Supercopa de Europa, 24 de septiembre 2020
Goreztka (34)
Javi Martínez (104)
Ocampos (13, pen)
Un gol de Javi Martínez en la primera mitad de la prórroga le dio al Bayern Múnich el triunfo en la Supercopa de 2020 ante el Sevilla, conquistando así el equipo alemán el cuarto título del año (Bundesliga, Copa de Alemania y Champions League previamente). Una cita marcada también por la presencia de público de ambos equipos (20.000 en total) en el Puskas Arena de Budapest, por primera en competencias europeas desde la vuelta al fútbol en la pandemia por la Covid-19.
El encuentro no solo midió a los dos campeones continentales, sino también a dos de los equipos más en forma de Europa actualmente. El Sevilla de Julen Lopetegui presentó las novedades de Sergio Escudero (por Sergio Reguilón) e Ivan Rakitic (por Éver Banega) en el once inicial respecto al triunfo en la final de la Europa League. Mientras, Hansi Flick dio entrada en el Bayern a Leroy Sané, la gran contratación de los alemanes esta temporada.
Se adelantó el campeón de la Europa League en el marcador con el gol de Lucas Ocampos de penalti, encontrando el Bayern el empate minutos después en una gran acción colectiva entre Robert Lewandowski y Leon Goreztka. A pesar del dominio del equipo de Flick en el juego y ocasiones, Youseff En-Nesyri tuvo en sus botas el gol del triunfo del Sevilla a falta de cuatro minutos para el final. Una acción que el internacional por Marruecos no acertó a definir ante el acierto de Manuel Neuer. Sí lo hizo Martínez de cabeza para poner el 2-1 en el marcador, a la postre un gol definitivo.
17 / 7
DISPAROS / A PUERTA
6 / 5
65 %
Posesión
35 %
794 / 679
Pases / Completados
429 / 315
15 / 2 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
17 / 4 / 0
El Bayern Múnich formó en fase de posesión en un 4-2-3-1 (abajo), con Joshua Kimmich y Leon Goretzka en el doble pivote; Leroy Sané, Thomas Müller y Serge Gnabry apoyando en ataque a Robert Lewandowski.
Fase defensiva:
Una versión ofensiva del Bayern que buscó superar el 4-4-2 en bloque medio del Sevilla en defensa, formando con Jesús Navas, Jules Koundé, Diego Carlos y Sergio Escudero en la línea de cuatro atrás. En los momentos sin balón, Suso y Lucas Ocampos retrasaban su posición para situarse a la misma altura que Joan Jordán y Fernando, mientras Ivan Rakitic se unía a Luuk de Jong en la primera línea (abajo).
Como se esperaba en el guión del partido, el Bayern dominó la posesión, buscando construir el juego desde atrás ante la presión alta del Sevilla. En estas acciones, De Jong cerraba el paso al central portador del balón, intentando bloquear el pase horizontal sobre el otro central del Bayern.
Mientras tanto, Rakitic vigilaba a uno de los jugadores del doble pivote del Bayern en el medio del campo, dejando al otro libre, aunque bajo la estrecha vigilancia de uno de los pivotes defensivos del Sevilla o el extremo más cercano a la acción. Esta manera de defender facilitaba al Sevilla mantener a un centrocampista libre para encargarse de los movimientos entre líneas de Müller, dejando a la zaga defensiva de cuatro para ocuparse de Gnabry, Sané y Lewandowski (abajo).
La movilidad de los jugadores del Bayern:
Para progresar en el juego, Kimmich y Goretzka se situaron en diferentes alturas por fuera, buscando más la diagonal o la vertical que ser habilitados con un pase horizontal. Al mismo tiempo, Müller volvió a mostrar su inteligencia táctica para moverse por dentro o caer a banda en la construcción de juego de su equipo, dificultando así la marca de su rival en el que surgían dudas sobre si mantener la posición o seguir esos movimientos.
Una acción que facilitó la progresión del Bayern en primera línea con un hombre extra. Asimismo, encontró el equipo de Flick espacios entre líneas en la presión alta de su rival, posicionado a Gnabry y Sané en la diagonal, volviendo a plantear un problema a los centrales del Sevilla, que no podían dejar jugadores libres por fuera, pero tampoco abandonar sus posiciones defensivas.
Se situó el Sevilla en un bloque medio 4-4-2 para buscar cerrar estas vías de paso del Bayern. Lo hizo reduciendo la distancia entre sus jugadores, así como los huecos a su espalda, lo que dificultó al equipo alemán poder romper ese bloque compacto (abajo).
Atacar por el carril derecho:
Lo intentó mediante el intercambio de posiciones entre sus jugadores de ataque y con desmarques de sus centrocampistas en los lados débiles de su rival, acción que llevó al gol del empate. De manera general, el Bayern dirigió la posesión hacia las bandas para después encontrar la llegada al área de los jugadores de segunda línea, una acción con la que intentó superar la acumulación de jugadores del Sevilla por dentro. Algo especialmente evidente por banda derecha (abajo).
