thomas tuchel
Bayern Múnich, 2023-Actualidad
Thomas Tuchel llegó al Bayern Múnich en abril de 2023 para relevar a Julian Nagelsmann. Esto tras un paso por el Chelsea que comenzó en diciembre de 2020 para, al mismo tiempo, afrontar una experiencia similar a la que tuvo en el Paris Saint-Germain.
En ese entonces, el club francés buscaba un entrenador capaz de transformar la costosa plantilla que encabezaron en 2018 Neymar, Kylian Mbappé y Ángel Di María en aspirantes a la Champions League. Objetivo que cumplió, inspirando el entrenador alemán una mejora que por primera vez llevó al PSG a la final de la Champions League.
En el Chelsea fue un paso más allá para acabar superando todas las expectativas. En apenas solo seis meses llevó al equipo de Londres a la conquista de la segunda Champions League de su historia. Todo bajo un estilo reconocible con el que el equipo de Tuchel tuvo la misión de subir también a lo más alto en la Premier League. "Es un entrenador fantástico, se nota mucho su influencia", ha señalado Jürgen Klopp sobre su compatriota.
Estilo de juego:
En sus dos puestos de mayor perfil hasta su llegada al Chelsea, primero el Borussia Dortmund en 2015 y luego en 2018 el PSG, Tuchel fue nombrado para suceder a dos respetados y exitosos entrenadores, Jürgen Klopp y Unai Emery, respectivamente, con la tarea de hacer evolucionar los fuertes equipos que heredaba. Sucedió lo mismo en el Bayern.
En el Dortmund conservó el 4-3-3 de Klopp, que también se convirtió a menudo en un 4-2-3-1. Pero en un equipo marcado por el juego de transiciones, Tuchel apostó por poner un mayor énfasis en dominar la posesión. Un mayor control del balón implicaba que sus jugadores tenían más tiempo para intercambiar las posiciones en diferentes zonas del campo y facilitar así la fluidez en sus ataques.
Los interiores que jugaban por delante de un solo pivote en medio del campo eran particularmente influyentes en el desarrollo del juego. A Marco Reus le gustaba operar en los últimos metros, intercambiando posiciones con Christian Pulisic y Henrikh Mkhitaryan. Ambos futbolistas estaban situados por detrás de Pierre-Emerick Aubameyang, el delantero centro, quien se asociaba constantemente con los dos extremos y los dos interiores. Mientras, los laterales del Dortmund también avanzaban, aunque no necesariamente en desdoblamientos por banda.
La mejora en la posesión de balón significaba que, a menudo, el equipo lograba restringir a los rivales a su propio campo. Así se complementaba con una presión enérgica, que contribuía a que se encontraran regularmente con bloques defensivos bajos (arriba).
Cuando hacia el final de su primera temporada Tuchel empezó a experimentar con una defensa de tres centrales, exigió cambios regulares en la estructura. Ocasionalmente sucedía a mitad de partido, pero con el riesgo de que sus carrileros se vieran aislados.
En el PSG, Tuchel también mantuvo el 4-3-3 y el 4-2-3-1 de Emery. Al igual que en el Dortmund, demandó el intercambio de posiciones en las zonas centrales. Pero la amplitud ofensiva fue proporcionada por sus laterales en posiciones avanzadas. Así, animaba a Neymar, Mbappé y a otros jugadores a permanecer en posiciones interiores, más cerca de Edinson Cavani, su delantero centro.
Sus centrocampistas centrales también tuvieron que ofrecer un mayor dinamismo y demostrar que eran conscientes de los espacios que dejaban sus laterales. Asimismo, identificar los momentos en los que tenían que retrasar su posición y formar temporalmente con una zaga de tres, en gran medida porque muchos rivales de la Ligue 1 sólo podían amenazarles en los momentos de transición. Marco Verratti, Adrien Rabiot y Marquinhos demostraron ser capaces de desarrollar estas funciones.
