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Análisis: Las variables tácticas de Andrea Pirlo

Análisis: Las variables tácticas de Andrea Pirlo
Getty Images
Redacción
Héctor García
Publicado el
octubre 27 2020

Andrea Pirlo

Juventus, 2020-Presente

El Perfil:

Andrea Pirlo decidió comenzar su trayectoria como entrenador encargándose del equipo ‘primavera’ (Sub 23) de la Juventus. Un primer paso en un rol que nunca había desempeñado y que le iba a servir de adaptación y progreso. Sin embargo, tan solo unas semanas después, la Juve sorprendió designándolo como entrenador del primer equipo en sustitución de Maurizio Sarri, tras la eliminación del equipo italiano en los octavos de final de la Champions League ante el Olympique de Lyon.

Una decisión que sigue a la que ya tomaron otros grandes equipos de Europa, como el Real Madrid con Zinedine Zidane o el Barcelona con Pep Guardiola, confiando en ilustres exjugadores del club para dirigir al equipo en su primera experiencia como entrenadores en la elite. "Tuve la suerte de trabajar con grandes entrenadores. Mircea Lucescu, que fue uno de mis primeros en Brescia. Él era un maestro. Marcelo De Lippi, Carlo Ancelotti, Antonio Conte y también Maximiliano Allegri. Intenté sacar algo de cada uno de ellos ", señalaba Pirlo en una entrevista a UEFA.com sobre sus influencias.

Estilo de juego:

Pirlo acaba de empezar su carrera como entrenador e intentará transmitir a su equipo los conceptos de juego que él recuerda. Aquellos que le convirtieron en un futbolista tan reconocido como reconocible, y que le llevaron al éxito. Como idea de juego general, su concepto pasa por sumar más que el rival en las diferentes estadísticas: más posesión, atacar más, jugar más en campo contrario que en campo propio y marcar más goles que encajar.

Tiene una plantilla de jugadores muy completa, con futbolistas de perfiles variados y complementarios al mismo tiempo, a lo que añaden experiencia al máximo nivel competitivo. Una situación que le permitirá dar continuidad a la dinámica ganadora de la Juventus en la Serie A –se ha llevado los últimos nueve campeonatos- e intentar dar un salto de calidad en la Champions League.

Se percibe una gran flexibilidad en el juego, buscando conceder poco cerca de su propia portería a través de la organización defensiva y experiencia de jugadores como Giorgio Chiellini y Leonardo Bonucci. Más arriba, su idea consiste en generar ventajas para ser potenciadas por los jugadores más ofensivos y de más talento como Cristiano Ronaldo, Dejan Kulusevski o Álvaro Morata. Precisamente esa flexibilidad permite pasar del 3-5-2, el sistema matriz, a un 4-4-1-1 en función de las propuestas del equipo rival y de las fases del juego. Pero no solo cambia el dibujo, sino también las alturas en las que la Juve realiza la presión, transitando de un bloque más alto a uno más bajo.

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Fase ofensiva:

De manera general, el equipo de Pirlo se posiciona en los momentos con balón en una estructura 3-5-2, con dos centrales específicos, Chiellini y Bonucci, junto a un lateral que actúa de tercer central, Danilo, un futbolista al que se le pide que, en situaciones de progresión por el carril opuesto, juegue en posiciones más cerradas junto a los pivotes en el medio del campo, Adrien Rabiot y Weston McKennie.

Y cuando la situación del juego permite progresar por su perfil, a Danilo se le exige conducir el balón con diferentes objetivos: superar la presión rival, juntar pases con los medios que se aproximan a recibir o incluso conectar con el extremo de su misma banda derecha para poder profundizar en el juego.

Ante equipos que plantean una presión alta con dos delanteros, Pirlo posiciona a los centrales Chiellini y Bonucci dentro del área, en la prolongación del área pequeña. Uno más cercano al portero, poseedor del balón, y otro más abierto para poder generar una circulación que obligue al rival a bascular en la presión, lo que facilitará espacios para salir en conducción o pasar al lateral. Mientras tanto, Danilo se posiciona en el vértice del área grande, ofreciendo una alternativa a la línea de pase de los centrales, prácticamente a la misma altura de los dos mediocentros, Rabiot y Mckennie, quienes se aproximan para recibir con tiempo y espacio (abajo).

En el caso de que estos dos últimos se encuentren con marcas en la espalda y no puedan girar, su participación se basa en atraer a los rivales, con la intención de generar un espacio a su espalda que pueda ser aprovechada por la siguiente línea formada por Aaron Ramsey y Juan Guillermo Cuadrado.

Cuando el rival plantea una presión en bloque medio-alto, la participación del portero Wojciech Szczesny, como eje en las circulaciones de balón y vértice más lejano, se vuelve fundamental. Se posiciona entre los centrales obteniendo una superioridad numérica de tres contra dos sobre los dos delanteros que presionan.

Si el equipo rival les plantea una presión con tres jugadores avanzados, la superioridad se mantiene tras añadir a la línea defensiva a Danilo, quien se posiciona más bajo para ofrecer otra alternativa de pase y generar una superioridad de cuatro contra tres en inicio, que le permita al equipo progresar de forma ordenada. Se intenta siempre encontrar al hombre libre, que puede ser en líneas interiores con los dos medios centros o por fuera con Cuadrado o Ramsey, quienes se posicionan en zonas intermedias y lateralizados para recibir con ventaja y poder jugar hacia delante.

