JUAN CARLOS AMORÓS
NJ/NYGotham FC, 2023-Presente
Cada vez que saco un equipo al campo de fútbol, quiero ganar.
Pero lo que realmente me importa es cómo puedo construir algo especial, sostenible, que, en definitiva, deje un legado.
El Gotham FC era ese tipo de proyecto a largo plazo. Firmé en 2023, por tres años, con gente que realmente cree en lo que les pido que hagan. Luego fue cuestión de reunirlo todo y desarrollar el equipo, para empezar a construir algo especial. Llegar al primer partido de competición en la mejor forma posible.
El equipo había sufrido muchas decepciones el año anterior. Casi que empezamos de cero. Pero había talento, y además trajimos más. Sabíamos que iba a ser un camino lleno de baches, pero teníamos jugadoras que podían marcar la diferencia si conseguíamos que hicieran las cosas bien.
Teníamos otras jugadoras que podíamos hacer crecer y llevar a otro nivel, como lo hemos hecho en el pasado en otros clubes. Así que lo juntamos todo y empezamos a trabajar.
Probablemente fue mejor de lo que todos esperaban, pero desde nuestro punto de vista se trataba de seguir trabajando, de construir algo, de ayudarles a ganar. A veces también perdemos, por supuesto, pero eso puede ayudar a comprender lo mucho que significa para nosotros ganar.
"SIEMPRE HABÍA SIDO UN OBJETIVO PARA MÍ VENIR A LA NWSL"
Durante la temporada regular de la Liga Nacional de Fútbol Femenino (NWSL por las siglas en inglés) de 2023, estuvimos en la cima de la tabla del campeonato en algunos momentos, y llegamos a una posición fantástica al final del año. A falta de dos partidos para el final de la liga regular, estaba en nuestras manos acabar en lo más alto. Por desgracia, perdimos contra Portland Thorns y empatamos contra Kansas. Eso significó que terminamos en sexto lugar, lo que demuestra lo competitiva que es esta liga.
Como consecuencia, tuvimos el camino más difícil en los playoffs. Ningún equipo había terminado sexto en la temporada regular y ganado luego un solo partido de playoff. En cuartos de final nos enfrentamos al Courage de Carolina del Norte, el equipo que mejor había jugado de la liga, y le ganamos 2-0. Las chicas estuvieron fantásticas.
En semifinales jugamos contra los campeones, Portland, en su estadio, con 25.000 aficionados. Jugaban en césped artificial y llovía a cántaros. Ganamos en la prórroga.
Siempre había sido un objetivo para mí entrenar en la NWSL. Cuando llegué aquí, Estados Unidos había sido campeona del mundo dos veces seguidas. Las mejores jugadoras del mundo estaban en esta liga, y trataban a los entrenadores de la manera más profesional.
Había entrenado por primera vez en Estados Unidos más de una década antes, cuando tenía 27 años. Diría que fue en ese momento que di mis primeros pasos como entrenador profesional, porque entrenaba a técnicos. Les ayudaba con la metodología. Gracias a esa etapa, sin darme cuenta, ya había adquirido mucha experiencia como entrenador.
Desde mi infancia en España, el fútbol ocupaba cada minuto de mi vida, jugando, viendo y estudiando el juego. No tardé mucho en dar mis primeros pasos como entrenador. Cuando tenía unos 14 años, el equipo de mi hermano menor necesitaba un técnico, así que dije: "¿Por qué no?"
"ME DI CUENTA DE QUE QUIZÁ MI PASIÓN PODÍA CONVERTIRSE EN MI TRABAJO"
Mi primera experiencia de jugar en el extranjero fue en Países Bajos. Desde el momento en que fui allí, comprendí cómo la cultura del fútbol —el entrenamiento, cómo se juega, lo que significa en la comunidad— cambiaba realmente de un país a otro, siempre con valores positivos.
