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Cómo ha mejorado Xavi Hernández al Barcelona: cinco observaciones tácticas

Cómo ha mejorado Xavi Hernández al  Barcelona: cinco observaciones tácticas
Redacción
The Coaches' Voice en español
Publicado el
2 de febrero 2023

El 2 octubre de 2022, el Barcelona se situaba líder de la Liga 2022/23 en la séptima jornada. Un hecho que generalmente habría sido tomado como algo habitual en el club azulgrana, acostumbrado a vivir en los puestos más altos de la clasificación. Sin embargo, en esa fecha fue noticia porque el Barcelona acumulaba un total de 833 días (91 jornadas de Liga) sin liderar la tabla de la competición española.

Xavi Hernández, quien llegó en noviembre de 2021 al Camp Nou, ha ido construyendo poco a poco a un nuevo equipo, con el espaldarazo también de las grandes contrataciones en el mercado de verano de 2022. Robert Lewandowski, Jules Koundé y Andreas Christensen son los fichajes que hasta ahora han tenido mayor rendimiento.

Todo eso ha llevado al Barcelona de nuevo a pelear por los títulos en 2023, ya con la consecución de la Supercopa de España en enero y también como primero en la tabla, con 50 puntos, una vez finalizada la primera vuelta de la Liga 2022/23. En este informe de The Coaches’ Voice señalamos y analizamos cinco claves tácticas introducidas por Xavi Henández para conseguir la gran mejoría del rendimiento del equipo.

Superioridad en el centro del campo

En sus primeros meses en el Barcelona, Xavi dio mucha importancia a tener dos extremos naturales muy abiertos en todas las situaciones de ataque. Sin embargo, su manera de interpretar el juego ofensivo se ha ido modificando a lo largo del tiempo. Y es que, si bien los carriles exteriores siguen ocupados —en la banda derecha por Ousmane Dembélé y en la izquierda por las incorporaciones de Alejandro Balde desde la posición de lateral—, es el flanco izquierdo donde el técnico azulgrana ha utilizado un cuarto centrocampista. Pedri o Gavi se alternan en esta posición dependiendo del partido y el objetivo a conseguir en el juego.

Ambos jugadores son los encargados de partir desde banda hacía dentro para generar un cuadrado en el centro del campo, como también superioridades en la zona ancha. Es decir, se trata de convertir un falso extremo en un mediapunta con capacidad para girar, dar un último pase e incluso llegar al área con asiduidad. Con esto, la idea de Xavi es tener siempre un jugador más que el rival para poder atraer por dentro y jugar por fuera.

A Pedri y Gavi se les unen Sergio Busquets y Frenkie de Jong. Estos jugadores conforman un cuadrado (abajo) con tres objetivos principales: desarrollar múltiples alternativas para conectar la línea defensiva con el ataque, un continuo movimiento para generar hombres libres a la espalda de los mediocentros rivales o, si los centrocampistas rivales están muy hundidos, facilidad para que Busquets o De Jong reciban el balón. Ganar el centro del campo es una obsesión para Xavi, y con esta modificación de sistema el equipo lo consigue.

La calidad y versatilidad de los cuatro jugadores que se reparten el espacio otorgan un control absoluto de la posesión en la zona de creación. Así como una necesidad al equipo rival de descender metros en su presión.

Mediocampo del Barcelona de Xavi Hernández en la Supercopa 2023 contra el Real Madrid

Doble ‘5’ creativo

De Jong y Busquets son los dos jugadores que comparten la zona de mediocentro. Aquí Xavi ha encontrado el equilibrio necesario tanto cuando el equipo está en fase defensiva como en ofensiva. Con Busquets ocupando solo esa posición y siendo el Barcelona un equipo expuesto en múltiples ocasiones a recibir contraataques, el técnico azulgrana ideó en los primeros compases de la temporada 2022/23 una manera diferente de defender.

Hasta entonces, De Jong siempre se situaba con más altura con respecto a Busquets. Sin embargo, al alinearse el neerlandés casi en paralelo con Busquets cuando el equipo rival tiene el balón, provoca que la ocupación del espacio en la zona ancha sea más efectiva para el Barcelona.

Las ayudas que se realizan entre los dos para robar el balón, para repartirse las labores defensivas insertándose entre centrales y a la vez tener controlada la zona de rechace, conforman una mejor manera de contrarrestar los posibles contraataques que se pueden producir y los centros laterales rivales.

A su vez, esa simetría en el doble pivote produce que, a la hora de progresar con balón, tanto De Jong como Busquets sean una alternativa o un punto de apoyo para dar fluidez y velocidad al juego. Una de las funciones de esta sociedad de ‘5’ es atraer la presión del rival y así liberar a los mediapuntas, Pedri y Gavi, que ocupan posiciones más adelantadas (abajo).

De Jong, asimismo, aparece mucho más en la construcción del juego. Allí puede sacar a relucir todo su potencial con el balón: distribución a pocos toques y conducciones cuando la situación lo requiere.

Doble pivote del Barcelona de Xavi en la Supercopa contra el Real Madrid.

La verticalidad de Dembélé

Desde su llegada al Barcelona, Xavi siempre ha defendido la calidad y el buen hacer del extremo. Una confianza que se ha visto respondida por el internacional francés en el campo. Mientras que el flanco izquierdo está más para sorprender con la llegada del lateral y para atraer con los sucesivos pases de Gavi y Pedri; la banda derecha del Barcelona tiene constantemente abierto a Dembélé para poder encarar y explotar su velocidad. Un extremo natural capaz de salir hacía los dos perfiles y definir con ambas piernas.

