javier aguirre
Monterrey, 2021-2022
Javier Aguirre regresó a la Liga MX en enero de 2021 para ponerse al frente del Monterrey. Lo hizo veinte años después de su última experiencia en la competición mexicana -con Pachuca- y tras acumular una dilatada experiencia internacional en diferentes clubes, principalmente en la Liga española, y tres selecciones nacionales: México, Japón y Egipto.
Eso le valió para tener un impacto inmediato en ‘Los Rayados’ durante la Champions League de la Concacaf, con la conquista del título después de ganar una disputada final ante el América de Santiago Solari (1-0).
El ‘Vasco’ ya se había coronado como monarca de Concacaf a nivel de selecciones en 2009, cuando conquistó la Copa Oro del 2009 al mando de la Selección Mexicana. Ahora espera su próximo gran reto, el Mundial de Clubes: “No había llegado a ninguno antes y me hace ilusión”.
Estilo de juego:
Aguirre mantiene principios tácticos muy definidos para sus equipos, pero adaptados a las características de los futbolistas que dirige. Eso lo convierte en un técnico capaz de gestionar objetivos competitivos muy diferentes. Ya sea pelear por títulos o luchar para evitar un descenso.
Esa variabilidad se ha visto reflejada en sus dos últimos trabajos. En el Leganés, equipo que buscaba la permanencia en la Liga española, el pilar principal era apostar por el esfuerzo colectivo, sobre todo en defensa. Mientras que en Monterrey busca hacer brillar el talento individual de sus jugadores en ataque.
Dicha jerarquía le permite en el cuadro mexicano desarrollar y evolucionar un modelo en el cual la búsqueda de la victoria es permanente y casi obligatoria partido tras partido.
Su esquema predilecto en el Monterrey es el 4-3-3 (abajo), que se transforma en 4-5-1 cuando no tiene el balón. Además, el equipo tiene como segunda variante en el dibujo un 4-2-3-1. Esquemas diferentes a los utilizados en equipos con otras necesidades.
En el Leganés, el mexicano optó por un 5-4-1, con una estructura en bloque medio, corta y compacta, que le permitía cubrir bien la amplitud del campo (abajo). La necesidad principal pasaba por hacerse fuerte desde la fase defensiva y dañar al rival en ataque desde una postura reactiva tras recuperar el balón.
Esos rasgos tácticos también los ha mantenido Javier Aguirre en Monterrey. Aunque estos no sean los predominantes, ya que el cuadro mexicano luce obligado a tomar el mando de los partidos en la mayoría de las ocasiones.
En el juego asociativo, el Monterrey es un equipo con diferentes variables y una alta movilidad de sus jugadores. En la salida de balón desde atrás (abajo), los dos centrales -César Montes y Sebastián Vegas principalmente- se sitúan a los costados del portero, Esteban Andrada, con el objetivo de formar una línea de tres capaz de realizar una buena circulación y generar un contexto favorable para progresar en el campo con juego asociado.
A esa estructura se le suman el pivote -Matías Kranevitter o Celso Ortiz- por delante, y si el contexto lo requiere, se añade a un interior que desciende para formar un doble pivote momentáneo. Un movimiento que, a su vez, habilita una opción más para el juego en corto a la espalda de la primera línea defensiva del rival.
Por su parte, los laterales -Stefan Medina y Jesús Gallardo- mantienen la amplitud y la altura, tomando siempre como referencia la posición del pivote en mediocampo. En este momento del ataque, el interior de carácter ofensivo -generalmente Alfonso González- mantiene su posicionamiento, al igual que el delantero centro. Una cadena de movimientos completada por los extremos, que buscan fijar a sus marcadores y estirar las líneas del equipo rival con la intención de ampliar los espacios para mejorar las posibilidades de cada ataque.
Cuando se enfrenta a un equipo posicionado en bloque medio o bloque bajo, ya sea por el propio planteamiento del rival o por una situación derivada del resultado momentáneo de un partido, la disposición del Monterrey sobre el terreno de juego es de un 4-3-3 tradicional.
