
SEMIFINALES EUROCOPA FEMENINA, 23 DE JULIO 2025
Aitana (113)
Aitana Bonmatí clasificó a España para la final de la Eurocopa Femenina con un gol en los compases finales de la prórroga ante Alemania. Un tanto de enorme significado, ya que la vigente campeona del mundo y de la UEFA Nations League derribó de un plumazo dos de los últimos obstáculos que aún tenía en su trayectoria: vencer por primera vez en su historia a Alemania —ocho veces campeona de Europa— y disputar su primera final en una Eurocopa.
Antes del gol, el encuentro fue una emocionante batalla entre dos estilos de juego distintos, pero igualmente atractivos. España dominó la posesión y buscó el gol mediante su habitual juego dinámico y combinativo, mientras que Alemania desplegó un formidable ejercicio defensivo, apostando por rápidas transiciones ofensivas. De esta forma llegaron las mejores oportunidades del partido, con las guardametas como protagonistas: Ann-Katrin Berger por parte del conjunto alemán y Cata Coll por el lado español, destacando esta última con una intervención salvadora en los instantes finales del tiempo reglamentario.
No obstante, Ann-Katrin Berger no estuvo acertada en el tanto de la talentosa Aitana Bonmatí, quien detectó la brecha que la arquera alemana dejó en su primer palo para anotar el gol decisivo. Un tanto de la dos veces Balón de Oro que lleva a España a la final de la Eurocopa Femenina ante Inglaterra.
Análisis de las entrenadoras
"Hemos estado muy serias en la primera parte. Sabíamos que teníamos que evitar que Alemania corriera, pero eso era muy complicado. Lo que sí queríamos era que en las salidas se viera a España, que se notara el repliegue intensivo y que no pudieran marcar", declaró Montse Tomé, seleccionadora de España. "Hemos dedicado muchísimo tiempo a encontrar la tecla adecuada y a acompañar a las jugadoras como se merecen. Hemos dado un salto en todos los niveles. Cada vez son más competitivas mentalmente", añadió.
"Estamos muy decepcionados porque no conseguimos materializar nuestras ocasiones. Pero España, que para mí es un equipo excepcional, sí logró marcar en una de las que tuvo. Fue muy amargo porque ocurrió cerca del final del partido. No obstante, estamos muy orgullosas del campeonato que hemos realizado", afirmó Christian Wück, seleccionador de Alemania.
A continuación, nuestros entrenadores UEFA Pro analizan el apasionante duelo de semifinales de la Eurocopa Femenina entre España y Alemania.
España: dominio posicional, circulación y maduración
La selección española dirigida por Montserrat Tomé impuso desde el inicio un claro dominio posicional, basado en la construcción desde la línea defensiva y el control del centro del campo. Patri Guijarro, Aitana Bonmatí y Alexia Putellas orquestaron la circulación del balón (abajo), moviendo a la línea defensiva alemana con el objetivo de provocar desajustes y generar superioridades numéricas y posicionales en las zonas interiores del terreno rival.
Más adelante, la movilidad de Mariona Caldentey y Clàudia Pina entre líneas dificultó la referencia de marca para las centrales germanas, permitiendo a España superar líneas mediante triangulaciones y situaciones de tercera jugadora, con continuos desmarques de apoyo que atraían rivales hacia la zona activa. Este control del juego generó hasta un 60% de posesión y anuló la presión alta inicial de Alemania.

La madurez del conjunto español se evidenció en la gestión de los ritmos de partido, alternando ataques posicionales con cambios de orientación y aceleraciones puntuales que descolocaban el bloque medio-alto alemán. Las llegadas de las laterales Ona Batlle y Olga Carmona por los costados aportaron amplitud (abajo), mientras que la pareja de centrales formada por Irene Paredes y María Méndez ofreció equilibrio ante las transiciones, realizando vigilancias defensivas eficaces.
España generó peligro constante, especialmente en la segunda mitad y la prórroga, pero se encontró con una inspirada Ann-Katrin Berger bajo palos.

