Ronald Koeman
Selección de los Países Bajos, 2022-Presente
El Perfil:
El Barcelona, como ya hiciera en la temporada 2008/09 con Pep Guardiola, volvió a recurrir a un viejo conocido de la casa para dar un giro de 180 grados a la situación del club. En esta oportunidad con Ronald Koeman, mítico exjugador del club azulgrana y autor del gol en la final de Wembley en la Copa de Europa de 1992.
Un proyecto que tuvo la intención de reactivar la idea de juego de Johan Cruyff, entrenador que tuvo Koeman en su etapa como jugador del Barça. “Tuvimos la mejor combinación: jugar un fútbol ofensivo y ganar títulos. Esta es la filosofía que intentaremos tener en el equipo. Tenemos que jugar un buen fútbol y que los aficionados lo disfruten. Y, evidentemente, ganar, porque eso es lo más importante”, remarcó en su presentación como entrenador azulgrana.
Dentro de esa filosofía marcada por Cruyff, también está el desarrollo de los jugadores de la cantera. Algo que Koeman no dudó poner en práctica dando paso a jugadores como Óscar Mingueza, Ronald Araújo, Pedri, Ilaix Moriba o Riqui Puig. Sin embargo, el proceso bajo el mando del neerlandés no floreció según lo esperado y Koeman encontró abrigo en la selección de su país.
Estilo de juego:
Orden, adaptabilidad y flexibilidad son los principales apuntes de Koeman como entrenador. Dicha flexibilidad viene condicionada por el nivel de los equipos en los que ha trabajado, diversos entre ellos y marcados por la calidad de los futbolistas a su disposición.
En el Southampton alternaba la disposición de su equipo en un 4-3-3 que mutaba a 4-2-3-1 en función del rival, incluyendo también variantes con línea de tres atrás. Ya en el Everton comenzó a utilizar más la estructura 3-5-2, con dos laterales, Leighton Baines y Mason Holgate generalmente, posicionados muy arriba, buscando protegerse también defensivamente. Posteriormente, propuso modificaciones al 4-3-3 con los extremos abiertos y los laterales formando una línea defensiva de cuatro jugadores, variando en algunos momentos a un 4-2-3-1, con una línea de tres mediapuntas, Wayne Rooney, Davy Klaasen y Gylfi Sigurdsson, colocados muy juntos en zonas intermedias.
Ya en la selección de Países Bajos, por historia, cultura de juego del país y la calidad de sus futbolistas, Koeman casi se vio obligado a tener una propuesta más abierta y ofensiva que en su etapa en la Premier League, organizando al equipo en un 4-3-3. También con una variante en línea de tres centrales con la intención de controlar la línea atacante rival también de tres jugadores (2 extremos y un delantero).
Sobre el mencionado 4-3-3, en las situaciones de presión alta del equipo rival, el portero, Jasper Cillessen, buscaba líneas de pase sobre los centrales, Virgil Van Dijk y Matthijs De Ligt. Sin embargo, cuando los delanteros rivales saltaban a la presión, se activaba la opción de conectar directamente con el pivote defensivo, Frenkie De Jong (arriba), quien se aproximaba bien perfilado para descargar el balón por fuera a través del central izquierdo, Van Dijk, y desde ahí progresar en ataque por este mismo perfil.
Ante rivales posicionados en bloque defensivo bajo, Países Bajos mostró una pronunciada intención de generar amplitud en su desarrollo ofensivo. Para ello demandaba una circulación de un central al lateral, para buscar después un cambio de juego por la otra banda para progresar. Habitualmente en la salida por banda izquierda con De Jong perfilado para jugar hacia delante, con Daley Blind y el extremo Quincy Promes por fuera. Para que esa circulación de balón fuese exitosa, posicionaba a sus delanteros entre centrales rivales, estirando al equipo contrario y en disposición, en cualquier momento, de correr al espacio como alternativa al juego de posición (abajo).
En los primeros momentos en el Barcelona, Koeman estructuró al equipo sobre un 4-2-3-1, jugando también en ocasiones sobre el clásico 4-3-3 del equipo azulgrana. Ambos sistemas utilizados prácticamente por igual en función de los jugadores de mediocampo y su perfil, pero especialmente del rol encomendado a De Jong, jugador al que conocía bien de su paso por la selección holandesa.
En el 4-3-3, se intenta que De Jong reciba dentro del bloque defensivo rival, buscando penetrar de una manera más directa, y que sea el mismo holandés quien organice la fase de creación para luego contactar con los jugadores ofensivos. Por el contrario, en el 4-2-3-1 la función de De Jong es más de colaborar en una fase de inicio junto a Sergio Busquets, ante presiones más altas centradas en eliminar la salida por dentro. Su labor es circular el balón de lado a lado para que el equipo consiga descolocar al rival y busque también entrar dentro del bloque desde los costados, sin la necesidad de filtrar balones centrales que pudieran ocasionar una pérdida peligrosa.
En la zona de arriba, también hay variabilidad en función del sistema, ya que con el 4-2-3-1 son normalmente Antoine Griezmann y Lionel Messi los que intercambian constantemente la posición con Pedri (abajo), dotando al equipo de mucha movilidad, mientras Ousmane Dembélé se queda por fuera otorgando amplitud en una función que cumplía antes de su lesión Ansu Fati en la banda contraria.
