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Seleccionador de Dinamarca, 2020-Presente
No es habitual que un técnico asistente suceda a su entrenador y luego pase a opacarlo. Pero Kasper Hjulmand lo hizo al principio de su carrera en el banco. Después de tres años como número dos de Morten Wieghorst en el Nordsjaelland, Hjulmand tomó las riendas del club de la Superliga danesa en el verano de 2011. En su primera temporada en el cargo condujo al Nordsjaelland al primer título de liga de su historia. A eso le siguió la clasificación a la fase de grupos de la Champions League, donde se enfrentó al Chelsea y a la Juventus.
A continuación, Hjulmand tuvo un breve paso por el Mainz alemán, en sustitución de Thomas Tuchel, antes de otro destacado —aunque menos exitoso— paso por el Nordsjaelland entre 2016 y 2019. Más tarde, en 2020, tomó el puesto de seleccionador de Dinamarca. Tras retrasarse un año la Eurocopa 2020, el técnico dirigió a su país hasta las semifinales de la competición, donde finalmente cayeron ante Inglaterra.
Ahora su trabajo ha sido reconocido en la escena mundial. No es de extrañar que pronto termine dirigiendo en una de las principales ligas europeas. Por ahora, su compromiso es afrontar la cita mundialista. En The Coaches’ Voice hemos analizado en detalle el fútbol que le gusta a Hjulmand.
Línea delantera de tres
Hjulmand ha utilizado a menudo una línea de tres delanteros en ataque, normalmente dentro del dibujo 4-3-3. También ha apostado por jugar con tres centrales, pero incluso bajo esta formación, mantiene la línea de tres delanteros en un 3-4-3, o una ligera variación en un 3-4-2-1.
Es un técnico partidario de un estilo de juego basado en la posesión del balón. Prueba de ello son sus estadísticas en el Nordsjaelland en sus tres temporadas completas, entre 2016 y 2019, donde el equipo se situó entre los mejores de la liga danesa en cuanto a posesión del balón.
En ese esquema 4-3-3, la amplitud la aportan los extremos, a los que Hjulmand da licencia para moverse por dentro, con o sin balón. Durante su segunda etapa en el Nordsjaelland, utilizó a un par de jóvenes jugadores —Mikkel Damsgaard y Andreas Skov Olsen— como laterales. Ambos desempeñan ahora un papel fundamental en la primera línea de ataque de la selección danesa bajo sus órdenes.
Siempre que los interiores mantenían sus posiciones y los pasillos internos quedaban desocupados, esos extremos se movían hacia dentro para recibir entre líneas, y buscaban enlazar el centro del campo con el único delantero centro. Sin embargo, los interiores de Hjulmand suelen adelantarse a los laterales del equipo rival. En este caso, los extremos intentan arrastrar a los laterales fuera su posición manteniendo la amplitud (abajo).
Cuando jugaba con tres defensas, Hjulmand solía demandar a su delantero que se descolgara a zona del centro del campo durante la salida de balón. Esto mientras el resto de la línea de ataque se posicionaba por dentro. De ese modo, se formaba un mediocampo de tres jugadores, donde los dos interiores actuaban de forma similar a la de su esquema 4-3-3.
Alternativamente, uno de los extremos puede incursionar por dentro para convertirse en un mediapunta. Mientras el otro extremo también figura moviéndose hacia zonas interiores, pero permaneciendo más arriba para actuar como un segundo delantero centro. Cualquiera de los dos intercambios de posiciones genera un mediocampo de tres jugadores, habilitando también espacio para que los laterales puedan explotar las bandas.
Laterales flexibles
Hjulmand demanda a sus laterales avanzar por delante de la línea de mediocampo, e intentar dominar el balón con combinaciones en corto. Bajo un 3-4-3, los laterales empiezan muy arriba y forman una línea de cinco junto a los tres delanteros.
El técnico danés ha demostrado una impresionante capacidad de adaptación en su mandato como seleccionador de Dinamarca. Con cambios estructurales que permiten a su equipo construir ataques en función de los puntos débiles del rival. Así, en la Eurocopa 2020, mutó la estructura de su equipo al menos una vez en cada partido. En algunos encuentros hubo varios cambios de formación, combinando entre una defensa de tres y una de cuatro jugadores con regularidad.
En un 4-3-3, Hjulmand sigue fomentando el carácter ofensivo de sus laterales. Sin embargo, les pide que adapten su posición en función de los movimientos del extremo que tienen por delante. De ese modo, sus laterales se desdoblan cuando el extremo cruza por dentro para tomar el rol de un mediapunta. Pero cuando el extremo mantiene la amplitud, los laterales optan por tomar posiciones de ataque entre líneas (como muestra Joakim Maehle, abajo).
