Lleno de fuego

Me llamó el director deportivo para decirme: "Hemos encontrado al nuevo entrenador". Le dije: "Vale, ¿quién es?"

"Eres tú", respondió.

Le contesté: "No, ¿cómo es posible?". Tenía 33 años y llevaba poco más de un año jugando en el Antalyaspor de la Süper Lig turca. Entonces añadió: "El presidente del Antalyaspor y yo queremos nombrarte nuevo entrenador. Estaría bien que volaras a Turquía y nos sentáramos a cerrarlo".

Acepté. Llevábamos ocho puntos en ocho partidos y estábamos cerca de los puestos de descenso. Quizá fui valiente en ese momento, pero tenía claro lo que había que cambiar.

Cuando destituyeron a nuestro entrenador, el ahora expresidente, Aziz Çetin, me llamó y me preguntó qué pensaba de nuestro equipo. Yo era el capitán, así que quería saber cómo veía la situación y qué creía que necesitaba el equipo. Fui muy claro y abierto.

Tenía muy buena relación con nuestro antiguo entrenador. Pero aun así, teníamos problemas porque no estábamos rindiendo. Así que fui muy honesto y muy directo, pero también autocrítico conmigo mismo durante este periodo.

Hablábamos de fútbol, de tácticas y demás. Después, como había parón de selecciones, volví a Alemania. Al día siguiente me ofrecieron el puesto de primer entrenador.

"Desde el primer día, entrenar me sedujo. Me enamoré de la pizarra"

Seis años antes, cuando estaba en mi segunda etapa como jugador del Borussia Dortmund, sufrí una grave lesión. No sabía cuándo regresaría al campo, ni siquiera si podría volver a jugar. Era la primera vez que pensaba: " Y ahora qué viene después".

Aún era joven, pero vivir ese momento como futbolista profesional despertó algo en mí. Fue entonces cuando empecé a disfrutar pensando en tácticas, sesiones de entrenamiento, reuniones, análisis de vídeo... todas estas cosas relacionadas con el entrenamiento.

Por aquel entonces, me hice cargo del club de mi niñez, el RSV Meinerzhagen. Creo que entonces estábamos en la novena división alemana. Yo era entrenador a tiempo parcial, al mismo tiempo que hacía mi rehabilitación con el Borussia.

Desde el primer día, entrenar me sedujo. Me enamoré de la pizarra, de ver cómo se puede crear algo —una historia— con un grupo de jugadores. Fue increíble.

A partir de ese día tuve claro que, después de mi carrera como jugador, quería ser entrenador. Gracias a Dios, tuve la oportunidad.

Cuando me hablaron de asumir el cargo en el Antalyaspor, me preguntaron qué consideraba posible conseguir. Les dije: "Si cumplen sus promesas, estaremos entre los 10 primeros, fácilmente". Tenía mucha confianza en mí mismo, porque sabía lo que quería hacer.

"fue un comienzo increíble en mi carrera como entrenador. Acabamos batiendo casi todos los récords de la historia de nuestro club"

Al día siguiente, allí estaba yo, delante de mis compañeros de equipo, pero ahora como su entrenador. Fue muy interesante. Todo podría haber salido mal y mi primer paso en la dirección técnica podría haber sido muy negativo. Pero yo lo tenía claro y ya había reunido a mi cuerpo técnico. Llevábamos años hablando de que algún día tendríamos esta oportunidad.

En la primera reunión con los jugadores, les dije: "Vale chicos, sois mis amigos. Erais mis compañeros de equipo. Pero ahora soy vuestro entrenador. Hay una delgada línea entre ser amigos y ser entrenador".

"Así que seré vuestro amigo, pero no vuestro mejor amigo. Tomaré decisiones. Pondré a algunos de vosotros en el banquillo".

Abrí la puerta y salimos armados de conocimientos, ideas y un claro entendimiento del comportamiento que necesitábamos.

De verdad, no puedo agradecer lo suficiente al grupo de jugadores que tenía entonces. Me ayudaron muchísimo. Cuando les dije que jugaríamos con tres atrás, no me preguntaron por qué. Cuando dije que íbamos a presionar muy arriba, no me preguntaron por qué.

Así que fue un comienzo increíble en mi carrera como entrenador. Acabamos batiendo casi todos los récords de la historia de nuestro club.

"Cuando tenías a klopp en la banda, era como si estuvieras actuando con 12 jugadores"

Después de dos años y medio en el Antalyaspor, llegó la oferta de volver al Dortmund. Era el club en el que, con 16 años y 334 días, me había convertido en el jugador más joven de la historia de la Bundesliga.

