matias almeyda
AEK Atenas, 2022-Presente
Empecé con nada. No tenía la titulación, ni un entrenamiento programado y tampoco un cuerpo técnico. Así que puedo decir que mi comienzo como entrenador ha sido muy diferente al del resto de compañeros.
La historia de todo eso tiene su origen en 2009. Aún como jugador.
Fui a River Plate con 35 años y después de haber dejado el fútbol profesional cuatro años antes. Lo hice así sencillamente porque me cansé del fútbol, de los entrenamientos y de las concentraciones.
Pero ese año, y después de un tiempo jugando en el Club Fénix de Pilar, un modesto club de la cuarta argentina, decidí volver a River para terminar mi etapa como jugador en el club donde había vivido, donde trabajé y donde me formé como futbolista y como persona.
Era mi deseo terminar ahí.
Dos años más tarde, en junio de 2011, llegamos a un duelo decisivo contra Club Atlético Belgrano. Partido de ida y vuelta por la permanencia en la Primera de Argentina o el descenso a Segunda.
La última semana antes de esa eliminatoria, yo era muy consciente de lo que nos estábamos jugando. Para entonces, ya había tomado también el rol de capitán del equipo. Un equipo en el que había muchos jóvenes.
"mi comienzo como entrenador ha sido diferente al resto de mis compañeros"
Me llamaba la atención hacerles notar el valor por el fútbol y la fuerza que tiene estar unidos.
Desgraciadamente, perdimos la eliminatoria. Era la primera vez en la historia de River que descendía. Algo muy triste. La noche del descenso fue terrible. No pudimos salir del estadio hasta las cuatro de la madrugada. Estuvimos encerrados en el vestuario.
Después, me fue imposible dormir nada. No paraba de darle vueltas a la cabeza para tomar una decisión. A la mañana siguiente, llamé a Daniel Passarella, el presidente de River entonces. Le dije que quería ser el entrenador.
“¿Vos estás loco? Si sos el entrenador y te va mal, no dirigís nunca más en tu vida”, me dijo Passarella.
“No me importa. Me va a ir bien. Me va a ir bien”, le señalé para dejar claro que tomaba ese riesgo.
"lo que asumí fue muy pesado, nadie quería ser entrenador de river plate en ese momento"
Y a los quince días después de eso, empezamos la pretemporada. Dentro del vestuario, era el técnico de mis excompañeros. Eso fue difícil. También el contexto del club. Lo que asumí era muy pesado. Sinceramente, nadie lo quería. Nadie quería ser entrenador de River en una situación como esa. Pero yo sí quería ese desafío.
Realmente, como siempre digo, hice siete años en uno por todo el desgaste y toda la pasión con la que lo vivimos.
Mientras entrenaba, fui haciendo el curso de entrenador. Me dieron un permiso para hacerlo así. Horas de trabajo con el equipo y de mucho estudio. En realidad, siempre he sido bastante obsesivo con lo que me gusta. No paraba de dibujar sistemas, de hacer cálculos, de hacer presiones imaginarias en mi mente… Nunca paraba de trabajar mentalmente.
Sé que no tenía la práctica de ser entrenador como la mayoría, pero iba a poner sobre la mesa todo lo que había visto en el fútbol. Lo que me gustaba. Y lo que no me gustaba, no lo hice nunca.
"estábamos ocultos sabiendo que dependíamos de un resultado para vivir tranquilos"
Nunca me olvido de que yo fui jugador, porque sé que hay cosas que a los futbolistas no les gusta. Sobre todo, quieren que no les mientan.
Yo no miento en el fútbol. Trato de ser honesto, sincero y franco con los jugadores. Desde ahí, creo que la carrera de entrenador para mí se basa mucho en una cuestión mental. Hay una parte de psicología, que es fundamental. Porque en el fútbol todo está inventado.
La cuestión mental, por supuesto, fue muy importante para sobrevivir a un momento tan difícil como el que vivimos en River esa temporada en Segunda. No podíamos ni salir a comer con nuestras familias afuera. Tampoco podíamos salir un domingo libre. Era entrenamiento y casa. Así casi un año para evitar problemas. Estábamos ocultos sabiendo que dependíamos de un resultado para vivir tranquilos.
Esa manera de vivirlo por los aficionados era exagerada para mí porque, en definitiva, se trata de fútbol. Pero yo no me puedo hacer responsable por cómo lo sienten los demás. Aunque no lo comparta, sí debo respetarlo. Y eso es lo que hicimos.
"yo no miento en el fútbol. trato de ser honesto, sincero y franco con los jugadores"
A lo largo de ese primer año en River, y ante toda la presión que vivíamos, hubo mucha gente que me dijo que lo dejara. “No sigas con esto, Matías”, me decían. Sin embargo, fue la gente que realmente no me conoce.
Prácticamente, toda mi vida ha sido un desafío. Desde los 15 años. Vivo desafiando. Voy a los límites porque me gusta la adrenalina que me provoca todo eso. Y si bien ahora es un mejor escenario para mí como entrenador —tengo la experiencia que dan los años en el banco y he trabajado en clubes sin la urgencia del ascenso—, nunca dejará de ser un desafío cada trabajo que realice.
Sé que para el sistema, eso que llamo el ‘exitismo’ en el fútbol, era un pecado disfrutar que River había ganado en la Segunda. Pero eso es ridículo. También una falta de humildad grande. El club estaba en esa situación en ese momento, y nosotros conseguimos llevarlo de vuelta a Primera.
