CHAMPIONS LEAGUE 2022/2023 GRUPO C, 4 DE octubre 2022
Çalhanoglu (45+2)
El Inter de Milán toma una ventaja de tres puntos respecto al Barcelona en la clasificación para los octavos de final después de su victoria a domicilio.
El partido se dividió en una parte para cada equipo, decidido con el gol de Hakan Çalhanoglu al borde del descanso. Los de Simone Inzaghi dejaron atrás sus problemas en la competición doméstica para mostrar una versión agresiva y segura en defensa. Aptitudes que le valieron para superar a un Barcelona faltó de profundidad ofensiva durante todo el duelo.
"Jugamos con agresividad, determinación, ya que es la única forma de vencer a estos oponentes", destacó Simone Inzaghi, entrenador del Inter. Xavi Hernández, por su parte, cuestionó las decisiones arbitrales del segundo tiempo, con un gol anulado a Pedri y una posible mano de Denzel Dumfries: "Estoy cabreado e indignado por la situación que hemos tenido que vivir. Es una injusticia. Los árbitros deberían hablar y explicarse, no entendemos nada".
Las claves tácticas
Inter de Milán:
La profundidad defensiva, principal garantía
Dentro del plan de partido que organizó Inzaghi en el Inter, la profundidad defensiva era la base para la transición ofensiva con espacios. El dispositivo defensivo, sobre un 5-3-2 de partida con los carrileros escalonados (abajo), acumuló hasta seis jugadores por el pasillo central, más la ayuda del delantero para orientar los pases de Busquets, Pedri o Gavi hacia los pasillos exteriores.
Una vez en los pasillos exteriores, los jugadores del Inter se activaban y achicaban de manera ordenada y rápida los espacios interiores, y también en la presión sobre el jugador con balón. Un orden defensivo que hizo muy horizontal el juego del Barcelona.
Transiciones por las bandas
El Inter atacó inicialmente bajo un 3-5-2, donde la principal intención pasaba por buscar rápidamente al jugador de una línea siguiente o, como segunda alternativa, realizar una conducción superior de balón en el espacio generado entre uno de los interiores del Barcelona y Busquets (abajo).
Con el paso del tiempo, la profundidad defensiva del Inter, señalada anteriormente, se volvió más eficaz, al tiempo que los de Inzaghi encontraron más espacios y desajustes en la reorganización del Barcelona en su presión tras pérdida. Una presión que se fue desgastando y, por ende, provocando más espacios entre los centrales y laterales visitantes.
A la contra con Lautaro Martínez
El Inter, tras recuperación de balón, trataba de aprovechar los espacios relevantes generados por el mediocampo del Barcelona en su desplazamiento hacia adelante. Lautaro Martínez fue el jugador que mejor aprovechó los espacios a espalda de Busquets de manera directa para recibir un pase y girar. Sin balón, el delantero argentino también generó espacio a un compañero de segunda línea al estirar a los centrales del Barcelona en su proceso de repliegue.
Por la derecha, Nicolò Barella equilibró su perfil realizando constantes ayudas defensivas, intercambio de posiciones y desdoblamientos. Esto impidió que Marcos Alonso ganara profundidad y que, a la vez, el jugador del Barcelona no le obstaculizara su progresión en los desmarques de ruptura por su pasillo (abajo).
Barcelona:
Sin éxito en el plan de partido
El Barcelona empleó un 4-3-3 tanto en fase ofensiva como en defensiva (abajo). El trivote en el mediocampo formado por Sergio Busquets, como eje, con Pedri y Gavi en los interiores no encontró la superioridad posicional escalonado en fase de ataque. Fue Robert Lewandowski quien intentó ampliar las distancias entre los defensores locales, aunque sin éxito en esta tarea.
Raphinha y Ousmane Dembélé, por su parte, daban la máxima amplitud en ataque, aunque no ocuparon los pasillos interiores tras la pérdida del balón en campo rival de su equipo. Una situación que habilitó espacios aprovechados por los interiores del Inter en sus contragolpes.
Rigidez defensiva y ofensiva
Como ha ocurrido en otros partidos, el Barcelona volvió a atascarse ante un equipo con una estructura de tres líneas, reforzada por el carril interior y achicando los posibles centros laterales. Los de Xavi no encontraron la sorpresa táctica dentro de su mencionado 4-3-3, ya que no enlazaron la circulación correcta de jugadores, ni el intercambio de posiciones que pudieran generar posteriores superioridades numéricas por fuera (abajo).
La entrada de Alejandro Balde en el Barcelona en el segundo tiempo por Marcos Alonso hizo que el equipo ganara profundidad, pero esta vía quedó disipada al no encontrar la conexión con Ansu Fati, lo que le obligada a realizar centros laterales demasiado fáciles para la zaga local.
Situación sin ventaja en ataque
El Barcelona, bajo el plan de partido de Xavi Hernández, no encontró la verticalidad en sus acciones ofensivas, centradas principalmente sobre el perfil de Dembelé y Sergi Roberto. Ambos jugadores, a pesar de recibir en ventaja, no encontraron la vía correcta de entrada en banda derecha para llegar al área rival y contactar con garantías con el delantero.
Asimismo, los centros de Sergi Roberto y Dembélé no facilitaron una ventaja posicional para el rematador, sino que fueron envíos hacia fuera sin buscar un espacio libre y sin la tensión necesaria que garantizara un remate rápido al primer toque. Ante eso, los centrales del Inter solo tenían que marcar al punta, además de vigilar al extremo contrario y a un interior. Algo, por otro lado, que facilitó los despejes de la defensa local para mantener la ventaja en el marcador (arriba).
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Redacción: The Coaches' Voice