PABLO ZABALETA
Asistente técnico Albania, 2023-Presente; Jugador del Manchester City, 2008-2017
‘Los vecinos ruidosos’. Recuerdo que Sir Alex Ferguson nos llamaba así entonces.
El United era el principal equipo de la ciudad de Mánchester, pero también uno de los grandes dominadores de la Premier League. El City, mientras, vivía un proceso de enorme transformación desde la llegada al club en 2008 del nuevo propietario, Sheikh Mansour.
Yo llegué al City precisamente ese año. En mi primera y segunda temporada en el equipo, no podíamos pensar en pelear por ganar la Premier League, porque no teníamos un equipo preparado para eso. Tampoco a nivel de mentalidad. Pero sí fuimos dando pasos importantes. Sobre todo, a finales de la temporada 2010/2011: ganamos al Manchester United (2-1) en la semifinal en la FA Cup y en la final al Stoke City (1-0).
El primer título del City con el nuevo propietario.
La temporada 2011/12 estábamos totalmente mentalizados en que era el año en el que teníamos que ganar la Premier League. Lo teníamos todo. Un nivel muy alto en cuanto a jugadores, en las infraestructuras y también en la mentalidad para ganar.
Estábamos listos y lo demostramos durante toda la temporada, asumiendo la exigencia de competir con el United a lo largo de todo el campeonato. También en los partidos contra ellos. Ganamos los dos en la Premier League: 1-0 en nuestro campo y 6-1 en Old Trafford. Inolvidable esa victoria.
"Vincent Kompany, Micah Richards, Joe Hart y yo. nos llamaban ‘The Survivors’, Los Sobrevivientes"
Durante toda la semana previa al último partido de la temporada, se notó mucha tensión. Todos estábamos presionados porque era un proyecto que se había empezado hacía cuatro años y teníamos la obligación de ganar, porque si no iba a ser un palo grande. Había un sector de la gente que estaba en contra de lo que estaba haciendo el City. “El dinero no garantiza nada bueno al final”, decían.
Pero el proyecto sí que estaba orientado a conseguir cosas buenas, porque los jugadores empezaron a mirar al City como un equipo importante para ir a jugar ahí. De ese modo, el club pudo firmar grandes jugadores y, con ellos, pelear no solo por la Premier League, sino también la Champions League, como pasó después.
En el equipo de 2011/12 había cuatro jugadores que estábamos en el club antes de la llegada del nuevo propietario. Vincent Kompany, Micah Richards, Joe Hart y yo. De hecho, nos llamaban ‘The Survivors’, Los Sobrevivientes. El resto, todos fueron llegando al equipo con el nuevo propietario.
Al margen de toda la presión que nosotros mismos nos pusimos encima, también estuvo la de los medios de comunicación. Hablaron mucho del City toda la semana, algo a lo que no estábamos acostumbrados. No habíamos sentido antes ese rol de protagonismo y de llegar siendo favoritos para ganar el título. Llegamos igualados a puntos en la clasificación con el United, 86 cada uno, pero con una gran diferencia de goles a favor que nos hacía ser primeros en la tabla, y tener esa ventaja en la última jornada.
"Dentro del bus podías sentir el deseo de todos los aficionados del City de ganar. Eran nuevas y viejas generaciones juntas"
Fuimos el principal foco de atención durante siete días, pero eso no cambió nada en los entrenamientos. Roberto Mancini, nuestro entrenador, mantuvo el plan habitual de toda la temporada, sin alterar algo que pudiera ponernos más nerviosos.
Solo hubo un cambio y fue en la previa del partido ante el Queens Park Rangers. Pero no porque Mancini quisiera, sino por obligación. Nosotros siempre solíamos hacer un paseo por la mañana antes del partido. Pero ese día no pudimos, ya que desde primera hora de la mañana había muchos aficionados del City alrededor de nuestro hotel. Era imposible salir, pero no importó.
