sylvinho
Jugador: Arsenal, 1999-2001
Lo recuerdo como si todavía fuera hoy. Una advertencia que se me repetía con musicalidad, casi como los cánticos de los aficionados ingleses en los partidos. "Sylvio, the pace in the Premier League is very hard" ("el ritmo en la Premier League es muy duro").
Eso era lo único que entendía en inglés en mis primeros momentos en el Arsenal. Sin embargo, no me preocupaba el idioma —me fui a Londres sin saber ni una palabra—, la comida o el modo de vida inglés. Todo eso sabía que acabaría llegando. Era solo cuestión de tiempo.
Mi única preocupación era adaptarme al ritmo de juego inglés. Si quería jugar en el Arsenal, tenía que hacerlo lo más rápido posible.
En el Corinthians, yo era el clásico lateral brasileño. Es decir, un jugador con mucha proyección ofensiva por mi perfil izquierdo. De hecho, casi todas mis acciones en los partidos implicaban ir hacia adelante, pero no con muchas exigencias en el trabajo defensivo. Todo esto condicionado también por el propio estilo de juego del fútbol brasileño; un poco más lento que el inglés.
Llevaba cuatro años y medio en el Corinthians, además de un par de partidos seleccionado por Brasil. En aquellos momentos, si salía del país, mi intención era ir a Italia. La mayoría de los jóvenes jugadores brasileños mirábamos muchos los partidos de la Serie A, porque allí había muchos futbolistas de nuestro fútbol triunfando en los equipos más importantes del calcio. En mi caso, existía la posibilidad de firmar por el Inter de Milán.
Pero ahí se cruzó Arsène Wenger. Antes de un partido con el Corinthians entre semana, una persona del club me avisó de que el entrenador del Arsenal estaba en São Paulo -iba a ver varios partidos- y que quería cenar conmigo.
Después de ese partido, fui a la cena con Arsène. Lo pasamos muy bien desde el primer momento. Ayudado por un traductor, estuvimos hablando mucho tiempo; con mucha confianza. En esa primera charla con él ya me di cuenta de que es una persona diferente, con un alto nivel de educación y en la gestión de personas.
"Mi única preocupación era adaptarme al ritmo de juego inglés. Si quería jugar en el Arsenal, tenía que hacerlo lo más rápido posible"
"Me gusta como juegas al fútbol", me dijo. Y me explicó por qué quería llevarme al Arsenal. Hasta ese momento, el Arsenal tenía en su defensa una línea conformada por completo por internacionales con Inglaterra. David Seaman en la portería, Lee Dixon en el lateral derecho, Martin Keown y Tony Adams como centrales y Nigel Winterburn en el lateral izquierdo.
Jugadores de enorme calidad, pero Arsène sentía que muchos equipos en la Premier League, bajo el clásico 4-4-2, habían aprendido a frenar el juego ofensivo del Arsenal. Así que buscaba añadir nuevas opciones con laterales más ofensivos y que dieran más amplitud al equipo, como era mi caso.
Arsène también me habló en la cena de mis capacidades físicas, y me dio a conocer que sabía ciertos datos sobre mí. Por ejemplo, mis registros en velocidad y capacidad de aceleración. Era increíble. Al final, firmé por el Arsenal poco después de esa cena, en la pretemporada de 1999. El primer jugador brasileño en la historia del Arsenal.
Arséne me ayudó a integrarme dentro del equipo. También, por supuesto, a adaptarme a ese ritmo de juego tan especial que tiene la Premier League. Él quería que no perdiera mi espíritu ofensivo, pero debía aprender a defender.
Pat Rice, su segundo no me dio tregua en los entrenamientos con eso. Carreras para atrás para defender, también metiendo la pierna y yendo al choque. Yo era un jugador más liviano, no el típico defensor fuerte, pero aprendí mucho con Pat en el apartado defensivo.
"los partidos en Highbury eran especialmente increíbles. Me impactó muchísimo que el público estuviera ahí, a tu lado"
Después de varios meses, empecé a jugar como titular. Había conseguido superar el reto. Sentí que me había convertido en un jugador mucho más completo gracias al trabajo de los entrenadores.
