
Álvaro Carreras
Benfica, 2024-Presente
En enero de 2024, Álvaro Carreras firmó por el Benfica con el objetivo de relanzar su carrera tras una etapa en el Manchester United que no resultó como esperaba, con cesiones al Preston North End y al Granada incluidas.
Un año y medio después de su llegada al Benfica, Carreras se ha convertido en el lateral izquierdo más codiciado del mercado de fichajes, especialmente por el Real Madrid, necesitado el club blanco de un jugador de este perfil ante las continuas lesiones de Ferland Mendy y el tibio rendimiento de Fran García.
Carreras conoce bien la disciplina del Real Madrid, ya que pasó tres años en su cantera, desde la categoría cadete hasta el juvenil. Sin embargo, no logró dar el salto al primer equipo. Ahora podría lograrlo tras una brillante temporada 2024/25 con el Benfica, donde ha destacado como un lateral con gran solidez defensiva y una notable proyección ofensiva, desempeñándose incluso como carrilero. Alto rendimiento y versatilidad, a la que suma regularidad: ha disputado 49 partidos, en los que ha marcado cuatro goles y repartido cinco asistencias.
A continuación, nuestros entrenadores profesionales analizan en detalle el juego de Carreras y su adaptación táctica a diferentes esquemas de juego.
El impacto ofensivo de Álvaro Carreras no se limita a subir la banda desde su posición de lateral, sino que su juego está repleto de un alto contenido táctico. Es decir, interpreta con claridad los momentos para fijar, realizar desdoblamientos o llegar en carrera. También sabe activar el carril exterior de su equipo en fases de ataque posicional.
Según datos de Wyscout, en la Primeira Liga 2024/25 ha generado una media de 3,6 centros por partido, la mayoría desde el último tercio de campo. El 67% de sus centros son tensos y rasos al primer o segundo palo, lo que revela una intención táctica de conectar directamente con el punta (Vangelis Pavlidis) o con extremos como Ángel Di María o Kerem Aktürkoglu en zona de remate. También muestra atrevimiento en ataque: ha sumado a una media de 4,1 duelos ofensivos por partido, demostrando una enorme capacidad para imponerse en el 1 contra 1 y generar superioridades en zona de amplitud (abajo).

En fase de juego combinativo, siempre ofrece una línea de pase como apoyo exterior, ayudando de ese modo a mantener la amplitud. Cuando el balón circula por el lado débil del oponente se proyecta con determinación, obligando al extremo rival a retroceder o provocando un 2x1 a favor de su equipo.
También, según datos de Wyscout, ha promediado 1,2 pases clave por encuentro y ha completado más de 48 conducciones progresivas esta temporada, siendo una vía clara de progresión ofensiva. En campo rival, sus datos llegan a 35 pases que han ayudado a superar líneas defensivas, contribuyendo de ese modo a romper bloques medios y activar a los jugadores de segunda línea del Benfica.
Su toma de decisiones al llegar a línea de fondo le permite no solo asistir, sino también generar ventajas en situaciones de segunda jugada o reorganización defensiva rival (abajo).

Presión alta y recuperación en zonas adelantadas
Álvaro Carreras encaja a la perfección en un estilo de presión. Aquí, su proactividad, agresividad orientada y capacidad para cerrar líneas de pase laterales lo convierten en un perfil clave en fases defensivas adelantadas (abajo).
Según datos de Wyscout, ha promediado 7,2 recuperaciones por partido en la liga portuguesa, con más del 42% de ellas produciéndose en campo rival, especialmente entre los carriles exteriores y la zona intermedia izquierda. La mayoría de los robos de balón los ha realizado desde una posición adelantada como lateral izquierdo en sistemas de 4-3-3 o 4-4-2, donde su responsabilidad en el primer pase tras robo cobra gran importancia táctica.

Carreras también se adapta a la perfección a contextos de bloque alto o medio-alto en fase defensiva, donde se convierte en el jugador que inicia el cierre de la estructura defensiva de su equipo por banda izquierda. En su trabajo sin balón, activa a los interiores más cercanos (Orkun Kökcü) y a los extremos (Aktürkoglu, Andreas Schjelderup o Armindo Bruma en el Benfica) para trazar así una ‘jaula’ sobre el rival. Este tipo de acciones defensivas de Carreras no solo permite a su equipo recuperar el balón en zonas favorables, sino que también impiden que el oponente avance con claridad (abajo).
En situaciones donde su equipo ha apostado por presionar tras pérdida, su velocidad de reacción y su lectura corporal le permiten anticiparse al poseedor y generar robos limpios, sin perder el orden defensivo. Este comportamiento le convierte en un referente en la ejecución de presiones laterales organizadas.