De ese modo, la mejor arma del Barcelona en ataque es hacerle llegar el balón a Dembélé con ventaja para poder realizar un uno contra uno ante su par. Es ahí donde radica la importancia de su velocidad y la facilidad para eliminar contrarios (abajo). Hay pocos futbolistas con la capacidad del francés, y es más que una alternativa o recurso en el juego del Barcelona.

La explosión de juego de Dembélé también tiene su explicación en la protección que encuentra a su espalda. Ronald Araújo y Jules Koundé, centrales, también han jugado como laterales derechos a la espalda del extremo. Bajo ese rol en banda, ambos tienen la premisa de no realizar desdoblamientos que favorezcan las ayudas rivales. Es por ello que son contadas las veces que el lateral derecho del Barcelona se incorpora al ataque.

Mientras tanto, Dembélé suele perder altura si la jugada lo requiere para entrar en contacto con el balón. Su conducción suele atraer a varios rivales por lo que su manera de asociarse también genera ventajas a la hora de progresar con el balón.

Sin ser el Barcelona un equipo que juega al contraataque, tener a Dembélé es una invitación a realizar transiciones rápidas cuando se recupera el balón. Con espacio y la verticalidad propia del francés, es habitual ver recuperar el balón al conjunto de Xavi y activar el ataque.

En esas acciones, Lewandowski suele ser el primer receptor en el soporte para jugar de cara y dar continuidad a la jugada. Esto para posteriormente lanzar un balón al espacio a Dembélé, quien tiene grandes habilidades para eliminar rivales ante una defensa no posicionada. Ahí su verticalidad y conducción resultan difíciles de contener.

Ousmane Dembélé, jugador clave en el esquema de Xavi Hernández en el Barcelona.

Seguridad defensiva

No encajar gol quizás es sea uno de los factores más importantes en los que Xavi ha incidido en esta temporada. Y es que los pocos tantos que está encajando el Barcelona (7 en la primera vuelta de la Liga, es decir, una media de 0,3 por partido) le están catapultando a la lucha por el título liguero.

En la línea defensiva, las contrataciones de Koundé y Christensen, más la irrupción de Alejandro Balde, se suman a la consagración de Araújo. Estos cuatro jugadores han rejuvenecido una zaga en la que jugadores como Gerard Piqué o Jordi Alba habían bajado su nivel respecto a temporadas anteriores.

De manera destacada, el salto cualitativo de Araújo, convirtiéndose en un jugador determinante para el esquema de Xavi. Ya sea en su posición natural de central o adecuándose al lateral derecho cuando enfrente hay un extremo vertical que busca continuamente el uno contra uno. Todo hace que su dominio defensivo —tanto por velocidad, juego aéreo y capacidad para darle continuidad al juego con balón— esté dando un rendimiento absoluto a la parcela defensiva.

Caso parecido al de Araújo es el de Koundé. Un jugador que se adapta a la perfección a la propuesta con balón que Xavi propone. A la vez dota de un plus de energía e intensidad defensiva. Su rapidez permite que la línea defensiva del Barcelona pueda estar muy alejada de su propia portería posibilitando robar el balón en campo rival (abajo).

Marc-André ter Stegen es otra de las claves del gran rendimiento defensivo del Barcelona. Su salida de balón es una virtud a explotar por Xavi. Pero su calidad bajo los palos, recuperado su mejor nivel, vuelve a estar fuera de toda duda.

Son varias las paradas del arquero alemán que han dado puntos al Barcelona. Por otro lado, tener la línea defensiva tan adelantada provoca, a su vez, que Ter Stegen interiorice la idea de salir de su portería cuando lo requiere la jugada.

Lewandowski: faro del ataque

La presencia de Lewandowski en el Barcelona le hacen el referente en cualquier acercamiento al área rival. Xavi necesitaba un delantero total que fuera capaz de buscar recibir entre líneas para darle continuidad a las jugadas, estar bien ubicado para rematar cuando se llegase por fuera, tirar desmarques continuos para crear más espacio a la zona de mediapuntas y además tuviera gol. Un papel que interpreta a la perfección el delantero polaco.

Todas las construcciones de ataque del Barcelona tienen como principal denominador común acabar ser finalizadas por Lewandoski. Se trata de un jugador capaz de rematar a un solo contacto con gran precisión. Con la llegada del internacional polaco, Xavi completaba su obra en ataque. Aquí se justificaba el juego exterior de Dembélé por derecha y de Balde o Jordi Alba por izquierda, teniendo un delantero con registros de gran cabeceador.

Utilizado en múltiples ocasiones como soporte para jugar de espaldas y servir de apoyo a los interiores, Lewandowski no solo es sobresaliente dentro del área. Xavi ha propuesto una serie de automatismos en el juego del equipo que hacen al delantero polaco un punto de apoyo para salir jugando con el tercer hombre ante una presión muy alta del rival. Es en estas situaciones cuando Lewandowski pierde altura o fija a su central para dejar el balón de cara o en situación de darle continuidad a las jugadas tanto a los jugadores de segunda línea como a Dembélé.

Estas cinco claves, sumado a la confianza que Xavi ha transmitido a sus jugadores, han devuelto al Barcelona a una posición de privilegio. Y aún con margen de crecimiento. Algo que los aficionados del club azulgrana echaban de menos después de temporadas complicadas en el Camp Nou.

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