Partido de vuelta semifinales de la Liga de Campeones de la UEFA, 5 de mayo 2021
Werner (85)
Mount (85)
El Chelsea jugará la final de la Liga de Campeones después de apear al Real Madrid en las semifinales de la máxima competición europea. Como ya ocurrió en el partido de ida, el equipo inglés estuvo por encima del Real Madrid, pero esta vez con algo más de acierto de cara a portería. Timo Werner, quien poco antes había visto como le anulaban un gol por fuera de juego, adelantó al conjunto londinense a la media hora de partido.
En la segunda parte, el equipo de Thomas Tuchel pudo ampliar la ventaja en el marcador, con varias claras ocasiones de gol que no se concretaron por las intervenciones primero de Thibaut Courtois y, posteriormente, de Fede Valverde. Ya en la recta final, Mason Mount sí acertó a marcar el segundo tanto para terminar de sentenciar el pase del Chelsea a la final. La tercera para los Blues y una marca histórica para Tuchel, el primer entrenador en disputar dos finales seguidas de la Liga Campeones con dos equipos diferentes, ya que la temporada pasada la jugó con el PSG.
15 / 5
DISPAROS / A PUERTA
7 / 5
32 %
Posesión
68 %
334 / 267
Pases / Completados
703 / 625
18 / 3 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
12 / 4 / 0
El Chelsea se desarrolló sobre su habitual 3-5-2 (abajo) en fase ofensiva, con los carrileros César Azpilicueta y Ben Chilwell en posiciones de mediocampo para formar una línea de cinco. Por delante Timo Werner y Kai Havertz fueron la pareja de ataque.
Un dibujo mutable:
Un sistema de ataque que buscó imponerse al 3-5-2 de partida planteado por el Real Madrid en los momentos sin balón, donde Ferland Mendy y Vinícius Júnior se desarrollaron principalmente como carrileros. Un dibujo mutable, ya que el equipo de Zinedine Zidane adoptó también un 4-4-2 (abajo) en determinadas fases, en un balance defensivo donde Mendy pasaba a ocupar el lateral izquierdo y Éder Militão el derecho.
Zidane atribuyó a Vinícius la responsabilidad de la vigilancia sobre Chilwell, probamente para evitar que Militão se viera superado en un dos contra uno ante Chilwell y Mount. Algo que podría haberse dado si Vinícius hubiera decidido ir a la presión sobre Antonio Rüdiger y no mantenerse cerca del carrillero blue. En cambio, el Real Madrid buscó usar a Benzema y Hazard para cerrar a Andreas Christensen y Thiago Silva, mientras que Modric saltaba desde el centro del campo a la presión sobre Rüdiger si la distancia se lo permitía.
Eso dejó a Kroos y Casemiro en las vigilancias sobre N´Golo Kante, Jorginho y Mount. Una desventaja numérica que el Real Madrid trató de evitar con Benzema, Hazard y Modric en la presión sobre los tres centrales del Chelsea y en la marca sobre Jorginho, utilizando el principio básico de dejar libre al hombre menos peligroso. Como ejemplo, si Rüdiger tenía la posesión, el Real Madrid le cerraba el paso al jugador con balón, como también a Jorginho y Silva, para dejar libre a Christensen.
El movimiento de Havertz:
El equipo de Zidane a menudo pudo manejar esta situación en los primeros pases. Sin embargo, cuando el Chelsea progresaba al centro del campo y jugaba por fuera con un pase de cara, el panorama a menudo evolucionaba demasiado rápido para que el Real Madrid pudiera adaptarse, encontrando el Chelsea siempre un hombre libre en la salida de balón. Asimismo, Havertz se descolgaba a posiciones más retrasadas para participar en el desarrollo de la jugada, en sincronización con las carreras de Werner atacando a la espalda de la defensa del Real Madrid.
Un movimiento interesante para el Chelsea fue posicionar a Havertz en el lado derecho del ataque, mientras Kroos se ocupaba de la vigilancia sobre un mediocampista o defensa central rival. Los anfitriones combinaban ese desplazamiento por derecha con el empuje de Mount hacia arriba en la izquierda y con Werner moviéndose por delante, atacando nuevamente el equipo de Tuchel con dos unidades.
El beneficio de esta estrategia para el Chelsea fue que Nacho se quedó muy expuesto en la zaga del Real Madrid, dudando si seguir la marca de Havertz -lo que dejaba atrás a Werner y Mount ante Ramos- o mantener la posición y permitir que el mediapunta alemán recibiera para girarse después sin oposición (abajo). Los de Tuchel también sumaron a Azpilicueta en esas acciones con el objetivo de mostrarse como una amenaza para Mendy, quien, de otro modo, podría haber ido a la cobertura de Nacho.
Diferentes variables:
Además de una alta movilidad con balón, el Chelsea también utilizó el juego directo para las carreras de Werner a la espalda de la defensa visitante, aunque mostró precipitación en sus movimientos, cayendo en fuera de juego a menudo. Otra zona donde los locales se mostraron muy poderosos fue en mediocampo, generando amenazas ofensivas a partir de sus tres efectivos en esta línea. Los jugadores del Chelsea buscaban atraer la marca de un jugador del Real Madrid para atacar el lado débil recibiendo el pase de un compañero y progresar. Una situación donde los de Zidane se mostraron muy vulnerables.