Versatilidad posicional en estructuras variables
Una de las características más valiosas de Carreras es su capacidad para adaptarse a distintas estructuras tácticas sin perder identidad ni rendimiento.
Puede actuar como lateral en un 4-3-3, carrilero en un 3-5-2 o incluso integrarse como tercer central en la salida de balón. En cualquiera de estos sistemas, su influencia siempre toma protagonismo desde el perfil izquierdo (abajo).
Su formación como atacante en etapas de formación le ha aportado recursos técnicos y lectura ofensiva, mientras que su madurez defensiva le permite ajustarse al comportamiento del sistema sin generar descompensaciones. Este perfil híbrido, es decir, un jugador en defensa con alto valor ofensivo y técnico, resulta extremadamente útil para entrenadores que modifican el sistema durante el partido.
En momentos de construcción desde atrás, Carreras suele pasar a formar parte de una línea de cuatro, fijando altura o amplitud según la disposición del rival. Mientras, en ataque organizado, se desenvuelve con soltura tanto en espacios amplios ante presión adelantada rival relacionados con el extremo (Aktürkoglu, Schjelderup o Bruma), sabiendo cuándo romper por fuera cuando ambos extremos están por dentro o asociarse por dentro cuando se abren para abrirle el carril interior.
La versatilidad de Carreras lo convierte en un jugador funcional en los cambios dinámicos del sistema, permitiendo ajustes sin sustituciones y facilitando las correcciones durante el juego.

Solidez defensiva y control del espacio lateral
Aunque su vocación ofensiva es evidente, Carreras presenta una madurez defensiva notable. Como señalan los datos de Wyscout, ha registrado una media de 5,7 duelos defensivos ganados por partido en la liga portuguesa, siendo especialmente eficaz en la franja entre la banda izquierda y la zona media lateral defensiva.
La mayoría de esos duelos los ha ganado en el tercio medio —cuando su equipo está sin el control del balón— actuando como primer defensor en banda o en cobertura de su central colindante, Nicolás Otamendi, si este sale a un desmarque de apoyo del punta.
Su posicionamiento medio en fase defensiva se sitúa entre los 25 y 35 metros de su propia portería, proyectando equilibrio entre vigilancia ofensiva y contención estructural. Habitualmente participa en un sistema defensivo de 4-4-2 o 5-3-2, según el momento del partido, con responsabilidades claras de cierre exterior y apoyo interior.

Su capacidad para gestionar duelos individuales, perfilarse con el cuerpo orientado al balón y temporizar en situaciones de uno contra uno le permite neutralizar a extremos desequilibrantes sin necesidad de cometer faltas. Domina las coberturas exteriores e interiores, trabaja bien en repliegue y mantiene los intervalos con el central, garantizando la integridad de la línea defensiva (arriba). No obstante, debe mejorar en la gestión de la distancia defensiva con el poseedor, ya que permite realizar centros o tiros peligrosos rivales en zona de finalización.
En situaciones de defensa posicional o bloque medio se muestra sereno, manteniendo la línea sin adelantarse de forma innecesaria. Es frecuente verle cerrar el segundo palo en centros laterales (abajo), y acompañar la acción hasta zona de rechace con eficacia. Su valor reside tanto en su toma de decisiones como en su capacidad de mantener la estructura colectiva intacta.

Conclusiones
A nivel táctico, Álvaro Carreras encuentra su mejor rendimiento en sistemas de juego claramente ofensivos y de juego dinámico y estructurado. Sistemas también donde la amplitud en ataque se genera desde el carril exterior izquierdo, con una presión tras pérdida en bloque medio y alto.
Si hablamos de dibujos, su perfil encaja de forma óptima en esquemas que priorizan la ocupación racional de los espacios, como el 4-3-3, 4-2-3-1 con laterales largos o el 3-4-2-1, donde puede actuar como carrilero con proyección o incluso lateral de largo recorrido con responsabilidad ofensiva.

En fase ofensiva, Carreras se adapta a contextos de ataque posicional que requieren fijar por fuera, activar el carril exterior o realizar rupturas en amplitud, especialmente cuando el extremo juega por dentro. También destaca en transiciones ofensivas, donde su velocidad, conducción y lectura del espacio libre le permiten progresar con eficacia (arriba).
En estructuras en bloque medio, como suele ser el 4-4-2, mantiene un alto grado de solidez táctica sin perder su capacidad de incorporarse al ataque con equilibrio (abajo).

En resumen, Carreras es un jugador que no solo cumple con las exigencias tácticas del sistema, sino que además potencia los mecanismos colectivos sin necesidad de ajustes constantes. Esto lo convierte en un jugador funcional para entrenadores que modifican la estructura sin recurrir a cambios posicionales drásticos.
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