josé rojo 'pacheta'
Real Valladolid, 2021-2023
El primer día que llegué al Real Valladolid, puse el escudo del equipo en mi perfil de WhatsApp.
No lo hice por ninguna cuestión de superstición, ni cábala, ni nada de eso. Lo hice porque lo sentía. Una manera de identificarme con el equipo desde el primer minuto. También como muestra de respeto y agradecimiento al club que había confiado en mí.
Un club al que llegué en junio de 2021 después de una serie de acontecimientos que no estaban planeados. Muchas veces, las oportunidades surgen así, y por suerte esta vez ha sido para bien, muy bien. Estoy viviendo uno de los momentos más felices de mi vida.
Después del Huesca, estaba atento a dos ofertas que me habían llegado de equipos de Primera División. Ofertas que, sin embargo, por uno u otro motivo no se terminaban de concretar y el tiempo pasaba. Eso siempre te pone nervioso.
Finalmente, no se dio ninguna de ellas, pero sí ocurrió algo que me llevó al Real Valladolid. El director deportivo del equipo, Fran Sánchez, estaba por entonces en el Granada y me quería para dirigir el club. Pero ese mismo verano de 2021, Sánchez llegó al Real Valladolid y pidió mi contratación como entrenador.
Sánchez me quería para el Granada y no cambió su punto de vista al llegar aquí, cosa que le agradeceré siempre.
"Estoy viviendo uno de los momentos más felices de mi vida"
Así empezó un trayecto a Primera División que culminó un año después en el último minuto, del último partido de la temporada con el ascenso. ¡Increíble!
Un camino largo, bonito, pero también muy difícil en muchas ocasiones. En esos momentos difíciles, siempre encontré el apoyo del presidente, Ronaldo.
Creo que es ahí cuando se ven las verdaderas personas y Ronaldo siempre creyó en lo que estábamos haciendo. Nunca decidió ser intervencionista, sino que nos dejó hacer. Confió en el trabajo del entrenador y de que se conseguiría el ascenso.
Yo soy una persona que nunca se rinde.
Ni siquiera cuando muchos pensaron que ya no teníamos opciones de ascender de manera directa después de la derrota ante Real Sociedad B de Xabi Alonso, a falta de solo cuatro jornadas para terminar el campeonato.
Pero yo me negué a pensar así. Me daba igual cómo pensaran los demás.
"Ronaldo siempre creyó en lo que estábamos haciendo"
He conseguido dos ascensos a Primera División en los últimos tres años. Primero con el Elche en 2020 y ahora con el Real Valladolid. ¿Hay algún secreto para esto? Sí, el secreto está en el convencimiento.
En Elche fue todo ilusión porque no se esperaba. El equipo no tenía como objetivo ascender, pero lo conseguimos por esa motivación y convicción. En el Valladolid, en cambio, era distinto. El equipo sí tenía una obligatoriedad de ascender a Primera -este es un club grande; el décimo tercer equipo con más años en Primera División-, pero también estábamos seguros de que lo conseguiríamos.
A eso hay que sumarle tener un plan y focalizar el presente y futuro cercano. Así, los resultados finales vienen siempre por un proceso. Y en ese proceso la clave está en que lo vas a conseguir.
Eso fue lo que le transmití a los jugadores y a todo el mundo después de esa derrota ante la Real Sociedad B. Quedaba poco tiempo y había distancia en la clasificación, sí, pero todavía teníamos más que suficiente para ascender de manera directa si hacíamos las cosas como debíamos hacerlo.
Por mi parte, como entrenador, yo tenía que seguir la línea que siempre he mantenido. Sé que muchas veces se recurre al tópico de ‘trabajo y trabajo’. Por supuesto que como entrenador tienes que trabajar mucho, pero entrenar no solo se trata de eso. A un entrenador lo contratan también por decidir bien.
"Soy un perseguidor de sueños, sin importar lo que tenga que hacer para conseguirlos"
Yo asemejo entrenar con los puestos de alta ejecución, por el tipo de trabajo que hacemos. Al final, un equipo es un tema de relaciones personales y dinámicas de grupos.
Para mí el mejor entrenador es aquel que mejor maneja los conflictos. Esta es la clave.