Por otro lado, la presión del Chelsea también le facilitó generar numerosas acciones de peligro sobre la portería del Real Madrid a través de rápidas transiciones ofensivas, particularmente liberando a sus atacantes en el espacio dejado por los laterales visitantes cuando se sumaban al ataque. El segundo y definitivo gol llegó de esta manera, después de una recuperación de Kanté para asistir a Mount.
El rol de los carrileros:
El dibujo de ambos equipos estuvo marcado por la altura de sus carrileros en las diferentes fases del juego. De este modo, el Real Madrid pasaba a un 3-5-2 ataque, con Vinícius y Mendy adelantando su posición a la línea de medios, también en ocasiones en un 4-3-3 con Militão ejerciendo el rol de lateral derecho, lo que permitía a Vinícius ir más arriba (abajo).
El Chelsea, por su parte, hacía descender a Azpilicueta y Chilwell en fase defensiva para unirse a los tres centrales, Christensen, Rüdiger y Silva, formando el equipo de Tuchel sobre un seguro 5-3-2 (abajo).
El Chelsea se mostró enérgico en la presión, con Werner y Havertz en las marcas sobre Ramos y Nacho para forzar al Real Madrid a buscar una salida por fuera. A medida que el balón llegaba a banda, uno de los interiores locales salía a proteger esa zona, dejando intacta la línea defensiva de cinco, lo que permitía al equipo de Tuchel utilizar a sus centrales exteriores en la marca sobre cualquier jugador visitante que buscara recibir al pie (abajo).
Con el Chelsea en la marca hombre a hombre, esto podía provocar una posible desventaja numérica ante los tres centrocampistas del Real Madrid. Para evitarlo, Werner y Havertz se encargaban de la vigilancia de Casemiro cuando no estaban en la presión sobre los centrales. El Real Madrid pasó a descolgar a Casemiro entre Ramos y Nacho para formar una línea de tres atrás, encontrando una solución para estirar a su rival y facilitar la salida de balón.
Nacho como opción:
Un factor interesante en el juego del Real Madrid fue la sociedad que formaron Nacho y Mendy en el perfil izquierdo. Mendy operó más como carrilero izquierdo debido a que Hazard tenía un papel de mayor libertad, en un desarrollo que le permitió a los de Zidane mantener la amplitud en fase de posesión. Nacho, desde su posición de central, también realizó varias incursiones por fuera y por delante del mediocampo del Chelsea.
Para que eso no fuera un problema en caso de pérdida, el Real Madrid tuvo que usar a Kroos en un rol más retrasado para brindar seguridad detrás del balón y no dejar al equipo expuesto en las transiciones. Los movimientos de Nacho fueron un arma útil para el Real Madrid, ya que el Chelsea buscaba comprometerse intensamente hacia un lado del campo en la presión, con Nacho ofreciendo una excelente opción de cambio de juego (abajo).
Falta de movilidad:
Otro modo que el Real Madrid encontró para superar la presión del Chelsea fue jugar al pie con Modric para que el croata, después de girarse para evadirse de su marca, pudiera conectar con otro compañero. Sin embargo, el mayor problema de los de Zidane en ataque fue la falta de amenazas a la espalda de la defensa del Chelsea, buscando la mayoría de los jugadores recibir al pie y en estático (abajo).
Mencionado anteriormente, la línea defensiva del Chelsea se mantuvo intacta debido a su estrategia de presión y la falta de movilidad en los jugadores del Real Madrid en ataque. Dicho esto, destaca la agresividad y la intensidad con la que presionó el Chelsea a su rival tanto con el balón como en torno a él, obligando a los visitantes a precipitarse en la construcción de juego, algo que desencadenó numerosos errores en el pase que facilitaron las transiciones del equipo inglés.
En los último minutos, y con ventaja en el marcador, el equipo de Tuchel empezó a replegarse un poco y utilizó más la presión en bloque medio, pero sin perder la intensidad defensiva que le permitió controlar el ataque de su rival.
"Cuando pierdes tus oportunidades, sabes que un equipo como el Real Madrid te puede hacer daño en cualquier momento. La forma en que seguimos insistiendo y mostrando esa resiliencia para ir a por el segundo gol es importante. Nunca dejamos pasar al Real Madrid. Estoy encantado", celebró Tuchel. "Estoy muy contento con lo que veo ahora mismo, ya lo estaba desde el primer partido porque me gustó lo que vi y desde entonces ha seguido así. Me encanta ser parte de este vestuario y de este club, quiero aportar mi liderazgo y mi conocimiento", añadió el técnico del Chelsea.
"Jugamos una semifinal y los jugadores estaban preparados. Podemos estar orgullosos de mis jugadores, lo hemos intentado y hemos llegado hasta aquí, a un paso de la final. El Chelsea ha hecho un gran partido y pasa el Chelsea y hay que felicitarles", señaló Zidane. "Nos ha faltado ser más contundentes arriba, no hemos tenido ocasiones de hacer gol y ellos han tenido sus ocasiones y es así, cuando la tienes hay que meterla", añadió el entrenador del Real Madrid.
Redacción: Héctor García