José Peseiro
Asistente de Carlos Queiroz en el Real Madrid, 2003/04
Un temblor. Literalmente, no es una forma de hablar.
Me temblaban las piernas al entrar por primera vez en el vestuario del Real Madrid. El primer contacto con todos esos ‘Galácticos’ era intimidante.
Pero el temblor pasó rápido. A menudo digo que los buenos jugadores no crean problemas. Quien crea problemas es el jugador que no es muy bueno, pero cree que sí lo es. Aquel grupo, ‘Los Galácticos’, no nos dio ningún problema.
La oportunidad de trabajar en el Real Madrid me llegó cuando estaba a punto de empezar otra temporada al frente del Nacional de Madeira, en la primera división portuguesa. Habíamos reunido un equipo fuerte, capaz de luchar por la clasificación para las competiciones europeas.
Estaba en Brasil, buscando talentos para llevar al Nacional, cuando recibí la llamada de Carlos Queiroz, que había sido mi profesor en la universidad. "Mira, me voy al Real Madrid y necesito un segundo entrenador. ¿Qué te parece?”, me preguntó.
Obviamente, la invitación era tentadora. Al fin y al cabo, no todos los días se tiene la oportunidad de trabajar en el Real Madrid. Pero yo llevaba años trabajando como primer entrenador y tendría que convertirme en segundo.
"Me temblaban las piernas al entrar por primera vez en el vestuario del Real Madrid"
Además, la oferta económica no era muy diferente de lo que ganaba en Madeira. Cogí el teléfono y llamé a mi amigo José Mourinho. Había estado en el Barcelona y sabía que él podía aconsejarme.
"No tiene sentido preguntarse demasiado, está claro que será una experiencia enriquecedora", me dijo Mourinho. Y así, después de dirigir al União de Santarém, al União de Montemor, al Comercial y al Nacional, llegué al Real Madrid.
Aquel shock inicial al ver a tantas estrellas del fútbol reunidas en un mismo vestuario dio paso rápidamente a una gran relación entre jugadores y cuerpo técnico. Zinedine Zidane, Ronaldo, Roberto Carlos, Luís Figo, Raúl, David Beckham, Iker Casillas, a quien luego entrené en el Porto… ¡Era una plantilla impresionante!
"No tiene sentido preguntarse demasiado, está claro que será una experiencia enriquecedora", me dijo Mourinho"
En cierto modo, eran figuras que iban más allá del fútbol, que aparecían a menudo en otras secciones del periódico. Pero todos ellos estaban siempre comprometidos con su trabajo en el club. Todos eran plenamente conscientes de lo que tenían que hacer por el equipo.
La cuestión es que no fue un proyecto ganador, como debería haber sido. Y la razón fue la falta de alternativas que teníamos en la plantilla. A pesar de tantos jugadores estrella, era una plantilla escasa. Teníamos pocos recambios.
Dada la calidad de juego que mostramos durante gran parte de la temporada, dada la calidad de los jugadores que teníamos, el Real Madrid debería haber ganado todas las competiciones que disputó aquel año.
Todo el mundo habla de ‘Los Galácticos’, pero la verdad es que eran los Galácticos o los Pavones. Eran las estrellas famosas y los jóvenes de la cantera. No había terminó medio. Y cuando Ronaldo se lesionó, cuando uno u otro ‘Galáctico’ no estaba en condiciones de jugar, la plantilla no podía responder de la misma manera.
Como cuerpo técnico, buscábamos posibles soluciones. Así ocurrió, por ejemplo, cuando Queiroz decidió utilizar a Beckham en un papel diferente al que estaba acostumbrado toda su vida. Es decir, jugar en la banda derecha del mediocampo.
"A pesar de tantos jugadores estrella, era una plantilla escasa. Teníamos pocos recambios"
Por supuesto, era necesario para el equipo que Beckham ocupara el puesto de interior. Nos dimos cuenta de que, de todos ‘Los Galácticos’ que teníamos en la plantilla, y no tenía sentido dejar a ninguno fuera del equipo, Beckham era el que podía adaptarse a esa posición.
Jugador de gran dedicación, capaz de correr 14 kilómetros por partido, Beckham aceptó nuestra petición sin rechistar. Era extremadamente humilde. Convivir con él fue increíble.
Hasta marzo, todo fue excepcional. Simplemente disfrutábamos del juego. El Real Madrid jugaba un fútbol precioso, con movilidad, gran calidad y eficacia. Como segundo entrenador, creo que pude disfrutar de esos momentos incluso más que Carlos Queiroz. El entrenador principal siempre tiene más de qué preocuparse.
Las cosas empezaron a torcerse tras la final de la Copa del Rey. El Real Madrid llevaba varios años sin ganar la competición, y nosotros valorábamos mucho la Copa. Casi siempre alineábamos el mismo equipo, sin prescindir de ninguno de nuestros jugadores clave.
"Jugador de gran dedicación, capaz de correr 14 kilómetros por partido, Bekcham aceptó nuestra petición sin rechistar"
Pero cuando llegó el último paso hacia ese objetivo, no estábamos en nuestro mejor momento.
El partido decisivo contra el Zaragoza en el Estadio Olímpico de Barcelona nos encontró con algunas lesiones, algo de cansancio y menor rendimiento en la plantilla.
La semana siguiente jugamos la ida de los cuartos de final de la Champions League contra el Mónaco. Ganamos 4-2 en casa, pero la ventaja podría haber sido mayor. El último gol del partido lo marcó Fernando Morientes… para el Mónaco.
Morientes era un jugador del Real Madrid cedido al Mónaco. El Real Madrid todavía estaba pagando parte de su salario en ese momento. En el partido de vuelta en el Principado, Morientes volvió a marcar. El partido se puso 3-1 a favor del Mónaco, y acabamos eliminados por el valor doble de los goles fuera de casa, regla entonces vigente.
"Las cosas empezaron a torcerse tras la final de la Copa del Rey"
Fueron dos grandes golpes seguidos. Las derrotas en la Copa del Rey y en la Liga de Campeones derribaron por completo nuestros niveles de confianza.
El final de temporada fue doloroso, muy diferente de lo que habíamos vivido hasta principios de marzo.
La verdad es que, aunque deportivamente no conseguimos nada aquel año, fue un proyecto importante para el Real Madrid. El presidente Florentino Pérez tuvo una idea impresionante para hacer aún más reconocible la marca del club en todo el mundo.
"la oportunidad de formar parte de aquel proyecto me abrió las puertas a lo que estaba por venir en mi carrera"
Y dio sus frutos. Aquel año, aquellos ‘Galácticos’ contribuyeron a la estabilidad económica del Real Madrid, que además empezó a planificar mejor su plantilla para las siguientes temporadas.
El club cambió su forma de ser, y empezó a confeccionar plantillas mucho más amplias y estructuradas, en lo que a lo deportivo se refiere.
Personalmente, la oportunidad de formar parte de aquel proyecto me abrió las puertas a lo que estaba por venir en mi carrera. Basta decir que mi siguiente trabajo fue como entrenador del Sporting de Portugal, uno de los gigantes de mi país.
Mourinho tenía razón, fue una experiencia enriquecedora.
José Peseiro