mermado por las lesiones.
Si en su etapa en el Liverpool o el Barcelona era un atacante más versátil, sintiéndose cómodo como único "9", segundo delantero o en una ofensiva de tres unidades; en el Atlético de Madrid fue un delantero más posicional. Jugó casi siempre cerca del área rival y con menos salida por fuera o a zonas centrales para combinar con sus compañeros.
Lo que no varió es su capacidad para el remate. Es un impresionante finalizador, en gran parte por la variedad de disparos que tiene. También es efectivo ya sea recibiendo el balón al pie; corriendo al espacio –menos en el Atlético, como hemos mencionado–; atacando los centros al área; llegando desde segunda línea para rematar o asociándose cerca del área rival.
En los momentos que optaba por descolgarse a banda, en el perfil izquierdo, es probable que opte por el disparo con la derecha –su pie dominante-, buscando el palo más alejado o el más cercano, generalmente con un remate entre las piernas de los defensores para complicar la acción del portero.
Mientras, en la banda derecha buscaba la incursión por dentro desafiando a su rival, aunque, en lugar de intentar superarlo en el uno contra uno, ataca su espalda para llegar a cualquier envío dentro del área.
Su anticipación era otra de sus grandes cualidades, mostrándose siempre listo para cazar cualquier rebote o ganar la segunda jugada, convirtiéndose en un efectivo depredador dentro del área. Si no es el objetivo principal en la acción ofensiva, Luis Suárez se deslizaba hacia la zona donde haya más espacio para perseguir la segunda jugada. En las ocasiones en que recibía de espaldas a la portería, utilizaba su cuerpo para proteger el balón, buscando a continuación la asociación con su compañero o creando una oportunidad de manera individual.
Esa variedad también se extrapolaba al juego de construcción del equipo desde atrás. En esos momentos se le podía ver regularmente adoptando una posición de fuera de juego (arriba) para impedir que su oponente le vea a él y al balón, y luego moviéndose en el último segundo hacia el esférico para combinar, recibiendo así en ventaja ante su marcador. Desde ahí podía buscar a un compañero que avanzaba por la banda o buscar la carrera entre los defensores y en dirección contraria al balón.
En el Liverpool y el Barcelona, su amenaza atacando el espacio quedó tan demostrada como su creatividad. Luis Suárez buscaba participar en la acción cuando el balón estaba en la banda. Esto para recibir pases diagonales u horizontales a sus pies y luego habilitar a un compañero a la espalda de la defensa contraria.
También en ambos equipos jugó con un alto acierto de espaldas a la portería. Podía asociarse con inteligencia con otros compañeros, como Lionel Messi y Neymar en su mejor etapa en el club azulgrana.
También ha variado en Luis Suárez su energía e intensidad en la presión sobre el rival. En el Liverpool y Barcelona, si estaba cerca del poseedor del balón, mostraba una gran intensidad en su persecución. Mientras que si se mantenía alejado del balón, buscaba posicionarse en espacios para cerrar la línea de pase del rival.
En el Atlético de Madrid, Diego Pablo Simeone gestionó sus esfuerzos para tener menor desgaste físico en la presión. Suárez seguía siendo el primer jugador en la presión, aunque sin tanta agresividad o con tanto recorrido como sí tenía en sus anteriores equipos.
En un ataque de tres:
En el Barcelona fue la principal referencia ofensiva del equipo en su clásico 4-3-3. Durante la fase de posesión, el uruguayo priorizó atacar el espacio y estirar verticalmente las estructuras defensivas de los rivales. De esta forma aumentaba los espacios entre líneas aprovechados por Messi y otros jugadores en el ataque.
Fue en el Barça, donde formó con Messi y Neymar un extraordinario tridente ofensivo. Allí, el juego de Luis Suárez evolucionó hasta convertirse en un delantero completo capaz de adoptar diferentes posiciones y encontrar el gol por diferentes vías. Hasta su salida del club azulgrana, su entendimiento con Messi, en particular, condujo a numerosos goles y asistencias para ambos.
Esa relación propició que se combinaran (arriba) a menudo con otro jugador de equipo, para avanzar más allá de las defensas contrarias. Luis Suárez estaba constantemente atento a la posición de sus compañeros cerca del área rival, incluso cuando estaban bajo presión. Esta capacidad para leer el juego contribuía a generar opciones de gol. Su buen juicio le ayudaba a saber qué carreras efectuar y cómo debían ser los pases.
En tareas defensivas, era igualmente influyente en la primera línea de presión del Barça. Allí a menudo hacía esfuerzos de alta intensidad hacia el defensa central portador del balón. Bajo un rol más solidario, incluso a veces aceptaba parte del trabajo defensivo de Messi para que la energía del argentino se preservara para cuando tuvieran el balón.
En el Atlético de Madrid también jugó en ocasiones en un ataque de tres. Allí era compañado por extremos veloces y verticales en banda (Yannick Carrasco, Ángel Correa o Joao Félix). Aquí, sus mecanismos de asociación eran distintos a los mostrados en el Barcelona. Optaba más por posicionarse cerca del área para buscar la finalización o el pase final sobre uno de los extremos en los últimos metros (abajo).
En su primera temporada como rojiblanco, 2020/2021, Simeone adaptó algunos principios del equipo para facilitar el juego del delantero uruguayo. Entonces jugó con las líneas más arriba y menos distancia entre ellas. Eso derivó en 21 goles en 30 partidos como titular. Cifras claves para la conquista de la Liga por los rojiblancos.
En un ataque de dos:
Se modifica la estructura ofensiva, pero no sus funciones. Luis Suárez es el principal finalizador, acompañado por un jugador con más movilidad en la dupla ofensiva. Un acompañante que también le facilita no recorrer tantos metros para llegar hasta el área rival. Es este segundo delantero el que actúa como conector entre el mediocampo y el ataque.
Bajo ese contexto, el delantero uruguayo fue muy efectivo en sus remates al primer toque en Atlético de Madrid, siempre en los últimos metros o dentro del área rival (abajo).
En la selección de Uruguay también ha formado generalmente bajo una delantera con dos unidades. Lo ha hecho junto a Edison Cavani, figura con más esfuerzo físico en la presión y movilidad para generar espacios. Recientemente también con Darwin Nuñez; jugador del Liverpool también con mucha movilidad y trabajo.
Independientemente del equipo y acompañante, el jugador de Nacional destaca por su sintonía con su compañero en la ofensiva. Sabe compenetrarse para interpretar y atacar los espacios generados o las asistencias. Pero Suárez también tiene una labor colaborativa con el segundo delantero. Arrastra la marca de los centrales rivales a zonas exteriores para abrirle espacios en ataque; también a los compañeros que llegan desde segunda línea.
Tras su etapa europea, Luis Suárez ha tenido aun más influencia, si cabe, sobre el equipo y sus compañeros por toda su experiencia acumulada. El uruguayo es la referencia ofensiva y líder de equipos en condiciones muy distintas a las de hace veinte años, pero con la misma voracidad de siempre.
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Redacción: The Coaches' Voice