Fue una sensación increíble cuando los vimos a todos ahí fuera.
La llegada a nuestro estadio fue igualmente increíble. Dentro del bus podías sentir el deseo de todos los aficionados del City de ganar. Eran nuevas y viejas generaciones juntas. El último año que el club ganó campeonato fue en 1968. Después de eso, había pasado por Tercera, en Segunda... Y ese día, podíamos ser campeones de Inglaterra.
En la charla antes del partido, Mancini incidió en que teníamos que hacer un gol pronto. El QPR necesitaba un punto para estar salvado. Por eso, sabíamos que ellos se meterían atrás en un bloque bajo a defender, con la intención de esperar alguna contra o alguna pelota parada para ver si podían marcar algún gol.
"Mancini supo gestionar el grupo con gran acierto durante toda la temporada 2011/12"
Nosotros teníamos que salir a intentar tomar ventaja rápido, porque en el fútbol si no rompes un bloque que te defiende bastante atrás, el rival se va haciendo fuerte en su idea con el paso del tiempo y tú cada vez te pones más nervioso. Obviamente, creímos en lo que nos dijo Mancini, como hicimos durante todo el año. Él fue el entrenador que nos llevó hasta ese momento. Siempre quedará en la historia que Mancini fue el director técnico que ganó la primera Premier del nuevo proyecto del City.
Después llegaron Manuel Pellegrini y Pep Guardiola.
Todos los entrenadores que tuve en el City tienen algo en común: el buen trato por la pelota y querer ser un equipo protagonista con un buen fútbol. Yo comparto mucho esa idea de un fútbol combinativo. Al igual que ahora con Sylvinho, a quien acompaño como segundo entrenador en la selección de Albania.
Pero como entrenador debes ser consciente de que no solo importa tu idea de juego. También hay otra parte muy importante: la gestión del grupo. Mancini supo gestionar el grupo con gran acierto durante toda la temporada 2011/12, un equipo con grandes jugadores, pero también con personalidades distintas. Debes mezclar todo eso bien para que funcione. Mancini también lo hizo en el partido ante el QPR, diría, un partido loco, entre otras cosas porque en el QPR había gente que había estado antes en el City.
Uno de ellos era Mark Hughes.
"Hubiera sido increíble, pero la película tenía preparado otro final muy distinto"
Hughes había sido nuestro entrenador en la temporada 2008/09. Pues bien, ahí estaba él en el otro banquillo, con la intención de evitar que fuéramos campeones. Se hizo extraño, pero todavía más porque había varios excompañeros delante.
Yo tuve que cubrir a Shaun Wright-Phillips, que había jugado casi toda su carrera en el City. Coincidí con él de 2008 a 2011, así que teníamos una muy buena relación. “Pablo, deja de correr. Necesitamos un punto”, me repitió varias veces durante el partido. “Y nosotros necesitamos los tres porque el United gana su partido”, le decía yo. También estaba Nedum Onouha, lateral derecho del QPR ese partido.
Fíjate si llegó a ser loco el partido, que hasta hice el 1-0.
Yo era un jugador que apenas marcaba. Hice 12 goles en mis nueve años en el City y esa temporada 2011/12 no había hecho ni uno todavía. Pues bien, en el minuto 39 de partido, subí por la banda derecha, me metí dentro del el área y marqué con un disparo a puerta arriba luego de la asistencia de Yaya Touré. Llegamos al entretiempo con esa ventaja en el marcador. Y yo soñaba con que el resultado se quedara así: un gol mío para dar el campeonato al City.
Hubiera sido increíble, pero la película tenía preparado otro final muy distinto.
En el segundo tiempo, Joleon Lescott, nuestro central, quiso despejar el balón con la cabeza, pero erró en el intento y el balón le cayó a Djibril Cissé, que no falló en el mano a mano. 1-1. Otra vez la historia del principio; necesitábamos marcar porque las noticias que llegaban de Sunderland era que el United ganaba su partido.
