Copa América 2021: Semifinales, 5 de julio 2021
Paquetá (35)
Brasil se clasificó para una nueva final de la Copa América, la 21ª en su historia, después de derrotar a Perú en semifinales. Un duelo bien distinto al de la fase de grupos, donde la selección brasileña goleó por un cómodo 4-0, y más cercano a la final de la competencia que ambas selecciones disputaron hace dos años; finalizada con victoria por 3-1 para los de Tite.
Lucas Paquetá fue el autor del gol para Brasil, que tuvo el dominio del partido y las ocasiones para definir su pase. Perú, desde el orden impuesto por Ricardo Gareca con los cambios en el segundo tiempo, buscó sus opciones de empate, aunque sin generar el peligro necesario como para poner en aprietos a la selección brasileña.
15 / 8
DISPAROS / A PUERTA
7 / 2
56 %
Posesión
44 %
501 / 415
Pases / Completados
396 / 312
12 / 1 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
16 / 2 / 0
Brasil se estructuró sobre un 4-2-3-1 (abajo) en fase de posesión con Lodi en el lateral izquierdo, acompañado por Thiago Silva y Marquinhos de centrales y Danilo de lateral derecho. Casemiro y Fred jugaron en el doble pivote, por detrás de una línea de tres jugadores formada por Richarlison en derecha, Lucas Paquetá como mediapunta y Everton Sousa en banda izquierda, dejando a Neymar como único delantero.
Perú, por su parte, formó sobre un 3-4-3 (abajo) en fase de posesión con Alexander Callens, Christian Ramos y Anderson Santamaría de centrales, Miguel Trauco de carrilero izquierdo y Aldo Corzo de derecho. Yoshimar Yotún y Renato Tapia, por su parte, jugaron en el doble pivote, con Christian Cueva arriba en banda izquierda, Sergio Peña en la derecha y Gianluca Lapadula como ‘9’.
Espacios interiores:
El partido comenzó con un ritmo de juego lento, donde Brasil logró dominar la posesión para generar ataques combinativos. Acciones en la que los dos mediocentros de Perú, Tapia y Yotún, se veían obligados a salir de su posición para presionar a su par (abajo), recorriendo para ello grandes distancias, con el consecuente desgaste físico.
Ese ejercicio defensivo de Perú logró cerrar los espacios interiores en el juego de ataque de Brasil, que logró encontrar vías de penetración a través de la movilidad de sus jugadores. La primera ocasión para el equipo de Tite llegó después de un movimiento de Lucas Paquetá, quien aprovechó el espacio generado por el desmarque de Richarlison a la espalda de la defensa de Perú. El pase atrás para Neymar, sin embargo, no pudo ser finalizado con acierto por el atacante brasileño.
Armado en fase defensiva con una línea de cinco, con tres centrales y los dos carrileros, Perú también trató de salir desde atrás de manera combinativa, pero cuando robaban en campo propio les costaba desplegar a los dos carrileros en ataque. Una situación que llevó a pérdidas de balón rápidas ante la presión alta de Brasil (abajo), que permitía pocos espacios en los pasillos interiores, además de bascular su bloque defensivo sobre el lado en que se encontraba el balón.
Ante esa presión de la selección de Tite, Perú se vio obligada en varias ocasiones a tener que jugar en largo desde su portero, Pedro Gallese, buscando conectar en estos envíos hacia su delantero Lapadula, quien se posicionaba hacia el carril izquierdo, donde todos sus compañeros se acercaban a él para intentar ganar una posible segunda jugada.
Con el paso de los minutos, Brasil alcanzó mayor velocidad en su juego, asociándose prácticamente al primer toque, ante una defensa de Perú que ofrecía más espacios. Un desarrollo que llevó al combinado dirigido por Tite a generar varias acciones claras de gol evitadas por la gran actuación de Gallese, sosteniendo el portero de Perú a su equipo en el partido.
Protagonismo de Casemiro:
Con el paso de los minutos, Casemiro se adueñó del centro del campo, siendo el eje por el que pasaban todas las circulaciones de Brasil para encargarse de distribuir el juego, además de buscar paredes (abajo) o también llegar de manera vertical a la portería rival. Así, y por momentos, Casemiro abandonó ese rol tan posicional que acostumbra a cumplir en el Real Madrid, para convertirse en un atacante más.
