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Cinco claves tácticas para conocer el estilo de juego de Andoni Iraola

The Coaches' Voice en español
Cinco claves tácticas para conocer el estilo de juego de Andoni Iraola
Getty Images
Redacción
The Coaches' Voice en español
Publicado el
junio 29 2023

andoni iraola

Bournemouth, 2023-Presente

Después de lograr el ascenso a la Liga con el Rayo Vallecano en junio de 2021, Andoni Iraola llevó a cabo una propuesta de juego con el equipo franjirrojo tan atractiva como efectiva en la exigente Primera División española. Y es que el Rayo Vallecano, acostumbrando a pelear por la salvación cuando está instalado en la elite, no solo varió esa tendencia en las dos últimas temporadas —logró la permanencia varias jornadas antes del final—, sino que también peleó por los puestos europeos. Un éxito con el sello del técnico español.

Iraola aterriza ahora en la Premier League, después de que se anunciara su contratación por el Bournemouth en junio de 2023. Se suma así un nuevo técnico español a la Premier League, donde ya estaban Pep Guardiola (Manchester City), Mikel Arteta (Arsenal), Unai Emery (Aston Villa) y Julen Lopetegui (Wolves). Curiosamente todos, salvo Guardiola, nacidos en el País Vasco.

Antes de que arranque su trabajo al frente del Bournemouth, en The Coaches’ Voice señalamos los cinco rasgos principales del estilo de juego de Iraola, tomando como referencia su trabajo al frente del Rayo Vallecano. Una propuesta que, a buen seguro, también exhibirá en el Bournemouth.

Juego exterior

Uno de los principales rasgos en el planteamiento ofensivo de Iraola es dirigir los ataques a través de las bandas, primando así el juego exterior y la amplitud. Para eso, los desdoblamientos de los laterales son continuos, mientras los extremos ocupan posiciones por dentro.  Isi Palazón, extremo derecho en el Rayo Vallecano, fue uno de los jugadores que más incursionó por dentro, facilitando que los laterales pudieran llegar a línea de fondo y generaran situaciones favorables dentro del área rival.

Esa proyección en ataque de los laterales, como hemos señalado, es continua, pero también se ejecuta siempre con la intención de habilitar la mayor amplitud posible para ensanchar y dividir a la defensa rival, provocando así espacios por dentro en su retaguardia. En las dos últimas temporadas de Iraola en el Rayo Vallecano, los dos laterales que mejor interpretaron su demandado juego exterior fueron Fran García (firmado por el Real Madrid en junio de 2023) e Iván Balliu. Jugadores incansables en las incorporaciones desde atrás, su presencia en campo contrario era habitual, como también su altura, en muchas ocasiones actuando más como carrileros que laterales.

Para equilibrar esa proyección en ataque de los laterales y permitirles la libertad necesaria para permanecer lejos de sus posiciones de partida, los mediocentros son piezas claves en el balance. La labor de los mediocentros del Rayo Vallecano, generalmente Santiago Comesaña (firmado por el Villarreal en junio de 2023) y Óscar Valentín, consistía en incrustarse en la línea defensiva en los momentos de la pérdida de balón y con uno de los dos laterales fuera de posición.

Pero ese equilibrio que demanda Iraola no solo llega a través de los mediocentros. El técnico español también compensa las subidas de sus laterales evitando que los dos ocupen el campo rival al mismo tiempo. Así, mientras un lateral tiene mucha presencia ofensiva, el otro mantiene su posición.

Dentro del predominio del juego ofensivo por las bandas, la sociedad Fran García y Álvaro García tomó mayor protagonismo en el Rayo Vallecano, con un porcentaje mayor de acciones ofensivas desarrolladas por el costado izquierdo. Ahí, y pese a que Álvaro es un extremo puro, es decir, un jugador con pocas incursiones por dentro y muchas más por fuera, se complementó muy bien con Fran García cuando el lateral se incorporaba al ataque (abajo).

Iraola, cinco claves: predominio del juego exterior.

Superioridad en el centro del campo

La propuesta de Iraola con balón también tiene como premisa la superioridad o igualdad en el centro del campo. Desde el 4-2-3-1 del Rayo Vallecano en fase ofensiva, el cuarto centrocampista llegaba desde uno de los extremos, principalmente desde la banda derecha, para liberar ese lado y crear líneas de pases. Palazón fue en el Rayo Vallecano el jugador que mejor comprendía esta situación. Extremo zurdo a pierna cambiada, partía desde la banda derecha para encontrar su sitio entre líneas y, desde ahí, atacar los espacios que se generan a los costados de los mediocentros rivales (abajo).

Ese jugador de más que Iraola busca acumular en el centro del campo, le sirve a su equipo para tener el control del balón, pero también para permitir una mayor libertad a los laterales a la hora de incorporarse al ataque. De igual forma, cuando el Rayo Vallecano perdía el balón por dentro, contaba con muchos jugadores cerca del poseedor rival para poder recuperar con mayor facilidad.

Una vez que Palazón abandonaba la banda derecha para moverse por dentro, contaba con total libertad para ocupar el espacio que creyera oportuno, mientras Comesaña y Valentín ejercían como los dos mediocentros posicionales, con Óscar Trejo por delante de estos dos últimos. A esos tres centrocampistas, se le unía Palazón a la misma altura que Trejo, por lo que el centro del campo quedaba conformado con un doble mediocentro, Comesaña y Valentín, y dos mediapuntas, Palazón y Trejo.

Iraola, cinco claves: cuarto centrocampista por dentro.

