Champions League 2020/2021 Grupo H, 8 de diciembre 2020
Angeliño (2)
Haidara (13)
Kluivert (69)
Bruno Fernandes (80, pen)
Konaté (en propia puerta)
El RB Leipzig selló su clasificación para los octavos de final de la Champions League a costa del Manchester United. Un partido donde brilló el lateral izquierdo español Angeliño, autor del primer gol y de la asistencia a Amadou Haidara en el segundo tanto de locales. El equipo dirigido por Julian Nagelsmann sumó un tercer gol por medio de Justin Kluivert mediado el segundo tiempo.
El 3-0 parecía dejar sentenciado el partido, pero nada más lejos de la realidad. El Manchester United logró reaccionar en los últimos minutos con el gol de penalti de Bruno Fernandes y poco después el tanto en propia puerta de Ibrahima Konaté. Reacción que, sin embargo, acabó siendo insuficiente, ya que los de Ole Gunnar Solskjaer necesitaban el empate para pasar a los octavos de final. Sí lo hará el RB Leipzig acompañado por el PSG.
10 / 4
DISPAROS / A PUERTA
17 / 9
45 %
Posesión
55 %
715 / 541
Pases / Completados
817 / 633
18 / 4 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
7 / 5 / 0
El Leipzig se desarrolló en fase ofensiva sobre un 3-5-2 (abajo), con los carrileros, Amadou Haidara y Angeliño, uniéndose a la línea de medios formada por Marcel Sabitzer, Kevin Kampl y Christopher Nkunku. Mientras, Emil Forsberg y el internacional español Dani Olmo jugaron en punta.
El United, por su parte, se desarrolló en fase defensiva sobre un 5-2-3 (abajo) con una línea de cinco atrás, Aaron Wan Bissaka, Victor Lindelof, Harry Maguire, Luke Shaw y Alex Telles, protegida por delante con un doble pivote -McTominay y Nemanja Matic- en medio del campo. La línea de tres arriba tuvo la tarea de realizar la presión sobre la salida de balón del rival, con Bruno Fernandes en la marca sobre Kampl, mientras Marcus Rashford y Mason Greenwood se ocupaban de los tres centrales rivales.
La circulación de balón del Leipzig:
Una estrategia defensiva que tuvo respuesta por parte del Leipzig, que trató de liberar la presión de Fernandes sobre Kampl arrastrando la marca del jugador portugués hacia Konaté antes de jugar el balón por fuera -sobre el carrilero o un central exterior- para ser devuelto después a Kampl. Una acción que permitió al equipo local superar la primera línea de presión del United, siendo mucho más evidente cuando los visitantes realizaban la cobertura defensiva en un lado del campo, momento en el que el Leipzig ejecutaba un cambio de juego para atacar el flanco débil de su rival en su balance defensivo.
Esos cambios de juego podían ser pases diagonales directos hacia el carrilero opuesto, como se vio en el primer gol, o de manera más gradual, utilizando al centrocampista más lejano a la acción posicionado entre el doble pivote del United para recibir y generar una segunda línea para profundizar (abajo). Esta acción a menudo tuvo éxito debido a la ya mencionada estructura estrecha del United, como también por el posicionamiento de los delanteros visitantes.
Con el balón en un lado del campo, el delantero del United más alejado de la acción se mantenía ocupando el espacio cerca del central más lejano del Leipzig. Si bien esto le ofrecía a los visitantes una opción de contraataque en caso de recuperar el balón, además de dificultar la salida de balón de su rival, también los hacía vulnerables en las zonas exteriores de su medio del campo. El Leipzig, a menudo, buscaba sobrecargar estas zonas con Olmo y Forsberg cayendo a zonas más retrasadas, causando así un problema para los centrales del United, quienes dudaron en si seguir o no su marca.
Errores en defensa:
A nivel general, la estrategia defensiva del United estuvo lejos del nivel demandado para este tipo de partidos en Champions League, con los defensores siguiendo en muchas ocasiones solo al balón y no también a su rival. Una situación que facilitó a los futbolistas del Leipzig tener éxito en los centros.
Además, la protección defensiva ofrecida por Matic y McTominay por delante de los centrales era inadecuada, provocando que el central exterior tuviera que salir a banda, dejando así menos resguardadas las áreas centrales. Acciones donde el doble pivote también se mostró incapaz de cerrar las marcas sobre los jugadores de segunda línea rivales que llegaban al área. La falta de una estructura defensiva compacta del United los llevó a encajar tres goles que podían haber sido evitados, todos ellos desde centros laterales.