Con el avance de la temporada 2020/21 y ante la necesidad de buscar nuevas fórmulas ofensivas, Koeman ha echado mano en el Barcelona de la línea de tres centrales que ya utilizó en su etapa en el Southampton como también en momentos puntuales con Países Bajos, para estructurar al equipo sobre un 3-5-2. Un desarrollo donde los carrileros, generalmente Jordi Alba y Sergiño Dest, tienen un papel fundamental en el aspecto ofensivo, otorgando la amplitud y profundidad que suele ser necesaria cuando el equipo no tiene claridad por dentro ante bloques bajos.
La movilidad arriba es una de las variaciones de Koeman en el Barcelona, ya que prácticamente todo depende de los movimientos de Messi, con libertad para incluso verlo participar de manera habitual en la fase de inicio. Es un momento que sus compañeros aprovechan para desplazarse hacia los espacios libres y ocupar así una posición propicia para el ataque.
El Barcelona, independientemente del sistema, y marcado también por no tener delanteros dominantes del área y del espacio aéreo, opta constantemente por penetrar sobre las defensas rivales por el centro, aprovechando la gran calidad de sus hombres de ataque, y la capacidad de realizar desmarques de ruptura que tienen sus jugadores de ataque. Para ello el equipo centra sus esfuerzos en ocupar posiciones de ataque mediante el dominio de la posesión y circulando el balón de un lado a otro hasta encontrar el espacio por dentro. En caso de no encontrarlos, busca la aparición por sorpresa de los laterales o carrileros muy abiertos y en velocidad (abajo), que buscan la finalización o el pase atrás.
Fase defensiva y presión:
Los equipos de Koeman se caracterizan por mantener las líneas muy juntas para no ofrecer espacios entre líneas que puedan favorecer la progresión del equipo rival. La altura del bloque defensivo dependerá de la situación del juego, el rival y las necesidades del equipo. Si el oponente juega en corto desde su portería, el equipo ejercerá una presión alta con sus delanteros cerrando las líneas de pase, tanto por fuera como por dentro.
En Países Bajos, a los dos delanteros se añadía un tercer jugador en la presión, un medio descolgado, Georginio Wijnaldum, o un tercer atacante cuando alineaba con línea ofensiva de tres. Independientemente de quién fuese, este jugador buscaba cerrar el pase del portero al mediocentro o central rival, evitando así las posibilidades de este jugador de girarse y jugar hacia delante. Esta predisposición inicial en la presión adquiere dinamismo en el momento en el que el balón comienza a estar en circulación, ajustando distancias y cerrando los espacios de progresión del rival.
Se trataba de movimientos conectados y encadenados, con Depay saltando a la presión sobre el central izquierdo, Babel sobre el central derecho y Wijnaldum ajustando sobre el medio defensivo rival. De esa forma se eliminaban las líneas de pase más cercanas, impidiendo que la línea defensiva rival conectara con el medio campo.
Si el rival progresaba en el juego, los equipos de Koeman se adaptaban y corregían posiciones, desplazándose a un bloque medio para mantenerse compactos y con distancias relativamente cortas entre sus jugadores. En bloque medio, los futbolistas salían saltando a la presión sobre el poseedor del balón y el posible receptor con la intención de orientar la recuperación de balón en zonas ventajosas. Un matiz importante es que además de buscar una estructura corta defendiendo, también intentaba tener un equipo estrecho (abajo), por lo que optaba por meter a los extremos por dentro, priorizando defender zonas interiores en detrimento de los espacios exteriores.
Mientras, en clubes con menos capacidad asociativa que Países Bajos, Koeman mutaba los comportamientos defensivos porque no se les permitía defender con balón, y quedaban más expuestos. En el Everton defendía desde el 5-3-2 o 3-4-3 en bloque bajo, en momentos en los que el equipo tenía que protegerse de un ataque posicional rival. La diferencia de estructura la marcaba la altura de los laterales. De este modo, se dibujaba una línea de cinco cuando se quedaban más atrás y una de tres cuando los laterales iban más arriba. Una organización que resultaba en tres centrales (Michael Keane, Ashley Williams y Phil Jagielka), dos laterales bajos (Cuco Martina y Baines), tres medios centros con buenos conceptos defensivos (Idrissa Gueye, Morgan Schneiderlin y Tom Davies) y dos delanteros (Sigurdsson y Rooney) que se juntaban a los medios.
En el Barcelona ha continuado con la inercia del equipo de años pasados, activando una presión tras pérdida en las zonas laterales del ataque donde se acosa al poseedor del balón y posibles salidas. Tras esta presión inicial, el equipo suele estructurarse en un 4-4-2 dejando arriba a los dos jugadores que más desea liberar de trabajo defensivo y que más generan preocupación a la defensa rival, normalmente Messi y Griezmann, participando el internacional francés algo más activamente en el bloque defensivo. Ocasionalmente, también se desarrolla sobre un 4-5-1 en función del rival, dejando solamente a Messi en punta (abajo).
De manera general, Koeman sitúa al Barcelona en un bloque medio e intenta acumular jugadores cerca del balón. Un desarrollo sin una presión agresiva, saltando levemente a las marcas y cerrando las líneas de pase, donde finalmente se consigue robar el balón para poder estructurarse de nuevo alrededor de la posesión.
Una cuestión a la que se ha tenido que enfrentar Koeman en la línea defensiva azulgrana es la cantidad de variaciones dada la cantidad de lesiones que se han producido. Siendo Piqué su pieza fundamental cuando no ha estado lesionado, Clément Lenglet, Araújo y Mingueza se han repartido los minutos y los roles, teniendo perfiles muy distintos. Todos estos coinciden en la capacidad de controlar los espacios generados a su espalda, ya sea con inteligencia táctica o velocidad, y una buena salida de balón, a lo que la aparición del joven Araújo ha sumado un potentísimo juego aéreo.
Redacción: Héctor García