Kjetil Knutsen
Bodø/Glimt, 2018-Presente
Tottenham Hotspur, Juventus y Manchester City están entre los equipos a los que el Bodø/Glimt y su entrenador, Kjetil Knutsen, se enfrentan en la Champions League 2025/26. Es la recompensa obtenida tras alcanzar la fase liga del torneo por primera vez en su historia. Pero Knutsen y su equipo no son novatos en estas lides, ya que llegaron hasta las semifinales de la Europa League en la temporada 2024/25, siendo la primera ocasión en la que un club noruego aparecía entre los cuatro últimos equipos de una competición masculina de clubes de la UEFA.
Para quienes no conocen mucho sobre el fútbol noruego, Knutsen representa una historia de éxito construida a lo largo de treinta años de arduo trabajo. Nacido en Bergen en 1968, comenzó su carrera como entrenador en 1995, abriéndose camino hasta convertirse en técnico de Bodø/Glimt en 2018. Desde entonces ha conquistado cuatro títulos nacionales de liga (la conocida como Eliteserien), una racha de éxitos que se inició con su primer campeonato en 2020.
A continuación, nuestros entrenadores con licencia UEFA analizan el perfil táctico de Knutsen.
Estilo de juego
Como se ha mencionado, Kjetil Knutsen condujo al Bodø/Glimt a ganar cuatro títulos de la Eliteserien entre 2020 y 2024, y lo hizo jugando principalmente con el sistema 4-3-3. Durante esas cinco campañas, su equipo nunca bajó de una media del 60% de posesión por partido, dominando a sus rivales con un estilo basado en el juego con pases cortos.
El elevado dominio de la posesión hacía que el equipo se enfrentara habitualmente a rivales muy compactos en defensa. Incluso cuando los oponentes no estaban tan replegados, solían mantener un número considerable de jugadores en la retaguardia. En cuatro de las últimas cinco temporadas de la Eliteserien, el Bodø/Glimt registró el PPDA (Pases Permitidos por Acción Defensiva) más alto en contra, un dato que refleja cómo la mayoría de los adversarios optaban por esperar atrás, en bloque bajo, dentro de su propio campo.
Pero incluso ante equipos con una presión alta, Knutsen mantuvo su habitual 4-3-3. En este sistema, la línea defensiva se abría para generar amplitud, con los laterales recibiendo el balón de cara y conectando cerca de la línea de banda con los extremos. A medida que la línea defensiva se ensanchaba para generar mayores espacios entre los jugadores, también aumentaban las distancias de presión de los rivales.
Knutsen ha apostado por laterales con capacidad para recibir el balón y jugar por dentro. Los pases hacia atrás, lejos de ralentizar la circulación, sirven para conectar con los tres centrocampistas o con el central más alejado. Fredrik Sjøvold, Fredrik Bjørkan (abajo) y Brice Wembangomo han participado de esta dinámica.

El pivote del mediocampo muestra movilidad, pero suele participar activamente en la salida de balón. Su función principal consiste en generar líneas de pase entre la defensa y los interiores, además de ayudar a crear triángulos cuando el rival presiona de dentro hacia afuera, generalmente como consecuencia de la amplitud de los laterales del Bodø/Glimt.
Los dos interiores poseen mayor movilidad y ofrecen distintas opciones de juego según la situación del partido. Uno de ellos mantiene una posición inicial más alta, mientras que el interior más cercano al balón retrocede para ayudar a sostener los espacios que se generan por la altura del lateral. Esto se traduce en la formación de un segundo pivote en el mediocampo cuando es necesario cubrir esas zonas.
La construcción del juego del Bodø/Glimt ha dependido en gran medida de los cambios de orientación, buscando conectar con el central más alejado ante la presión de un único delantero rival. El interior que se descuelga ayuda a encontrar al central libre, quien puede avanzar con el balón. En temporadas recientes, Håkon Evjen, Ulrik Saltnes, Albert Grønbæk, Hugo Vetlesen y Sondre Brunstad Fet han ocupado el rol de interiores, con la misión principal de descender desde su posición para enlazar el juego combinativo, siempre en torno al pivote Patrick Berg.
El interior más alejado del balón tiende a realizar carreras hacia adelante en la fase de construcción. Desde esas acciones pueden aprovechar el juego directo. Sin embargo, como el Bodø/Glimt ha utilizado con eficacia los cambios de orientación, esos movimientos hacia adelante también han sido ejecutados por el central (como cuando Odin Lurås Bjørtuft conecta con Albert Grønbæk en la imagen de abajo). Esto ha permitido que los mediocampistas reciban perfilados sobre su pie dominante facilitando la conexión con los extremos y la progresión desde ahí.