Luego acabé jugando un poco más en serio en Escocia, en el Edinburgh City, e hice algunos cursos de entrenador. Poco a poco me fui desarrollando.
Me mudé a Londres con mi novia —ahora es mi mujer— e intenté dedicarme más a la parte empresarial del fútbol, con un MBA. Pero empecé a encontrar más trabajos como entrenador. Creé mi propia empresa centrada en el desarrollo individual de jugadores y trabajé para el Bedhead Football Club, que fue nombrado mejor club de fútbol base de Inglaterra.
Por aquel entonces me di cuenta de que mi pasión podía convertirse en mi trabajo. Había invertido tanto en ello que, de repente, la gente pensaba que se me daba bien. Pero la clave era que me gustaba.
En aquella época entrenaba a mucha gente diferente. Chicos jóvenes, chicas, personas con discapacidades que practicaban otros deportes. Entrenaba casi todas las horas del día. Cuando volví de mi primera estancia en Estados Unidos, en 2011, me contrataron en el Tottenham.
Allí estuve 10 temporadas, y fue donde realmente despegó mi viaje como entrenador. Con mi amiga Karen Hills —y con mucho esfuerzo— tuvimos mucho éxito. Conseguimos ascender dos veces, de la Tercera División a la Superliga Femenina (WSL por las siglas en inglés). Ayudar a llevar al entonces Tottenham Ladies desde donde estaba hasta donde lo dejamos fue muy importante tanto para Karen como para mí, así como para algunos de los entrenadores que siguen conmigo en el Gotham.
"MUCHAS TEMPORADAS FUE TRABAJO, TRABAJO, TRABAJO, SIN NINGUNA RECOMPENSA OBVIA"
Todo empezó cuando vi un anuncio en el que se buscaba un entrenador para el equipo reserva del Tottenham Ladies. Así que envié un correo electrónico a Glenn Weaver, del club. Por desgracia, Glenn ya no está con nosotros, pero fue muy influyente tanto en los Spurs como en el fútbol femenino de Inglaterra.
Estaba previsto que dirigiera 20 minutos de una sesión, con Karen como observadora, pero a ella le estaba gustando mucho lo que veía, así que acabé haciéndola completa. Cuando terminé, me dijo: "No quiero que entrenes a las reservas. Quiero que trabajes conmigo, con el primer equipo".
Al principio, casi todo nos significaba un reto. Éramos Karen, yo, un entrenador ayudante llamado Jojo Clarke y una fisioterapeuta, Sarah Budd, que todavía está allí. Teníamos que hacer de todo para el primer equipo. ¡Aprendimos mucho!
El año anterior a mi llegada el equipo había ascendido. El primer año ganamos un título, pero el segundo casi descendemos de la tercera a la cuarta división. A partir de ahí, fue cuestión de desarrollar un estilo de juego y formar jugadoras.
Muchas temporadas fueron de trabajo, trabajo y trabajo, sin ninguna recompensa evidente. Acabábamos sextas o séptimas en una liga de la que era muy difícil salir. Había dos divisiones nacionales en ese nivel de la pirámide, así que tenías que ganar la liga y luego ganar un playoff para ascender.
En 2016 ganamos la Copa de la Liga Femenina de la Federación inglesa de fútbol (FA por las siglas en inglés), con muchas de las jugadoras que estaban originalmente en el equipo en 2011. Eso nos hizo creer que podíamos hacer algo especial. Al año siguiente la rompimos completamente. Ganamos la liga invictas y luego el playoff de ascenso.
"ERA LA MISMA PERSONA, PERO DEFINITIVAMENTE UN ENTRENADOR DIFERENTE"
La adaptación a la Championship fue muy dura, porque había equipos muy profesionales y tuvimos que remodelarlo todo. Ya habíamos profesionalizado muchas cosas —la preparación física, los desplazamientos, ya teníamos un departamento de análisis—, pero seguíamos haciendo casi todos los roles.