A partir de ese momento, una vez que ya me encontraba cómodo dentro del ritmo de juego, también pude disfrutar mucho más de jugar al fútbol en Inglaterra. Los partidos en Highbury eran especialmente increíbles. Me impactó muchísimo que el público estuviera ahí, a tu lado, muy cerca de la línea de banda pegado a ti. Cuando el balón salía por la banda, los propios aficionados te daban la pelota para sacar rápido. Era formidable.
Disfrutaba el doble cuando jugábamos en casa.
También estaban todos esos jugadores que conformaban el Arsenal. Futbolistas de un alto nivel en Europa que habían ganado mucho y de los que tuve la suerte de aprender. Siempre defiendo que estar al lado de grandísimos jugadores —como lo era todos aquellos que conformaban el Arsenal—, te hacen mejorar.
Aunque no estés jugando, como era mi caso los primeros meses en Arsenal, mejoras porque te planteas cada entrenamiento como un examen, en el que tienes conseguir llegar a su nivel. Estar a la altura de esos jugadores.
"Sabía cómo controlar todo lo que rodeaba al jugador, pero sin agobiarlo. Hoy esto es más fácil de ver, pero en los años que estuve en el Arsenal lo hacían muy pocos entrenadores
También sentí que mis compañeros me arroparon mucho. Yo era el primer brasileño que llegaba al club, pero en ningún momento me vi solo. Eso también me ayudó muchísimo para que mi adaptación fuera mucho más rápida.
Y sobre todo lo que pasaba en el equipo, ahí estaba Arsène. No descuidaba ningún detalle. Lo tenía todo controlado. Fue la primera vez que yo veía a un entrenador decidir qué se iba a hacer en la nueva ciudad deportiva que el Arsenal estaba construyendo por entonces.
Tenía las manos en todo. Cómo llegarían los jugadores a la ciudad deportiva, dónde teníamos que meter nuestras zapatillas, cómo iba a ser el restaurante y qué se comería, el cambio de ropa en los vestuarios… Todo estaba muy bien planificado por él. Una persona con mucha experiencia, porque había girado por todo el mundo, trabajando en países como Japón.
Sabía cómo controlar todo lo que rodeaba al jugador, pero sin agobiarlo. Hoy esto es más fácil de ver, pero en los años que estuve en el Arsenal —de 1999 a 2001— lo hacían muy pocos entrenadores.
"Todo lo que me acabó pasando en el Arsenal, de alguna manera Arsène me lo hizo ver en la primera cena que tuve con él en Brasil"
No obstante, lo más sorprendente para mí era la rutina que teníamos antes de los partidos. Nunca había hecho nada parecido en Brasil. Por entonces, en la Premier League los partidos solían ser generalmente temprano, en la franja de las tres de la tarde a las cinco. No se jugaba mucho por la noche.
Llegábamos al hotel donde nos concentrábamos y salíamos a dar un paseo toda la plantilla por la calle. Después del paseo, íbamos a un salón grande del hotel y nos tirábamos al suelo para hacer estiramientos y un poco de meditación, con ejercicios de respiración. Todo guiado por Arsène. Después de esta rutina, tu mentalidad de cara al partido había cambiado. Estabas mucho más enfocado en lo que iba a pasar horas después.
Arsène tenía muchas virtudes, pero para mí la más importante de todas es que iba por delante de muchos los entrenadores en el trabajo con el grupo. Sabía escoger muy bien los jugadores que iban a entrar a formar parte de él. Siempre futbolistas muy buenos técnicamente.
Todo lo que me acabó pasando en el Arsenal, de alguna manera Arsène me lo hizo ver en la primera cena que tuve con él en Brasil. Como te dije, me habló también de mis aspectos físicos, pero eso no era lo más importante para él.
Lo más importante era mi fútbol y mi manera de jugar. Por eso me firmó.
Eso mismo es lo que sigo yo ahora como entrenador. Lo más importante de un futbolista es su juego. Después, la adaptación a todo lo demás sé que llegará si trabaja y es constante.