Una opción de salida en largo

Iraola es un entrenador que intenta ser dominador del partido a través de la posesión de balón, y siempre con la intención de salir con el balón controlado desde atrás. No obstante, no es un técnico que obligue a sus jugadores a arriesgar en la salida, por lo que si el rival presiona muy alto y hay posibilidad de perder el balón en la salida, tanto el portero Stole Dimitrievski como Alejandro Catena (firmado por Osasuna en junio de 2023) tenían libertad para jugar en largo buscando el espacio a la espalda del lateral rival.

Ese mecanismo de juego directo era muy utilizado por el Rayo Vallecano, sobre todo, cuando se enfrentaba a equipos que dejaban mucho espacio a sus espaldas, para buscar la profundidad con jugadores rápidos en ataque, como Álvaro García y Sergio Camello.

El gran desplazamiento en largo de Catena permitía al Rayo Vallecano estirar a los rivales y hacerles correr hacia atrás y a las bandas, obligándoles de ese modo a bascular en los cambios de orientación del equipo franjirrojo. Con la aportación de Catena en el juego directo, eran varios los mecanismos que tenía el Rayo Vallecano. Uno de los que más productividad generó se producía cuando el extremo, Álvaro García, fijaba a su lateral en posiciones más interiores, dejando el carril libre para las incursiones en ataque de Fran García desde el lateral izquierdo (abajo).

Iraola, cinco claves: juego directo.

Verticalidad obligatoria

Iraola prima el dominio de la posesión, pero con un objetivo muy claro: dañar al rival. Ya fuera desde el inicio del juego con el central Catena buscando la profundidad o también filtrando pases por dentro para encontrar a un jugador entre líneas, el Rayo Vallecano fue un equipo que impuso su línea de ataque intentando ser siempre vertical. De hecho, los primeros pases en horizontal de los centrales ante una presión poco agresiva siempre tenían como objetivo secundario buscar ser verticales apenas fuese posible.

Ocurría lo mismo en el Rayo Vallecano cuando el centro del campo intentaba conectar con los atacantes Raúl de Tomás, Sergio Camello o Radamel Falcao. La línea de medios no elaboraba la jugada en exceso, sino que buscaba la verticalidad constantemente intentando llegar a la portería rival (abajo). Para ello, las conducciones del extremo Álvaro García y los continuos desmarques de los delanteros favorecían la verticalidad. No obstante, para que esa verticalidad tenga sentido y orden, Iraola demanda la llegada de muchos jugadores al área contraria; con hasta seis o siete futbolistas que, ya sea directamente pisando en el área o llegando desde segunda línea, puedan finalizar las jugadas.

La idea de verticalidad en ataque que propone Iraola se asume desde la premisa del juego combinativo, pero también en juego directo. Habitualmente, en los últimos minutos de los partidos y con los rivales hundidos y defendiendo por acumulación, el Rayo Vallecano no dudó en colgar balones al área para buscar el remate. De igual modo, desde cualquier zona del campo contrario, el equipo de Iraola buscaba un pase al espacio intentando atacar la profundidad.

El nuevo técnico del Bournemouth ejerce un fútbol atractivo y de ataque que facilita a sus equipos llegar permanentemente al área rival, aunque esa misma verticalidad también le hace ser atacado en numerosas ocasiones. No obstante, es un riesgo e incluso un hábito que Iraola está dispuesto a asumir.

Iraola, cinco claves: verticalidad.

Cambio de estructura sin balón

Como hemos señalado, el Rayo Vallecano se disponía principalmente en ataque sobre un 4-2-3-1, con la variante de sumar un cuarto centrocampista. Sin embargo, a la hora de presionar y sin balón, Iraola dibujó a su equipo sobre un 4-4-2, con las líneas muy juntas e intentando no hundir en demasía el bloque defensivo (abajo).

Bajo ese 4-4-2 y las intenciones de tener las líneas muy juntas y un bloque no hundido, el objetivo pasaba por reducir los espacios al rival, para que no pudiera jugar por dentro y resultar dominado el Rayo Vallecano. En ese cambio de sistema al 4-4-2, el mediapunta es el que jugador que varía su posición y se alinea con el delantero, para que la primera presión sea de dos delanteros contra los dos centrales del rival.

Si bien el 4-4-2 compacta al equipo y deja poco espacio entre líneas, una de las obsesiones de Iraola cuando el Rayo Vallecano no tenía el balón era que sus jugadores fuesen muy agresivos en campo contrario e intentaran recuperar cerca del área rival. Este concepto defensivo, la presión tras pérdida, fue básico para entender por qué el Rayo Vallecano quería jugar con tanta asiduidad en campo contrario.

De ese modo, sin balón, el rasgo principal de los equipos de Iraola pasa por permanecer en campo contrario el mayor tiempo posible con la intención de impedir que el rival pueda progresar con facilidad. Esa fue la base para ver un Rayo Vallecano tan presionante y focalizando gran parte de sus fuerzas en la recuperación de balón lo más lejos posible de su área.

Si bien la primera línea de dos defensores, formado por el delantero y mediapunta, suele bascular sobre el balón y elegir muy bien cuando ser agresivos para intuir una pérdida del rival, los jugadores que más hincapié hacían para que la presión fuera efectiva en Rayo Vallecano fueron sus extremos: Palazón y Álvaro García. Así, cuando el balón llegaba al lateral rival, estos dos jugadores se activaban de manera automática para evitar la progresión por fuera. Esto mientras la basculación de la línea de medios era rápida para no dar tiempo al rival a filtrar balones por dentro.

A nivel general, el gran desgaste físico que se lleva a cabo presionando lejos de tu propia área es uno de los requisitos indispensables de los equipos de Iraola. Pero el técnico español hace que sus jugadores crean en su idea. Además, con persistencia suficiente para que, si consiguen robar el balón, luego obtengan la recompensa de finalizar jugadas.

 cinco claves: 4-4-2 sin balón.

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