Premier League, 19 de abril 2021
Llorente (87)
Mané (31)
Leeds United y Liverpool firmaron tablas en un partido marcado de fondo por las protestas ante el proyecto de la Superliga, como también por las necesidades de los Reds de engancharse a los puestos de Champions League. Una opción que por ahora tendrá que esperar para el equipo de Jürgen Klopp después del gol de Diego Llorente para el Leeds en los últimos minutos, tanto que sirvió para neutralizar el tanto anotado por Sadio Mané en la primera mitad.
Los de Marcelo Bielsa, por su parte, se mantienen en una cómoda posición en mitad de tabla, con 46 puntos, muy lejos de los puestos más complicados de la Premier League, objetivo prioritario que se marcó el Leeds para su vuelta a la elite del fútbol inglés.
12 / 5
DISPAROS / A PUERTA
17 / 7
62 %
Posesión
38 %
525 / 435
Pases / Completados
322 / 248
7 / 2 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
15 / 1 / 0
El Leeds se situó sobre un 4-3-3 (abajo) en fase ofensiva, con la presencia de Kalvin Phillips, Stuart Dallas y Tyler Roberts en mediocampo, jugando por delante de ellos Hélder Costa y Jack Harrison como extremos y Patrick Bamford en la delantera.
Mismo sistema desarrolló el Liverpool en su fase defensiva, con un 4-3-3 (abajo) donde Ozan Kabak y Fabinho fueron los centrales, la posición donde más ha tenido que rotar Jürgen Klopp esta temporada obligado por las bajas.
Forzar el error del rival:
El Liverpool buscó aplicar una presión alta sobre su rival en los primeros momentos del partido, comprometiendo en esta tarea a un gran número de jugadores. Por lo general, Mané y Diogo Jota presionaban a los dos centrales del Leeds, como también sobre Illan Meslier si los locales jugaban atrás con su portero. Asimismo, los interiores cerraban la salida por fuera de los laterales y Firmino se mantenía en la vigilancia sobre Phillips, evitando que el mediocampo del Liverpool se viera desprotegido por dentro, si uno de los interiores salía a banda (abajo). El Leeds tuvo que gestionar esta presión alta de los de Klopp, que buscaron penalizar cualquier error en la salida desde atrás de su rival.
Con el transcurso de los minutos, los de Bielsa continuaron buscando la salida por fuera desde la defensa, aunque en ocasiones optaron por el pase en largo cuando llegaban a mediocampo. Costa y Harrison apoyaron en algunos momentos en la construcción de juego descolgándose a posiciones más retrasadas, pero una vez que el balón progresaba, su intención pasaba por atacar el espacio a la espalda. El beneficio de esto para el Leeds era que Bamford podía mantenerse arriba, siendo una amenaza en la prolongación de la jugada (abajo), mientras los marcadores de Harrison y Costa tenían que ir sobre ellos, situación que aumentaba el espacio a la espalda de los laterales del Liverpool. No obstante, y aunque estas opciones hubieran fructificado, Alexander-Arnold y Robertson son jugadores lo suficientemente veloces para recuperar su posición defensiva.
El Leeds identificó que el Liverpool comprometía un elevado número de jugadores por fuera en la presión, como también cuando cerraba los espacios por dentro. Como resultado de esto, los locales buscaron llevar a su rival a un costado con la intención de encontrar la ventaja en la otra banda a través de un cambio de juego (abajo). Unas situaciones en las que el Leeds, una vez ejecutado ese pase, trataba de atacar el espacio a la espalda con sus jugadores más ofensivos.
Dominio de la posesión:
En el segundo tiempo, los locales llevaron a sus laterales más arriba con la intención de generar problemas a los interiores del Liverpool, quienes tenían más espacio por cubrir. Como los de Bielsa jugaban en largo con sus delanteros, utilizaban a sus centrocampistas para apoyar la jugada y poder realizar carreras en profundidad en la siguiente fase del ataque, siempre con una visión ofensiva de correr hacia adelante. Un desarrollo que se encontró ante un Liverpool más compacto en su fase defensiva en el segundo tiempo para defender la ventaja en el marcador.
Los de Klopp optaron en ese segundo tiempo principalmente por mantener su posición ante los pases en largo o diagonales del Leeds. Algo que llevó a un dominio casi absoluto de los locales en la posesión de balón -hasta un 72% en el primer tramo del segundo acto- para buscar superar el bloque defensivo Red. El Leeds se mostró paciente en la circulación de balón para generar un espacio, pero la mejor vía para generar acciones de peligro seguía siendo llevar a su rival a un costado para atacar el otro perfil a través de un cambio de juego o con balones a la espalda de la defensa.
El gol del empate para el Leeds llegó en los últimos minutos por medio de Llorente, en un ejemplo de la debilidad del Liverpool en su defensa en zona. Kabak no atacó el balón en su espacio, pero el error estuvo en no controlar la carrera del jugador español en segundo plano, gozando así de la ventaja necesaria para hacer el tanto que empataba el partido.
