andoni iraola
Bournemouth, 2023-Presente
No tenía planteado qué iba a ser lo siguiente al terminar mi carrera como jugador.
Yo solo había experimentado como futbolista el vestuario del Athletic Club. Más de 15 años en el equipo y en la misma ciudad. Siempre he dicho que estoy encantado de que fuera así, pero sí tenía un poco esa inquietud de vivir otra experiencia profesional y personal, de relacionarme con gente de otros países.
Esa opción llegó desde el New York City a mediados de 2015. Viajar a Nueva York fue sin duda una decisión acertada, porque al margen de conocer otra competición -es cierto que de menor nivel competitiva que la Liga española, pero muy bien organizada- pude vivir en Manhattan.
En pleno corazón de la ciudad.
Fue una experiencia que disfruté mucho. Algo muy rico y, sobre todo, diferente en cuanto al entorno que rodeaba al equipo. En Bilbao tienes la sensación de tener una mayor responsabilidad, porque al final todo el mundo es muy del Athletic.
Nada que ver con lo que ocurre en Nueva York.
El primer año llegué a mitad de temporada. Digamos que más bien fue un período de adaptación, pero la segunda temporada la jugué entera, con Patrick Vieira de entrenador.
"patrick vieira me dio una nueva perspectiva del fútbol"
A nivel de juego, fue un gran cambio individual para mí. Como las piernas ya no daban para jugar de lateral, posición en la que jugué toda mi carrera en el Athletic, pasé a jugar de mediocentro. Patrick fue quien tomó esa decisión.
Tenía por delante a Andrea Pirlo, Frank Lampard y unos pocos metros más arriba, David Villa de delantero. Alucinante, ¿no?
Luego había también jugadores en otra etapa de sus carreras. Angelino, ahora en el RB Leipzig, y también un muy joven Jack Harrison, ahora en el Leeds con Marcelo Bielsa. Por cierto, un entrenador con el que yo tuve la suerte de trabajar en el Athletic. Y digo por suerte porque fue algo increíble estar con él.
Patrick me dio una nueva perspectiva del fútbol, porque él venía de la escuela del Manchester City, donde se había formado como entrenador. Un juego muy posicional, de 4-3-3, con la intención buscar al hombre libre y mantener cada uno bien su posición. Muy diferente a lo que yo había vivido en el Athletic. También me aportó su experiencia como mediocentro, rol que ocupó toda su carrera como jugador.
Solía hablar a menudo con él y me enseñaba cómo tenía que jugar por delante de los centrales, por detrás los compañeros de ataque, mantener las distancias, no caer mucho a las bandas... “Se trata de no dejarte llevar por tu instinto y sí guardar esa posición basada en ayudar a tus compañeros y relacionarte con todos ellos”, decía.
"tenía por delante a andrea pirlo, frank lampard y de delantero, a david villa"
Al final, en la posición de mediocentro debes intentar equilibrar los posibles desajustes que se dan en el desarrollo equipo. Y la verdad es que lo hice muy a gusto.
Esa nueva perspectiva también tuvo otra consecuencia: me llevó a pensar en el camino de ser entrenador. Es cierto que tenía todavía muchas dudas, sobre todo porque es un trabajo que requiere muchos sacrificios -la familia es el más importante de todos-, pero por lo menos quería probarlo.
Al margen del fútbol, ahí también descubrí un especial interés por la NFL, la cual sigo desde entonces. Veo la NFL como una asociación de jugadas a balón parado que se dan en el fútbol. Porque, al final, todo está muy estudiado: los bloqueos, los aclarados, las situaciones de superioridad...
Además, hay una gran especialización en relación con los puestos, con un entrenador para cada posición. Esto al fútbol todavía no ha llegado, pero teniendo en cuenta que las estructuras de fútbol cada vez son más amplias, seguramente el día de mañana llegaremos a ver a ese entrenador por posición y a adquirir cosas de la NFL.
"esa nueva perspectiva del fútbol me llevó a pensar en el camino de ser entrenador"
Así que el New York City y la ciudad terminaron convirtiéndose en la antesala de todo lo que vino después. El punto de partida hacia un nuevo camino.
El primer paso de ese nuevo sendero fue volver a casa, a San Sebastián, en el País Vasco. Ahí empecé a sacarme todos los cursos de entrenador, compaginando los estudios con las prácticas.
Volver a casa también supuso regresar a mi primer equipo: el Antiguoko. Recuerdo con mucho cariño los partidos de niño. Jugábamos en la playa de La Concha los sábados por la mañana. Entre los compañeros estaban Xabi Alonso y Mikel Arteta, Ellos también salieron de ahí.
