Martí Cifuentes
Queens Park Rangers, 2023-Presente
Amo el fútbol ahora tanto como lo hacía cuando jugaba por diversión siendo un niño de cinco años.
Cuando jugaba en los últimos años de mi adolescencia, ya tenía en mente convertirme en entrenador, pero sucedió mucho más rápido de lo que esperaba. Desde entonces, mi camino en los banquillos ha sido una experiencia maravillosa.
Comencé a entrenar a los 20 años, con jugadores que eran solo dos o tres años más jóvenes que yo. Ahora, más de 20 años después, sigo disfrutándolo cada día. Me siento privilegiado de tener la oportunidad de hacer algo que amo. Es muy especial haber podido entrenar en países fantásticos fuera de mi España natal y experimentar diferentes culturas.

Con cada experiencia, en cada club y en cada etapa de mi carrera, he crecido como persona. Siempre trato de ver el lado positivo de cada experiencia, incluso si un resultado no ha sido el que hubiese deseado. Dicho esto, me enorgullece decir que nunca he dejado un club por malos resultados. En las raras ocasiones en que las cosas no funcionaron, fue porque no estábamos alineados con la nueva directiva en la manera en que queríamos trabajar.
Ya lo ves, soy una persona con valores muy claros. Para mí, eso es fundamental y ha sido el verdadero motor de mi carrera. Ser honesto es algo muy importante para mí. Cuando era jugador, valoraba mucho que un entrenador fuera sincero conmigo, que dijera lo que realmente pensaba.
Una de las razones por las que decidí ser entrenador fue también para preparar a los jugadores ante lo que se enfrentarían en un partido. Como jugador, me frustraba cuando un entrenador llegaba justo antes del partido o en el descanso y de repente nos pedía ciertas cosas, cuando había tenido toda la semana para prepararnos. Como entrenador, quiero que mis jugadores tengan una comprensión clara de lo que espero de ellos. También es mi responsabilidad ayudarles a adaptarse a las situaciones que enfrentarán en el campo.
"Sentí la alegría de ese estilo de juego de Cruyff. Me conmovió"
Hubo un entrenador que causó una gran impresión en mí. Crecí en Sant Cugat del Vallès, cerca de Barcelona, en la época del Dream Team de Johan Cruyff. Fue un privilegio verlos jugar.
Cruyff había sido jugador del Barcelona y es uno de los futbolistas más influyentes de la historia. Pero cuando regresó como entrenador a finales de los años 80, su impacto fue inmediato. No solo en los resultados, sino también en la mentalidad y en la forma de jugar.
Cuando Cruyff introdujo el juego de posición, fue un momento crucial en la historia del Barcelona. También inculcó una verdadera mentalidad ganadora, la importancia de centrarse en el propio equipo y de practicar un fútbol ofensivo que entretiene a la gente.

