per mertesacker
Director de la Academia del Arsenal, 2018-Presente
Arsène Wenger no tuvo que convencerme para que fuera al Arsenal.
Yo conocía la historia del club y la pasión de los aficionados, y quise formar parte de eso en cuanto supe que estaba interesado.
Pero cuando Arsène me llamó por teléfono, me habló en alemán y me pidió que me uniera al equipo y desempeñara un papel —de liderazgo—, no tuve ninguna duda de que iba a ir.
Aquella conversación confirmó todo lo que ya sabía de él y de su carisma. Pero luego, durante los años que estuve en el Arsenal jugando a las órdenes de Arsène, pude comprobar lo gran persona y entrenador que era.
En todo el tiempo que estuve en el Arsenal como jugador, él fue la "piedra angular" del club. Pasara lo que pasara en los entrenamientos, dentro o fuera del campo, sentías su increíble presencia.
Tenía una gran resiliencia. Parte de mi etapa como jugador del Arsenal coincidió con un periodo un poco más difícil en la carrera de Arsène, pero él nunca lo convirtió en algo personal.
Siempre que perdíamos —recuerdo una derrota por 5-1 en Liverpool en 2014, por ejemplo—, en privado nos dejaba claro que teníamos que ser mejores. Se mostraba bastante abierto al respecto y nos mencionaba aspectos concretos en los que mejorar y en los que trabajar.
"Tener un entrenador que realmente confía en ti en esos momentos de fracaso me dio mucha confianza"
Sin embargo, de cara a la prensa y de puertas para afuera, asumía la culpa. Protegía al equipo y, al hacerlo, creaba un ambiente en el que lo veíamos sufrir por nosotros. Eso nos hizo querer hacer más; corresponderle e intentar encontrar la manera de darle lo que se merecía. Queríamos luchar por él como luchó por nosotros.
Hubo muchos momentos en los que me demostró lo especial que era como entrenador, pero hay dos que sobresalen, uno en cada extremo de mi etapa como jugador a sus órdenes.
En mi primer año en el Arsenal, me costaba asimilar la velocidad, la calidad y el físico del fútbol inglés. Era otro nivel. Nunca había experimentado nada igual. También tuve problemas con el idioma. No se me dio muy bien el inglés en el colegio.
Cometí bastantes errores en el campo. Pero eso no fue un problema para Arsène. Lo vio como una oportunidad.
Me animó a aprender de mis errores, a ser inteligente a la hora de afrontarlos para ayudarme a pasar al siguiente nivel. Tener un entrenador que realmente confía en ti en esos momentos de fracaso me dio mucha confianza. Eso es algo que me ha acompañado hasta hoy: un mentor o entrenador que me apoyó en los momentos difíciles.
Y después, hacia el final de mi carrera, me lesioné y no jugaba mucho. No estaba en el equipo, así que decidí que quería desaparecer. Quería irme de vacaciones y alejarme del fútbol.
"Ha sido inmenso para el club y para mí, como entrenador y como mentor"
Faltaban cinco semanas para el final de la temporada 2016/17, y una final de la FA Cup en la que mis compañeros nos habían metido.
"Ahora mismo no soy valioso para el equipo", le dije. "Quiero alejarme un poco".
"Escucha, eres muy valioso para el equipo, y nunca se sabe lo que puede pasar", me dijo. "Sigue haciendo lo que estás haciendo. Eres el capitán de este club de fútbol. Te necesitamos cada día, y el equipo se beneficia de que estés aquí".
Entonces, de repente, sufrimos un montón de lesiones y suspensiones. Unas semanas más tarde, tuve que salir en el último partido de liga de la temporada. Y una semana después, salté al campo como capitán en la final de la FA Cup contra el Chelsea.
Jugué todo el partido y ganamos 2-1.
Estos son los momentos que realmente definieron nuestra relación, y lo enriquecedor que fue para mí entonces -y sigue siendo hoy- su liderazgo y su habilidad como entrenador. Tengo la suerte de poder recurrir a esas experiencias como entrenador. Puedo volver a vivir esos momentos y ver de inmediato lo importante que es tener un líder de confianza.