Juego de ataque
Frente a bloques replegados, el Bodø/Glimt de Kjetil Knutsen se ha centrado en romper la línea defensiva rival ya sea por dentro, en zonas interiores, o mediante pases por encima de estructuras compactas. Así, no ha sido extraño ver al equipo avanzar con un elevado número de jugadores en campo rival.
Cabe señalar que el Bodø/Glimt se ha situado entre los tres equipos con más regates y situaciones de uno contra uno en cada una de las últimas cinco temporadas de la Eliteserien. Los extremos de Knutsen son piezas clave en esta faceta ofensiva: Jens Petter Hauge, Tobias Gulliksen, Joel Mvuka y Ola Solbakken conducen el balón y atacan a los laterales rivales en duelos individuales antes de combinar con los compañeros cercanos.
No obstante, muchos de estos regates no buscan superar al oponente, principalmente porque en la mayoría de los casos no hay espacio suficiente. Las acciones individuales de los extremos suelen tener como objetivo atraer a defensores fuera de su bloque mediante regates más lentos, en lugar de intentar progresar rápidamente. Una vez que ese jugador rival sale de su zona, un pase a un compañero en ese espacio generado permite superar el bloque defensivo. En muchos partidos, los jugadores del Bodø/Glimt han ejecutado con éxito estas combinaciones, mostrando ataques fluidos y profundos construidos sobre los principios de conducir, atraer y combinar.
Dado que muchos equipos se organizan en bloque bajo frente al conjunto de Kjetil Knutsen, el técnico también ha incentivado a sus jugadores a atacar más arriba en el campo. Esto ha significado, por lo general, que el Bodø/Glimt ataque con cinco jugadores. Mientras, otros cinco se mantienen por detrás de la línea del balón para defender los contraataques. En el 4-3-3, los tres delanteros y los dos interiores asumen el mayor protagonismo ofensivo. Además del desequilibrio individual de los extremos, los centrocampistas Grønbæk y Vetlesen han conducido con frecuencia el balón para atraer a los defensores rivales en los pasillos interiores, aprovechando el intervalo entre lateral y central. Desde esa zona conectan con los delanteros centro, más enfocados en la finalización que en la elaboración (abajo).

En ocasiones, Knutsen también busca proyectar a los laterales hacia adelante. Estos jugadores —especialmente Bjørkan y Wembangomo— han aportado regates frente a sus rivales, atrayéndolos hacia el balón antes de conectar por dentro.
Además de las combinaciones interiores, el Bodø/Glimt también posee capacidad para atacar mediante centros, aprovechando la presencia de varios jugadores dentro del área. Los centros desde fuera suelen ser consecuencia de regates previos. En estas acciones, el delantero centro y los dos interiores irrumpen en el área, apoyados por el extremo del lado opuesto (abajo). Cuando el lateral también se proyecta, el extremo del lado del balón tiende a atacar hacia dentro. Algo que permite sumar efectivos al ancho del área pequeña y alcanzar hasta seis jugadores en zona de finalización.

Fase defensiva
Cuando el equipo de Knutsen presiona alto, adapta su enfoque dependiendo de si busca forzar el juego rival hacia las bandas o recuperar en la zona central. En una presión más básica, mantiene su estructura 4-3-3, con el delantero centro orientando la salida del rival hacia un costado. Los extremos se cierran para invitar a jugar en largo o hacia afuera. Una vez que el rival abre el juego —habitualmente desde un central hacia su lateral—, los extremos del Bodø/Glimt saltan con agresividad sobre el balón, forzando la acción hacia la línea de banda.
Los laterales del Bodø/Glimt están preparados para saltar a la presión junto a los extremos, especialmente si su rival más cercano retrocede para recibir. Mientras tanto, los centrocampistas permanecen atentos para cubrir pases interiores. Además, también posibles balones alrededor o por encima del lateral que avanza, mientras siguen cualquier carrera ofensiva rival desde el mediocampo.
Una presión más compleja implica que ambos extremos presionen hacia adentro sobre los centrales rivales, abandonando la banda y bloqueando agresivamente los pases exteriores. El único delantero centro de Knutsen entonces desciende, limitando el acceso al pivote más retrasado del adversario (abajo). Esto genera casi una forma en rombo en el mediocampo. De esta forma permite que el pivote de Knutsen cubra zonalmente el espacio entre líneas y vigile a cualquier jugador que entre en esa zona.

Apoyando la presión interior están dos interiores versátiles y solidarios sin balón. Es esencial que arranquen por dentro y defiendan los dos perfiles del delantero centro más retrasado. De esa forma eligen el momento adecuado para saltar con agresividad a presionar hacia la banda si la presión de los extremos es superada. Desde ahí, la estructura en rombo se adapta, desplazando las zonas de cobertura en función del balón. Si el equipo de Kjetil Knutsen no logra recuperar en la zona central, el balón suele quedar bloqueado en la banda.
Dado que los equipos de Knutsen han dominado la posesión en la mayoría de las últimas cinco temporadas de la liga noruega, su tiempo defendiendo se ha reducido. Esto ha generado puntuaciones PPDA relativamente bajas. No obstante, también ha habido muchos momentos en los que el Bodø/Glimt se ha replegado en bloque para defender. En esas situaciones, el equipo ha mostrado diversas variantes desde su 4-3-3, con el mediocampo adaptándose según el rival.
Cuando se enfrenta a equipos con dos interiores, el conjunto de Knutsen posiciona a dos jugadores más retrasados por delante de los centrales. Allí los extremos por dentro apoyan para cerrar los pases por los pasillos interiores (abajo). Esta disposición forma una estructura 4-4-1-1, con el delantero centro forzando la salida del rival por fuera. Aquí, el Bodø/Glimt busca desplazar el balón a lo largo de la línea, limitando el acceso al centro.

Si el rival construye con dos pivotes, el 4-3-3 de Knutsen varía a un 4-1-4-1 en fase defensiva. Allí va con los interiores algo más altos, pero apoyando a los extremos cerrados. De nuevo, el objetivo es cerrar el juego interior y forzar la circulación hacia la banda siempre que sea posible.
Las tácticas de Kjetil Knutsen han resultado enormemente exitosas a nivel doméstico. También han producido resultados históricos en el entorno más exigente de las principales competiciones europeas.
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