Y siempre lo hago con una visión positiva de las cosas. Si te muestras positivo, transmitirás positividad a tus jugadores.
En las horas previas al último partido de la temporada, visualicé la situación positiva de que ascendíamos. Obviamente no en el último minuto y con tanta emoción, pero sí pensé en positivo. ¿Por qué no hacerlo? No merece la pena ponerse en una mala situación antes de que llegue. Y si finalmente llega, ya gestionarás los momentos malos cuando toque.
Lo he hecho así toda mi vida: me marcó el futuro que quiero desde un punto de vista muy positivo. Yo salí de un pueblo de 1.500 habitantes donde no teníamos nada. Ni siquiera un campo para jugar al fútbol.
"Para mí el mejor entrenador es aquel que mejor maneja los conflictos. Esta es la clave"
Se jugaba en la era, un lugar en el campo donde se segaba para generar el grano. No tuve ninguna academia para ser jugador, y a los 20 años trabajaba como carpintero. No fue hasta los 26 cuando llegué a Primera División. Pero siempre tuve fe de que podía jugar.
Como entrenador también tengo en mente muchas cosas que quiero conseguir. Luego llegará o no, pero sé que estoy en ese camino. Quiero entrenar en muy buenos equipos, con los mejores jugadores y con jugadores, sobre todo, que me generen dudas sobre el juego.
Soy un perseguidor de sueños, sin importar lo que tenga que hacer para conseguirlos.
Por eso me fui cuatro años al extranjero. Como las cosas no iban como yo esperaba en España, decidí tomar ese paso de salir primero en 2013 a Polonia al Korona Kielce. Y en 2016 a Tailandia para trabajar un año en el Ratchaburi FC. Nunca lo tomé como un paso atrás en mi carrera salir fuera. Era lo que tenía que hacer para seguir adelante.
Como tampoco lo fue volver a Segunda División con el Valladolid después de haber estado en Primera con el Huesca o haber tenido ofertas de equipos de Primera.
El Valladolid nunca es un paso atrás para un entrenador. Sí uno muy adelante.
"He conseguido dos ascensos a Primera División en los últimos tres años. ¿Hay algún secreto para esto? Sí, el secreto está en el convencimiento"
Un equipo donde he vivido la otra cara del fútbol. Esta vez la buena. Con el Huesca nos fuimos a Segunda División por un gol. Teníamos que ganar al Valencia y empatamos 0-0. Y con el Valladolid, precisamente, ascendimos por un gol del Alcorcón ante el Eibar en el último minuto de partido -el Eibar era el otro equipo implicado en el ascenso directo en el último minuto-.
La sensación de ascender de esa manera fue increíble. Pero no es que con ello me sacara la espina del descenso con el Huesca, porque eso siempre estará en mi cabeza. Lo teníamos en la mano y lo perdimos. Fue muy duro.
Te reconozco que todavía no soy capaz de manejar esos momentos malos. Pierdo un partido y sé el número de horas que voy a estar sin hablar con mi familia o con mis amigos.
Sé que tengo que ir manejando eso, porque no tiene porque pagar mi familia todo esto, pero lo pagan. Espero que, con el tiempo -lo considero un gran aliado en estas situaciones-, y la experiencia sea capaz de gestionarlo.
"En las horas previas al último partido de la temporada, visualicé la situación positiva de que ascendíamos"
Se trata de aprender, como también de las victorias. Este premio del ascenso nos ha hecho ver de lo que somos capaces.
Por eso hay que dejarse llevar y disfrutar de acontecimientos como este, porque no vas a vivir muchos momentos así en tu vida como entrenador.
Debes ser feliz y ya llegará el momento de pensar qué va a pasar más adelante. Y lo que vendrá más adelante será nuestro primer partido en Primera División en la temporada 2022/23.
No hago más planes que eso: presente y en el futuro a corto plazo. Viviéndolo con mucho sentimiento, mucha emoción y poniéndole mucha pasión.
Yo sigo persiguiendo sueños.
¡Ah!, por si te lo preguntas, el escudo del Real Valladolid, por supuesto, sigue y seguirá en mi perfil de WhatsApp.