Durante su primera temporada en París, Tuchel apostó por una defensa de tres centrales, carrileros (arriba) más definidos (Dani Alves, Thomas Meunier y Juan Bernat) y un doble pivote en mediocampo. Más adelante, Cavani era apoyado en ataque por Neymar y Mbappé.
Cuando Mbappé estaba a la misma altura que el uruguayo, uno de los jugadores que formaban el doble pivote en el medio avanzaba hacia el espacio que dejaba libre el francés. Así se aseguraban que los ambos pasillos interiores permanecieran cubiertos.
No obstante, Tuchel favoreció jugar con una defensa de cuatro en el avance del PSG hacia la final de la Champions League en la 2019/20. Se defendía en 4-4-2 o un 4-3-3, y atacaba con un 4-2-2-2 en el que Neymar y Di María operaron como mediapuntas. Estos jugadores siempre por delante de un doble pivote y por detrás del peligroso Mbappé y un delantero centro: Cavani o Mauro Icardi.
Desde que llegó al Chelsea, Tuchel se decantó por una defensa de tres centrales. También por la utilización de dos mediapuntas en respaldo de un único delantero. O bien por una delantera de dos jugadores (arriba) apoyada por un centrocampista ofensivo.
Las opciones disponibles y la aplicación táctica por parte de los rivales para contrarrestar su sistema, le llevan a cambiar regularmente su enfoque ofensivo y posicionamiento.
Werner se ha beneficiado de ocupar posiciones interiores. Posicionamiento que le ha facilitado realizar más penetraciones por los pasillos centrales, liderando así las carreras en profundidad del Chelsea. Mientras tanto, Ziyech, Havertz, Mason Mount y Pulisic buscan conectar con el balón jugando entre líneas.
Eso provoca, en ocasiones, que el Chelsea carezca de suficientes unidades para atacar la espalda de la defensa rival. Pero sus intentos de construir el juego de posesión mejoran, sobre todo teniendo en cuenta que sus centrocampistas defensivos suelen ser presionados con agresividad. Ante esto, un interior se retira a los espacios que deja la presión del rival, lo que habilita líneas de pase por delante: un método para derribar el sistema defensivo rival.
La opción de mantener la posesión durante largos periodos también es utilizada como estrategia defensiva, que busca socavar el potencial de ataque de los rivales, así como a mejorar el suyo propio.
Los carrileros del Chelsea avanzan cada vez más por fuera o incluso por delante del interior (arriba), proporcionando una amenaza de centro al área desde la banda y arrastrando a los laterales contrarios de su posición. Un desarrollo, a su vez, que genera más espacio a través de los pasillos interiores para las carreras de sus compañeros de ataque desde segunda línea.
Sus dos defensas centrales exteriores se han convertido en un apoyo secundario para proporcionar amplitud. César Azpilicueta sigue siendo el central derecho, desde donde, al igual que lo hacía con Conte en el banquillo, avanza por el pasillo interior. Mientras, en la izquierda, Antonio Rüdiger se muestra más cauto. A diferencia de Azpilicueta, que lo hace cuando está presionado y busca el apoyo en el último tercio de campo, el internacional alemán sólo lleva la posesión hacia delante cuando hay espacio.
Los dos centrocampistas defensivos, proporcionan la cobertura defensiva al carrilero correspondiente, pero tienen instrucciones de priorizar el juego central en la salida de balón. Ambos centrocampistas destacan por su capacidad para identificar cuándo deben incrustarse entre la defensa o adoptar posiciones más amplias. Así generan combinaciones entre ellos y los laterales y los centrales exteriores para progresar en el juego de posesión, como también con pases más directos a los compañeros entre líneas.
Hacia el final de la temporada 2020/21, mientras su plantilla seguía adaptándose a su estilo, Tuchel introdujo intercambio de posiciones entre sus carrileros y sus interiores (arriba).