"esa disciplina de trabajo fue lo que me llevó al nivel al que llegué. Lo he trasladado a mi trabajo como entrenador"
Mi etapa en el Arsenal no fue la mejor de la historia del club, pero es fácil olvidar el mérito que tiene Arsène por asegurarse cada temporada que el equipo se clasificara para la Champions League. En la pelea entre los seis grandes de la Premier League, es muy difícil conseguirlo, pero él lo hizo año tras año. Además, ganamos tres FA Cups en cuatro años.
Ha sido inmenso para el club y para mí, como entrenador y como mentor. También fue la razón por la que pasé directamente de jugar a entrenar.
Me vio en el campo de entrenamiento durante siete años y vio algo en mí.
En mi último año como jugador en el club, surgió el puesto de director de la academia. Arsène me preguntó si me interesaba quedarme en el club para ocuparlo.
Me tomé un par de semanas para pensar dónde veía mi futuro con mi familia, y decidimos que queríamos quedarnos. Di el siguiente paso en mi camino.
Tenía 33 años, así que todavía era bastante joven, pero estaba listo para cerrar mi capítulo como futbolista profesional después de 15 años y entrar en el mundo de los entrenadores con alguien que confiaba en mí, y en quien yo confiaba totalmente. Un líder, un mentor, que me ayudara a plantear retos a la siguiente generación. Creo que ese era su plan. Y me había visto a diario durante todos estos años, así que creo que fue por eso por lo que me eligió.
"Pero para nosotros el éxito no sólo puede significar jugadores sobre el césped del Emirates. No todos los jugadores pueden ser un Bukayo Saka"
Sabía que me lanzaría de lleno a aprender, porque era un novato -¡y todavía me considero un novato! - con la mentalidad de un joven director de academia que necesita aprender, que necesita trabajar para mejorar cada día.
Así que hoy también tengo que dar las gracias a Arsène por mi trabajo como director de la academia del Arsenal.
Sin embargo, siempre he sido muy trabajador. Si no tienes gran talento, y yo no lo tenía como jugador, debes tener otras habilidades que te diferencien de los demás. Tuve que hacerlo como jugador, y esa disciplina de trabajo fue lo que me llevó al nivel al que llegué. Lo he trasladado a mi trabajo como entrenador. Cuando era jugador en el Arsenal, y ahora como entrenador en este club, pienso en cada día como si se tratara de una entrevista. Cada día tengo que demostrar mi constancia para ganar algo al final, ya sea un trabajo, una buena reputación, un buen contacto o una buena red de contactos, lo que sea. Así es como lo percibo.
Sí, estuve 15 años como jugador -eso está bien-, pero a mí me definen mis acciones en el día a día. Sólo he pensado que el hecho de haber ganado el Mundial como jugador con Alemania, por ejemplo, me dio credibilidad durante dos años. Por supuesto, mi trabajo está ligado al fútbol y a lo que he hecho anteriormente, pero no habría sido el futbolista que llegué a ser sin mi personalidad y mis valores.
Trabajo duro conmigo mismo para ser el mejor director de academia que puedo ser. Es un trabajo que nunca he hecho antes, así que tengo que esforzarme mucho. No importa lo que hayas hecho en el pasado, tienes que demostrar tu calidad y tu constancia en todo momento. Eso también marca la pauta para los demás en el club.
Quiero ayudar a inspirar a la próxima generación de jugadores y entrenadores del Arsenal. Pero para nosotros el éxito no sólo puede significar jugadores sobre el césped del Emirates. No todos los jugadores pueden ser un Bukayo Saka. Tenemos que definir el éxito de una manera más amplia.