Después de terminar en mitad de la tabla esa primera campaña en la Championship, la temporada siguiente seguimos apretando. Ese fue el año en que se creó el Manchester United, con un equipo esencialmente de superestrellas. Con Casey Stoney al mando, se proclamaron campeonas de liga, pero nosotros acabamos en segundo lugar y logramos el ascenso con ellas.
Me hace muy feliz ver que hay jugadoras de aquel equipo, como Ashleigh Neville y Jessica Naz, que siguen jugando en el Tottenham, en la WSL. Ver a jugadoras con las que hemos trabajado pasar al mundo profesional, triunfar y que sigan en contacto es algo especial.
Siempre digo que un título o un ascenso nunca te envían un mensaje cuando lo estás pasando mal, pero la gente sí lo hace. Podemos ganar campeonatos, podemos conseguir ascensos, pero también se trata de cambiar la vida de la gente, de dar algo a la afición y de darnos cuenta cómo influimos en el día a día.
Después de 10 temporadas en los Spurs, yo era la misma persona, pero sin duda un entrenador diferente.
Siempre tuve muy claro que lo más importante para mí era la gente. ¿Cómo puedo ayudar a la persona y al jugador? Al mismo tiempo, el desarrollo del Spurs Femenino, como club, fue asombroso.
"LO QUE HIZO CON LA SELECCIÓN ESPAÑOLA CAMBIÓ NO SÓLO LA VISIÓN DEL FÚTBOL ESPAÑOL, SINO LA VISIÓN QUE EL MUNDO TIENE DE ESPAÑA"
Aprendí cómo funciona un club profesional. Cuando estuve allí, los Spurs tenían la mejor academia del país y pude estar cerca de ella y aprender. Se trataba del contacto que tenía con los entrenadores de allí, como Joe Staunton, que es uno de los mejores entrenadores que he conocido.
En cuanto a los entrenadores que me gustan, siempre pienso en Rinus Michels y Marcelo Bielsa. Luego está Míchel, que se ha hecho más famoso por lo que ha hecho con el Girona en la Liga. Pero él ya había logrado muchos ascensos con equipos de Segunda.
Zinedine Zidane, para mí, estaba infravalorado. Pero el más especial diría que fue Luis Aragonés. Lo que hizo con la selección española cambió no sólo la visión del fútbol español, sino la visión que el mundo tiene del país. Eso también me ayudó mucho.
Antes de Aragonés, España era un buen país de fútbol, pero no éramos lo que pasamos a ser después de ganar la Eurocopa 2008, y todo lo que siguió. Fue entonces cuando sentí en mi carrera que la gente pensaba que si eras español sabías más de fútbol, porque España tenía una cultura futbolística especial. Por supuesto, como entrenador, sigues teniendo que demostrar que sabes lo que haces, pero ese respeto por la cultura futbolística española se debió a Aragonés.
Después de dejar los Spurs en 2020, mi siguiente trabajo fue volver a España. Pensé que, si quería demostrar a la gente lo que podía hacer, probablemente tenía que hacerlo de la forma más difícil. Así que me hice cargo del Real Betis Féminas después de que hubieran perdido ocho partidos seguidos.
Después de asumir el cargo perdimos dos más, así que fue muy difícil. Estábamos en el último lugar de la tabla. Cuatro equipos irían al descenso y habíamos jugado más partidos que algunos de los conjuntos en esa batalla. Probablemente fue el momento más estresante de mi carrera profesional.
"EL FÚTBOL FEMENINO EN INGLATERRA HA EVOLUCIONADO MUCHO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS"
Después de perder el segundo partido, llegué a casa con mi mujer Laura y me enteré de que iba a ser padre por primera vez, de mi hijo Luka. Todo cambió a partir de ese momento.