Perú se vio superada entonces por su rival, sin capacidad para cerrar con acierto los espacios interiores, así como para evitar la desventaja numérica en mediocampo. El equipo de Tite, por su parte, se mostró más profundo, atacando los espacios que concedía Perú a espaldas de su defensa (abajo), donde Neymar ganaba en velocidad a los centrales rivales. Precisamente mediante esta acción llegó el gol de Brasil. Después de ganar la segunda jugada en un saque de puerta de Gallese, Neymar encontró nuevamente el espacio a la espalda de la zaga peruana para, y después de superar defensores dentro del área, asistir a Paquetá.
Con desventaja en el marcador, Perú adelantó la línea de presión exponiendo más aún la espalda de su defensa, pero el equipo de Gareca seguía sin ser capaz de cerrar los pasillos interiores, donde Casemiro y Fred se manejaban con cierta facilidad y circulando el balón con velocidad. En los momentos en que el equipo de Tite no encontraba esos espacios, Neymar se descolgaba a mediocampo para jugar de cara, asociándose posteriormente con Casemiro, quien actuaba de nuevo como hombre libre para seguir desarrollando el juego de su equipo mediante pases precisos en media o larga distancia.
Cambio de sistema:
Gareca varió al equipo en el segundo tiempo a un 4-3-3 en fase de posesión con la entrada de Marcos López como lateral izquierdo y Raziel García en mediocampo. El objetivo del seleccionado peruano era tratar de sumar gente en línea intermedia para dificultar la capacidad de circulación brasileña, como también ganar presencia ofensiva, algo que apenas tuvo durante el primero acto. En cambio, en repliegue defensivo, Perú se estructuraba sobre un 4-4-2, (abajo) retrasando a Cueva y Peña a la línea de medios y dejando a García descolgado junto a Lapadula.
Tras impedir la circulación de balón de Brasil, obligando al equipo de Tite a arriesgar con cambios de orientación largos, Perú consiguió robar por primera vez y armar un contraataque peligroso que acabó a la espalda de la defensa brasileña, en una acción finalizada con un disparo de Lapadula que Ederson despejó sin problemas.
Protección de Brasil:
Igualados los sistemas en número por líneas, sobre todo en medicampo, Perú conseguía sumar jugadores al ataque, donde los laterales, a diferencia de la primera mitad, sí conseguían llegar a posiciones ofensivas. Acciones donde se sumaba un mediocentro, generalmente García, y dos extremos que llegaban con profundidad poniendo en peligro a la defensa brasileña.
Brasil, por su parte, mantuvo su presión alta, aunque con más problemas en el segundo tiempo para retener la salida de Perú. La selección de Gareca encontró una vía de salida con un pase desde la defensa en amplitud por banda, obligando así a la selección de Brasil a exigirse en el repliegue.
En los últimos minutos, Perú buscó encontrar el gol en las acciones a balón parado, una de sus grandes fortalezas. Santiago Ormeño tuvo la oportunidad de hacerlo, pero su remate no llegó a generar peligro sobre la portería de Brasil, que decidió blindarse en la recta final con una defensa de tres centrales, con Danilo y Vinícius -entró en la segunda mitad- como carrileros (arriba) para sellar su clasificación para la final.
"Hicimos un gran primer tiempo. Podría haberse traducido en más goles, pero no sucedió, y con el paso del tiempo la capacidad de enfrentamiento se perdió de a poco", señaló Tite. De cara a la final, el seleccionador de Brasil decidió no hablar de un posible enfrentamiento ante Argentina: "No le queremos ganar a nadie, lo que queremos es merecer nuestro trabajo, ser merecedores de nuestra conquista".
"Le doy mucha importancia a la actitud, a la movilidad, era algo bastante nuevo (la línea de cinco) para nosotros", señaló Gareca. "Lo que tratamos de hacer era cerrarle los caminos a Brasil y poder nosotros hilvanar jugadas que nos permitieran también el ataque, pero no lo pudimos hacer, sostuvimos más que jugamos", añadió el seleccionador de Perú.
Redacción: Héctor García