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Cinco claves de un entrenador asistente

Cinco claves de un entrenador asistente
Getty Images.
Redacción
The Coaches' Voice en español
Publicado el
13 de agosto 2025

Edu Rubio

Asistente de Julen Lopetegui en Wolves (2022/23) y West Ham (2023/24)

He sido asistente de Julen Lopetegui durante los últimos tres años y medio, tanto en el Wolverhampton como en el West Ham. Evidentemente, cuento con la Licencia UEFA Pro, y gran parte de mi trayectoria se ha desarrollado en Inglaterra.

Al margen de esa etapa tan importante, tuve la oportunidad de trabajar también en el fútbol formativo, tanto en la Academia del Crystal Palace como en la del Chelsea. Además de ser primer entrenador de los equipos Sub-21 y Sub-18 en clubes como MK Dons y la Academia Nike en categoría Sub-21.

Colaborar como asistente de Julen Lopetegui ha sido como cursar una carrera universitaria. Porque la experiencia de pasar de ser un entrenador profesional en entornos de fútbol base y de primer equipo en distintas ligas, a formar parte de la élite, ha sido enormemente enriquecedora.

Estar en la élite exige un nivel altísimo de compromiso y preparación. Trabajar con Julen me ha enseñado profundamente qué se necesita para mantenerse en ese nivel de tanta exigencia: no se trata únicamente de saber entrenar o tener conocimientos de fútbol, sino de mucho más.

A continuación, y después de mi experiencia con Julen, señalo cinco claves que para mí son muy importantes en el trabajo como entrenador asistente. Todas ellas igual de importantes en el día a día de un equipo y el trabajo que tienes que desarrollar.

Edu Rubio reúne en su perfil como entrenador diferentes trabajos realizados. El último como técnico asistente de Julen Lopetegui. Getty Images

Conocimiento

La primera clave para ser un buen entrenador asistente, en mi caso en la Premier League, es sin duda el conocimiento. Debes dominar la metodología, conocer bien la liga, entender a los jugadores y poseer una formación sólida, respaldada por licencias, cursos y experiencia previa. No es posible trabajar en la élite sin comprender en profundidad el contexto.

Inteligencia emocional

En este trabajo te enfrentas a situaciones que van más allá del fútbol. Se trata también de relaciones humanas, de saber tratar a las personas, gestionar grupos y manejar los egos. Para mí es esencial anticipar conflictos, interpretar dinámicas y actuar antes de que surjan los problemas. ¿Y cómo se puede lograr? En este caso, creo que la habilidad social y la inteligencia emocional son herramientas fundamentales en un entorno donde interactúas con personas de múltiples orígenes, culturas y nacionalidades. Esto, sin duda, contribuye a ser un mejor asistente.

Energía

Cuando hablo de energía, no me refiero a un optimismo ingenuo. Al contrario: hay que ser realista. El entorno del fútbol de élite puede estar lleno de tensiones, conversaciones difíciles y momentos complejos. Para mí, la energía es esa capacidad intangible de contagiar al resto con una actitud de superación constante, de mantener siempre el enfoque en los objetivos y no desviarse del camino. El asistente debe apoyar al líder, es decir, al primer entrenador, que ya carga con muchas responsabilidades. Esa perspectiva del asistente permite aliviar tensiones y facilitar la gestión del día a día, sin minimizar los problemas, pero afrontándolos con equilibrio.

Dirección del equipo de trabajo

En este punto no me refiero a dirigir al equipo de jugadores, ya que esa función recae en el primer entrenador, que es el líder y, por lo tanto, el ‘jefe’ de todo. Hablo de liderar al equipo técnico que rodea al entrenador. Él no puede estar en todo, y su energía debe centrarse en lo prioritario: los jugadores, la directiva, el rendimiento. Ahí es donde el asistente puede contribuir significativamente, generando un entorno de trabajo sólido y equilibrado, ocupándose de detalles esenciales que muchas veces pasan desapercibidos. Por ejemplo, desde coordinar con los jardineros para que el campo esté en óptimas condiciones, hasta comunicarse eficazmente con el cuerpo médico o el resto del cuerpo técnico para garantizar una preparación integral de entrenamientos y partidos.

Humildad

Un buen asistente no busca protagonismo, sino que se enfoca en mejorar al primer entrenador y al equipo. Hay que estar orgulloso del rol de asistente: tu función es apoyar, ayudar, servir. Esa actitud humilde, ese reconocimiento de que no es necesario estar en la foto ni recibir aplausos constantemente, te permite mantener el equilibrio y conservar la energía necesaria para ser eficaz. La humildad, en definitiva, te convierte en un mejor asistente.

Edu Rubio