Estilo de juego:
Entrenador innovador y con una clara vocación por las nuevas tecnologías aplicadas al fútbol, Nagelsmann no duda en añadir elementos que puedan facilitar el proceso de mejora, tanto del equipo como en como su papel de entrenador. Así, es habitual que utilice herramientas de Big Data que sirven de apoyo para tomar decisiones, pero en ningún caso sus decisiones a la hora de afrontar un partido o preparar a su equipo para competir se basan única y exclusivamente en ese aspecto. También en el Hoffenheim incorporó una pantalla gigante en las proximidades de los campos de entrenamiento, estratégicamente bien situada para poder realizar correcciones, ya fuera de posicionamientos de los jugadores, por líneas o estructuras de juego en el mismo momento en el que se estaban produciendo. Una herramienta que le evitaba generar pausas muy largas en los entrenamientos, caracterizados por ser dinámicos y con un ritmo alto, en los cuales a través de las tareas transmite la información al futbolista creando contextos que, posteriormente, el jugador se va a encontrar en los partidos.
Su estructura de juego en el Hoffenheim, siempre con variantes, fue el 3-5-2 en inicio de juego con los tres centrales en disposición lineal, sobre todo a través de Kevin Vogt (abajo), lo cual le permitía tener una buena distribución en el espacio para poder tener más líneas de pase y progresar en el juego. Más adelante, un mediocentro, Florian Grillitsch, con capacidad de proteger a los centrales en juego directo, duelos individuales o en acciones de juego activas, realizando también ayudas a cada uno de los jugadores situados en la línea defensiva. En el caso de los laterales, en cobertura a las espaldas o juntándose con centrales para generar ventajas numéricas de tres contra uno.

Los jugadores en fase avanzada estaban organizados en un doble pivote, con Andrej Kramaric y Kerem Demirbay jugando en paralelo a los dos delanteros, Serge Gnabry y Mark Uth, para generar una estructura en cuadrado que habilitaba progresar ante la defensa rival. A eso añadían la capacidad de asociación en zonas interiores o permitir a los delanteros ocupar zonas de remate dentro del área, mientras los medios avanzados se desplegaban para llegar desde segunda línea.
Teniendo en cuenta que el nivel cualitativo de la plantilla es diferente a su etapa en el Augsburgo o el Hoffenheim, su enfoque en el Leipzig ha evolucionado. Si bien la estructura básica de su equipo es el 5-2-3 desde el cual buscan espacios para jugar el balón, demuestran principios similares a los observados en los 3-5-2 (abajo) y 3-4-3 del Hoffenheim.
El aumento de intercambio de posiciones en los pasillos centrales ha contribuido a que ofrezcan una mayor variedad de movimientos para profundizar sobre la defensa rival. Hasta su salida al Chelsea, Timo Werner, proporcionó, a menudo desde un ataque con dos delanteros, la mayoría de esos movimientos y fue apoyado por carreras desde segunda línea. Su compañero de ataque también solía caer a posiciones de mediocampo para mantener la posesión, habilitar a sus compañeros de equipo y estirar las líneas rivales. Ya sin Werner, la identidad de su atacante más avanzado ha sido cada vez más fluida, pasando también a jugar el equipo sobre un 4-2-3-1.