Antonie Griezmann
Barcelona, 2019-Presente
El Perfil:
Antoine Griezmann encontró en el Barcelona un nuevo desafío. Convertido en uno de los jugadores más influyentes a las órdenes de Diego Simeone en el Atlético de Madrid, tuvo que reajustarse para pasar a estar bajo la sombra de otros compañeros - concretamente Lionel Messi - en el Camp Nou.
Sin embargo, después de una primera temporada deslucida y sin trofeos con Ernesto Valverde y Quique Setién, las posibilidades de brillar de Griezmann han aumentado con la partida de Luis Suárez al Atlético y la llegada de Ronald Koeman, quien tiene la tarea de encontrarle la posición más adecuada para que pueda explotar todas sus virtudes.
Análisis táctico:
Griezmann combina el instinto goleador de un delantero centro con las cualidades creativas de un mediapunta. Le gusta situarse en posiciones más retrasadas en ataque para recibir el pase al pie antes de girarse y progresar con un pase, también con capacidad para llegar hasta el área y generar ocasiones que van más allá de la función de un mediapunta.
En el Atlético, Griezmann estaba acostumbrado a jugar junto a otro compañero en la delantera, adoptando una posición más retrasada. Pero también puede figurar en un ataque con tres jugadores, como así fue en la selección de Francia que ganó Copa del Mundo de 2018, teniendo a Olivier Giroud y Kylian Mbappé como compañeros. Al margen de la estructura ofensiva que disponga su entrenador, es un delantero versátil que puede realizar diferentes funciones y ofrecer peligro de diversas formas.
Gran parte de su efectividad se debe a que se aleja de su posición, sin importar la posición de partida, lo que obliga a los defensores rivales a tomar una decisión sobre si seguirlo o dejar a un compañero de equipo que se ocupe de su marca. Un momento de duda que el francés aprovecha para recibir el balón libre de marca en el medio del campo. También tiene la capacidad de encontrar un pase hacia adelante después de que un defensor lo siga fuera de su posición, liberando ese espacio que puede ser atacado por un compañero (abajo).
Con el balón en los pies en último tercio de campo, Griezmann escanea constantemente posibles espacios por donde jugar o correr hacia adelante. En esta lectura de la acción de juego, también sabe cuándo girar y jugar hacia adelante o cuándo tiene que jugar de cara con compañero, tomando buenas decisiones que facilitan el juego de posesión del Barcelona.
Es en los metros finales cuando emergen sus instintos depredadores. La mayoría de sus goles llegan en los últimos metros, anticipándose al defensor rival para llegar a la zona de remate. A menudo se mantiene alejado de la acción ofensiva para atacar el lado débil y rematar un centro por abajo.
Rol en el Barcelona:
La decisión del Barça de gastar mucho dinero en Griezmann lució extraña teniendo en cuenta que el equipo azulgrana contaba con Luis Suárez en el equipo como primera elección entre los delanteros. Griezmann, Suárez y Messi son delanteros versátiles, aunque Messi y Suárez ya habían conseguido una sociedad bien compenetrada, partiendo el argentino hacia la derecha para habilitar a su compañero.
De ese modo, la ruta obvia para juntar a los tres jugadores en el mismo once era situar a Griezmann en la izquierda. Sin embargo, el jugador francés nunca llegó a sentirse cómodo en ese perfil, anotando solo nueve goles en la liga en 35 apariciones, a pesar de jugar junto a Messi en el mejor momento creativo del argentino, quien consiguió romper el récord de más asistencias en una temporada de La Liga al lograr 21.
La marcha de Suárez al Atlético, tras la designación de Koeman como técnico, significó un lugar en el perfil derecho del ataque del Barça, espacio que pasaría a ocupar Griezmann. Junto a Suárez, el francés pasaba demasiado tiempo pegado a banda izquierda y, a menudo, tenía que girar para posicionarse a favor de su perfil dominante (la pierna izquierda). Desde la derecha, eso cambia, ya que puede girar hacia el centro del campo con rapidez y conducir con su pie dominante para proporcionar una amenaza directa a la portería.
Por otro lado, Messi, aunque juega como un falso nueve y con libertad, constantemente baja al medio campo para actuar como mediapunta. Hay mucha presión sobre Griezmann y el atacante por el lado izquierdo, Ansu Fati, para estirar la línea defensiva rival y atacar el espacio a la espalda (arriba). Con el talento en el pase de Messi, Philippe Coutinho, Frenkie de Jong y Sergio Busquets en posiciones más retrasadas, hay muchas posibilidades de que Griezmann y Fati puedan encontrar una vía de ataque en estas situaciones.
No obstante, Griezmann, como ocurría en el Atlético de Madrid, ha tendido a jugar junto a otro delantero más inclinado a hacer ese tipo de carrera, mientras él permanecía atrás, por lo que necesitará tiempo para aprender y desarrollar estos movimientos. En el esquema de Koeman, Griezmann y Fati no proporcionan mucha amplitud. Eso, en su lugar, proviene de sus laterales: Jordi Alba y Sergi Roberto (abajo) o Sergiño Dest. Se anima al lateral a subir tanto como sea posible y acercarse a Griezmann, quien ha demostrado una buena asociación con sus compañeros.
Griezmann a veces se mantiene abierto para generar espacio en el interior por donde puede ingresar el lateral, aunque esas situaciones son poco frecuentes. Es más común ver al lateral salir por fuera, buscando el francés jugar en el lado débil, asumiendo que el lateral realice esas carreras por banda.
Por otro lado, el francés representaba un amenaza letal en las situaciones de contragolpe en el Atlético, algo que no ocurre con tanta asiduidad en el Barcelona, un equipo que intenta controlar el juego a través de la posesión. Eso hace que necesite mejorar su remate cuando se encuentra rodeado de defensores situados en un bloque bajo. Igualmente, es necesario que afine la precisión de sus pases finales, aspecto especialmente importante ante defensas que apenas dejan espacios.
Si se toma en cuenta que la forma de jugar de los equipos en los que ha brillado Griezmann -Atlético y la selección de Francia- es distinta a la del Barça, no es de extrañar que su proceso de adaptación haya tomado tiempo. Puede que ahora, en una posición más adecuada a su estilo, si bien no al grado que lo era en su club anterior, tenga más posibilidades de alcanzar el éxito.