VÍCTOR FERNÁNDEZ
Real Zaragoza, 2024-Presente
Nos concentramos a las afueras de París para la final de la Recopa contra el Arsenal. Un lugar tranquilo y también, porque no decirlo, bastante aburrido.
Entrenar y descansar. No había mucho más que hacer allí. Pero es lo que buscábamos para preparar el partido más importante en la historia del Real Zaragoza hasta entonces — mayo de 1995—, y hasta hoy también. Desde ese día, el Real Zaragoza nunca ha vuelto a llegar tan lejos en una competición europea.
La final contra el Arsenal marcaba el gran hito de nuestro ascenso. El premio a un trabajo bien hecho que se había iniciado varias temporadas antes. Y fue de una manera que, ahora con la perspectiva que da el tiempo y también los años, tal vez yo no debería habría afrontado. ¿Por qué digo esto? Bueno, tenía 30 años cuando me hice cargo del Real Zaragoza. Fue en marzo de 1991, por medio de una pregunta muy directa del presidente, José Ángel Zalba: “¿Te atreves a llevar tú el equipo?”.
El entrenador que estaba, Ildo Maneiro, había presentado su dimisión con el equipo en puestos de descenso y una dinámica de resultados muy mala. Yo no me pensé la respuesta. “Sí claro, presidente”, le dije. “Sí claro”, pero realmente no medí bien todos los riesgos.
Fue como saltar al vacío.
"EMPECÉ CON 30 AÑOS Y LA desventaja DE no haber sido futbolista profesional"
Al día siguiente de esa llamada y aceptar hacerme cargo del equipo, llegué a la ciudad deportiva como entrenador del Real Zaragoza. Ya había estado antes como segundo de Radomir Antic (abajo), a quien le agradezco infinitamente todo lo que me ayudó. Pero cuando eres el primer entrenador, notas toda la presión de golpe.
Más todavía en una situación tan complicada como la del equipo en puestos de descenso, yo siendo un entrenador nacido en Zaragoza y solo, reitero, con 30 años. Por aquel entonces era impensable ver a un entrenador tan joven en un banquillo de Primera y más si no habías sido jugador profesional, como me pasaba a mí.
Desde el comienzo, en mi primera charla en el vestuario, sabía que los jugadores me iban a juzgar por no haber sido futbolista profesional. Era una desventaja y, por lo tanto, para ellos había muchas interrogantes sobre cuál era mi capacidad como entrenador. Es habitual que un jugador siempre se plantee preguntas cuando llega un técnico nuevo, y más con el perfil que yo reunía, pero tenía preparado lo que iba a hacer.
Traté desde el primer momento de ganarme la confianza de los jugadores y su respeto a base de mostrar mis conocimientos y mi preparación. Todo acompañado por un sentido de la justicia. Intenté equivocarme lo menos posible en mis decisiones y, por supuesto, sumar para lograr el objetivo de salvarnos del descenso de Primera.
"En doce meses pasamos de salvarnos en el partido de promoción a clasificarnos para la Copa UEFA"
Yo estaba convencido de que lo íbamos a conseguir. Pero también creo que tenía ese convencimiento por mi juventud y ganas. Cuando tienes 30 años y estás ante una oportunidad como esa, dirigir a un equipo en Primera y del nivel del Real Zaragoza, solo ves el lado positivo de las cosas. Sin embargo, no te detienes tanto a mirar los posibles riesgos. Y de los riesgos me di cuenta muy pronto: en el primer partido.
El debut no pudo ser peor. Perdimos 2-0 contra el Valencia, en un partido en el que no tuvimos ninguna opción. Directamente nos pasaron por encima. No empezó como yo esperaba, es obvio, pero el día a día lo tomé con la tranquilidad, intentando aislarme de los comentarios que podían surgir en la prensa.
Dejé de leer los periódicos durante bastante tiempo. Solo trataba de hacer mi trabajo lo mejor posible, sin verme condicionado por la opinión que podía escribir un periodista o un artículo sobre mí.
Así llegamos al final de la temporada, a jugarnos la salvación en la promoción. Entonces, era una eliminatoria en la que se medían el 17º y 18º de Primera contra el 3º y 4º de Segunda. Nosotros, que terminamos 17º en Primera, jugamos contra el Real Murcia. Es verdad que lograr la salvación en la promoción no es buen indicador, porque quiere decir que no has hecho bien las cosas durante toda la temporada. Sin embargo, el modo en el que ganamos ese partido le dio mucho brillo al objetivo. Fue un 5-2 al Murcia con nuestro estadio, La Romareda, lleno.
"agradezco infinitamente a RADOMIR Antic todo lo que me ayudó"
Esa victoria tan contundente y el modo en como ganamos fue la lanzadera para lo que vino después. Lo primero, que el presidente decidiera mi continuidad en el club. Yo en principio iba a estar solo tres meses.