Sin ideas:
El United varió su desarrollo en fase ofensiva para formar sobre un 3-4-1-2 (abajo) con Lindelof, Maguire y Shaw como centrales; Bissaka, McTominay, Matic y Telles en la línea del medio del campo y Fernandes como mediapunta por detrás de la dupla Rashford y Greenwood.
Un sistema que buscó superar el 3-5-2 del Leipzig (abajo), que pasaba a un 5-3-2 en bloque medio en defensa, con los carrileros Angeliño y Haidara situándose a la misma altura de los tres centrales. Los locales utilizaron al jugador más cercano al balón, Olmo o Forsberg, para presionar al central del United en la salida de balón, mientras el otro delantero presionaba a Maguire, dejando al central visitante más alejado libre de marca. Mientras tanto, Angeliño y Haidara se situaban cerca de los carrileros del United, con los jugadores del medio del campo en la marca sobre sus rivales: Sabitzer con McTominay y Matic y Kampl con Fernandes.
El United, carente de ideas en la salida de balón, tuvo dificultades para desequilibrar la estructura defensiva de su rival. La opción más repetida era jugar al pie con Greenwood, Fernandes y Rashford, jugadores que recibían siempre bajo presión y sin opción de realizar movimientos en profundidad que ayudaran a progresar en ataque. Los visitantes buscaron además jugar en largo por los pasillos interiores para sus dos delanteros, acciones que la defensa del Leipzig supo gestionar sin demasiados problemas.
Variación del sistema ofensivo:
A medida que avanzaba la primera mitad, el equipo de Solskajer reconoció que podía generar un hombre libre en el medio del campo si jugaban la posesión en defensa, posicionándose Matic como central exterior para arrastrar la marca de Sabitzer y Shaw se movía por fuera (abajo), convirtiéndose el jugador inglés en el hombre libre para recibir el balón y ejecutar el siguiente pase.
Ese desarrollo en fase de posesión le permitió al United superar la primera línea de presión del Leipzig, pero no fue suficiente para derribar las siguientes. Los de Nagelsmann aplicaron una presión intensa con varios jugadores cuando el United jugaba por fuera (abajo), conscientes de su peligro en las transiciones ofensivas en caso de robar.
En el segundo tiempo, el United varió a un 4-2-3-1 en ataque (abajo), con Donny van de Beek remplazando a Telles para tomar la posición de atacante por el perfil izquierdo. Así, la formación pasó del 3-4-1-2 inicial al 4-2-3-1 para proveer al United de un punto adicional en ataque. Algo que se tradujo de manera inmediata en más carreras por delante del balón y más opciones de asociación para jugar más rápido con pases cortos y peligrosos, aunque las opciones de gol seguían sin llegar.
El United continuó moviendo a Rashford, Greenwood y Van de Beek cerca del balón, pero la diferencia respecto al primer tiempo fue que esta vez tenían jugadores alrededor para asociarse y combinar. La entrada de Paul Pogba por Matic ofreció también mejores opciones para el desarrollo del ataque, pero también con un alto riesgo atrás debido a la falta de solidez defensiva, y más ante un equipo del peligro del Leipzig. Un desarrollo con el que el United se acercó a su rival en el marcador, pero que no le llegó para conseguir el empate.
"Ha sido un final de partido muy intenso, donde hemos jugado a un alto nivel durante mucho tiempo", señaló Nagelsmann, destacando el papel de sus jugadores. "No deberíamos haber concedido el penalti, teníamos que haber defendido mejor. No obstante, para mí no es penalti, es un duelo normal", añadió el entrenador del Leipzig.
"No fuimos lo suficientemente agresivos a la hora de defender los centros o los pases diagonales y, por supuesto, nos habíamos preparado para eso", explicó Solskjaer en relación a los goles del Leipzig. "Estos jugadores nunca se rinden. Es fácil agachar la cabeza y rendirse, pero ellos no lo hacen. Al final cuando Pogba envió el centro, pensé que era autogol o que incluso Maguire o Van de Beek habían marcado gol. Estuvo cerca, pero no alcanzó".
Redacción: Héctor García