Partido de ida octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA, 16 de febrero 2021
Salah (53)
Mané (58)
Julian Nagelsmann y Jürgen Klopp, dos de los entrenadores más representativos del fútbol alemán, se citaban en los octavos de final de la Champions League en el duelo entre el RB Leipzig y Liverpool. Un partido de ida donde el equipo inglés tomó una importante ventaja de dos goles, anotados por Mo Salah y Sadio Mané del minuto 53 al 58. Ambos tantos en dos rápidas transiciones ofensivas del Liverpool, donde la defensa local no estuvo tan acertada como sí los delanteros reds.
No tuvo respuesta el RB Leipzig en los restantes minutos para encontrar un gol que pudiera ajustar la eliminatoria. El Liverpool, al margen de acercarse a los cuartos de final con este triunfo, rompe con la mala dinámica de resultados que acumulaba en la Premier League, con tres derrotas en los últimos cuatro partidos.
13 / 2
DISPAROS / A PUERTA
8 / 3
46 %
Posesión
54 %
554 / 438
Pases / Completados
578 / 494
11 / 5 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
11 / 2 / 0
El RB Leipzig se desarrolló con una formación 3-5-2 en fase ofensiva, donde buscó generar ventajas numéricas en las zonas centrales y bandas, dejando a sus defensores en duelos individuales ante los tres atacantes del Liverpool.
Angeliño, activo ofensivo:
Desde los primeros momentos del partido, el equipo local apostó por una agresiva presión alta, para ejecutar rápidas transiciones ofensivas después de recuperación; un patrón de juego que fue constante durante las primeras batallas del partido. Asimismo, utilizando toda la amplitud de campo, Angeliño ocupó constantemente una posición alta en banda izquierda al principio del partido, lo que generó varias situaciones en las que el Liverpool parecía expuesto en defensa.
Especialmente cuando el RB Leipzig desarrollaba sus ataques desde el lado derecho, donde el balance defensivo red dejaba espacios para Angeliño (abajo). A medida que avanzaba el partido, el Liverpool corrigió esta debilidad y adoptó una estructura defensiva más central, precisamente para evitar los cambios de juego hacia el lateral izquierdo local.
Obligado a una circulación rápida de balón:
Como se mencionó anteriormente, el RB Leipzig trató de avanzar principalmente a través de rápidas transiciones ofensivas después de recuperación. Unas acciones donde Dani Olmo utilizó su posición corporal para encarar a Georginio Wijnaldum, permaneciendo también Angeliño y Tyler Adams por fuera con el objetivo de comprometer a sus oponentes defensivos y estirar la línea defensiva del Liverpool (abajo).
Asimismo, el equipo de Nagelsmann buscó sacar al bloque central del Liverpool de su posición inicial organizada con movimientos dinámicos en las zonas centrales. En este desarrollo, Marcel Sabitzer arrancaba desde una posición alta para, cuando el central Dayot Upamecano recibiera el balón, desplazarse a zona defensiva central y combinar ante la línea de medio campo del Liverpool, aislando notablemente a Curtis Jones (abajo). Como el Liverpool también optó por una intensa presión, los de Nagelsmann se vieron obligados a hacer circular el balón rápidamente con el objetivo de desbaratar las organizadas líneas defensivas de su rival.
3-3-2-2:
En la segunda mitad, los locales mantuvieron su estructura en ataque, pero adoptaron una actitud más agresiva, llevando a más jugadores por delante de la línea de pase. Adams se sumó constantemente al ataque con cuatro jugadores locales ocupando la línea de fondo del Liverpool. De este modo, el sistema del RB Leipzig pasó a un 3-3-2-2 a medida que avanzaba la segunda parte, con Angeliño y Adams uniéndose a la línea de medio campo.
Eso no evitó que el Liverpool se mantuviera en posiciones altas, filtrando espacios y cortando líneas de pase, en una estructura que limitó las oportunidades de avanzar el juego por parte de Kevin Kampl y obligó a la línea defensiva local a buscar el juego directo. Sin balón, los de Klopp dictaban el juego de forma consistente y explotaban las situaciones de duelos individuales de Mané, Firmino y Salah contra la defensa rival. En esta presión alta (abajo), el objetivo del Liverpool era intentar aprovechar un pase erróneo o un mal toque para lanzar rápidamente la contra.