Lo siguiente fue poder tener participación en la planificación de la plantilla de la temporada 1991/92, junto con la dirección deportiva. No hicimos grandes cambios, porque solo llegaron tres jugadores. Eso sí, tres jugadores claves: Jesús Solana, Aurelio Gay y Darío Franco.
En doce meses pasamos de salvarnos en el partido de promoción a clasificarnos para la Copa UEFA. Y lo hicimos con un estilo de juego muy ofensivo. Siempre me he puesto del lado del espectador a la hora de entender lo que quiero ver en mis equipos. ¿Y qué quiere ver un aficionado que va al campo? Un aficionado quiere ver a ganar a su equipo, está claro, pero también quiere divertirse. Yo defiendo eso: ganar divirtiendo.
Pero para conseguirlo se necesitan buenos futbolistas, con buen pie y un perfil indicado. Cada temporada fuimos mejorando el nivel del equipo y los resultados. En la temporada 1992/93 jugamos la final de la Copa del Rey y en la siguiente fuimos terceros en la Liga. Y en la 1994/95 llegamos a la final de la Recopa de Europa. Todo fue encajando a la perfección, construyendo el equipo sobre la base de la idea de juego que a mí me gustaba.
"Si echo la vista atrás, estoy seguro de que el triunfo en la Recopa es el momento de mayor repercusión"
La final ante el Arsenal fue un partido muy complejo. Ellos tenían dos factores importantes a su favor. Eran un equipo más físico que nosotros, porque entonces el Arsenal jugaba todavía el clásico fútbol inglés de juego directo. Y, además, habían ganado la competición el año anterior. Defendían título y tenían más experiencia que nosotros en una situación así.
La primera parte fue de mucho control, sin poder desplegar del todo nuestro juego. En la segunda, mejoramos y nos adelantamos en el marcador con un espectacular gol de Juan Eduardo Esnáider. Pero John Hartson hizo el empate a uno con el que se llegó al final del tiempo reglamentario. La prórroga la jugamos con mucho miedo ambos equipos, hasta que llegó el gol de Nayim. Un gol increíble en el último segundo. Lo recuerdo y todavía se me ponen los pelos de punta.
Después llegó también una etapa muy bonita para mí, con el Celta de Vigo. Junto con el Real Zaragoza, el equipo en el que más feliz me he sentido, como entrenador y como persona. Había también un ambiente muy familiar, y pudimos desarrollar de igual modo una idea de juego que fue admirada en el futbol español y Europa.
Logramos clasificarnos para competiciones europeas todas las temporadas, con partidos inolvidables como el 7-0 al Benfica y el 4-0 a la Juventus. La Juve de Zidane.
"GRACIAS A LOS JUGADORES SOY EL CUARTO entrenador con más partidos en Primera, por detrás de Luis Aragonés, Javier Irureta y Miguel Muñoz"
Sin embargo, nos faltó acompañar todo eso con un gran título. Estuvimos cerca de hacerlo, pero perdimos la final de la Copa del Rey ante el Real Zaragoza en la 2000/01. No obstante, me queda la satisfacción de que ese equipo fue la base para que después el Celta se clasificara para la Champions League ya con Miguel Ángel Lotina. Fue el broche de oro para un espectacular conjunto de jugadores.
Alexander Mostovoi, Gustavo López, Valeri Karpin, Revivo, Mazinho, Claude Makélélé... Futbolistas increíbles. Como lo son todos los que he tenido en los equipos que he estado. También en el Real Betis y el Deportivo de la Coruña, mis siguientes clubes.
Son ellos, los jugadores, quienes me han permitido llegar hasta la cifra de dirigir 544 partidos en Primera División. Ellos también me hacen ser el cuarto entrenador con más partidos en Primera, por detrás de técnicos de la talla de Luis Aragonés (756 partidos), Javier Irureta (612) y Miguel Muñoz (608).
Y también por los jugadores he podido sumar muchos momentos más en competiciones europeas y disputar finales. Finales que he ganado y también he perdido, pero siempre con la intención de que mostrar un fútbol atractivo.
"si no hubiésemos ganado al REAL Murcia, no habría pasado nada de todo lo que llegó después"
Si echo la vista atrás, estoy seguro de que el triunfo en la Recopa es el momento de mayor repercusión en mi carrera.
Un momento, además, de gran movilización social de la gente de Zaragoza. Los aficionados abarrotaron París.
Pero el partido más importante en mi carrera no fue la final contra el Arsenal. El más importante es el de la promoción ante el Real Murcia.
Si ese partido no lo hubiésemos ganado, yo no habría seguido siendo entrenador del Real Zaragoza y, por lo tanto, no habría pasado nada de todo lo que ha llegado después. Una carrera que va ya para 33 años, y que espero que sean muchos más.
Me siento con ganas y energía para seguir entrenando.
Y, quién sabe, para poder reescribir el partido más importante de mi carrera.
VÍCTOR FERNÁNDEZ