alex covelo
Segundo entrenador Selección Olímpica de Estados Unidos, 2023-Actualidad
Todo fue muy rápido. Estaba cerca de irme a Tailandia a entrenar a la selección olímpica, cuando surgió la oportunidad de ir al San José Earthquakes.
Tan solo unas semanas después, el tiempo justo para obtener los visados y arreglar la mudanza, estábamos en Estados Unidos. Digo estábamos porque nos fuimos todos. Mi mujer, Laura, y mis dos hijas, Candela y Jimena, también. Personas especiales que entienden y comparten ese otro lado del trabajo de un entrenador, como es, entre otras cosas, no tener un lugar fijo donde vivir.
Llegaba a un equipo de la MLS, donde, sin embargo, no entrenaría, sino que me encargaría de desarrollar el proyecto metodológico del club. Es decir, un papel más de formador que de entrenador.
Eso, en parte, me echaba para atrás, pero por otro lado me decía: ‘Es una gran oportunidad. Entras en Estados Unidos, en una liga como la MLS y también le doy a mis hijas la oportunidad de aprender inglés bien’.
Finalmente, esta reflexión ganó en la balanza a lo de no estar en el verde todos los días para entrenar. Además, sentía que no podía rechazar una oportunidad que me habían ofrecido de manera muy cercana.
Casi todo en mi carrera ha surgido por relaciones humanas. Creo que si no has tenido una carrera destacada como jugador, tu trabajo como entrenador dependerá de lo que puedas conseguir poco a poco, donde también vas encontrando gente con la que conectas y te ayuda a crecer.
Ya una vez llegas a Primera División, todo es diferente. Lo he comprobado cuando tomé la dirección del primer equipo de San José. Ahí entras en otro ‘micromundo’. De repente, pasas a recibir más llamadas, cuando antes en muchas ocasiones para encontrar un equipo debías mandar un currículo.
Supongo que es porque estás delante del escaparate. Al final, estás entrenando a un equipo de Primera División, y todo el mundo tiene más facilidades de ver lo que estás haciendo y cómo juega tu equipo.
Pero para llegar hasta ahí, sólo hay una vía: el trabajo diario.
"mi familia entiende y comparte ese otro lado del trabajo de un entrenador, como es, entre otras cosas, no tener un lugar fijo donde vivir"
Retornando al comienzo de esta historia, el origen de la oferta San José nació muy lejos de aquí y varios años atrás.
Después de mi trabajo en el Espanyol en Barcelona, de 2008 a 2012 en el departamento de metodología del fútbol base, fui a San Marino a entrenar en 2014.
Tenía ganas de conocer otro fútbol y ahí surgió la oportunidad, por medio de un amigo, de formar parte del San Marino Calcio, el principal equipo del país y que entonces jugaba en la Lega Pro, la Serie C de Italia.
Primero fui segundo entrenador, porque no me convalidaban mi licenciatura académica en España. Entonces tuvo que pasar un tiempo para sacarme la licencia en la federación italiana de fútbol.
Un tiempo donde coincidí en la formación con importantes entrenadores, como Roberto De Zerbi, entrenador del Brighton en la Premier League y con el que mantengo una gran relación, o Francesco Vanni Sartini, técnico deVancouver Whitecaps de la MLS.
"La experiencia en San Marino no sólo me facilitó conocer otro fútbol. También me permitió ponerme a prueba en la gestión de jugadores importantes"
Ya en mi segundo año, fue cuando ejercí de primer técnico.
San Marino, si no has estado nunca, es un pequeño país incrustado en la zona central norte de Italia con una población de poco más de 30.000 habitantes. Esto lo convierte en un contexto muy diferente para trabajar. Por ejemplo, solo hay dos campos de fútbol en todo San Marino.
Nosotros entrenábamos un día a la semana en uno de ellos, en un campo híbrido. Es decir, césped natural con césped artificial. Pero césped artificial de los antiguos. Una mezcla que hacía que el campo pareciera una pista de patinaje. Otros días, entrenábamos en Cesena, ciudad italiana donde yo vivía, que está a cuarenta kilómetros de San Marino.
Así era el trabajo entre semana, y los fines de semana nos tocaba jugar los partidos ante rivales con muchos más recursos en todos los aspectos.
La experiencia en San Marino no sólo me facilitó conocer otro fútbol. También me permitió ponerme a prueba en la gestión de un grupo con jugadores importantes. Por ejemplo, Amadou Diawara, con una buena carrera en el fútbol italiano, en equipos como la Roma. También Stefano Sensi, quien jugó en el Inter de Milán o Juan Cruz, ahora en Osasuna en la Liga.
Y fue en San Marino donde tuve conversaciones con el cuerpo técnico de la Roma para ingresar en el fútbol base del club. Aunque finalmente el trabajo no se dio —por una cuestión de no poder ir con mi familia—, sí se mantuvo la relación con la gente de del club, concretamente Francesco Vallone y Jesse Fioranelli.
