gabriel rodríguez
Coordinador del Fútbol Infantil de River Plate, 2014-Presente; Coordinador técnico divisiones menores de River Plate, 1981-1991
Mentí al padre de Julián Álvarez. Pero fue por una muy buena razón.
Lo llamé por teléfono y ahí me sorprendió que atendiera la llamada desde la cabina de un camión. Resulta que el padre de Julián manejaba camiones, transportando mercancías agrícolas por distintas rutas de Argentina.
Yo me presenté. Le dije que era el coordinador de fútbol infantil de la academia de River Plate, que había visto a su hijo jugar y que me parecía un chico muy interesante para ingresar en el club. Tres mensajes enunciados de manera seguida y directa.
El padre de Julián no pudo creer la conversación. Creo que incluso dudó de que realmente fuera cierto lo que contaba. Pero sí lo era. Lo que no era cierto es que yo hubiera visto a su hijo jugar. Esa fue la mentira.
La persona que vio a Julián, y por lo tanto, lo descubrió para el fútbol profesional fue Alfredo Alonso. Lo digo porque en esto sí quiero ser honesto con todo el mundo, y también quiero que a Alfredo se le reconozca su mérito.
Alfredo me contó que había ido a hacer una prueba a Embalse, en Córdoba, y ahí vio a Julián. “Juega bárbaro”, me dijo.
Después me dio algunos detalles de él, pero realmente no me hizo falta saber nada más para saber que me hablaba de un jugador distinto, porque yo tenía plena confianza en Alfredo. Aunque ya no formara parte de la red de captadores de River Plate.
"MENTÍ AL PADRE DE JULIÁN, Pero fue por una muy buena razón "
Por cuestiones de la dirección —Daniel Passarella era por entonces el presidente—, Alfredo había salido tiempo antes de la estructura de River, pero yo seguía teniendo una relación muy íntima con él. Además, me fiaba de que en ese momento trabajaba para otra gran institución, Argentinos Juniors. El semillero de donde salió Diego Armando Maradona no confía en un cualquiera para descubrir el talento ahí fuera. Solo lo pueden hacer los mejores, y Alfredo es uno de ellos.
Pero, ¿por qué Alfredo me habló de un jugador tan interesante si trabajaba para Argentinos Juniors? Bueno, eso tiene su explicación.
Argentinos Juniors no tenía la estructura que sí tiene River en su fútbol formativo, como tampoco la capacidad para poder albergar a Julián al menos una semana para las pruebas. Alfredo estaba enojado porque Argentinos Juniors no podía darle la manutención al chico. Ante eso, yo le pedí el teléfono del padre de Julián. “Lo voy a invitar a probarse en River sin haberlo visto jugar”.
Contado eso, vuelvo a la conversación con su padre. Después de mi presentación y de su incredulidad, continué diciéndole que me gustaría que Julián fuera a conocer la academia y a hacer unos entrenamientos con nuestras divisiones. “He visto muy buenas condiciones en él y realmente creo que podría cubrir un lugar dentro de la institución”.
"La persona que vio a Julián, y por lo tanto, lo descubrió para el fútbol profesional fue Alfredo Alonso"
Su respuesta fue que le dejara hablarlo en casa con la señora y Julián. Después de eso, me llamaría. Y un día después, lo hizo para decirme que ‘sí’.
Julián vino a la academia a probar. Y solo diez minutos después de empezar la prueba, lo mandé a fichar.
No hizo falta nada más para confirmar lo que me dijo Alfonso. Por supuesto, le comuniqué al padre que se quedaba. Así que, con 16 años, lo incorporé a River y en 2017, hizo su primera temporada ya en el primer equipo. Poco después, en 2018, Marcelo Gallardo lo promocionó y también le dio minutos en un partido tan importante como la final de la Copa Libertadores ante Boca Juniors en Madrid. En 2022, Julián firmó por el Manchester City de Pep Guardiola.
Una trayectoria increíble en tan poco tiempo.
Sin embargo, no todos los jóvenes llegan a la academia de River como él. Normalmente, se da de otra manera, y principalmente a través de los captadores del club.
"Julián vino a la Academia a la probar. Y solo diez minutos después de empezar la prueba, lo mandé a fichar"
El departamento de captación en River está muy bien estructurado. Desde hace muchísimos años se va renovando, con gente nueva que entra y otra que sale, pero siempre está compuesto por alrededor de 25 personas. Argentina es un país muy grande, y hace falta mucha gente para abarcarlo.
