Análisis táctico: Barcelona 1 Dinamo Kiev 0

El Barcelona superó su primera 'final' en la fase de grupos de la Champions League con la victoria ante el Dinamo Kiev. Un resultado que, acompañado de la derrota del Benfica ante el Bayern Múnich (0-4), le acerca a la segunda plaza, a un punto de los lisboetas. Más alejado se quedan los ucranianos, con un solo punto en las tres primeras jornadas.

Después de varias claras ocasiones en las botas de Luuk de Jong, Gerard Piqué encontró el camino del gol a la media hora de partido ejerciendo como rematador dentro del área pequeña. El equipo de Ronald Koeman tuvo opciones de hacer más goles, pero no estuvo acertado en la definición. Un hecho que llevó a un ajustado final de partido, aunque sin un Dinamo Kiev realmente amenazador como para empatar.

Fase de posesión: Barcelona

Ronald Koeman estructuró a su equipo sobre un 4-3-3 (abajo) con Gerard Piqué, Clement Lenglet, Jordi Alba y Óscar Mingueza en la zaga, acompañados por delante por Sergio Busquets como organizador en un mediocampo donde Frenkie De Jong y Gavi ocuparon las posiciones de interiores. Un dibujo con Memphis Depay y Sergiño Dest en los extremos y Luuk De Jong como delantero referencia.

Alternancia a un 3-5-2:

El 4-3-3 se veía en ocasiones modificado por la naturaleza de los jugadores que la componían el once inicial. Mingueza, quien no es precisamente un lateral profundo, se colocaba prácticamente como tercer central en fase ofensiva, con mayor altura que Piqué y Lenglet. También por Dest que, acostumbrado a jugar de lateral, en ocasiones ejerció como carrilero, provocando así que la estructura en ocasiones pasara a un 3-5-2 (abajo), donde Alba ejercía como tercer central con cierta perspectiva ofensiva.

Busquets y Depay, referencias en la salida:

Durante la fase de inicio, el Barcelona buscó circular el balón de lado al lado, esperando a generar los espacios interiores necesarios para poder contactar con los mediocentros. Mientras tanto, y para favorecer esta salida, Busquets se introducía entre centrales para tratar de ofrecer protagonismo en esa primera progresión por dentro. Si la progresión finalmente se hacía por fuera por la falta de espacios interiores, era Depay el principal objetivo del equipo de Koeman para buscar los desequilibrios, acompañado el internacional neerlandés por un incisivo Alba.

Recuperar lo más pronto posible:

El Barcelona logró llegar con balón con facilidad en campo contrario, jugando en pocos metros, aunque aportando amplitud sobre todo con Alba y Dest. Esto le permitía a los locales robar rápido tras pérdida al estar cerca del rival (abajo), sin permitir así una transición rápida del equipo ucraniano.

Dos dinámicas ofensivas diferentes:

Para penetrar en el 4-2-3-1 del Dinamo Kiev, Depay trató de aparecer en posiciones interiores, pero eran De Jong y Gavi los jugadores que conseguían recibir en más ocasiones en la zona central, con una alta densidad defensiva de los visitantes. Para superar esto, el Barcelona optó por los centros laterales, con De Jong como principal objetivo en estas acciones. Precisamente el delantero neerlandés consiguió ventajas para rematar, aunque sin suerte de cara a gol. Fue Piqué, desmarcado dentro del área, el que marcó tras un centro lateral de Alba (abajo).

En el segundo tiempo, Dest pasó a jugar como lateral tras la salida de Mingueza del equipo, mientras Ansu Fati y Coutinho ocuparon las posiciones de banda en la zona ofensiva. Eso llevó a Depay a jugar como delantero centro en detrimento de De Jong, también sustituido. Coutinho, partiendo desde banda, ocupaba posiciones interiores para generar superioridades dentro y encontrar una velocidad de balón que no había aparecido en la primera parte.

