david dóniga
Seleccionador de El Salvador, 2023-Presente
De niño vi jugar a ‘Mágico’ González en el Santiago Bernabéu.
Fue un partido de Liga entre el Real Madrid y el Cádiz, con él vistiendo la camiseta amarilla que lució varias temporadas. También jugó en el Barcelona, junto a Diego Maradona en una gira por Estados Unidos. Eso hace que El Salvador tenga una gran conexión con España, mi país, a través de ‘Mágico’.
Cuando la dirección deportiva de la selección de El Salvador se puso en contacto conmigo a finales de 2023 para hacerme cargo de la Selecta, fue sencillo decir que sí por muchas razones. Y 'Mágico' fue una de ellas.
El Salvador es un país muy futbolero que ha estado en dos Mundiales, pero que tiene una sequía de cuarenta años sin jugar el máximo campeonato de selecciones. Eso hace que la presión sea máxima de cara a 2026, pues todos queremos estar en el próximo Mundial.
Yo ya he convivido antes con la presión.
He estado en la élite desde 2014 en situaciones de máxima presión, como la vivida con el Deportivo de La Coruña en la temporada 2014/15, con el equipo jugándose la vida en Primera División en las últimas ocho jornadas. Conseguimos la salvación con un empate 2-2 en el último partido de Liga en el Camp Nou ante el Barcelona, en lo que fue la despedida de Xavi Hernández del Barça.
"Todo entrenador debe estar acostumbrado a manejarse en la incertidumbre"
Viví también la presión de trabajar para Olympiacos, equipo con mayor exigencia de Grecia y un clásico europeo. El día antes de un partido de Champions League, los ultras del equipo vinieron al entrenamiento a ‘recordarnos’ lo que nos estábamos jugando.
O la responsabilidad de entrenar en un equipo de la envergadura y la historia del Real Betis, con la tarea de consolidarlo en Primera después de varios ascensos y descensos en los años anteriores.
Esas experiencias que viví como asistente, sumadas a otras en la élite en el extranjero, como con Pablo Franco —gran entrenador y amigo— en el Qadsia SC de Kuwait, o la de la Selección Nacional de Panamá —acompañé a Thomas Christiansen en el camino al Mundial de Qatar 2022, y fui director técnico de la Sub-23 y Sub-21— han servido para forjar el profesional que ahora soy.
Y, por supuesto, el haber pasado por todos los roles que hay en un cuerpo técnico: preparador físico, analista, segundo entrenador y primer entrenador.
"He estado en la élite desde 2014 en situaciones de máxima presión"
Fue en 2022, en el Torneo Maurice Revello, con la selección Sub-21 de Panamá, cuando me di cuenta de que había llegado el momento para empezar mi camino solo. Hicimos un gran campeonato en Francia, compitiendo de tú a tú contra selecciones como la propia Francia (con la que empatamos a cero) o Argentina, dirigida por Javier Mascherano, que solo nos pudo superar por un gol. El gol de Argentina lo marcó un tal Alejandro Garnacho.
Pero no solo fue la dificultad de competir contra esos gigantes. Tuvimos que hacerlo después de montar un equipo casi de la nada, con solo 15 días para preparar el campeonato y, además, en césped artificial y sin el equipo al completo.
Convencido de que había llegado mi momento para lanzarme en solitario, en junio de 2022 me llamó el presidente de 9 de Octubre FC, un clásico de Ecuador, para que fuera a la LigaPro. Llegué a un acuerdo verbal con él, pero después de desvincularme con la selección de Panamá para poder firmar, no cumplió con lo acordado.
Volvía la incertidumbre. Y digo volvía porque es algo a lo que también estoy muy acostumbrado. Todo entrenador debe estar acostumbrado a manejarse en la incertidumbre como modo de vida si quiere trabajar en esto.
"he sido preparador físico, analista, segundo entrenador" y primer entrenador"
En mi caso, la incertidumbre empezó hace 20 años, cuando lo dejé todo para irme a mi primer club fuera de España: Jorge Wilstermann, en Primera División de Bolivia.
Ante una situación como la vivida con 9 de Octubre FC solo se puede seguir adelante. No vale de nada lamentarse. Todo lo contrario, debes mirar al frente. ¿Y qué hice? Bueno, me fui a Ecuador con mi agente, Manuel Sierra. Representa a Moisés Caicedo, Piero Hincapié o Gonzalo Plata. Por su importancia en Ecuador era una liga idónea para trabajar. Y allí, solo unos días después de aterrizar, recibí una oferta. ¿Sabes de quién? ¡Del presidente de 9 de Octubre FC!
Me ofrecía un contrato. Por cierto, un contrato mucho mejor del que habíamos apalabrado meses antes. Dije que sí, aunque sabía que el equipo estaba prácticamente descendido —solo 2 victorias en 22 partidos con otros dos entrenadores—. Faltaban ocho partidos para el final de la temporada y nos separaban siete puntos de la salvación.
