nick cox
Academia Manchester United, 2016-Presente
Cuando se van juntos de gira, es muy normal que los jugadores de la Academia del Manchester United coman hamburguesas y helados.
Llevamos a nuestros jugadores más jóvenes por todo el mundo a jugar torneos. A menudo, verás que los jugadores de otros clubes toman batidos de proteínas y zumo de cereza después de los partidos para recuperarse.
Los chicos del United comen hamburguesas y helados.
¿Por qué? Porque son niños.
Nos aseguramos de que entiendan que una dieta equilibrada es importante y de que sepan que, más adelante, tanto la dieta como la nutrición van a ser muy importantes para sus carreras si quieren tener éxito.
Pero cuando aún son niños, queremos que sean niños antes que futbolistas. Queremos que prueben otros deportes, que jueguen en el equipo de fútbol del colegio y que salgan con sus amigos. Queremos que hagan lo que hacen los niños.
Nos aseguramos de que las cosas no se profesionalicen demasiado pronto. Sí, las Academias de todo el mundo —incluida la del United, por supuesto— son mucho más profesionales de lo que eran cuando yo empecé en el Watford a principios de la década de la década de 2000. En el United, sin embargo, nos aseguramos de que los programas no resulten demasiado profesionales demasiado pronto.
Si las cosas fueran demasiado serias demasiado pronto, los jugadores podrían quedar agotados, aburrirse o hartarse de ser futbolistas profesionales antes incluso de llegar a serlo. Si se les quita la alegría de jugar demasiado pronto, puede haber consecuencias. Puedes ahogar su creatividad, limitar su capacidad para resolver problemas y, en definitiva, poner un techo a su desarrollo. Siempre digo que hay que ir despacio para ir rápido en el desarrollo de los jóvenes.
También tiene que haber un equilibrio en el trabajo que hacemos con los jugadores jóvenes. No queremos dominar sus vidas hasta el punto de que no puedan ocuparse de su educación en la escuela o de vivir una infancia plena.
"un tema constante es que lo más importante es el individuo"
Por desgracia, a lo largo de los años he visto a demasiadas familias que se han precipitado y han acabado lamentando algunos de sus comportamientos.
El desarrollo del fútbol es, naturalmente, nuestro centro de atención y nuestra fuerza impulsora, pero queremos dar a nuestros chicos una experiencia completa y variada, y una formación de vida que sencillamente no tendrían en un entorno escolar normal. He estado allí cuando los niños han subido a un avión por primera vez, o han visto el mar por primera vez, o han comido en una mesa por primera vez. Es increíblemente gratificante. Y todo gracias al fútbol.
Cuando Alejandro Garnacho debutó contra el Chelsea en abril de 2022 (arriba), mi teléfono se volvió loco en el bolsillo. Supuse que eran mensajes sobre lo bien que lo estaba haciendo Alejandro. Sin embargo, cuando lo miré más tarde, los mensajes eran sobre otro chico de 19 años que habíamos dado de alta el mes anterior y que acababa de firmar un contrato con otro club. Todo el mundo se alegró por ‘Garna’, por supuesto, porque ese momento fue posible gracias al trabajo de gente increíble, pero nosotros queremos que todos los jugadores que tenemos en la cantera triunfen. Para nosotros, el éxito adopta muchas formas diferentes.
Estoy enamorado del fútbol, pero el impacto que puedes tener en los años de formación de estos jóvenes es increíble. Ese es sin duda el principal factor que me impulsa en mi trabajo. Me encanta ayudar a un joven a desarrollarse y planificar el desarrollo de nuestros jugadores a lo largo de muchos años. Mi mundo es muy diferente al del personal que trabaja en el primer equipo. Allí, la planificación es mucho más a corto plazo y lo principal son los resultados. A mí me gusta tener una visión de conjunto, y mi función me obliga a tener una perspectiva estratégica.
Trabajamos con chavales de siete u ocho años, hasta jóvenes de 19, 20 o 21, que quieren dar el salto al primer equipo, o que se van cedidos para probar por primera vez el fútbol en la categoría absoluta. Hay una enorme variedad en lo que queremos de nuestros entrenadores en cada uno de los grupos de edad.