Posición adelantada:
Bajo su habitual 4-3-3, el Liverpool, al igual que su rival, desarrolló una intensa presión en toda la zona de ataque y en el centro del campo, restringiendo el tiempo que sus rivales tenían el balón, cortando las líneas de pase y dominando en las situaciones de uno contra uno, donde buscó atacar a la espalda de la zaga del RB Leipzig con balones diagonales cruzados de Trent Alexander Arnold (abajo) y Andrew Robertson. La velocidad de los tres delanteros reds, la capacidad de ser directos al jugar hacia adelante y agarrar al RB Leipzig desorganizado, hizo difícil sofocar el juego ofensivo visitante.
Por otro lado, llevar a los laterales hacia adelante por bandas contrarrestó la sobrecarga del RB Leipzig en el centro del campo, al mismo tiempo que la posición de Wijnaldum (abajo) entre los centrales del Liverpool -Jordan Henderson y Ozan Kabak- ayudó a reforzar la estabilidad defensiva y facilitar la salida de balón. Los de Klopp mostraron un fútbol fluido, con circulación de balón de banda a banda para contrarrestar la presión del rival. Una situación que los llevó a dominar gran parte de la posesión del balón en el primer tiempo, también ocupando los espacios más altos en el campo del RB Leipzig.
Dos goles en transiciones:
En esa construcción de juego desde atrás, el Liverpool utilizó en muchas ocasiones a Alisson Becker (abajo) como una herramienta para jugar alrededor de la presión alta del rival. Cuando no tenía la posesión en zonas profundas, los de Klopp buscaron minimizar el espacio entre líneas, dificultando el juego del RB Leipzig y aprovechando las transiciones rápidas al recuperar la posesión.
Así llegaron los dos goles. El primero después de error de Sabitzer en el medio del campo. Salah se encontraba en una posición en la que podía hacer una transición rápida, tomando una decisión rápida para explotar el espacio. Antes de que se produjera la pifia, el jugador del Liverpool ya había ocupado el espacio por fuera del central local, Klostermann, lo que le dificultaba mantener el equilibrio en la línea defensiva y frenar el avance del internacional egipcio (abajo), quien ejecutó de manera constante diagonales por dentro desde la banda.
Control del partido a través de la posesión:
A medida que avanzaba el partido, y tras marcar el segundo gol, el Liverpool mantuvo altos niveles de posesión y dictó el ritmo del juego. Teniendo en cuenta el contexto de la eliminatoria (partido de ida, fuera de casa) con dos goles de ventaja, el énfasis de juego del equipo de Klopp cambió a lo largo de la segunda parte, centrándose en mantener el balón como método de defensa.
En algunas ocasiones también buscó jugar a la espalda de la defensa local para aliviar parte de la intensa presión, pero se sintió cómodo construyendo desde atrás, utilizando de nuevo a Wijnaldum para desplazar el balón a través del campo y con los centrales abiertos. En ocasiones, Mané también se desplazaba a mediocampo para facilitar el desarrollo del juego, generando una compacta estructura defensiva el Liverpool en mediocampo que imposibilitó cualquier intento de reacción del RB Leipzig.
"Es un resultado que duele. En mi opinión no fuimos peor equipo, pero recibimos goles en grandes errores individuales", señaló Nagelsmann. "Sin embargo, nuestra finalización fue peor. Tuvimos tres o cuatro ocasiones de gol. Tenemos que hablar de eso más que de los errores. Eso forma parte del juego, pero en general creo que hemos jugado bien", añadió el entrenador del RB Leipzig.
"Ha sido un partido difícil. No podemos construir una mentalidad de gigantes en un solo partido, pero esta noche hemos estado bien", celebró Klopp. A pesar de la ventaja, el entrenador del Liverpool se mantiene cauto: "Sólo es el partido de ida. Sé que mucha gente esperaba que volviéramos a caer, pero los chicos no lo han hecho y me alegro por ellos".
Redacción: Héctor García