Jürgen Klopp es quien más ha influido en mi carrera. Primero, en mi etapa de jugador (incluyendo cuando ganamos el título de liga en 2011), pero también cuando me convertí en entrenador. Fue una de las pocas personas a las que llamé —además de a mi familia— para preguntarle qué pensaba de la idea de que yo pasara de ser jugador a entrenador.

Jürgen tuvo mucha influencia, porque siempre vio primero al ser humano y luego al futbolista. Lo sentías, desde el jugador número uno hasta el número 25 de la plantilla. Ya fuera joven o veterano, le daba igual.

Así que fue muy interesante ver, con su energía, hasta qué punto una persona puede influir en un club y en la gente. Crecimos juntos. Crecimos como futbolistas, él creció como entrenador, pero también crecimos como seres humanos.

Nos enseñó muchas cosas. Es obvio que, futbolísticamente hablando, sobre el terreno de juego es —junto con Pep Guardiola— el mejor de los últimos 15 años. Es muy, muy intenso, pero tiene las ideas claras.

Los once jugadores sobre el terreno de juego siempre sabían cuál era el plan. Al mismo tiempo, incluso los que estaban en el banquillo sabían cuál era el detonante para el pressing, por dónde queríamos construir, dónde queríamos explorar los espacios del rival y cómo queríamos hacerlo. Siempre sabíamos qué hacer.

"el Borussia Dortmund es un caso diferente para mí. Es mi club, mi ciudad y parte de mi propia historia"

Sobre el terreno de juego, éste era quizá su mayor punto fuerte. Crear un equipo, tener una idea clara del fútbol y ser muy intenso. Cuando le tenías en la banda, era como si estuvieras actuando con 12 jugadores.

Ha sido increíble ver al Liverpool de Jürgen enfrentarse al Manchester City de Guardiola. Soy un gran admirador de Pep y de su estilo de juego. Cuando jugaba para Jürgen en el Dortmund, era el comienzo de la era Pep en Barcelona. Jürgen sabía lo mucho que me gustaba el estilo de Pep en el Barcelona, y hablábamos mucho de ello.

Ver a estos dos increíbles entrenadores estar ahí arriba durante 15 años ha sido muy interesante. Cada partido que ves jugar a sus equipos es como un examen. Después, te sientes como: "Vale, he vuelto a aprender algo nuevo". Con Guardiola tienes la sensación de que se despierta con una idea nueva, y esa idea casi siempre es acertada. Es una gran influencia para entrenadores jóvenes como yo.

Ha sido una gran alegría ver trabajar a estos dos grandes entrenadores. Espero que en algún momento vuelvan a encontrarse. Sería divertido.

En mi propia carrera, todo fue muy rápido. Después de hacerme profesional a los 16 años, debuté con la selección turca a los 17 años. A los 23 ya había jugado, además de en el Dortmund, en el Feyenoord, el Real Madrid y el Liverpool. Después me convertí en primer entrenador a los 33. Siempre estuve en el punto de mira.

Después de dos años y medio en el Antalyaspor, cuando llegó la oferta del Dortmund, tuve que pensármelo muy bien por primera vez. No me veía como segundo entrenador.

Sigo sin verme como segundo entrenador, porque quiero ser primer entrenador. Pero el Borussia Dortmund es un caso diferente para mí. Es mi club, mi ciudad y parte de mi propia historia. Y el club atravesaba por dificultades en la primera mitad de la temporada.

"por primera vez en mi carrera, como asistente, estoy viendo todo más desde el fondo"

He tenido muy buenas conversaciones con el entrenador, Edin Terzic. Es un buen amigo, también muy abierto de mente, y me ayuda mucho. También me da mucha libertad.

Eso también formaba parte del trato. Digamos que hay en mí un entrenador joven, lleno de fuego, lleno de energía. Si lo frenas, no podrá ayudarte. Pero Edin me abrió las puertas para que pudiera venir aquí y trabajar.

Cuando el equipo jugó en Eindhoven en octavos de final de la Champions League, yo estaba al lado de Edin.

Entonces sonó el himno —se me pone la piel de gallina sólo de pensarlo— y él me dijo: "Bienvenido a la Champions League". Fue un sueño hecho realidad. Me puse metas como jugador y ahora como entrenador. Uno de las que ya tengo cumplidas es la Champions League.

Pero en lugar de estar en primera fila, por primera vez en mi carrera, como asistente, estoy viendo todo más desde el fondo. Esto puede ayudarme. Llevo casi 20 años en el fútbol profesional, y es la primera vez que no tengo los focos sobre mí cada fin de semana.

Estoy aprendiendo mucho. Respeto mucho más a mis ayudantes, a mis analistas, al cocinero, a la señora de la limpieza, a todas esas personas. Porque cuando estás en el punto de mira, no lo ves todo. Tienes que verlo todo, pero no lo ves.

Eso me ayuda ahora mismo. Pero seguro que querré volver a dirigir algún día.