El Concepto:
Procede del juego de posición, que consiste en ir generando ventajas a espaldas de las líneas presionantes con la intención de obtener superioridad numérica desde la posición de los jugadores y en posesión del balón. Un desarrollo siempre en relación al espacio y al rival.
El juego posicional se puede trazar en cualquier espacio del terreno de juego, ya sea en situaciones de reinicio de juego desde propia portería, en zonas intermedias de progresión o en zonas ofensivas de ataque, cerca del área del equipo oponente.
La intención es la misma, pero los requerimientos técnico-tácticos, como también los riesgos y beneficios, varían en función de la zona de ejecución.
Con independencia del espacio de ejecución, existen elementos comunes de aplicación, como situar a los jugadores en planos, carriles y alturas distintas para poder progresar en el juego de forma ordenada.
Subconceptos de desarrollo:
• Atraer al rival con pausas en controles o conducciones.
• Movimientos a distintas alturas manteniendo amplitud para ganar profundidad.
• Tercer hombre o pared doble para generar espacios.
• Saltos de presión del rival y progresar verticalmente.
• Presión tras pérdida para recuperar la posesión y conseguir que el equipo se mantenga estable en situación de ataque-defensa.
• Ocupación de espacios sin importar el sistema, priorizando la idea de conservar el balón a través de las líneas de pase en proximidad que permita disponer al equipo junto.
"ESTE JUEGO CONSISTE EN IR GENERANDO SUPERIORIDADES A LA ESPALDA DE LA LÍNEA QUE TE APRIETA. TODO ES MÁS FÁCIL SI LA SALIDA DE BALÓN ES LIMPIA" (juanma lillo, asistente de pep guardiola en el manchester city)
En función del espacio en el que se ejecute, el juego de posición tiene mayor o menor riesgo. Asimismo, ante una posible pérdida del balón las consecuencias son mayores o menores.
Si se propone cerca de portería propia, una pérdida puede significar un gol en contra. Pero, si por el contrario, se plantea en zonas más avanzadas -centro del campo o en terreno rival-, el impacto tras una incorrecta ejecución se reduce por la distancia de la zona de la pérdida a portería propia, teniendo tiempo el equipo para una presión con la intención de recuperar o para reorganizase colectivamente y proteger carriles de progresión del equipo rival. Acción, esta última, que busca evitar que se vea superado.
En el juego de posición, cada jugador tiene una responsabilidad directa (con balón) o indirecta (sin balón). Los jugadores sin balón deben ocupar ciertos espacios para provocar conductas en los rivales, o bien saltar a la presión al poseedor o mantener cercanía con su par con su marca. Esto facilita la secuencia de pases con otros compañeros o, en su defecto, la posibilidad de realizar conducciones de balón y progresión en el juego. El jugador con balón, por otro lado, tiene la intención de atraer la presión rival para encontrar jugadores libres situados a distintas alturas del campo.
Modelos de ejecución:
El Manchester City de Pep Guardiola es un equipo que propone y desarrolla el juego posicional en todos los sectores del terreno de juego.
Con ese desarrollo (abajo) intenta conseguir ventajas desde las primeras secuencias de pases entre los centrales - en esta imagen John Stones y Rúben Dias-, quienes tienen siempre una línea de pase abierta con el medio -Ilkay Gündogan-, que forma el triángulo por delante.
Dicho mediocentro tiene la responsabilidad de servir de punto de conexión entre líneas para secuenciar el juego. Y, para ello, se orienta en distintas trayectorias: frontal con los centrales -Stones y Dias-, lateral con los carrileros -Kyle Walker y Oleksandr Zinchenko- y por detrás con los interiores -Bernando Silva y Phil Foden- y el delantero posicional -Kevin De Bruyne-.
En la imagen, los centrales, tras una circulación de balón, intentan provocar que el delantero del Chelsea salte a la presión liberando la línea de pase que permita conectar con el pivote, Gündogan, jugador este último que se posiciona con altura por detrás de los delanteros rivales y por delante de los medios del Chelsea.
Ante la imposibilidad de conectar con el medio, existe la opción de jugar con el central libre de marca para conducir hasta la siguiente línea de presión rival. Una acción que permite superar el bloque defensivo avanzado del equipo rival.
Ya en campo contrario, y con espacios más reducidos -lo cual exige mayor precisión y velocidad en la ejecución de los pases-, el equipo intenta desarrollar los mismos mecanismos. Sitúa para ello a los jugadores de distintas líneas a diferentes alturas, con el objetivo de posibilitar el enlace de pases que permita progresar junto al equipo.
Siguiendo con la imagen de abajo, el balón lo tiene uno de los centrales -Dias-, cuya prioridad y mentalidad como primer atacante es superar líneas de presión mediante el pase al medio -Gündogan-, quien ya está orientado de forma lateral y a espaldas de la línea avanzada del Chelsea.
Ese jugador espera recibir para seguir batiendo líneas de presión oponente, buscando progresar hasta la siguiente altura y con la posibilidad de decidir entre jugar por fuera hacia Sterling, quien traza movimientos diagonales hacia el área rival, o por dentro conectando con el tercer hombre -Fernandinho-, quien proporciona pausa y ordena el juego, para seguir basculando al equipo rival.
Otro equipo que es un exponente claro de la propuesta del juego posicional es la selección de España. Pero en este caso mezcla también otros registros, como la capacidad de competir desde el juego vertical.
En la imagen a continuación, España intenta juntarse a través del balón, exigiendo a sus jugadores que se posicionen amplios, con el lateral - Jordi Alba - en disposición de carrilero para conseguir profundidad con los movimientos de los jugadores más avanzados, en este caso Dani Olmo, y de posiciones intermedias, como Sergio Busquets. Un desarrollo que permita fijar a los medios rivales y evitar que salgan de posición para presionar.
Cuando el central Aymeric Laporte juega por fuera con el lateral Alba, la primera consigna es buscar superar la siguiente línea, donde la intención es asociarse con Pedri, quien viene a recibir por detrás de medios rivales o para jugar de cara a continuación con el tercer hombre -Busquets o Koke- o el otro medio alejado. El objetivo es buscar zonas con menos densidad, verticalizar el ataque e intentar instalarse en campo contrario lo antes posible.
Si el equipo ya esta posicionado en campo rival, tiene más pausa para evitar pérdidas mediante la intervención de los centrales - en la imagen a continuación Èric Garcia- y medios -Busquets-, quienes estabilizan al equipo eligiendo el mejor compañero posicionado para avanzar metros con el balón controlado.
Para que esa continuidad en el juego se produzca, se necesita que los interiores -Koke y Pedri- se junten por detrás de las espaldas de los delanteros rivales presionantes para facilitar el juego exterior con los carrileros -César Azpilicueta- o recibir por dentro los mismos interiores. Estos deben tener tiempo y espacio para girarse y jugar hacia delante con los delanteros -Olmo- o extremos -Ferran Torres-.
Conclusión:
El juego posicional es un estilo de juego, una identidad de equipo, una manera de entender el entrenamiento y la competición, que exige convencimiento por parte del entrenador. Pero también necesita la creencia por parte de los futbolistas, sino difícil será su implementación.
Redacción: Héctor García