El Perfil:
Cuando se habla de los mejores equipos de la historia del fútbol el AC Milan de Arrigo Sacchi (1987-1991) siempre aparece mencionado en la conversación. En apenas cuatro años, el club italiano dominó el mundo del fútbol, ganando trofeos y sometiendo rivales a su antojo. Una Serie A, dos Copas de Europa, dos Copas Intercontinentales, 2 Supercopas Europeas y una Supercopa de Italia constituyen un palmarés producto de la comunión entre grandes futbolistas y el trabajo de un entrenador visionario, inconformista y revolucionario.
Sacchi (Fusignano, Italia, 1 de abril de 1946) llegó al club tras años dirigiendo equipos modestos, siendo su mayor éxito, hasta entonces, el ascenso del Parma a la Serie B (1985-1986). En la siguiente temporada (1986-1987) ese equipo quedó a solo tres puntos de obtener el boleto a la Serie A.
Sin embargo, fue en la Coppa Italia donde logró que su idea fuera reconocida. Su Parma batió, en dos ocasiones, al Milan con un estilo de juego que cautivó a Silvio Berlusconi, accionista mayoritario de la entidad rossonera, quien decidió su contratación para la siguiente temporada.
La zona y el pressing fueron los conceptos sobre los que el italiano edificó su filosofía. Desde su aparición en los banquillos, Sacchi dejó en claro que no comulgaba con la cultura defensiva italiana, mucho menos con el histórico Catenaccio. Influenciado por el “fútbol total” holandés, no se sometió a la corriente dominante y aplicó conceptos novedosos en la cultura italiana.
No fue futbolista profesional, algo que jamás le incomodó para su desarrollo como entrenador. Cuando se le cuestionaba por ello respondía: “Nunca me di cuenta de que para convertirme en un jinete primero tenía que haber sido un caballo”. En el banco su carrera fue corta, pero intensa. Dirigió en el Rimini en dos ocasiones (1982-83 y 1984-85), como también en dos periplos diferentes al Parma (1985-87 y 2000) y al Milan (1987-91 y 1996–97). Equipos a los que sumó la selección italiana de fútbol (1991-96) y el Atlético de Madrid (1998-99), su primera y única experiencia fuera del calcio.