Jules Koundé
Sevilla, 2019-2022. FC Barcelona, 2022-presente.
El Perfil:
Muchos aficionados del Sevilla consideraron excesivo el traspaso por 25 millones de euros al Girondins de Burdeos en el verano de 2019 por un central de 20 años y apenas conocido para el gran público. Pero bastaron unos pocos partidos para que ese pensamiento cambiara, señalándose desde entonces Jules Koundé como uno de los centrales más brillantes de la Liga. Un éxito más de la política de contrataciones de 'Monchi', director deportivo del Sevilla, club que estudia ofertas millonarias por el jugador francés.
Su espectacular desarrollo en el Sevilla comenzó bajo las órdenes de Julen Lopetegui, entrenador que le dio total confianza para instalarse como uno de los principales ejes del equipo a pesar de su corta edad. El entrenador español supo que tenía en su equipo a un enorme talento defensivo, pero también reclamó paciencia para un futbolista en proceso de evolución para alcanzar todo el potencial que se le presupone. “Koundé es un chico joven. Tiene unas buenas condiciones, pero, sobre todo, la clave es la cabeza. Cuando más tranquilo lo dejemos, más crecerá”, ha señalado Lopetegui.
Análisis táctico:
Koundé se desarrolla como defensa central, actuando prácticamente siempre en el perfil derecho. No obstante, por características, también puede jugar perfectamente de lateral con bastante recorrido, ejecutando bajo este papel acciones propias de un jugador de banda.
En el plano físico, no es un jugador excesivamente alto, ni con una gran corpulencia, pero sí dispone de una gran fuerza para las disputas, donde acude con la máxima intensidad ante cualquier tipo de delantero. En esos duelos individuales, su gran velocidad le permite llegar en ventaja a la mayoría de balones y disputarlos con autoridad. No solo por abajo, ya que su salto poderoso le permite ganar también los balones aéreos e impedir los remates de rivales.
En fase ofensiva, se siente cómodo con el balón en los pies. Le gusta tener protagonismo en esta faceta del juego y siempre ofrece una línea de pase para recibir, ya sea en circulación sin presión o en situación comprometida, acciones donde es capaz de asumir riesgos cuando es necesario. Para facilitar la salida, se posiciona siempre muy abierto en banda derecha, dejando así espacio para que uno de los mediocentros se coloque entre ambos centrales para generar una ventaja numérica.
También en fase de inicio, domina el recurso de realizar cambios de orientación medios y largos, ejecutándolos de manera repetida y casi siempre acertada durante los partidos (arriba). Esos envíos le permiten a su equipo completar las circulaciones de lado a lado saltándose a su compañero en el eje de la zaga para llegar al lateral o incluso saltándose dos compañeros para llegar hasta el extremo, acción que habilita a su equipo tomar ventaja ante el balance defensivo del rival. Asimismo, ante la presión rival, busca la espalda de la defensa con balones frontales largos sobre el extremo de su lado. Tampoco le intimida en exceso usar la pierna izquierda, a pesar de ser diestro, para realizar pases medios o cortos, o incluso algún despeje.
En fase de creación, y, en un ataque organizado de su equipo, es un central al que no le importa arriesgar los espacios a su espalda, sabedor de que con su gran velocidad e interpretación del juego es capaz de leer y anticiparse tras una posible pérdida (abajo). Además, siempre está cerca en la vigilancia ofensiva en previsión de algún fallo de un compañero, encimando al delantero rival para no conceder ventajas.
Aunque su rol es principalmente defensivo, también puede aparecer por cualquier parte del campo, siempre en su perfil derecho, ya que, a pesar de ser central, muchas veces se convierte en un jugador de área a área. Un concepto novedoso del defensor central que lo convierte en una pieza distinta a lo que cualquier otro jugador que ocupa su posición pueda aportar.
Cuando se proyecta en ataque puede entrar en carrera al área para finalizar la jugada con un poderoso remate de cabeza o bien puede penetrar en zona peligrosa con el balón controlado. Tampoco es raro verlo subir la banda como si de un lateral derecho se tratara para acabar poniendo el centro a zonas de remate.
Son virtudes ofensivas a las que suma una buena capacidad goleadora, ya sea en las acciones a balón parado, como interpretando los rechaces dentro del área, donde suele hacerse con el balón para buscar el gol. También puede finalizar la jugada incorporándose desde atrás al ataque o desdoblando al lateral por el carril interior. A pesar de ser un recurso no muy usado por la posición que ocupa, tiene una habilidad para el uno contra uno ofensivo impropia para un central de su edad, realizando regates con una gran técnica y seguridad.