Cuando las líneas de pase con los centrales o los laterales se encuentran cerradas o suponen altos riesgos de pérdida de balón, la salida se articula con la ejecución de un pase largo y directo de Bonucci sobre el lateral o extremo de banda opuesta, Gianluca Frabotta, superando de esa manera todo el bloque presionante rival (arriba).

Para que esa posibilidad se habilite, es necesaria la participación indirecta de los jugadores de zonas interiores, Ronaldo y Kulusevski, quienes se intercambian constantemente de posiciones, jugando ambos a pierna cambiada en diferentes ocasiones. Esto les facilita tanto salir por fuera como por dentro, con la intención de estrechar al rival y fijar marcas, dejando libre los espacios en amplitud para Cuadrado y, posicionalmente, a Ramsey.

Superada la presión en campo propio, Pirlo desarrolla una gran flexibilidad en los mecanismos para atacar espacios ante bloques defensivos bajos. Posiciona a sus jugadores por fuera en amplitud -Frabotta y Cuadrado- y en profundidad por dentro -Ronaldo, Ramsey y Kulusevski- para poder progresar en el juego. Mientras, los mediocentros Rabiot y McKennie, posicionados a distintas alturas, son futbolistas de buen pie, con altos niveles de precisión que les permiten filtrar pases en espacios muy reducidos y encontrar a los jugadores más avanzados entre líneas y a espaldas de los medios rivales.

Para que la circulación de balón sea eficiente, Pirlo le pide a Ronaldo que se posicione entre los centrales, fijando sus posiciones y evitando que salten a la presión sobre los poseedores de balón, además siempre en disposición de participar en zonas de remate próximas al área.

Fase defensiva y presión:

Pirlo no propone una presión alta intensa por el perfil de futbolistas de que dispone, ya que no son especialmente agresivos en la recuperación y tienen pocos atributos colectivos en esta tarea, siendo mejores atacando que defendiendo. Así, el equipo se encuentra más cómodo defendiendo en un bloque bajo, cercano a portería propia, generalmente desde una estructura de 4-4-2.  La intención de no defender lejos de portería se argumenta con el objetivo de liberar a jugadores como Ronaldo del trabajo de presionar, permitiéndole que se descuelgue y esté preparado, tras recuperar el equipo el balón, para poder salir al contraataque.

Si el equipo no recupera alto, Kulusevski se junta a la línea de medios avanzados, lo que lo hace a la Juve vulnerable en las transiciones, obligando al grupo a correr demasiado hacia atrás. Especialmente a Ramsey, quien realiza esfuerzos de recuperación de posición muy largos e intensos, sufriendo un desgaste físico excesivamente alto para los beneficios del juego que obtienen.

Dentro del 3-5-2, se produce un ajuste importante cuando el equipo pierde la posesión del balón. En ese momento el carrilero izquierdo se posiciona a la misma altura de los centrales y de Danilo para formar una línea de 4 defensas (arriba). Ese movimiento también exige el reajuste del interior que juega por delante, quien pasa a defender espacios exteriores.

Un aspecto a destacar en la fase defensiva de la Juve se produce en los saques de portería del rival. Pirlo inicialmente predispone al equipo en posiciones más avanzadas, situando a los delanteros en zonas centrales del área grande, esperando los primeros pases del rival para orientar la presión. De este modo, el delantero más cercano al poseedor del balón salta a la presión, mientras el más alejado tapa las líneas de pase sobre los siguientes receptores del equipo rival.

Pero esa presión no la realizan únicamente los delanteros, ya que el entrenador italiano demanda una unidad defensiva, desplazando a la línea de medios, carrileros e interiores a zonas más avanzadas para cerrar líneas de pase con los mediocentros y laterales oponentes. Una tarea defensiva que fuerza al rival a jugar directo, situación donde la Juve tiene superioridad numérica y cualitativa con los centrales y Danilo. Los tres generalmente son jugadores ganadores en los duelos aéreos e individuales, lo que facilita la recuperación de balón e iniciar una nueva jugada.

Si el equipo rival decide hacer circular el balón en zonas de inicio -con secuencias de pases entre los centrales o salida con el lateral-, en ese momento la Juve prioriza los momentos de saltar a la presión, orientándola cuando el balón lo recibe el lateral. Entonces el extremo salta a la presión sobre él, y los delanteros fijan referencias sobre los centrales como posibles receptores. Mientras tanto, los jugadores más alejados se mantienen siempre en vigilancia defensiva con distancias de relación óptimas para mantenerse compactos (arriba).

Aunque apenas está dando sus primeros pasos como entrenador, Pirlo ya ha mostrado los principales rasgos que pretende para la Juve. Un equipo con un ritmo alto en las circulaciones de balón y una alta capacidad individual de sus jugadores más ofensivos en zonas avanzadas, sumado al sacrificio en defensa de sus unidades con más experiencia. Todo esto hace de la Juve un equipo con alto nivel competitivo, entre los principales candidatos a ganar todos los títulos en disputa.