"El United fue el primer club inglés que intentó labrarse un futuro mediante el desarrollo de jugadores jóvenes y locales"
Queremos que los más jóvenes se enamoren del fútbol. Y también queremos que aprendan algunos de los fundamentos del fútbol: cómo utilizar su cuerpo, cómo manejar el balón, cómo relacionarse con sus compañeros en el campo y un poco de sentido del juego. Es decir, cómo jugar bien al fútbol. Para nuestros entrenadores, el éxito a esta edad consiste en crear jugadores felices y curiosos que se muestren impacientes por volver a la siguiente sesión o por llegar a casa y practicar un poco más. Es importante resistirse a la tentación de tratar a estos jugadores como mini profesionales. En mis primeros años de carrera, yo era culpable de esto, y no estoy seguro de que ayudara a los jugadores.
En el caso de los chicos más mayores y los jóvenes adultos, nos centramos en el trabajo táctico de alto nivel y en el dominio de las demandas de una posición específica. Los jugadores trabajan en el gimnasio, reciben apoyo psicológico y colaboran con los analistas de rendimiento y los entrenadores de desarrollo atlético.
Pero un tema constante es que lo más importante es el individuo. El equipo es simplemente un vehículo para el desarrollo individual. Ayudar a los jóvenes a alcanzar todo su potencial es el objetivo principal, y para ello nuestros entrenadores tienen que crear un entorno estimulante pero que les brinde apoyo. Queremos crear un lugar donde los jugadores puedan intentar cosas difíciles sin miedo al fracaso. Nuestros entrenadores no tienen la presión de ganar partidos y trofeos, aunque eso no significa que no intentemos desarrollar una mentalidad ganadora.
El United fue el primer club inglés que intentó labrarse un futuro mediante el desarrollo de jugadores jóvenes y locales, una historia y una tradición que se remontan a 90 años atrás. La cantera está en el centro de todo lo digno de mención en nuestra historia. Tanto en nuestros momentos más altos como en los más bajos.
En las victorias de la Liga de Campeones, había un núcleo de jugadores surgidos de la cantera en los equipos. Pero también, cuando la tragedia golpeó al club en 1958 debido al desastre aéreo de Múnich, tuvimos que reconstruirlo durante un periodo de 10 años a través de la cantera. Eso nos llevó a ganar la Copa de Europa con Sir Matt Busby en 1968.
Creo que aquí, en el Manchester United, la cantera tiene una dimensión adicional. Todo el personal es consciente del privilegio que tenemos, y todos tenemos la sensación de llevar el testigo de los que nos precedieron. Somos conscientes de la grandeza que nos precede y queremos mantener la tradición del club. Eso conlleva cierta presión —siempre la va a haber en un club tan grande como éste—, pero es un gran privilegio ser el responsable de este departamento.
"Tuve la increíble suerte de poder probar suerte en casi todos los puestos que había en la academia del watford"
Sin embargo, este trabajo no siempre había sido mi objetivo. Como tantos otros, de joven jugué al fútbol a un nivel aceptable, pero nunca iba a triunfar como jugador. Empecé a pensar en qué otra cosa poder hacer, y entrenar me pareció la mejor alternativa.
Me licencié en Ciencias del Deporte en la Universidad John Moores, y luego participé en el curso inaugural de Ciencia y Fútbol que impartían. Después me dediqué a la enseñanza durante unos años, en los que intenté combinar mi carrera de entrenador durante las vacaciones escolares y en clubes de tiempo libre, además de trabajar con equipos juveniles de fútbol base y pasar los veranos entrenando en Estados Unidos. No tenía nada de glamuroso y era un trabajo muy duro.
Con el tiempo, conseguí un trabajo a tiempo parcial en el Watford, en su fundación para el deporte comunitario y la educación. Allí fue donde empecé a aprender de verdad.
Acabé pasando once años y medio en el Watford. Tuve la increíble suerte de poder probar suerte en casi todos los puestos que había en la academia, incluido el de Jefe de formación, entrenador de todas las categorías por edades y, finalmente, director de la academia.
Creo que esa época fue la que realmente me moldeó como formador. Digo "formador" en lugar de "entrenador" porque en realidad ya no me considero un entrenador, aunque haya pasado por el proceso de entrenar sobre el césped y haber obtenido mis títulos.
También tuve mucha suerte con la gente con la que trabajé. Durante ese tiempo, trabajé estrechamente con entrenadores ingleses muy conocidos, Sean Dyche, Brendan Rodgers, Aidy Boothroyd, Mark Warburton, Malky Mackay. También con nombres menos conocidos como John Stephenson, David Dodds y Dick Bate, que creo que fue uno de los mejores formadores de entrenadores del mundo. Por aquel entonces, los cuerpos técnicos eran mucho más reducidos, así que tuve la suerte de poder trabajar tan estrechamente con formadores de tanto talento.