Rol en el Sevilla:
En el Sevilla tiene la suerte de contar con múltiples apoyos en fase de inicio, ya que los mediocentros siempre se acercan a recibir. Así, los pases, aún siendo muchas veces verticales, no siempre han de ser filtrados entre la línea de presión rival, con Ivan Rakitic, Joan Jordán y Fernando como sus mayores aliados en estos movimientos.
Eso no quiere decir que Koundé no tenga capacidad para poder salir él mismo con el balón desde atrás. Todo lo contrario. Cuando la situación lo requiere, porque el rival cierra esa conexión con el mediocampo, identifica perfectamente cuando su equipo supera la línea de presión rival en lado contrario, y, una vez visualizado el espacio, sale en conducción con gran velocidad y el balón muy pegado al pie (abajo). Se trata de una acción en la que Fernando realiza la permuta defensiva, retrasando su posición para cubrir la ausencia del central francés. Una vez incorporado al ataque, Koundé no tiene problemas en llegar hasta el área contraria y, en ocasiones, finalizar él mismo la acción.
En el plano defensivo, Koundé se mantiene en el Sevilla en muchas ocasiones como último defensor cuando su equipo ataca, midiéndose así en duelos individuales ante los rivales. Una función en la que confía mucho en su velocidad, capaz de aguantar la carrera a los delanteros más rápidos y llegando al cruce con bastante efectividad. Es un defensor muy inteligente y sorprende el grado de madurez que alcanza con tan solo 22 años, siendo una posición donde los jugadores jóvenes suelen tener problemas mayores. Los errores que pueda llegar a cometer en ocasiones llegan más por un exceso de confianza y falta de experiencia, aspectos que habrá de corregir con el paso de los años.
A pesar de ir mucho a la disputa de manera continua, donde utiliza bien el cuerpo y los brazos, es un jugador muy limpio que no recibe demasiadas amonestaciones. No es un defensor acostumbrado a temporizar en exceso, optando principalmente por atacar y acosar al poseedor del balón de una manera rápida para no dar tiempo a ejecutar la siguiente acción, lo que obliga mucho al rival a tener que jugar hacia atrás al no permitirle el giro con balón.
Por otro lado, es un jugador que no suele ir al suelo para realizar el tackling, sino que roba el balón manteniéndose de pie, por lo que le es más fácil mantener la posición. Ante un posible ataque prometedor, se anticipa muy bien al delantero impidiendo que el balón le llegue en condiciones de ser jugado, robándolo y poniéndolo a disposición de sus compañeros.
Su gran inteligencia táctica le permite realizar la acción más correcta en cada momento, siendo un jugador de gran valor en la toma de decisiones. Koundé tiene una característica especial, y es la capacidad de bloquear centros y disparos (abajo). Suele encontrar el espacio por donde el balón va a intentar pasar, rechazando gran cantidad de envíos y con ello evitando muchas ocasiones de gol.
En las disputas aéreas, gana la mayoría de los duelos, tanto en balones frontales sobre el delantero, como en ambas áreas. Una tarea donde su sociedad defensiva con Diego Carlos hizo muy complicado penetrar el espacio aéreo del equipo de Lopetegui. Asimismo, es capaz también de orientar ese balón para que las segundas jugadas no sean perjudiciales para su equipo. A pesar de esto último, tiene margen de mejora a la hora de identificar y encimar la marca ante posibles centros, ya que todavía actúa de manera independiente ante ese tipo de situaciones.
Acostumbrado a realizar bastantes despejes por partido, Koundé suele orientar los despejes hacia la profundidad de sus extremos, consiguiendo no solo evitar una posible ocasión de gol, sino darle continuidad a la jugada manteniendo el balón en el campo y cediéndolo a sus compañeros para un posible contraataque.
En el Sevilla se entendía a la perfección con su pareja, Diego Carlos, realizando buenas y rápidas coberturas (arriba) cuando su compañero es superado. En estas acciones opta por encimar al rival para que su compañero pueda recuperar la posición pérdida.
La progresión de Koundé está fuera de toda duda, más aún viendo la personalidad que tiene sobre el campo con su edad. Todo eso lo llevó a ser un jugador inamovible en el once titular de Lopetegui en el Sevilla, como también objeto de deseo por parte de los grandes clubes de Europa. Equipos que ven en el francés un central de gran presente, pero, sobre todo, de enorme futuro.
Redacción: Héctor García