Fue imposible salvar al equipo, pero sí conseguimos mejorar la media de puntos hasta entonces en liga y jugar la final de la Copa de Ecuador.
"Si vienes de jugar una final de Copa y ser subcampeón, competir en un torneo continental era pasar a otro nivel"
Por el camino, ganamos a Independiente del Valle en copa por 4-1. Un hito para el club. Independiente del Valle fue también nuestro rival en la final, pero caímos por 3-1, pese a hacer un gran partido. Una final, por otro lado, condicionada por un cambio de sede cuando se conocieron los finalistas. En principio, se iba a jugar en el Monumental de Guayaquil, a nivel del mar, pero la Federación decidió que se jugara en el Olímpico de Atahualpa. Un escenario más favorable a Independiente del Valle, ya que ellos estaban más acostumbrados a jugar en altitud.
Con esa experiencia en Ecuador, me volví a España. Lo hice convencido de que, en mi primera prueba como entrenador de club, estaba preparado para afrontar retos importantes, y competir de tú a tú ante cualquier equipo y técnico. Solo era cuestión de tiempo y de elegir bien el siguiente paso. Apareció en junio de 2022, con Sporting SM de Panamá. Un buen proyecto porque aspiraban a ganar el campeonato de Liga y jugábamos la Copa Centroamericana de Concacaf.
Para mí era dar otro salto. Si vienes de jugar una final de Copa y ser subcampeón, competir en un torneo continental era pasar a otro nivel de entrenador. De hecho, fue muy positivo, porque hicimos la mejor representación que el equipo había tenido en Copa Centroamericana de Concacaf hasta la fecha. Fueron dos victorias y estuvimos cerca de meternos en cuartos.
A nivel individual, me sentí muy cómodo dirigiendo en un torneo de tan alto nivel, con la sensación de que había dado otro paso profesional y de que había cosas buenas por llegar.
"fue sencillo decir que sí a el salvador por muchas razones. Y 'mágico' gonzález fue una de ellas"
Fue entonces cuando llegó la selección de El Salvador. La FESFUT (Federación de Fútbol de El Salvador) buscaba un entrenador con experiencia en esta zona del mundo. Y yo, un objetivo mayúsculo, como es dirigir a una selección y soñar con jugar un Mundial.
Lo primero que encontré, sin embargo, es que la gente necesitaba recuperar la ganas; volver a creer en la Selección. Todos debemos estar alineados en la certeza de que vamos a conseguir ser una selección competitiva. Y yo lo tengo claro.
Por otro lado, ser seleccionador de un país lo cambia todo. En El Salvador, diría que eres una de las personalidades más importantes del país. Así, como corresponde a esa importancia, no solo debes dar nivel como entrenador, también debes hacerlo como principal representante de la selección. Llevo más de 20 años como profesional y me siento muy cómodo ante una carga de responsabilidad tan grande. Es lo que me motiva. Estoy deseoso de poder empezar a dar alegrías a los salvadoreños.
Para complementar mis capacidades y experiencia, me acompañan en mi carrera dos personas clave para mí. Para mí, y no lo digo por quedar bien con ellos, los mejores en su profesión.
"nuestro gran objetivo a la vista es llevar a El Salvador a su tercer Mundial"
Una es Manuel Sierra: mi agente. Hablé antes de él. Un entrenador necesita una persona a su lado que se encargue de su carrera, porque es su supervivencia. Manuel para mí es confianza incondicional, lealtad mutua y trabajo. Mucho trabajo: 24 horas al día, siete días a la semana y 365 días al año.
La otra es Fernando Triano, mi mano derecha en el día a día de nuestras labores en el fútbol. Trabaja 24 horas conmigo, con el jugador, con el cuerpo técnico... Sé que, con él, todo lo que está alrededor de mí está controlado. Aun siendo consciente de que en el fútbol todo puede alterarse en cualquier momento.
Ellos dos, Manuel y Fernando, son las dos mejores decisiones que he podido tomar como entrenador. Ambos me permiten canalizar toda mi energía en mi trabajo, sin distracciones y cien por cien enfocado en nuestro objetivo. Y ahora, nuestro gran objetivo a la vista es llevar a El Salvador a su tercer Mundial. Por delante, eso sí, habrá una dura fase de clasificación que se inicia a mediados de 2024.
No están Estados Unidos, México y Canadá, anfitriones en 2026. Por eso las posibilidades están abiertas a más equipos y en dos fases diferentes: una con 6 grupos de 5 equipos y otra, si se pasa, con 3 grupos de 4.
Eso hace la clasificación tan o más complicada que nunca. Marcada por una enorme incertidumbre. No solo del resultado, dado el nivel tan parejo que hay entre las selecciones, sino también por todas las circunstancias que rodean a un equipo y al trabajo de un entrenador en un proceso tan largo de clasificación.
Pero, al menos, estoy más que acostumbrado a tener la incertidumbre como modo de vida.