Trabajé muy duro y, con el apoyo del equipo técnico, le dimos la vuelta. El registro que conseguimos fue una locura. Ganábamos casi todos los partidos en casa, empatábamos fuera, ganábamos, ganábamos, ganábamos. Acabamos seis puntos por encima de los puestos de descenso. Después, en el segundo año, terminamos en mitad de la tabla.
Pero volví a encontrarme en ese mundo en el que hay que luchar por todo. En el fútbol femenino, sobre todo en algunos lugares de Europa, es así. Acabas luchando por tus jugadoras, luchando por tu personal, luchando por mejores condiciones de viaje. Eso te agota mucho.
Conocí a gente fantástica y me encantó el Betis, pero al final de ese periodo sabía que necesitaba ir a un sitio donde realmente quisieran apoyarme en el aspecto futbolístico. Dejar de tener que hacer todas estas cosas que estaba haciendo durante los últimos 12 años, de luchar por cada centímetro para el equipo. En lugar de eso, quería centrarme en el fútbol.
El fútbol femenino en Inglaterra ha evolucionado mucho en los últimos años. El Tottenham que dejé no tiene nada que ver con el Tottenham de ahora. Hoy en día, todos los equipos de la WSL quieren estar al máximo nivel. Intentan apoyar mucho más a las jugadoras. Aun así, se puede hacer mucho más.
En España, las estructuras juveniles del fútbol femenino funcionan fantásticamente bien. El talento es increíble. Por eso, en los últimos años, han ganado Mundiales y Eurocopas en todas las categorías de edad. Eso culminó con el broche de oro de la selección absoluta ganando el Mundial de 2023.
"SE TRATA DE ASEGURARNOS DE QUE TENEMOS UN GRUPO PREPARADO PARA ATRAVESAR JUNTOS LOS BUENOS Y LOS MALOS MOMENTOS"
En las categorías inferiores y en las academias, la Federación Española de Fútbol funciona muy bien en cuanto a estilo y cultura de juego. Desarrollan jugadores de equipos regionales que algunos no saben que existen. Hay selecciones regionales en las que eligen a los mejores jugadores, desde los Sub-12, así que es muy fácil tener todo el talento bajo control.
Pero en los clubes profesionales españoles sigue habiendo muchas dificultades, sobre todo fuera de los grandes clubes. En Estados Unidos ocurre todo lo contrario. Tal vez les esté costando el trabajo con las estructuras juveniles, tratando de encontrar la mejor manera de hacerlo, pero la forma en que dirigen la liga profesional es increíble.
Después del Betis, surgió una oportunidad con el Houston Dash en 2022. Nos clasificamos para los playoffs de la NWSL por primera vez en la historia de la franquicia. Por desgracia, perdimos contra Kansas, pero aun así fue una temporada exitosa.
El año que estuve en Houston, el Gotham había acabado último en la tabla. Lo que hizo aún más extraordinario que, el 11 de noviembre de 2023, al final de mi primera temporada con el Gotham, nos plantáramos en la final del Campeonato contra el OL Reign. Contra algunas de las mejores jugadoras del mundo, dominamos el partido de principio a fin. Con una victoria por 2-1, las chicas se convirtieron en campeonas.
Ahora, cuando miramos hacia delante con el Gotham, se trata de asegurarnos de que tenemos un grupo que está preparado para atravesar unido los buenos y los malos momentos. Jugar un estilo de fútbol que creemos que es diferente y que puede hacernos especiales. Lo llamamos "caos organizado", nombre que le ha dado mi segundo entrenador, Jesús Botello, que colabora estrechamente conmigo en el trabajo táctico.
Cada jugadora debe entender nuestros principios con el balón, lo que queremos en la posesión, en la salida, en las transiciones y en las jugadas a balón parado. Ser organizadas, que cada uno conozca su rol y su responsabilidad.
Para ello, debemos estar en la misma línea: siempre ofensivas, siempre agresivas, sólidas y versátiles, pero con la suficiente libertad para ser ellas mismas. Porque, como siempre digo, el fútbol es un arte.