Steven Gerrard
Al-Ettifaq, 2023-Actualidad
El Perfil:
Steven Gerrard volvió a la Premier League, esta vez como entrenador del Aston Villa. Un reto que el exjugador del Liverpool afrontó después de su exitoso paso por el Glasgow Rangers, su primera experiencia como entrenador en la élite. Gerrard llevó al club escocés a ganar el título de liga la temporada 2020/21, rompiendo así con un dominio del Celtic que duraba diez años. Aquello, sin embargo, no terminó tan bien como su paso por los "Gers".
Las comparaciones sobre su figura como entrenador le relacionaban, entre otros, con Jürgen Klopp. Incluso muchos lo veían como futuro entrenador del Liverpool. Pero fue Rafa Benítez, precisamente su técnico en el equipo Red (2004-2010), el primero en vislumbrarle un importante futuro en los banquillos. “Empecé a explicarle las tácticas que utilizaría en el Liverpool”, dijo Benítez. “Fue mi primera conversación con Steven y fue todo sobre táctica. Stevie estaba entusiasmado por eso. Era el principio para nosotros, cuando aún no necesitaba estar pendiente de eso”.
Estilo de juego:
A lo largo de su etapa como entrenador en el Glasgow, Gerrard alternó entre un 4-3-3 o un 4-2-3-1 -un único o doble pivote en el mediocampo-, siempre exigiendo un estilo de juego ofensivo y basado en la posesión. Sus extremos eran los jugadores mejor dotados técnicamente y con mayor capacidad para llevar la posesión hacia delante, animándoles a atacar por los pasillos interiores para habilitar los desdoblamientos por banda de los laterales.
A medida que su planteamiento fue evolucionando y los jugadores de los que disponía cambiaban, utilizó cada vez más a un delantero adicional -la mayoría de las veces Kemar Roofe- en lugar del típico extremo de banda, para que su equipo pudiera atacar con la presencia adicional que proporciona esta figura. Si se generaba un mayor espacio por bandas para que sus laterales avanzaran, los interiores se posicionaban entre ese lateral y el extremo, a menudo atacando en los espacios a la espalda generados por los movimientos de esos jugadores situados por fuera.
Al optar por jugadores con mayor capacidad para hacer gol -es decir, a los que se mueven hacia posiciones interiores en una fase anterior del ataque-, Gerrard también redujo el riesgo de que se bloquearan los carriles para avanzar de los interiores. El Rangers ha sido especialmente eficaz a la hora de aplicar esos movimientos por el perfil derecho (abajo), donde James Tavernier ataca y envía balones precisos para terminar la jugada.
En las ocasiones en las que el equipo jugó con un doble pivote en mediocampo, los centrocampistas del Rangers adoptaban un perfil más conservador, y en lugar de realizar esas carreras hacia delante priorizaban ofrecer la cobertura defensiva a sus laterales, que avanzaban simultáneamente. En el caso de que la progresión fuese por el perfil izquierdo, Tavernier se lanzaba con frecuencia al ataque hacia el área buscando tener impacto en el segundo palo.
Sus delanteros por banda izquierda operaban regularmente desde posiciones más retrasadas, apoyando los espacios centrales en las carreras ofensivas de los centrocampistas. Por lo tanto, el diestro Ryan Kent se vio favorecido por estas situaciones. Es solamente cuando el equipo jugaba con un centrocampista central que Kent pasaba a una posición más avanzada. Formar con gran número de jugadores de carácter ofensivo y el ataque alrededor de los bloques defensivos rivales ha representado, en última instancia, dos características consistentes y prominentes de la naturaleza ofensiva que exige Gerrard a sus equipos, también regularmente optando por centros al área.
Si la posesión se construía desde atrás, ya sea partiendo de su portero o de un pase de reinicio desde el centro del campo, sus dos defensas centrales se convierten en jugadores influyentes. Intentan conectar con los centrocampistas o construir alrededor de sus oponentes, como también hacia los laterales que avanzan por fuera. Conor Goldson, su central derecho más veterano en el Rangers, era partidario de jugar con pases directos al ataque, optando principalmente, después de que el intercambio de posiciones sobre la derecha fuera atraído la presión del rival hacia ese perfil, a cambiar el juego hacia la izquierda.
Fase defensiva y presión:
El Rangers registró un número cada vez mayor de recuperaciones en campo contrario desde la temporada 2018/19. Estas recuperaciones se realizaron con mayor frecuencia por bandas después de que la posesión se hubiera alejado de los carriles centrales, a través de una presión orientada.
También aplicaron un enfoque similar a la hora de presionar en la parte alta del campo cuando se desarrollaba un bloque medio. Sus extremos dieron prioridad al lateral que tenían enfrente, mientras que el delantero titular del Rangers - el colombiano Alfredo Morelos más que ningún otro- fijaba la marca sobre los dos centrales contrarios. Con sus laterales en la vigilancia sobre los extremos contrarios, la línea defensiva del Rangers ofrecía así tanto cobertura por detrás de una presión más alta como una superioridad numérica contra los tres delanteros; incluso si se encontraba con rivales organizados para atacar con un cuarto delantero, momento en el que el centrocampista más retrasado del Rangers se desplazaba a una posición más profunda para mantener esa ventaja numérica.
Si existían espacios entre los laterales y los delanteros, a los que accedían los rivales, sus interiores se desplazaban para cubrir esas zonas deslizándose desde su posición inicial, lo que contribuía a bloquear el balón, momento en el que el lateral, el delantero y el centrocampista correspondientes ejercían una presión secundaria. Sus laterales eran tan prolíficos en la realización de esas recuperaciones, a menudo habiendo retrocedido desde una posición de ataque, como en la cobertura desde una posición más profunda para retrasar los ataques antes de intervenir.
Del mismo modo, esa presión aplicada tanto por delante como por detrás del portador del balón y por bandas, también se desarrollaba a menudo durante los momentos de transición, limitando las opciones del rival de progresar. Esto no sólo contribuía a que el equipo de Gerrard dominara tanto la posesión como los espacios, sino que animaba a sus jugadores más avanzados a permanecer en posiciones de ataque, liberándoles de la necesidad de replegarse en defensa. De este modo, sus estructuras de ataque preferidas se mantenían durante periodos de tiempo más largos durante el partido.
Cuando a sus equipos se les pedía que defiendan desde posiciones más retrasadas, eran capaces de tener un impacto semejante. Si se perdía la posesión en su campo o los equipos superaban su bloque alto, las siguientes líneas se replegaban en bloque bajo (arriba). El compacto centro del campo que existía por delante de una línea defensiva igualmente compacta, les hacía especialmente resistentes, lo que a menudo limitaba las opciones ofensivas de los rivales a tener que efectuar disparos desde media distancia.
Redacción: Héctor García