"No estoy seguro de que los aficionados del watford sepan nunca lo valiente que fue el plan ni lo difícil que resultó ejecutarlo"
Graham Taylor (abajo) también tuvo una gran influencia en mí. Fue clave para que me dieran el puesto de Director de la Academia, que ocupé durante mis últimos cuatro años en el Watford. Era un hombre increíble. Enseñó a una generación de personal técnico a tratar a la gente, a ser justos, a la importancia de la comunidad, a comportarse con integridad y a desarrollar tanto a los jóvenes como a los jugadores. Me enseñó muchas de las habilidades que utilizo hoy en día en mi trabajo.
Naturalmente, dado que he pasado tanto tiempo en el fútbol de cantera, he participado en el desarrollo de muchos jugadores que han llegado a triunfar en el fútbol profesional.
Mi etapa en el Watford estuvo marcada por dos grandes nombres. Cuando empecé, Ashley Young se estaba abriendo paso en el primer equipo, sin que nadie supiera lo que le esperaba. Y hacia el final de mi etapa, un joven Jadon Sancho estaba demostrando su valía, y se marchó al Manchester City poco después de que yo me fuese. Curiosamente, me reencontré con ambos en el United.
Una de las cosas que más me molestan es cuando alguien dice que ha desarrollado a un jugador, porque el progreso de ese jugador se debe a un gran número de personas, entre ellas el propio futbolista y sus padres. Pero si un jugador cree que yo he contribuido a su desarrollo, es algo de lo que me siento muy orgulloso.
El Watford era brillante a la hora de formar jugadores para su propio primer equipo. La situación financiera del club hacía que eso fuera muy, muy importante. El club estaba tan endeudado que se planteó la idea de que si dejábamos de dar comida a las familias de los jugadores en los partidos en Vicarage Road, podríamos permitirnos traer a un determinado jugador. La amenaza de la quiebra era constante.
Todos tenemos que reconocer el mérito de John Stephenson y Julian Winter, que tuvieron que ser muy valientes en su compromiso con los jóvenes. Muchos jugadores y empleados se beneficiaron de esa confianza.
"Para mí, la captación de talentos de gran potencial es tan importante como el desarrollo"
Con Malky Mackay y Sean Dyche, fuimos un club de la Championship que durante años consiguió rendir por encima de sus posibilidades. Jugábamos partidos con ocho o nueve jugadores de la cantera en la alineación inicial, y cuando digo "de la cantera", me refiero a jugadores de menos de 15 kilómetros a la redonda.
Estoy orgulloso de haber formado parte del equipo del que salieron jugadores como Marvin Sordell, Ross Jenkins, Lee Hodson, Sean Murray, Britt Assombalonga y muchos, muchos otros. Las contrataciones también fueron muy importantes. Pero los jugadores que salierin de la cantera apuntalaron el primer equipo durante años.
No estoy seguro de que los aficionados sepan nunca lo valiente que fue el plan ni lo difícil que resultó ejecutarlo. Desde fuera pueden parecer unas temporadas ordinarias, pero estoy convencido de que ese periodo salvó al club.
No estuve tanto tiempo en el Sheffield United -cuatro años no es mucho tiempo en la cantera-, pero aun así trabajé con muchos jugadores que han llegado a triunfar en el fútbol. Vi el final de la etapa de Harry Maguire. Ayudamos a Dominic Calvert-Lewin a cambiar de posición para sacar lo mejor de él, y conseguimos algunas cesiones que le ayudaron mucho.
Reclutamos a David Brooks poco después de su salida del City, y su desarrollo fue realmente tardío. A los 19 años parecía un chaval de 14, así que nunca iba a poder jugar con el equipo Sub-21, y era demasiado mayor para el fútbol juvenil. Tuvimos que entrar en ligas específicas para encontrar la manera de conseguir partidos que le ayudaran específicamente. También estuve allí con Aaron Ramsdale, al que fichamos después de que el Bolton lo dejara libre a los 16 años. Estuve en su último partido de prueba y formé parte del grupo que decidió ficharlo. Para mí, la captación de talentos de gran potencial es tan importante como el desarrollo.
En el United, tenemos una larga lista de jugadores de talento esperando entre bastidores, y ha sido muy agradable ver a Alejandro y Kobbie Mainoo (abajo) dar esos primeros pasos en el último año y pico. Obviamente, también hay jugadores más consolidados, como Scott McTominay y Marcus Rashford, que han dado el salto con éxito.