Reece James, Marcos Alonso y Ben Chilwell avanzan cada vez más hacia posiciones ofensivas y centrales, en las que suelen intercambiar la posición con el mediapunta más cercano a ellos, además de, como si se tratara un lateral tradicional, seguir aportando amplitud, centros y apoyos por bandas. Un patrón ofensivo que habilita espacios en las zonas centrales al arrastrar a los centrocampistas o defensas centrales rivales de sus posiciones defensivas. Complementado por los centrocampistas defensivos del Chelsea, que realizan pases desde el centro del campo hacia Romelu Lukaku o hacia los jugadores que realizan carreras de apoyo, el Chelsea tiene más éxito a la hora de comunicarse con su delantero centro y, por lo tanto, proporcionan una mayor amenaza sobre la portería rival.
Cuando la posesión del balón se dirige hacia un lado del campo, el carrilero más alejado de la acción de juego suele ser capaz de avanzar con libertad hacia el último tercio. Esto debido a la atención defensiva que se presta a los tres delanteros.
Ese intercambio de posiciones contribuyen a aumentar el espacio para que los centrales exteriores del Chelsea lleven el balón o apoyen a los jugadores que se encuentran en los canales interiores: Rüdiger, por la izquierda, y Trevoh Chalobah, por la derecha, fueron eficaces en esa tarea. De esta forma, buscan atraer a los laterales rivales hacia el interior, lo que, a su vez, proporciona al equipo de Tuchel un mayor potencial por las bandas.
Fase defensiva y presión:
La flexibilidad de Tuchel en la estructura de sus equipos ha contribuido inevitablemente a una mayor variedad en defensa. El hecho que sus laterales no avanzaran en el Dortmund significó que en su lugar priorizara la cobertura de los pasillos interiores, manteniendo el pivote defensivo su posición. Un desarrollo que daba libertad de ataque a sus extremos e interiores.
Si en lugar de ello sus equipos jugaban con tres centrales y carrileros, la posición más avanzada de los carrileros (arriba) implicaba una menor cobertura alrededor del pivote defensivo en medio del campo.
Incluso si un defensa central adelantaba su posición para fortalecer al equipo en esa zona. Su reducido número de jugadores en la línea intermedia hacía más difícil recuperar el balón más adelante y evitar el avance de los rivales. Cuando jugaba con un doble pivote, el equipo ganaba en fortaleza defensiva. Sin embargo, se producía a expensas de restar una unidad en ataque, una situación que no servía de mucho para evitar las transiciones defensivas.
La anterior estructura defensiva del PSG se basaba en que los interiores impedían las transiciones en las zonas centrales del campo. Luego cubrían los espacios que dejaban libres los laterales en sus avances.
La capacidad del equipo para restringir a muchos adversarios en su propio campo durante largos períodos hizo que esa táctica resultara eficaz. Pero rivales más fuertes, tanto en la Ligue 1 como la Champions League, lograron avanzar sobre su estructura en bloque medio debido a la facilidad con que superaban la primera línea de presión.
Los adversarios que se asociaban alrededor o frente a la estructura defensiva del PSG les generaban peligro. Especialmente, con pases directos por encima de los laterales o por dentro, lo que facilitaba a sus rivales atacar el espacio a la espalda (arriba). También en los momentos que tenían que protegerse ante los centros al área desde las bandas, con los laterales demasiado aislados para evitar estas situaciones.
En la etapa de Tuchel en el PSG, la estructura en un 4-4-2 en fase defensiva ofreció una mejor cobertura para sus laterales. Algo especialmente importante cuando el equipo optaba por permanecer en un bloque medio antes que ir a la presión alta. Esta estructura defensiva también evolucionó hacia un 4-3-3, con uno de los interiores adelantando su posición cuando el entrenador alemán demandaba ejercer la presión en primera línea y forzar al rival a jugar en largo.
Ese 4-4-2 complementaba de forma similar al 4-2-2-2 en fase de posesión. Un desarrollo donde los laterales progresan y los interiores adoptan posiciones por dentro para apoyar a través de los canales interiores. Asimismo, el doble pivote en medio del campo, ayudado por el aumento de cobertura en las bandas, se hace más difícil de superar, ganando también el equipo en agresividad a la hora de defender.
