La Liga, 21 de noviembre 2020
Carrasco (45+3)
Un gol de Yannick Carrasco al borde del final del primer tiempo dio la victoria al Atlético de Madrid ante el Barcelona. Un triunfo con el que los rojiblancos además rompen una mala racha contra su rival, al que no conseguían derrotar en partido de La Liga desde febrero de 2010 (2-1 en el Vicente Calderón), por lo que este triunfo es el primero de Diego Pablo Simeone sobre los azulgrana en la competencia doméstica.
El equipo de Ronald Koeman, por el contrario, acumula tres derrotas en ocho partidos, además de tres victorias y dos empates. Resultados que sitúan al Barcelona en mitad de tabla y muy lejos por ahora de los puestos de cabeza, donde se encuentra la Real Sociedad con 23 puntos como líder, seguido por el Atlético con 20.
5 / 1
DISPAROS / A PUERTA
8 / 0
48 %
Posesión
52 %
807 / 648
Pases / Completados
896 / 742
12 / 4 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
6 / 0 / 0
Simeone, a pesar de las bajas de importantes jugadores como Lucas Torreira o Luis Suárez, no varió su habitual 4-4-2 de partida. Un sistema donde formaron con Kieran Trippier, Stefan Savic, José María Giménez y Mario Hermoso en la línea defensiva; Marcos Llorente, Koke, Saúl Ñíguez y Yannick Carrasco en el medio del campo y Ángel Correa (en sustitución de Suárez) con João Félix en el frente del ataque.
El Barcelona de Koeman también contaba con notables ausencias como Sergio Busquets y Ansu Fati, éste último de larga duración con una grave lesión de rodilla. Los azulgranas se desarrollaron una vez más con el 4-2-3-1 (abajo) del técnico neerlandés, donde Sergi Roberto, Gerard Piqué, Clément Lenglet y Jordi Alba jugaron en la línea defensiva, con Frenkie de Jong y Miralem Pjanic en el doble pivote en el mediocampo. Por delante de ellos jugaron Pedri, Ousmane Dembélé y Antoine Griezmann en línea de tres, con Lionel Messi como punta.
Cerrar las bandas:
En los primeros minutos de partido, el Barcelona tuvo el control con posesiones largas a través de su sistema de juego, donde Messi y Griezmann intercambiaban las posiciones de delantero y mediapunta. Pedri, al mismo tiempo, partía desde banda izquierda para caer dentro, dejando libre así el carril para los avances de Jordi Alba. Mientras, en banda derecha y con amplitud, esperaba Dembélé para recibir y salir por ambos perfiles, dada su facilidad para manejarse con ambas piernas.
Por su parte, el Atlético sorprendió en situación de repliegue, donde decidió protegerse con una variante introduciendo a Carrasco en la línea defensiva, formando así un claro 5-3-2 (abajo). El objetivo era generar superioridad atrás para no permitir que Griezmann y Messi pudieran estar en igualdad con los centrales, dejando a Hermoso como tercer central y al internacional belga actuando como falso lateral izquierdo.
De ese modo, la gran densidad defensiva en zona central de los rojiblancos impedía que De Jong y Pjanic pudieran darle velocidad al juego y generar acciones por dentro para penetrar sobre la línea defensiva. Ante esto, el equipo de Koeman se veía obligado a atacar por bandas, donde en último tercio de campo se encontraba con dos laterales del Atlético muy protegidos por sus centrales. De la misma manera, el Barcelona solo consiguió profundizar en un par de ocasiones con la amplitud de Jordi Alba por su banda, quien estuvo muy atado para sorprender a la espalda de la defensa rival como acostumbra.
Savic, como defensa más centrado en la línea de cinco, se encargaba de saltar a la marca de Messi (arriba) si el argentino tenía opción de recibir, con la premisa principal de que no recibiese en zona central cerca del área. Dándose cuenta de esto el Barcelona, Griezmann se movió por el perfil derecho (abajo) para aprovechar defensivamente la banda que ocupaba Carrasco, zona donde buscó combinar con Dembélé.
Variación de la estructura:
Cuando el Atlético conseguía desplegar y establecerse en ataque, variaba su estructura para recuperar su 4-4-2 (abajo). En las acciones ofensivas, el equipo local buscaba combinar rápido con pocos pases, con la intención de encontrar desmarques de rupturas de sus jugadores avanzados. Así llegó la primera gran ocasión, donde Llorente atacó el espacio generado a la espalda de los centrales del Barcelona para acabar estrellando el balón en el palo.