Desorganizar al Leeds:
El Liverpool salió con su habitual 4-3-3 en fase ofensiva, apostando Klopp por mezclar a Jota, Roberto Firmino y Mané en ataque. Un sistema que se enfrentó al marcaje individual (abajo) del Leeds en su fase defensiva, asentados los locales sobre un planteamiento muy cercano al 4-1-4-1. Un elemento clave de la estructura defensiva del Leeds fue que no estaban dispuestos a permitir situaciones en contra de un dos contra uno frente a Jota y Mané, después de que Firmino retrasara su posición. Esto significó que el Leeds tendría que conceder una ventaja numérica en otras partes del campo para poder mantener la superioridad de tres contra dos en la última línea.
Un lateral en zonas interiores:
Inicialmente, el hombre extra del Liverpool en las acciones ofensivas era Robertson, con Costa buscando cerrar el paso a los centrales, conjuntamente con Bamford. Sin embargo, el Liverpool rápidamente reconoció que podía desplazar a Robertson a zonas interiores, liberándose así de la vigilancia de Costa en este proceso para superar el sistema defensivo del Leeds. Ante esto, los locales realizaron ajustes, dejando que Bamford se ocupara de ambos centrales. Una situación que llevo a que hubiese ocasiones en las que los centrales del Liverpool salieran con el balón después de hacer circular la posesión, pero esto no ocurría sin riesgo ni presión.
El Liverpool mantuvo su habitual 4-3-3 (abajo) para atacar la defensa del Leeds. Un sistema ofensivo en el primer tiempo donde pasó la mayor parte del primer tiempo intentando desequilibrar y desorganizar la defensa al hombre de los locales. Para ello, buscaron arrastrar la marca de su rival hacia posiciones menos ortodoxas, por ejemplo los mediocentros saliendo hacia los lados o hacia la primera línea, o con Firmino descolgándose a mediocampo.
En esas acciones, el Liverpool buscaba aislar y explotar las situaciones de uno contra uno a través de los espacios que habían creado. El gol de Mané fue un buen ejemplo de esto, con las incursiones desde segunda línea de los delanteros del Liverpool desequilibrando la línea defensiva del Leeds y creando una acción de uno contra uno entre Alexander-Arnold y Harrison en espacios abiertos (abajo), que terminó siendo ganada por el lateral del Liverpool.
Movilidad de los centrocampistas:
La estructura de tres en mediocampo de los de Klopp fue clave en el empeño de desorganizar a su rival y tuvieron que encontrar un equilibrio entre movimientos para dar apoyo, atacar y asegurar la posesión. Un ejemplo de esto sería con Thiago y Milner, los dos saliendo hacia las bandas, cuando Fabinho tenía la posesión, y Wijnaldum ocupando el centro del campo. El mediocampista holandés podía entonces trazar una carrera diagonal por detrás de Thiago cuando la posesión se desarrollaba en ese lado, mientras que Milner se desplazaba de lado a lado asegurando el control del centro del campo. Este tipo de movimientos fue constante por parte del trío de mediocampistas del Liverpool, poniendo presión sobre la estrategia del Leeds de plantear una marca al hombre.
En el segundo tiempo, los ataques del Liverpool se produjeron más frecuentemente a través de transiciones ofensivas que en jugadas elaboradas desde atrás. Al operar en una forma más compacta sin el balón y el Leeds en la búsqueda del empate, a los visitantes se le presentaron oportunidades de romper su dibujo y buscar un segundo gol. El ingreso de Mo Salah en el segundo tiempo tuvo el objetivo principal de aprovechar estas acciones. Sin embargo, la falta de calidad en los pases finales provocó que las oportunidades generadas por el Liverpool no terminaran siendo aprovechadas.
"Creo que ha sido un partido bonito. En la primera mitad fue más igualado y en la segunda dominamos las diferentes facetas del juego. Generamos más acciones de gol y jugamos más tiempo en campo contrario, recuperando muchos balones que nos permitieron atacar", señaló Bielsa. El entrenador argentino, por otro lado, mostró su opinión sobre la Superliga: "Los más poderosos lo son por lo que producen y por lo que convocan. Pero el resto son indispensables y lo que le da salud a la competencia es la posibilidad del desarrollo de los débiles y no el exceso del crecimiento de los fuertes”.
"Ellos son un rival que juegan en diferentes zonas, bastante directos y que corren a la espalda. Creo que controlamos bien todo este tipo de cosas. Pero con la cantidad de acciones a balón parado que hubo, y teniendo en cuenta que no somos el equipo con más estatura, estábamos en peligro, como se vio en el gol", analizó Klopp. El entrenador del Liverpool, como hizo Bielsa, también dio su opinión sobre la Superliga: "Me gusta el aspecto competitivo del fútbol. Me gusta que el West Ham pueda jugar la Champions League. No quiero que lo hagan porque queremos clasificarnos nosotros, pero me gusta que tengan la oportunidad".
Redacción: Héctor García