La sensación cuando llegó el pitazo final para el ascenso fue una descarga —River ganó 2-0 a Club Almirante Brown en la última jornada—. La sensación de descomprimir algo con una emoción terrible. De hecho, caí en lágrimas. Yo difícilmente he llorado por el fútbol, pero lo hice esa vez. Sin embargo, no me avergüenzo por ello. Era mostrar esa impotencia, esa bronca y toda esa rabia de todo lo que habíamos escuchado de aquellos que decían que no íbamos a ser capaces y que yo no estaba preparado.
"toda mi vida ha sido un desafío. me gusta esa adrenalina"
Había sido un año muy duro, pero un año donde todos juntos lo pudimos lograr y el apoyo de la gente de River ahí fue impresionante.
Muchos no se quieren acordar del momento del ascenso a Primera. Pero nosotros, mi cuerpo técnico y yo, los que lo vivimos eso, sí que nos queremos acordar, porque sufrieron todos nuestros familiares. Esposas, hijos, padres, madres…
Todos sufrieron de verdad. Así que, ¡cómo no recordar! ¡Y cómo no disfrutar que después llegamos a la Primera rápidamente!
Cuando subimos, el equipo, sin embargo, no pudo reforzarse. Supuestamente en ese momento no había dinero para hacer contrataciones. De ese modo, seguía prácticamente el mismo plantel que tuvimos en la B, pero con algunas bajas. Todo en un año con las elecciones a la presidencia de River.
Para que te hagas una idea, un año de elecciones en el fútbol argentino es como las elecciones a la presidencia del país. Se habla de uno, se habla de otro y quieras o no, se va haciendo un ambiente tóxico alrededor del equipo. Algo que se ve reflejado en la cancha todos los días y genera división.
Se dividen también los equipos.
Fue doloroso en la manera que me sacaron del club, porque quedaban pocas fechas para el final. Me quedó un gran dolor por la parte de River por cómo fue la salida. “No ganas, no sirves más”. No importó nada lo que habíamos hecho antes.
Pero ese semestre, lo tomé como un aprendizaje profesional y personal que sigo desde entonces.
"cuando subimos a primera con river, el equipo no pudo reforzarse; supuestamente no había dinero"
Cuando empecé a sentir los rumores de que me iban a echar, cambié el sistema del equipo. Entonces pasé a jugar con cuatro centrales defensores para cuidarme, y ese fue el peor error. Algo de lo que me arrepiento y que no haría jamás en mi vida como entrenador.
Era tan grande mi amor a River que me quería quedar. Quería hacer todo para seguir, y fue un gran aprendizaje. No cambio más mis maneras, porque en definitiva por ahí te acaban echando igual.
Así que mejor irse con las botas puestas, ¿no?
Cuando llegué a Banfield en 2013, también un club de la B argentina y acostumbrado históricamente a jugar al contragolpe, quise romper con todo. Cambié el 4-4-2 con el que estaban jugando hasta entonces por un 3-3-1-3.
Sé que era un sistema muy extraño y de mucho riesgo, pero como había estudiado a todos los rivales —la mayoría jugaba con dos puntas— jugué con un libero y dos stoppers para dar salida al balón y generar desde ahí movilidad. Llevó tiempo de asimilar y convencer a los jugadores, pero lo hicimos. Logramos ser protagonistas con el control del juego.
"river fueron siete años en uno como entrenador por todo el desgaste y toda la pasión con la que lo vivimos"
El equipo jugó muy bien al fútbol y marcó una gran diferencia, con una cifra record de puntos en la B y campeones fechas antes del final del torneo. Algo que pudimos trasladar igualmente a la Primera argentina.
También lo hicimos en Chivas en México. Un equipo competitivo, que al igual que Banfield buscó ser dueño y protagonista de la pelota. Todo eso y el enorme trabajo de los jugadores nos llevó a jugar siete finales de 2015 a 2018. Finales de las cuales ganamos cinco.
A finales de 2018, San José en la MLS fue intentar hacer lo mismo. Aunque esta vez en un equipo que apenas había ganado unos pocos partidos en la temporadas anterior. Sin duda, un desafío fue mucho más profundo como entrenador para mí.
Pero me sedujo la parte del director general, Jesse Fioranelli, quien me contrató y me ofreció todas las herramientas para crecer. Por eso me decidí por ir a Estados Unidos.
"chivas, al igual que banfield, buscó ser dueño y protagonista de la pelota. eso nos llevó a jugar siete finales y ganar cinco títulos"
Trabajamos con los jugadores salidas de balón, recepciones… Tareas que me di cuenta que nunca se habían hecho. Empezamos perdiendo los primeros partidos, pero yo insistí hasta que el equipo arrancó. Y ese equipo que el año anterior había sido último, pasó a ser protagonista del juego.
También los futbolistas empezaron a divertirse, que es uno de mis objetivos principales como técnico. Llegamos a la última jornada de la temporada regular llegamos con opciones del play-off. Finalmente perdimos ese partido, pero habíamos logrado producir un cambio.
Eso es lo que buscó también en AEK Atenas. Mi primer club como entrenador en Europa. Un lugar donde tenía muchas ganas de entrenar y ponerme a prueba.
Seguramente Passarella tenía razón cuando me dijo que estaba loco de decidirme a tomar River en mi primer trabajo en el banco. Sin nada aún como entrenador, y ante una situación tan dramática como la que te conté.
Pero esa decisión fue lo que me hizo arrancar y ser lo que soy ahora. Así que si tocara volver atrás y elegir un nuevo comienzo, no cambiaría nada.
Lo volvería hacer todo igual.