"la metodología no debe ser de una solo dirección. También debe adaptarse"
Francesco y Jesse eran parte de la dirección deportiva de la Roma. Más tarde, Francesco pasó a trabajar en el primer equipo junto con Monchi (ahora director deportivo del Sevilla), mientras que Jesse llegó al San José en 2017. Fue ahí cuando Jesse se puso en contacto conmigo para ofrecerme la dirección del departamento de metodología del club.
Ambos entendían que mi estilo de juego estaba relacionado con lo que querían para el club. A grandes rasgos, a mí me gusta un fútbol combinativo. Un equipo que ataque siempre bajo el dominio de la posesión.
Desde ese momento, y siempre con ese estilo como guía, nos pusimos a trabajar para desarrollar la metodología que queríamos para San José. Desde la base para llegar arriba.
Eso supone muchas reuniones y muchas horas de trabajo de despacho para que, primero, aparezcan los procesos. Una vez tienes eso, llega el modelo de juego y, finalmente, cómo estructuras la metodología de entrenamiento para alcanzar ese estilo con el que quieres que se identifique el equipo.
Debes ser coherente en los entrenamientos con el modelo de juego que quieres alcanzar, y en cada etapa —divididas por edades— saber qué contenidos se van a entrenar cada día. También a lo largo de todo el año.
En definitiva, un puzle que vas completando desde el primer día.
"nunca me alejé del todo de entrenar en san josé, porque tuve dos momentos en los que pude hacerlo"
Pero no sólo con los jugadores. También debes formar a los entrenadores de tu proyecto. En San José han crecido con nosotros muchos de los técnicos que estaban aquí cuando llegué en 2017, y que han pasado desde la base a las primeras filas.
Son procesos lentos, donde se necesita mucho tiempo y pocas prisas. Sobre todo, enseñar al entrenador qué tipo de juego vamos a querer, para que fueran familiarizándose con él.
¿Y cómo se hace eso?
Nosotros lo hicimos con mucho vídeo. Le poníamos a los entrenadores ejemplos de otros equipos de lo que queríamos aplicar en los entrenamientos. Situaciones del Liverpool, del Manchester City, del Barcelona en aquel momento -hablo de 2017- o del Bayern Múnich de Pep Guardiola. Pero también dinámicas a nivel defensivo, como es la presión alta y constante.
Sin embargo, la metodología no debe ser de una solo dirección. También debe adaptarse, como cuando llegó Matías Almeyda al primer equipo en el 2018. Matías, de la escuela de Marcelo Bielsa, trajo la marca al hombre -en nuestro ‘manual’ estaba la presión alta, pero sin marcas individuales- y nos tuvimos que adaptar. Son cambios, pero también sacas cosas positivas.
Por suerte, y aunque fueron muchas horas de trabajo fuera del campo, nunca me alejé del todo de entrenar, porque tuve dos momentos en los que pude hacerlo.
"Todo fue un trabajo muy cercano y fácil con matías; un entrenador que ha sido una de las grandes figuras del fútbol"
Nada más llegar, cuando solo llevaba dos meses, empecé como segundo entrenador del primer equipo junto a Chris Leitch, ahora director deportivo de San José. Desde junio de 2017 hasta octubre, donde nos metimos en el play-off. Ahí me tocó combinar las dos cosas: segundo entrenador del primer equipo y director de metodología.
También lo hice con la llegada de Matías, donde se generaron nuevas estructuras en el club. Formamos el segundo equipo, y ahí Matías me pidió dirigirlo yo. Un tiempo que lo disfruté mucho, porque el segundo equipo no tiene tanta presión como el primero y, además, seguía al frente de la dirección de metodológia. Algo que iba a hacer más fácil la transición a los jugadores de casa, desde las categorías inferiores al primer equipo.
En algún momento también, cuando Matías me llamaba porque necesitaba asistentes, yo estaba ahí. De alguna forma, te empapas de los entrenamientos que él hace. Todo fue un trabajo muy cercano y fácil con él; un entrenador que ha sido una de las grandes figuras del fútbol.
Esa facilidad para trabajar, por otro lado, creo que ayudó en la transición cuando Matías decidió dejar el equipo en abril de 2022.
"una vez llegas a Primera División entras en otro ‘micromundo’. Supongo que es porque estás delante del escaparate"
Después de su último partido en San José, lo vi y él mismo me dijo ahí que se iba. Todo con mucha naturalidad, como había sido siempre. Luego, los jugadores también se adaptaron bien. Ya me conocían muchos de ellos de antes, sabían cómo soy y fue bastante rápida la adaptación.
Un trabajo donde también he disfrutado mucho del día a día con mi cuerpo técnico: Chris Elliott Wondolowski, uno de los jugadores más grandes de Estados Unidos, Steve Ralston, Luciano Fusco y Jorge Luis 'Tubo' Fernández, quien fue portero del Cádiz en España muchos años.
Es verdad que no pudimos meternos en el play-off, pero sí hubo momentos muy buenos, con resultados importantes ante equipos de mucho mayor presupuesto.
Son partidos en los que ves cómo el equipo se adapta a tu estilo, a lo que tienes en la cabeza.
Esa es, sin duda, la sensación más increíble de mi primera experiencia como entrenador en la MLS.