En el Antiguoko empecé como asistente con los chicos de 18 años, colocando las picas para realizar los ejercicios. Desde ahí fui tomando más responsabilidades para aprender, poco a poco, lo que es el oficio de entrenador: cómo preparar los entrenamientos, repartir bien las cargas de trabajo, la gestión de los partidos… Cosas que las has vivido como jugador, pero que hasta que no te pones a hacerlas no las dominas.
"el primer paso del camino como entrenador fue volver a casa, san sebastián"
Sin embargo, el paso a un equipo elite llegó sin ningún proceso de transición. Ander Murillo, que había sido compañero en el Athletic, era el director deportivo del AEK Larnaca, y un día me llamó por teléfono.
Andoni, ¿"te vienes a Chipre"?
Ander sabía que yo estaba terminando mi formación como entrenador. Así que me saqué el último título en junio de 2018 y solo un mes después ya estaba en la previa de la Europa League con AEK Larnaca.
Chipre me vino bien para probarme. Ver qué cosas que pensaba como jugador podían funcionar, pero también cuáles no estaban tan claras. En fin, tomar decisiones y equivocarte. Esa es la única forma de ponerte a prueba.
Cuando las balas son de verdad.
Tuvimos la suerte de llegar hasta la fase de grupos en la Europa League y en AEK también gané mi primer título, la Supercopa de Chipre. Un título modesto, pero será siempre el primero de mi carrera.
Sin embargo, quizá ese éxito en Europa luego nos llevó a que en la liga no pudiéramos tener una clasificación muy buena, porque al final no supe manejar la plantilla para rendir en las dos competiciones.
"el paso a un equipo élite llegó sin ninguna transición"
Después de Chipre llegó un reto más complejo. Y clave para mí. El Mirandés iba a ser un escaparate para que la gente pudiera ver por primera vez en España el fútbol de mis equipos, ya que casi nadie o muy pocos siguen la liga de Chipre.
El club llegaba a Segunda División recién ascendido, con muy poco tiempo para preparar tanto el equipo como la pretemporada. Todo se hizo de manera muy rápida. Es verdad que nos costó arrancar y al final muchos jugadores llegaron una vez iniciado el campeonato, pero tuve la suerte que me tocó un grupo fantástico a nivel futbolístico y a nivel humano.
La experiencia en el Mirandés no fue sencilla, pero sí muy gratificante, en el sentido de que me tocó dirigir a un grupo con mucha hambre, con ganas de ser jugadores profesionales y que me hicieron muy fácil mi trabajo.
Una suerte que también tuve cuando llegué al Rayo Vallecano. Una de las principales razones para firmar por el Rayo fue su estadio. Cuando jugaba para el Athletic, me encantaba jugar ahí, porque al final cuando juegas un partido en Vallecas no es un partido que pasa sin más. Al jugador le gusta mucho jugar en ese ambiente, ya sea a favor o ya sea en contra.
El Rayo venía de un periodo donde había descendido de Primera División y no había conseguido llegar al play-off en Segunda División en el siguiente año. Los jugadores sentían mucha responsabilidad. La obligación al menos de tener que llegar a esa cita.
Conseguimos estar entre esos seis mejores todo el año. Algo que nos quitó un poco la presión y poder jugar con mucha más confianza. Sobre todo en los play-off para el ascenso, con cuatro partidos muy buenos que nos llevaron a Primera.
Pero más allá de lo conseguido y de la ilusión que nos hace competir ante los mejores, no olvidamos que lo primero de todo es el trabajo. Ese es el espíritu que acompaña a los aficionados del Rayo, y que se trasladado también a los jugadores. Una mentalidad a la que se ha sumado un jugador de la talla de Radamel Falcao.
Mucha gente me preguntó a su llegada cómo iba a gestionar tener una estrella como él en el equipo. Si a este tipo de jugadores hay que darles un trato diferente.
"trabajar con falcao como con todo el grupo del rayo está siendo una gran experiencia"
Te voy a contar una cosa que aprendí de los técnicos que tuve en el Athletic o de Patrick en el New York City. Y es que al jugador, por muy grande que pueda ser, como es Radamel, tienes que contarle la verdad siempre.
Ser lo más honesto posible con él. Como entrenador, tienes que tomar decisiones, y esas decisiones no siempre van a contentar a todo el mundo. Radamel, en este caso, es un futbolista que lo facilita todo.
No exige ningún trato preferencial. Ni cuando juega, ni cuando no lo hace. Su experiencia le hace ser consciente de que al final el éxito colectivo te lleva al éxito individual. Así que trabajar con él está siendo una gran experiencia para mí. Como lo es también trabajar con todos sus compañeros.
Un grupo enorme de trabajo que me he encontrado en este camino que decidí emprender en la Gran Manzana y me va llenando en el día a día.
¿El mañana?
No pienso mucho en ello.
Visto lo visto, mejor no tener nada planeado, ¿no?