La conexión entre Lewandowski y Müller provocó varias buenas ocasiones para el equipo bávaro, incluyendo dos goles anulados. Su entendimiento y la capacidad de adivinar el siguiente movimiento del compañero, facilitó la posibilidad de romper el bloque defensivo del Sevilla. El Bayern también buscó crear peligro en algunos contraataques, pero no fue capaz de acertar en estas ocasiones.
En la prórroga, el equipo de Flick continuó con los mismos movimientos de ataque y con la posesión del balón, buscando aprovechar los espacios creados por el cansancio de los defensas del Sevilla. Al final, una segunda jugada tras un córner permitió al Bayern romper el empate.
Juego directo:
El Sevilla formó en 4-2-3-1 en posesión (abajo), con Fernando y Jordán en el doble pivote en el medio del campo, con una línea de tres por delante formada por Suso, Ocampos e Rakitic, operando como delantero De Jong.
Un sistema ofensivo que se enfrentó al 4-2-3-1 del Bayern (abajo), con Benjamin Pavard, Niklas Süle, David Alaba y Lucas Hernández en la zaga de cuatro; Goretzka y Kimmich en el doble pivote y Müller, Sané y Gnabry apoyando a Lewandowski en la primera línea de presión del equipo alemán.
Precisamente la agresiva presión del Bayern dificultó el juego del Sevilla, forzando errores en la circulación de balón en el equipo de Lopetegui. Ante esto, el campeón de la Europa League optó por el juego directo con De Jong, para que, una vez controlado el esférico por el jugador holandés, poder jugar en campo contrario. Esto se tradujo en menos riesgos cerca de su portería en la circulación de balón entre la defensa, pero solo con opciones de llegar a la portería rival a través de pases por fuera o a la espalda de los laterales del Bayern.
Variación del dibujo en ataque:
Esas acciones eran a menudo ejecutadas por los extremos, Ocampos y Suso, aunque, y al contrario de lo que acostumbra el equipo de Lopetegui, esta vez los laterales no se posicionaron tan arriba. Rakitic fue el principal enlace con De Jong en el último tercio de campo, también realizando el croata carreras a su espalda. Una situación que dio lugar al penalti a favor del equipo español que acabó siendo ejecutado con acierto por Ocampos en los primeros minutos de partido.
De partida, posicionar a Jordán y Fernando en posiciones más retrasadas, facilitaba el avance de Navas y Escudero por fuera, habilitando a los extremos del Sevilla a moverse por dentro para dar al equipo más presencia ofensiva cerca del área para atacar cualquier centro desde banda (abajo). Con la entrada al campo de Óliver Torres y En-Nesyri, Lopetegui varió el esquema en fase ofensiva a un 4-3-3, antes de dar entrada a Nemanja Gudelj para volver al 4-2-3-1 inicial, con Torres y Jordán operando en el doble pivote en el medio del campo. En-Nesyri, por su velocidad, fue más utilizado para jugar a la espalda de la defensa del Bayern que De Jong, buscando explotar el Sevilla alguna de esas acciones.
De la oportunidad del Sevilla al gol del Bayern:
Una de ellas fue la acción en el minuto 86, con el internacional marroquí llegando al área del Bayern, donde se enfrentó a Neuer, quien consiguió evitar el gol. En la prórroga, el equipo alemán continuó presionando al Sevilla muy arriba, obligándolo a jugar en largo. Neuer, siempre en una posición adelantada, fue el jugador que bloqueó muchos de esos envíos, controlando el balón o jugando al primer toque con sus compañeros para armar de nuevo el ataque.
Con el Bayern controlando la posesión y limitando el juego del Sevilla a esos balones en largo a la espalda de la defensa o contragolpes, la entrada de Alphonso Davies y Jerome Boateng terminó de cerrar esa posibilidad del Sevilla de atacar la espalda de la defensa. Las sustituciones llegaron en un buen momento para el Bayern porque sus acciones iniciales en la prórroga mostraron un nivel de fragilidad que podría haber dado lugar a oportunidades de gol para el Sevilla. Una situación que no acabó ocurriendo, firmando el Bayern el triunfo en la Supercopa. La segunda en su historia.
El entrenador del Bayern destacó que les "costó un cuarto de hora entrar en el partido. Fue magnífico ver al equipo luchar contra la mentalidad del Sevilla y tener éxito". "El equipo tiene una mentalidad inspiradora no solo en el terreno de juego, sino también en los entrenamientos. La forma en la que Lewandowski asiste para hacer el 1-1 es una delicia. También estoy especialmente feliz por Javi (autor del segundo tanto del Bayern)", añadió Flick.
"Pienso que hemos perdido una final en la que teníamos puestas todas nuestras ilusiones. Estoy triste por los chicos, han hecho un esfuerzo extraordinario. Sabíamos que para ganarles teníamos que llevarlos al límite y estoy orgulloso de ello", explicó Lopetegui. "Llevamos doce días de entrenamientos y llegar a una prórroga, es para estar orgulloso del trabajo", añadió el entrenador del Sevilla.