"Podemos hacer de esta academia el mejor equipo de entrenadores del mundo"
En Inglaterra sólo hay 4.000 plazas para futbolistas profesionales. ¿Qué pasa con el resto? Tenemos que prepararlos para afrontar cualquier reto en la vida, en el fútbol o fuera de él. Queremos formar a las mejores personas posibles, además de jugadores. Eso me apasiona, porque tenemos una responsabilidad con estos jóvenes.
En cuanto a los entrenadores, nos aseguramos de mantenernos a la vanguardia con una buena planificación de la continuidad en todas las fases de edad. Tenemos entrenadores increíbles que buscan dar el siguiente paso cuando se les abre una oportunidad, y siempre los apoyamos, porque sabemos que tenemos un plan. Espero que todos sientan que pueden progresar aquí, y estoy muy orgulloso del ambiente positivo que hemos creado.
En las ocasiones en las que creemos que no tenemos a nadie para desempeñar un puesto, buscamos por fuera, y nos esforzamos mucho por asegurarnos de traer a las personas adecuadas en términos de personalidad. Por supuesto, hay un cierto nivel de aptitudes y capacidad para cualquiera que entre en nuestra academia, pero la personalidad y el ser una buena persona están en primera fila de lo que hacemos. Eso es lo que buscamos en nuestros entrenadores.
El marco del Arsenal -el estilo de juego y la cultura del club- ya está aquí. Nos sentimos muy cómodos sabiendo que, si conseguimos que la personalidad encaje y las aptitudes del entrenador están bien cimentadas, podemos apoyar y desafiar a estos entrenadores para que den lo mejor de sí mismos. Si tienen una meta, un plan de desarrollo, podemos ayudarles a conseguir lo que se propongan.
Podemos hacer de esta academia el mejor equipo de entrenadores del mundo. Ésa es nuestra ambición. La disciplina, la humildad y el respeto pueden ayudarnos a conseguirlo.
En un club como el Arsenal, tenemos la suerte de contar con grandes personas a nuestro alrededor, y yo tengo la fortuna de poder hablar con Mikel Arteta con regularidad. Nos conocemos desde hace mucho tiempo, e intentamos ponernos al día todas las semanas.
"volví al primer equipo durante tres semanas. La verdad es que me sentí un poco abrumado al volver al día a día", a los fines de semana y a que haya juicios por todo."
Cuando jugábamos juntos (éramos capitán y vicecapitán en el Arsenal), él siempre buscaba la manera de hacernos mejores. Evidentemente, en aquel momento no me planteé si sería un buen entrenador. Si miro atrás, sin embargo, él siempre estaba pensando en los procesos; siempre intentando resolver problemas y mejorar el equipo. No es casualidad que tenga al club en una trayectoria tan ascendente.
Como estamos tan unidos, podemos mantener conversaciones muy abiertas y sinceras. Confiamos el uno en el otro y podemos desahogarnos. Puedo decir sinceramente que puedo hacerlo con él. Igualmente lo puede hacer él conmigo y también lo sabe.
Hablar con la gente que te rodea es muy importante, así que nos aseguramos de seguir haciéndolo. Tener mentores, como lo tuve yo con Arsène, es muy importante. Tener gente a tu alrededor con la que expresarte y desahogarte es crucial. Recomendaría a todos los que lean esto que tengan cerca a gente con la que puedan hablar sinceramente. Puede que a veces no te guste hacerlo, pero es súper importante.
Obviamente, el principal objetivo de Mikel es que volvamos a ganar trofeos lo antes posible, y trabaja intensamente para conseguirlo. Pero el ambiente del primer equipo no es para mí.
Estoy muy contento donde estoy. Tras la marcha de Unai Emery y la llegada de Freddie Ljungberg al banquillo, volví al primer equipo durante tres semanas (diciembre de 2019) para ayudar a Freddie como asistente. La verdad es que me sentí un poco abrumado al volver al día a día, a los fines de semana y a que haya juicios por todo.
Lo viví durante 15 años como jugador, y fue algo intenso física y mentalmente. Después me sentí más que feliz de volver a la dirección de la academia.
Este es el lugar donde quiero estar.