La estructura del Chelsea sin balón a menudo implica defender con defensa de cinco (arriba), a través de sus carrileros -Reece James en la derecha y Marcos Alonso o Ben Chilwell en la izquierda- quienes retrasan su posición.
Mantener el doble pivote garantiza que el equipo tenga unidades suficientes durante los periodos en los que se construye la posesión en campo propio. Así se asegura que las pérdidas de balón sean rápidamente seguidas por los defensores, ya sea por bandas o zonas centrales. Asimismo, su estructura ofensiva permite ofrecer una cobertura suficiente cuando pierde el balón en zonas de ataque. Y, por lo tanto, es difícil que se vean superados en el contragolpe.
Sus tres centrales son capaces tanto de presionar como de retrasar las transiciones rivales por bandas. Esto sin sacrificar la cobertura en su línea defensiva. Mientras, sus dos centrocampistas defensivos cubren y apoyan el territorio que tienen delante. Así bloquean los posibles cambios de juego -los que se intentan mediante pases más cortos- y con disponibilidad para replegarse más.
Ese doble pivote también protege, si es necesario, los espacios más amplios cuando ya hay un línea de cinco por detrás de ellos. Esto gracias a que uno hace la cobertura y el otro que permanece en una posición central, aumentando así la fortaleza defensiva del Chelsea.
Al igual que cuando tienen el balón, los tres delanteros del Chelsea adoptan diversas posiciones que determinan si defienden con un 5-4-1, 5-3-2 o 5-2-3, según lo exija el perfil de su rival en la salida de balón.
Hay ocasiones en las que se repliegan a la misma altura de sus centrocampistas defensivos. Aunque lo habitual es que trabajen para dificultar la salida de balón del rival. Esto para cerrar y cubrir la conexión a sus centrocampistas rivales. Al mismo tiempo, proporcionan una cobertura secundaria por detrás del balón, especialmente desde el centro del campo.
Cuando el Chelsea defiende y presiona más adelante (arriba), dos jugadores de ataque dan prioridad a la línea defensiva contraria y son apoyados para ello por sus carrileros, en la vigilancia de los laterales rivales.
Cuando esos carrileros avanzan, sus centrocampistas defensivos realizan la cobertura, de modo que uno de los interiores trabaja para bloquear el acceso al centro del campo. Un enfoque alternativo implica que uno de sus mediocampistas defensivos avance y se le una un defensor central exterior, situación donde el carrilero, junto a ese defensor, se mantendrá más retrasado, mientras que el otro mediocampista defensivo realiza la cobertura.
Una variante en la presión introducida más recientemente demostró su eficacia por la compacidad que ofrecen en el territorio central. Además, por el número de jugadores que trabajan para obligar al rival a salir por fuera. Un desarrollo independiente de su estructura defensiva. Normalmente sus carrileros presionan con agresividad por fuera, y el central más cercano a la jugada les sigue mientras permanece preparado para moverse por el pasillo interior correspondiente.
Frente a los ataques por zonas interiores, los defensores centrales exteriores del Chelsea se alejan asertivamente de su línea defensiva. Un movimiento para presionar junto al doble pivote que tienen delante, mientras que sus carrileros se repliegan hacia el interior para proporcionar cobertura defensiva.
En cambio, contra el juego por bandas del rival, sus centrocampistas defensivos ejecutan el balance defensivo para cubrir los ataques en el interior y entre las líneas, con el centrocampistas central del Chelsea más alejado del balón listo para retirarse a la defensa (arriba). Una estructura que proporciona cobertura adicional a la espalda del defensa central que avanzó para presionar.
En esa cadena de movimientos defensivos, el mediapunta más cercano se mueve al otro lado para cerrar un posible pase hacia atrás y forzar al rival a jugar por fuera, zona donde el equipo de Tuchel cuenta con un gran número de unidades para bloquear al jugador con balón y forzar la recuperación.
Redacción: The Coaches' Voice en español