En Dinamarca, los centrocampistas como Pierre-Emile Højbjerg, Thomas Delaney, Mathias Jensen y Christan Eriksen se sienten cómodos ocupando una posición por detrás de la línea de pase, mientras los laterales avanzan. No obstante, los centrocampistas también pueden sumarse a los ataques desde segunda línea. Por lo tanto, si los laterales mantienen la amplitud del equipo y los interiores su posición de partido, los espacios que normalmente ocuparía un mediapunta pueden ser utilizados brevemente por los laterales que avanzan.
A Hjulmand le gusta que los jugadores móviles entren y salgan rápidamente de los espacios del mediapunta, entre líneas. El lateral izquierdo del Atalanta, Maehle, ha adquirido experiencia jugando en un sistema de ataque muy fluido a las órdenes de Gian Piero Gasperini. Rasmus Kristensen, defensa del Leeds, y Jens Stryger Larsen, del Trabzonspor, también son eficaces como laterales flexibles. Se sienten cómodos en el ataque, pero también se aprovechan de los movimientos de los jugadores que tienen por delante para apoyar al único delantero centro.
Bloque medio
Tanto en el Nordsjaelland como en Dinamarca, Hjulmand ha utilizado un bloque medio en fase defensiva, y sólo ha presionado con agresividad una vez que su equipo ha formado un bloque compacto. En la transición de un esquema ofensivo 4-3-3, los laterales recuperan su posición en defensa, con el único pivote en posición de proyección por delante de los centrales. Los laterales también repliegan a la línea de mediocampo, con el delantero centro solo en la parte superior del bloque. Esta formación se convierte en un 4-1-4-1.
En la presión sobre el bloque medio, los dos interiores acosan al rival de manera individual desde la segunda línea, saltando agresivamente hacia delante para presionar al poseedor del balón (abajo). Mientras, el extremo más cercano se cierra por dentro para cubrir el pasillo interior, y el pivote presiona también esa zona. El bloque medio de Hjulmand con el Nordsjaelland fue eficaz para evitar que el rival jugara entre líneas.
El extremo del lado opuesto que se estrechaba ayudaba a crear una segunda línea compacta que se desplazaba de un lado a otro para limitar el impacto de cualquier cambio de juego por parte del rival. Si faltaba la cobertura al interior que saltaba a la presión, o si el extremo lejano no era acompañado, los rivales a menudo podían filtrar el pase a la segunda línea de Hjulmand con demasiada facilidad.
Cuando Hjulmand juega con tres defensas, su equipo se protege con cinco en la retaguardia una vez que se ha posicionado en su bloque medio, ya sea en un 5-3-2 o en un 5-2-3. Cuando juega con un 5-2-3, establece trampas de presión por bandas, ya que el lateral y el central más cercano salen por fuera para presionar cuando se fuerza el juego en la zona ancha (abajo). El delantero más cercano al balón presionará entonces el balón desde atrás, con el objetivo de bloquearlo cerca de la línea de banda. Los centrocampistas centrales se desplazan por el campo para ayudar a ello.
Ese bloque en 5-2-3 también hace que Hjulmand puede mantener su línea atacante de tres en las transiciones. Los tres atacantes estarán posicionados en la parte superior del campo para aprovechar los pases rápidos e incisivos en las acciones de contragolpe. Por otro lado, si el equipo de Hjulmand necesita defender durante más tiempo, también puede mutar en un bloque más horizontal y defensivo, formando sobre un 5-4-1.
Una estructura en 5-3-2 proporciona una presencia adicional en el centro del campo, pero los laterales de Hjulmand están más expuestos por fuera, al menos a priori. Los interiores tienen que trabajar duro para presionar por bandas, con el objetivo de forzar el juego lejos del centro del campo. En la zona exterior, los laterales deben presionar de forma agresiva e incluso pueden empezar un poco más arriba de lo que lo harían en un quinteto completamente plano, en gran medida porque no habrá ningún delantero que pueda presionar desde atrás.
El estilo de juego de Hjulmand ha tenido mucho éxito y también ha llamado la atención de muchos clubes de Europa. Como señalábamos al principio del análisis, se espera que en poco tiempo esté dirigiendo una de las principales ligas europeas. Será fascinante ver dónde termina, una vez concluida su etapa con la selección danesa.
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