En fase defensiva, el Barcelona varió su estructura a un 4-4-2 para liberar a Messi y Griezmann de trabajo en este apartado del juego, introduciendo a Pedri y Dembelé en línea con el doble pivote. En transiciones, el Atlético consiguió robar muchos balones que buscaban penetrar el poblado bloque defensivo del Barcelona.
En un primer instante el equipo de Simeone trató de salir al contraataque, pero le costaba debido a la distancia con la portería contraria y a la imposibilidad de encontrar jugadores que llegaran con ventaja a campo contrario. Ante esto, los rojiblancos optaron por detener el juego e intentar un pase de seguridad para conseguir desplegar al equipo.
Agresividad a pesar de la ventaja:
La única vez que el Atlético consiguió encontrar a Carrasco con espacios, tras el falló de Piqué que perdió el balón fuera de zona, el jugador belga consiguió anticiparse a Marc-André Ter Stegen casi en zona del medio del campo y finalizar con acierto para el 1-0.
En el segundo tiempo, a pesar de tener ventaja en el marcador, Simeone decidió que su equipo diera un pase adelante tanto con balón como sin él, ganando el Atlético en agresividad y lanzando a Trippier más arriba en fase ofensiva por su carril (abajo). Esto hizo que el partido por momentos se convirtiera en un ida y vuelta, donde el Barcelona empezó a encontrar espacios por dentro. Fue una situación que Koeman detectó para introducir a Coutinho por Pedri, buscando dar velocidad al equipo en la conducción en esos espacios que se estaban generando.
Controlar el juego:
Koke se erigió entonces como el timón del Atlético y manejó los tiempos con balón, consiguiendo defenderse el equipo local mediante la posesión. Koke recibía por dentro (abajo) y le ponía la pausa necesaria al juego, llevándolo de un lado a otro y buscando la profundidad para Trippier, Félix y Correa. Sorprendió la manera de dominar el partido del Atlético tras conseguir el gol, cuando se podría haber esperado todo lo contrario, esperando más atrás a su rival para salir al contragolpe.
Ante las situaciones de juego que se estaban produciendo en las dos áreas, Simeone dio entrada a Diego Costa para tratar de ofrecer una referencia que fijara a los centrales y permitiera al equipo sacudirse la presión mediante balones largos, provocar faltas y situaciones de presión. Acciones que le permitieran al equipo local tomar aire.
Los cambios de Koeman:
La lesión de Piqué en la rodilla provocó la entrada de Sergiño Dest, lo que movió a De Jong a la posición de central y a Sergi Roberto a la posición de mediocentro. Messi empezó también a venir más abajo a buscar el balón para participar en la fase de creación (abajo), situación que consiguió desatascar al Barcelona ofensivamente. El equipo de Koeman logró forzar acciones a balón parado y balones colgados al área como el que Griezmann consiguió rematar en la frontal del área pequeña justo antes de ser cambiado junto a Pjanic. Martin Braithwaite y Francisco Trincão fueron los relevos de ambos, buscando el equipo culé la igualada en los últimos diez minutos.
Intentos que no tuvieron éxito ante un Atlético donde destacaron Koke y Diego Costa en esta fase del partido. La presión de Costa y la experiencia y precisión de Koke en la circulación permitieron al equipo local descansar lejos de su área prácticamente hasta la finalización del encuentro, que acabó con el resultado de 1-0 gracias al gol de Carrasco.
"Es verdad que en los últimos encuentros con el Barcelona estuvimos cerca de llevarnos la victoria y en este nos tocó ganar. Eso no cambia absolutamente nada el recorrido de lo que se busca", señaló Simeone. El entrenador del Atlético no ve similitudes con el equipo que ganó la Liga en 2013-14, a la vez que cree que "seguro" que aún hay margen de mejora para su equipo. "Lo más importante que valoramos es el crecimiento de un montón de futbolistas de la temporada pasada a ésta".
"Sabíamos a qué campo veníamos y que nos podía pasar esto. Ellos cierran mucho por dentro y no había espacios. Sabíamos que era difícil y no pudimos", explicó Koeman sobre el partido. "Un equipo grande no puede encajar un gol en el minuto 46 o 47 cuando tenemos el balón. No quiero culpar a jugadores individualmente, pero es un momento en el que no se puede encajar un gol. Es un golpe muy fuerte en una primera parte en la que hemos controlado el partido", añadió sobre el gol en contra.