Los captadores tratan de ir observando cada pueblo y cada ciudad para buscar aquel diamante en bruto que pueda llegar a formar parte de nuestras filas. Y después, lógicamente, a ese chico se lo traen a Buenos Aires.
La academia tiene un trabajo muy moderno y estructurado. Contamos con una casa hogar, a la que nosotros llamamos pensión de la institución. Está compuesta por 28 habitaciones, de las cuales incorporamos 80 chicos en total.
En otra parte de la pensión hogar, tenemos 30 lugares para albergar a los chicos que están a prueba. Llegan de cualquier parte de Argentina y se les invita a que haga una semana de entrenamiento con nuestros planteles de diferentes categorías.
Luego, ahí se les observa. Después, como pasó con Julián, soy yo el que toma la decisión final de la incorporación o no. Si nos queda alguna duda o no nos termina de complacer, le volvemos a dar dos nuevas alternativas más durante el año. ¿Por qué? Queremos tener una idea un poco más cabal y concreta del rendimiento de ese jugador y de sus posibilidades de poder venir a nuestro club. Muchas veces a la primera no es suficiente para un chico tan joven.
"LOS CAPTADORES DE RIVER TRATAN DE IR OBSERVANDO CADA PUEBLO Y CADA CIUDAD PARA BUSCAR UN DIAMANTE EN BRUTO"
La academia también tiene la ventaja de tener un colegio dentro de la institución. Porque no solo se trata de jugar. También se deben cumplir con las obligaciones en los estudios. Contamos con todo lo que realmente hay que darles a chicos de edades tan jóvenes como para que se vayan formando no solo como jugadores, sino también como personas. Muchos de ellos, también saldrán a Europa a jugar. Y deben estar más que preparados para ese salto.
Dentro de ese proceso más pausado en la academia, creció Enzo Fernández. Ahora en el Chelsea después de un brillante paso por el Benfica.
Enzo apareció de lo que en Argentina llamamos el ‘Baby Fútbol’. Un fútbol que se juega en un campo de pequeñas dimensiones y con cinco jugadores. Un portero y cuatro jugadores de campo.
El ‘Baby Fútbol’ te da la posibilidad de ver la calidad, la inteligencia y la creatividad de los chicos y cómo se desenvuelven en un espacio chico.
"DENTRO DE ESE PROCESO MÁS PAUSADO EN LA ACADEMIA, CRECIÓ ENZO FERNÁNDEZ"
Enzo fue figura de ‘Baby Fútbol’ en La Recova, un modesto club de barrio del municipio de San Martín, en provincia de Buenos Aires. Le invité a venir a River Plate a los 8 años, así que arrancó en la academia de muy pequeño. Primero en Parque Chas, un club de ‘baby fútbol’ dirigido por Javier Saviola —también formado en la academia—, y con el que River tiene un convenio.
Enzo hizo todo su camino en la academia. Aunque no exento de dificultades. Era un chico bajito y algo gordito, lo que le impidió asentarse en el once titular hasta bien entrada la adolescencia. Y con ello, muchas dudas sobre seguir en River. Me dio a entender una o dos veces que se quería ir del club, no porque quisiera hacerlo, sino porque quería jugar, pero nunca quise darle el pase.
Con Jorge Gordillo como técnico en Séptima categoría empezó a jugar más y en la Sexta se consolidó. Con Guillermo Rivarola de entrenador, Enzo la rompió. Lo puso de ‘5’ titular y de ahí saltó a Reserva. Después Gallardo lo llevó a Primera.
Yo siempre confié en él y siempre supe que, a la larga o a la corta, se iba a imponer. Como ha hecho.
"Contamos con todo lo que realmente hay que darles a chicos de edades tan jóvenes como para que se vayan formando no solo como jugadores, sino también como personas"
En todo mi tiempo en la academia, antes como director y desde los últimos años en el fútbol infantil —acordé con el club que mi última etapa en el club fuera así— he tenido la suerte de haber formado muchos chicos que después han tenido una gran importancia en el plantel profesional y en la selección argentina.
Julián y Enzo son dos de ellos. Pero también salieron de la academia de River más chicos que ganaron el Mundial. Gonzalo Montiel, Ezequiel Palacios, Guido Rodríguez y Germán Pezzella, quien, como Julián, llegó en juveniles.
Todavía hoy se acuerdan de mí y están en contacto conmigo a través de mensajes. Han crecido mucho profesionalmente, pero siguen siendo los mismos chicos que conocí cuando llegaron a la academia de River.
El éxito no los ha cambiado.
Por eso verlos ganar una Copa del Mundo o competir al más alto nivel en las mejores ligas del mundo es algo que me quedará hasta los últimos días de mi vida.