Bajo ese dibujo, la amplitud desde el inicio de cada ataque es proporcionada por los dos jugadores de banda. Esto habilita los desdoblamientos permanentes de los laterales después de la recepción de balón y la fijación en conducción de los extremos -Maximiliano Meza, Duván Vergara o Joel Campbell- sobre los laterales rivales.
A su vez, los interiores participan activamente de la creación ofensiva y se muestran como terceros hombres para encontrar al pivote en mediocampo de cara. Estos jugadores buscan posicionamientos entre líneas, manejando buenos perfiles orientados de cara tanto hacia la portería rival para acechar a la última línea defensiva rival. Monterrey siempre tiene una intención constante de encontrar a uno de los interiores, como también al extremo opuesto para atacar el lado débil.
En las situaciones donde los laterales reciben el balón por delante de la primera línea del rival, el extremo y el interior cercanos a la jugada alternan sus movimientos asociativos para generar espacios profundos y desmarques de ruptura a la espalda de los defensores rivales. Esto con la intención de generar distintas alternativas.
Mientras que en esos últimos metros, el delantero centro, Rogelio Funes Mori, fija a los centrales rivales y participa con movimientos a zonas de mediocampo y descargas de espaldas por el pasillo central (abajo).
En ciertos momentos del juego, el Monterrey opta por el ataque directo como alternativa. Una arma ofensiva que ya utilizó Aguirre en equipos como el Leganés y el Osasuna, sobre todo en este último equipo con gran éxito.
Generalmente estos lanzamientos son hacia los espacios avanzados. Allí la intención es la de aislar previamente al extremo opuesto y generar un duelo ofensivo en espacios abiertos. Una situación en la que intención principal es activar a los jugadores más desequilibrantes en el uno contra uno (abajo).
Por características del plantel, Monterrey también es capaz de generar situaciones de peligro en las transiciones ofensivas. La potencia y velocidad de sus jugadores por la banda, como la claridad de sus mediocampistas para optimizar los contraataques, agregan herramientas a la ofensiva.
Fase defensiva y presión:
La intención de los equipos de Javier Aguirre –sin renunciar a la presión alta cuando está posicionado en campo rival después de una pérdida de balón– es seleccionar los momentos en los que el contexto no es favorable para la recuperación. Allí decide replegar sus líneas y armar su bloque defensivo en sector medio.
En el Monterrey, la estructura sobre la que se asienta en esas situaciones es el 4-5-1 (abajo). Los extremos están en vigilancia de los laterales rivales e iniciando la presión sobre los centrales con el delantero centro y los interiores. Estos últimos jugadores saltan a presionar sobre el central más cercano, mientras que el interior opuesto bascula insertándose a los costados del pivote en mediocampo.
La alternativa que utiliza el cuadro mexicano es la de formar un 4-4-1-1. Los extremos cumplen el rol de carrileros a los costados de un doble pivote y un mediapunta acompaña al delantero centro en el inicio de la presión.
Monterrey logra así un dibujo corto y compacto. Con sus laterales en duelos individuales y persiguiendo a su rival hacia adentro, tanto con balón como sin balón. Si es necesario, los extremos se mantienen en vigilancia defensiva sobre los laterales rivales. Los persiguen en caso de que tomen altura y busquen romper en profundidad al espacio libre creado.
En la presión sobre el rival, Monterrey se desarrolla sobre un 4-3-3, con Funes Mori centralizado para obligar al central a jugar hacia la banda.
Por detrás, los extremos mantendrán su posición por fuera para cerrar esos espacios. Los centrocampistas, a su vez, se emparejan en marcas individuales sobre los mediocentros rivales (arriba).
Todo esto hace ver al Monterrey como un conjunto en la línea de las intenciones de Javier Aguirre. Un equipo capaz de trazar diferentes dibujos para alcanzar una estructura defensiva fuerte desde la cual poder hacer valer el talento ofensivo de sus jugadores.
Una cualidad pronunciada en 'Los Rayados'.
Redacción: The Coaches' Voice en español