Alemania: repliegue inteligente y transiciones ofensivas
El equipo dirigido por Christian Wück adoptó un sistema mixto, partiendo de un 4-5-1 en fase defensiva que se transformaba en un 3-4-3 en transición. Sophia Kleinherne y Rebecca Knaak, apoyadas por Carlotta Wamser, consolidaron una línea defensiva firme, respaldadas por Franziska Kett como carrilera izquierda y Jule Brand como extremo derecho, priorizando el cierre de los pasillos interiores mediante ayudas defensivas generosas y reduciendo así la profundidad ofensiva de España (abajo).
Alemania optó por un repliegue en bloque medio-bajo, dejando escasos espacios entre líneas y apostando por la agresividad en los duelos individuales, especialmente en la zona de creación española, forzando algunas pérdidas que pudieron terminar en gol durante la primera parte.

En ataque, el planteamiento alemán se centró en explotar la velocidad de Klara Bühl y Giovanna Hoffmann al contragolpe tras recuperación en campo propio. Cada robo era una oportunidad para lanzar transiciones rápidas, buscando la espalda de las laterales españolas mediante envíos largos o conducciones vertiginosas (abajo).
Sara Däbritz y Elisa Senss aportaron equilibrio y llegada desde segunda línea, mientras que Ann-Katrin Berger fue clave iniciando las jugadas con desplazamientos precisos. Aunque Alemania generó ocasiones esporádicas, la falta de eficacia y las intervenciones de Catalina Coll evitaron el desequilibrio en el marcador.

Alemania: ajustes defensivos, resiliencia y limitaciones ofensivas
Durante la segunda mitad y la prórroga, Alemania introdujo ajustes tácticos para contener el dominio español. La entrada de Sydney Lohmann y Selina Cerci buscó refrescar las bandas y fortalecer la presión tras pérdida, mientras que Linda Dallmann aportó dinamismo al mediocampo. No obstante, el desgaste acumulado obligó a retrasar líneas y priorizar la protección del área (abajo), renunciando en parte a la presión coordinada mostrada en los primeros tramos del encuentro.

La resiliencia alemana se evidenció en el trabajo colectivo defensivo y, sobre todo, en la figura de Ann-Katrin Berger, que firmó hasta ocho paradas de mérito. Sin embargo, las carencias en la creación y la falta de precisión en los metros finales dificultaron el acierto de Alemania. De igual modo, los intentos al contragolpe se encontraron con un bloque español bien organizado y una Catalina Coll inconmensurable (abajo).

España: gestión de cambios, variantes y mentalidad competitiva
Desde el punto de vista táctico, Montse Tomé mostró flexibilidad con las sustituciones, manteniendo el 4-3-3 inicial. El ingreso de Salma Paralluelo y Athenea del Castillo añadió verticalidad y desborde al frente ofensivo (abajo), permitiendo a España alternar ataques interiores con rupturas por banda. La incorporación de Cristina Martín-Prieto, ya en la prórroga, sirvió para fijar a las centrales y liberar a Aitana Bonmatí y Alexia Putellas entre líneas, creando nuevas zonas de peligro. La insistencia española en progresar por los carriles exteriores forzó a Alemania a replegar aún más, comprometiendo su salida.

En el tramo decisivo, la mentalidad competitiva de las jugadoras españolas fue clave. El equipo no se descompuso tras las intervenciones salvadoras de Catalina Coll y mostró aplomo ante la presión germana. El gol de Aitana Bonmatí en el minuto 112, tras una brillante acción individual (abajo), reflejó la capacidad del equipo para aparecer en momentos críticos.

España gestionó la ventaja con inteligencia, defendiendo en bloque medio y administrando los últimos minutos con posesiones largas, sellando así un triunfo histórico que las coloca en la final de la Eurocopa femenina. Allí les espera una vieja conocida: Inglaterra.
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