Mi primera experiencia en un estadio fue en el Camp Nou, para ver al Barcelona contra el Atlético de Madrid. Es un partido que nunca olvidaré. Sentí la alegría de ese estilo de juego de Cruyff, me conmovió. Es, sin duda, una forma de jugar que, en mi opinión, proporciona a los jugadores las mejores herramientas para expresarse, para jugar con libertad y para desarrollar su comprensión del juego.
Fue una base muy influyente para mí. Más tarde, cuando tuve la oportunidad de ir a los Países Bajos como parte de una estancia de formación en el Ajax, aprendí aún más sobre esta filosofía y forma de jugar.
Como entrenador, he trabajado en España, Noruega, Dinamarca, Suecia e Inglaterra. Siempre supone un reto intentar implementar un estilo de juego que quizá los jugadores no conocen bien. Por ejemplo, el fútbol escandinavo, especialmente el sueco, tiene una tradición basada en el fútbol inglés. Suecia tuvo la influencia de Roy Hodgson y Bob Houghton, con un estilo muy zonal, un 4-4-2 clásico y un juego muy directo. En los últimos años, sin embargo, esto ha ido cambiando.
"Tuvimos que ser muy claros con nuestra identidad, sin cambiar por uno, dos o tres malos resultados"
Cuando llegué a esos países, tuve que entender estas influencias. Para mí, siempre se trata de encontrar el equilibrio entre cuántas ideas quiere transmitir un entrenador y, al mismo tiempo, comprender la cultura y el bagaje de los jugadores, ya que esto influye en el juego. Así que yo aprendí mucho, pero al mismo tiempo sentí satisfacción al ver que los jugadores podían desarrollarse, aprendiendo una nueva manera de jugar y entender el fútbol.
Cuando hablé con el Queens Park Rangers para ser su entrenador, me emocionó mucho el proyecto y la historia del club. También me atrajo la confianza que mostraron en mí como entrenador, en mi trabajo, en mis ideas y en mi identidad. Era una combinación perfecta. Me siento muy conectado con la tradición del club de jugadores técnicos y fútbol ofensivo.
Sin embargo, a mi llegada, el equipo solo había conseguido dos victorias en 14 partidos de la Championship y estaba a seis puntos de la zona de descenso. La prioridad era recuperar la confianza de los jugadores y crear una identidad. Normalmente, cuando se cambia de entrenador a mitad de temporada, es porque algo no está funcionando y el club decide hacer un cambio drástico. Esto puede afectar no solo al estilo de juego, sino también a la dinámica del equipo.

En ese sentido, debo decir que los jugadores fueron fantásticos desde el primer día. Nos ayudaron mucho a implementar nuestras ideas y nos permitieron apoyarles en todo lo posible. La clave del cambio de resultados fue ellos, porque desde el primer entrenamiento se mostraron comprometidos. También nos ayudaron a introducir nuevas ideas, a establecer no solo principios futbolísticos, sino un espíritu de equipo, definiendo quiénes queremos ser como grupo y como club. Esa fue una parte fundamental del éxito que logramos en la temporada 2023/24.
Después de tres victorias y tres empates en mis primeros siete partidos, llegó un periodo difícil en Navidad con muchos partidos seguidos y algunas lesiones. No estábamos jugando a nuestro mejor nivel. La Championship es una liga muy intensa, y nuestros rivales empezaron a reaccionar y a sumar puntos.
En ese momento, era clave recuperar la confianza de los jugadores, pero también sabíamos que la Championship es implacable. La única respuesta era ser tan persistentes como la propia liga. Tuvimos que ser resilientes, aceptar que hubiera buenos y malos momentos. Y, sobre todo, mantener nuestra identidad sin cambiar solo por una racha de malos resultados. Siempre buscamos mejorar y tener fe en lo que hacemos.
"Quiero que los aficionados del QPR se sientan orgullosos de nuestra forma de jugar"
La Championship es una liga muy divertida e intensa, no solo por la cantidad de partidos, sino por cómo se juegan. Hay una mezcla entre el fútbol inglés tradicional y la evolución que han tenido muchos equipos en los últimos años. Es una liga desafiante, ya que cada partido supone un tipo de rival diferente, por lo que la preparación debe ser muy específica.
Como el calendario de la Championship tiene 46 partidos, es crucial hacer crecer al equipo a la vez que este se recupera por el esfuerzo de cada jornada. No hay tanto tiempo para entrenar en el campo.
Estoy disfrutando cada momento. La atmósfera en los estadios es increíble y realmente sentimos cómo la pasión de los aficionados influye en los partidos.

Nuestra ambición siempre es mejorar y, en el QPR, queremos ser la mejor versión de nosotros mismos. Intentamos jugar cada semana mejor que la anterior, aceptando que habrá obstáculos en el camino y que el fútbol no es una línea recta. Sabemos que hay que trabajar duro para alcanzar nuestros objetivos.
Pero sin duda el club tiene un gran potencial. Quiero que los aficionados del QPR se sientan orgullosos de nuestra forma de jugar. Que recuerden que siempre intentamos atacar, ser dominantes y valientes en nuestro enfoque. Y, lo más importante, quiero que los jugadores disfruten del proceso. Que disfruten de jugar en un club con identidad clara y con una gran historia.

Martí Cifuentes