Fase de posesión: Dinamo Kiev

El equipo dirigido por Mircea Lucescu formó con un 4-2-3-1 (abajo) con Georgi Bushchan en portería, Vitali Mykolenko de lateral izquierdo y Tomasz Kedziora en el derecho; acompañados por los centrales Oleksandr Syrota y Ilya Zabarnyi. En el mediocampo, Mykola Shaparenko y Sergiy Sydorchuk ocuparon el doble pivote, jugando por delante de ellos Carlos De Pena, Viktor Tsygankov y Vitaly Buyalskyy como mediapunta. Vladyslav Supryaga, por su parte, fue el '9' del equipo.

Buscar la referencia en los contragolpes:

El Dinamo Kiev planteó una alternancia entre juego combinativo y juego directo, donde buscaba atraer la presión hombre a hombre del Barcelona para intentar conectar después con su delantero (abajo). Un desarrollo que buscaba un duelo ganador para disputar ese tres contra tres que en ocasiones quedaba en la retaguardia culé, dado el riesgo que asumía el equipo de Koeman en la presión alta para recuperar lo más dentro del campo rival posible.

Rápidas pérdidas de balón:

El conjunto ucraniano no consiguió generar muchas situaciones ventajosas mediante el juego directo, ya que el Barcelona gozaba de una evidente superioridad cualitativa en los duelos de todas sus líneas. Mientras, en su faceta combinativa a veces lograba superar la primera línea de presión, pero rara vez conseguían instalarse en campo contrario con balón para intimidar la portería de Ter Stegen, como para obligar al Barcelona a replegar a campo propio. En esas acciones, los jugadores del Dinamo Kiev perdían rápido el balón ante la presión azulgrana, y se veían obligados a adoptar posiciones defensivas.

Conexión con los jugadores de banda:

En su desarrollo con balón, los de Lucescu nunca alcanzaron la amplitud suficiente para que las posesiones fueran largas y tranquilas, forzado a jugar así sin espacios y prácticamente al primer toque. Un desarrollo que desembocó en acciones que no duraban demasiado tiempo.

En algunos momentos, los visitantes consiguieron contactar con los hombres de banda que venían a recibir por dentro (abajo), aunque eso apretaba aún más los espacios y complicaba la circulación. Las pocas veces superó la presión ejercida por el equipo de Koeman en banda para llegar a lado contrario, pudieron encontrar cierta tranquilidad. Sin embargo, esto no ocurrió en muchas ocasiones.

Transiciones ante la presión del Barcelona:

Limitado en el juego combinativo para generar acciones ofensivas, el Dinamo Kiev optó principalmente por el contragolpe en el segundo tiempo, donde trataba de salir con velocidad en el primer impulso de la transición (abajo). Sin embargo, nuevamente la presión del Barcelona le negó los espacios o simplemente no encontraban superioridad en ninguna de las disputas. 

Piqué fue ganador en prácticamente todos los duelos con Supryaga e impidió que éste pudiese generar problemas a Ter Stegen Asimismo, le faltó velocidad en los contraataques al equipo de Lucescu, que tampoco consiguió intimidar a su rival en los minutos finales a pesar del resultado.

Entrenadores:

"Estoy contento por el juego, pero no con la efectividad. Cuando somos tan superiores y creamos tantas oportunidades hay que marcar. Es la responsabilidad de los atacantes", analizó Ronald Koeman. "Sabemos que estamos en un club en el que se tiene que jugar bien, marcar goles y ganar partidos. Pero también hay que destacar el trabajo sin balón, en el que hemos mejorado. No hemos estado al máximo", añadió el entrenador del Barcelona.

"En defensa hemos trabajado muy serios y hemos estado muy atentos. Lo hemos tenido todo bastante controlado, pero nos ha faltado un poco más de intensidad en ataque", destacó Mircea Lucescu. "En todo caso, hemos hecho un partido muy serio y hasta el último segundo hemos estado dentro del partido, no nos hemos ido en ningún momento", añadió el entrenador del Dinamo Kiev.