Partido de vuelta octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA, 10 de marzo 2021
Mo Salah (70)
Mane (74)
Liverpool y RB Leipzig repitieron estadio, el Puskas Arena de Budapest, y el mismo resultado del partido de ida. En ambas ocasiones el conjunto inglés se impuso por 2-0 en la eliminatoria de los octavos de final de la Champions League, esta vez con goles de Mo Salah y Sadio Mané en el segundo tiempo.
El equipo dirigido por Julian Nagelsmann salió con la intención de darle la vuelta a la eliminatoria, pero pronto se vio frenado por un ordenado Liverpool, que olvidó por una noche los problemas que atraviesa en la Premier League. Los de Jürgen Klopp estarán presentes en el bombo de los cuartos de final, donde los acompaña por ahora el PSG, Borussia de Dortmund y Porto.
10 / 6
DISPAROS / A PUERTA
11 / 2
40 %
Posesión
60 %
466 / 366
Pases / Completados
682 / 581
18 / 0 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
7 / 0 / 0
Jürgen Klopp organizó al Liverpool en una formación 4-3-3 en fase ofensiva. Nat Phillips y Ozan Kabak formaron otra nueva pareja de centrales, lo que permitió a Fabinho volver a su posición favorita como pivote defensivo en mediocampo. Mo Salah empezó en la derecha de la delantera, con Sadio Mané en la izquierda y Diogo Jota como delantero centro, aunque cuando el Liverpool tenía el balón el jugador portugués se convertía a menudo en un falso nueve, y tanto Salah como Mané ocupaban posiciones más profundas en diferentes situaciones.
Ataques rápidos al espacio:
Los momentos más efectivos del Liverpool en fase ofensiva surgieron de ataques rápidos tras recuperación. Se contentaron los de Klopp con pasar largos periodos del partido situados en un bloque medio 4-5-1 en campo propio, y, desde aquí, aprovecharon para atacar directamente cuando volvían a tener el balón. En especial, explotaron en las transiciones los espacios que los laterales del RB Leipzig, Christopher Nkunku y Tyler Adams, dejaban libres al irse arriba, con Salah, en particular, atacando la espalda de la defensa rival o al lado de Lukas Klostermann, mientras sus compañeros recuperaban la posesión.
Ganar balones sueltos y las segundas jugadas fue la clave en las incisivas transiciones del Liverpool, y la capacidad de Georginio Wijnaldum y Fabinho para ser los primeros en los duelos, junto con la calidad de los pases de Thiago, permitieron a los locales controlar los primeros momentos de las acciones de contragolpe. Acciones en las que encontrarse con un tres contra tres en último tercio de campo convenía a los Reds; con uno de los tres delanteros cayendo al centro para ayudar a ganar el balón suelto, mientras los otros dos hacían carreras por fuera de los centrales exteriores Nordi Mukiele y Klostermann para correr hacia los pases al espacio (abajo).
El papel de Mané y Salah:
El Liverpool fue directo en la transición, pero también realizó algunas fases más combinativas para superar la presión del Leipzig. Jota desempeñó un papel clave en estos momentos, en una posición de falso nueve similar a la que tradicionalmente ha ocupado Roberto Firmino.
Los locales fueron capaces de encontrar espacios por delante de los tres centrales en la presión sobre un 5-3-2 (arriba) del Leipzig, utilizando a Jota para recoger el balón en profundidad, aunque gran parte de este éxito fue de nuevo en la transición de ataque, con el Liverpool rompiendo rápidamente para escapar de una presión tras pérdida y atacar a un Leipzig desorganizado. Desde aquí, uno de los extremos, Salah o Mané, amenazaban el espacio a la espalda, mientras que el otro mantenía ocupado a los centrales recogiendo el balón o fijándolo en una posición más avanzada (abajo).
Las diferentes funciones de Salah y Mané dependían del lado desde el que se iniciara el ataque, cayendo el jugador más cercano al balón a zonas intermedias, mientras el atacante más lejano amenazaba el espacio en profundidad. El Liverpool sacó provecho de este tipo de jugadas en su primer gol, en el que Salah acabó finalizando con acierto.
Sin variación en el esquema:
Julian Nagelsmann, por su parte, estructuró al RB Leipzig en un 3-4-3 en posesión, con Tyler Adams y Christopher Nkunku operando como carrileros por fuera de la pareja de mediocampistas centrales compuesta por Kevin Kampl y el capitán Marcel Sabitzer (abajo). Más adelante, Emil Forsberg y Dani Olmo dieron apoyo al centro delantero Yussuf Poulsen.
En fase defensiva, también bajo un 3-4-3, Kampl y Sabitzer adoptaron una posición más retrasada que Forsberg y Olmo en el mediocampo, dibujando un cuadrado en el medio del campo o una pequeña variación de 1-3 con Kampl en la base.