"No hay que poner a los jóvenes en pedestales. Son niños"
Pero no tengo miedo de decir que la gran mayoría no llegan a nuestro primer equipo. Por eso, siempre tenemos cuidado de no dejarnos llevar demasiado, sobre todo con los jugadores jóvenes que están demostrando un gran potencial. Soy muy sincero con los jugadores y sus familias sobre lo difícil que es tener una carrera consolidada. Esforzarse por alcanzar la excelencia conlleva un crecimiento personal asombroso, y estar en una academia puede cambiar y enriquecer la vida, independientemente de que al final debutes o no.
Algunos medios de comunicación se adelantan a los acontecimientos y eso puede ser un verdadero problema. Se crea una expectación innecesaria y eso no es sano. Habrá medios de comunicación que publiquen historias sobre un niño de 14 años que será el próximo crack mundial, y que también publiquen historias sobre la angustia que han sentido los niños al ser descartados. Para mí no tiene sentido.
Las academias son ahora más transparentes que nunca, pero creo que el deber de proteger a los niños va más allá de nuestros muros. Los padres, los medios de comunicación, las empresas de redes sociales... todos tenemos un papel que desempeñar.
No hay que poner a los jóvenes en pedestales. Son niños. Seas o no un chico de 14 años con mucho talento, debes ser tratado como lo que eres: un chaval con una pasión y un sueño.
Tenemos el deber de mantener a salvo a nuestros jugadores. Si se difunde demasiada información sobre un niño de 12 años o su familia, se le pone en peligro.
Cuando se trata de jugadores que no van a salir adelante, trabajamos duro para asegurarnos de que tenemos buenas estrategias de salida para ellos, y equipos de expertos para apoyarles durante un periodo difícil de sus vidas. Pero mi experiencia me dice que, una vez pasada la decepción inicial, nuestros jugadores casi siempre recuerdan con cariño su paso por el club. La mayoría de ellos dirían que lo volverían a hacer sin pensárselo dos veces.
Nuestra misión es conseguir que todos nuestros jugadores salgan de aquí mejores, tanto si llegan a ser futbolistas como si no. Esperamos ayudarles a crear recuerdos para toda la vida.
"hacemos todo para estar seguros de que los chicos están listos para el siguiente paso"
Creo que somos buenos en lo que hacemos, y no me refiero sólo al Manchester United. Se aplica en toda Inglaterra. En Europa se mira con envidia las infraestructuras que tienen los equipos de la Premier League. Ya es hora de que empecemos a celebrar el trabajo que se está haciendo en todo el país y en todas las ligas. Hemos recorrido un largo camino desde que empecé a trabajar con jugadores jóvenes hace más de 20 años. Estoy muy orgulloso del trabajo que hacemos.
Creo que tengo el mejor trabajo en el fútbol base. Desde luego, no tracé mi camino hasta aquí conscientemente, pero me siento muy bendecido por estar aquí.
Mi trabajo es muy variado. No hay dos días iguales. Puedo estar trabajando en la contratación de un nuevo jugador, de gira con un equipo, dirigiendo reuniones estratégicas, ayudando a un jugador lesionado o sentándome con un miembro del personal para apoyar su desarrollo continuo. Tenemos casi 200 jugadores, y las personas son por naturaleza complicadas e impredecibles, así que no hay una semana típica.
A veces puede ser un trabajo implacable y poco sociable, pero es increíblemente gratificante.
Tanto si preparamos a nuestros hijos para que den el salto al United o al fútbol de elite en otro equipo, o para que se dediquen a otra actividad totalmente distinta, hacemos todo lo posible para asegurarnos de que estén listos para lo que venga después.
Hace poco recibí una llamada de un jugador cuya carrera está llegando a su fin y que quería consejos sobre cómo convertirse en entrenador. Otro me ha enviado un ejemplar del libro que acaba de escribir. Otro quiere reunirse conmigo para hablarme de la academia que está creando en Estados Unidos. Para mí, estos casos son la verdadera medida del trabajo bien hecho. El trabajo va mucho más allá del tiempo que pasas en el club.
Aunque para mí es importante apoyar a un primer equipo que gana cosas con regularidad, la verdadera satisfacción es crear el mejor entorno posible para que nuestros jóvenes futbolistas se desarrollen como personas y tengan éxito en la vida.