Desarrollo ofensivo:
En el inicio de la salida del balón, el Leipzig utilizó al portero Péter Gulásci -exjugador del Liverpool – para formar una línea de cuatro, invitando a los centrales Nordi Mukiele y Klosterman a desplazarse hacia afuera en esta fase. Al enfrentar la presión que ejercían los extremos del Liverpool -Mané y Salah – para forzar el balón por dentro, el Leipzig buscaba entonces alcanzar a sus carrileros mediante un pase directo hacia el mediocampo para luego enviar otro, inmediatamente, hacia afuera. Si su carrilero estaba bajo marca, usaban esto para abrir el espacio en la última línea.
Así, si el lateral izquierdo del Liverpool Andy Robertson saltaba sobre Adams, entonces Forsberg se desplazaba hacia el espacio intermedio más cercano para arrastrar la marca de Kabak y generar espacios para las carreras de Poulsen o los cambios de juego hacia Nkunku. A veces Wijnaldum saltaba a la presión sobre Adams y permitía que Robertson se quedara en la línea defensiva, en cuyo caso el Leipzig tenía dos jugadores libres en el mediocampo y podía encontrar carreras a espaldas de la defensa.
Cuando Forsberg y Poulsen ganaban la primera jugada, al Leipzig, sin embargo, le costaba penetrar. Las dos variantes claves en las que el equipo alemán intentaba desarrollar sus ataques fueron a través de sus cuatro jugadores centrales, con Nkunku consiguiendo aislar al lateral derecho, Trent Alexander-Arnold. El posicionamiento estrecho de Sabitzer y Kampl hizo que el mediocampo de tres hombres del Liverpool se ubicara en una línea recta, pero aun así los centrales del Leipzig no pudieron efectuar pases directos a los pies de Olmo y Forsberg entre líneas.
Orden defensivo del Liverpool:
Eso no solo se debió a un compacto Liverpool en mediocampo, sino también a que Salah y Mané defendían los espacios intermedios por dentro, orientándose hacia adentro para bloquear pases hacia delante (abajo). Wijnaldum, Fabinho y Thiago bloquearon los pases a los espacios, y se mostraron agresivos retrasándose para cortar pases hacia adelante, dando así apoyo a la joven pareja de centrales en los duelos que se desencadenaban. Además, el Leipzig también enfrentó problemas en último tercio de campo.
Nkunku fue buscado para protagonizar duelos uno contra uno frente a Alexander-Arnold, y aunque el Leipzig desarrolló cambios de juego largo a la espalda del lado derecho del Liverpool, Nkunku no pudo sacar provecho de esas situaciones. En las ocasiones en las que Olmo efectuó carreras en profundidad a la espalda de Alexander-Arnold esas escapadas resultaron más efectivas, pero fueron ataques aislados que pudieron haber sido explotados con más frecuencia. En los momentos en que el equipo de Nagelsmann sí pudo encontrar algún espacio por dentro y por fuera del bloque bajo final del Liverpool, le faltó calidad en la definición.
Buscar soluciones en ataque:
Ya en el intermedio, y con el marcador aún emparejado a cero, el Leipzig hizo un cambio con la entrada de Alexander Sorloth por Kampl, en un intento de permitir que Poulsen pasara más tiempo entre líneas. Este dibujo 1-3 en el mediocampo (abajo), con Sabitzer ahora actuando como mediocampista más retrasado, fue, de hecho, menos efectivo que el cuadrado 2-2 porque permitió al Liverpool escalonar la línea del mediocampo y cubrir más espacio.
Nagelsmann cambió el perfil de su equipo una vez más haciendo entrar a Justin Kluivert y Hwang Hee-chan alrededor de la hora. Esta necesaria inyección de dinamismo y ritmo dio origen a un par de situaciones en las que los laterales del Liverpool quedaron aislados (abajo).
Pero el Leipzig, una vez más, fracasó en su intento de crear ataques sostenidos y terminaron siendo derrotados categóricamente por el Liverpool, tanto en el partido de vuelta como en la eliminatoria en general (un global de 4-0 en contra).
"Teníamos que dejar de lado las cosas de la Premier League y ponernos a prueba para este partido. Ha sido una gran actuación defensiva esta y los jugadores lo han hecho muy bien", señaló Klopp. A pesar de que es una aspiración ganar la Champions League, el entrenador del Liverpool dejó claro que "no somos tontos y, por ahora, no parece que esta temporada vayamos a ganarla. Tenemos que esperar al sorteo y sabemos que será un encuentro extremadamente difícil nos toque quien nos toque".
"No hemos sido lo suficientemente buenos en los dos partidos. No hemos tenido la garra necesaria para conseguir los goles que necesitábamos. No hemos aportado la emoción a nuestro juego, como hemos hecho últimamente en la liga y en la copa. Tal vez nos hemos excedido un poco en las ideas. La segunda parte fue mejor, pero no creamos lo suficiente", analizó Nageslmann. "Las cosas no salieron como esperábamos. Ahora hay que trabajar pensando en lo que resta de temporada”, añadió el entrenador del RB Leipzig.