"La afición del City estuvo con nosotros. Cada intento de hacer gol, nos animaban. Cada córner se celebraba como un gol"
Cada poco, preguntábamos al banco cómo iban ellos. “Sigue 1-0”, nos decía. Yo no tenía duda de que United iba a ganar su partido, así que nosotros teníamos la obligación sí o sí de hacer gol. Pero en una contra, donde nosotros nos habíamos ido arriba, Jaime Mackie nos liquidó con el 1-2, en el minuto 69.
Los minutos finales no fueron fáciles. Yo no estaba jodido, estaba jodidísimo. Cada vez que me llegaba la pelota y tenía que hacer un centro, los pies me pesaban 80 kilos, porque era un momento de mucha tensión.
El QPR metió mucha gente dentro del área. Nosotros queríamos buscar por afuera para centrar por arriba, pero no agarrábamos un cabezazo. Y si queríamos tocar por dentro, no había forma de pasar. Era complicadísimo y cada vez quedaba menos tiempo.
Cuando llegan esos minutos finales, es muy complicado de gestionar, pero hay algo distinto en la afición del City, que se da igual en todos los clubes ingleses. En cualquier otro lado, seguramente si vas perdiendo 1-2 en casa y se te va el campeonato, la afición se te echa encima. Te empiezan a putear por todos los lados y te pones más nervioso. No me quiero imaginar en mi país, Argentina.
"El ‘Kun’ obviamente era al jugador que le tenía que llegar el balón en ese momento"
Pero la afición del City estuvo con nosotros. Cada intento de hacer gol, nos animaban. Cada córner se celebraba como un gol. Yo siempre lo cuento, es un factor psicológico que te empuja y te hace creer que es posible, aunque después del minuto 90 pensáramos que era imposible. Eso solo se da en Inglaterra.
El 2-2 llegó precisamente en un córner, con un remate de cabeza abajo de Edin Dzeko. Ese gol en el minuto 92 nos metió de vuelta en el partido.
Vamos entonces a la última situación. Nosotros ya sabíamos que el United había terminado su partido con victoria -después vi por televisión que incluso algunos aficionados ya estaban celebrando el título-. Fue una acción que el QPR no gestionó bien, porque ellos tenían un saque de banda a favor. Podían haber sacado, aguantar el balón y se hubiera acabado el partido. Pero el QPR intentó hacer una acción ofensiva y perdió el balón.
Eso nos dio una situación favorable nuestra para hacer el último ataque del partido. Nigel de Jong llevó la pelota arriba desde la defensa y ahí, por suerte, apareció la magia que no había aparecido en todo el año de Mario Balotelli, para darle la mejor asistencia de su carrera al 'Kun' Agüero.
"El City dejó de ser el vecino ruidoso, para convertirse en todo lo que es ahora"
El ‘Kun’ obviamente era el jugador al que le tenía que llegar el balón en ese momento, porque solo él podía hacer la jugada para marcar el 3-2.
Yo me quedé en el mediocampo. Cuando vi que ‘El Kun’ marcó, me caí al piso. No tuve fuerza de salir a correr a celebrar. No perdí la conciencia, pero fue tanta tensión acumulada que no lo podía creer cuando la pelota entró y vi que todo el mundo gritaba y ‘El Kun’ salía corriendo.
En mi vida hubiera pensado que iba a ganar una Premier League. Yo llegué al City en 2008, por entonces un equipo de mitad de tabla que jamás pensaría ganar la Premier League. Pues bien, poco después me vi rodeado de figuras como Samir Nasri, David Silva, Yaya Touré, Carlos Tévez o Edin Dzeko... Y campeón de Inglaterra.
A nivel personal estaba viviendo un sueño.
Pero el gol de Agüero fue mucho más. No solo fue el gol para ganar una Premier League. También fue un gol que cambió la historia del club, porque cuando construyes un proyecto tan ambicioso, lo más difícil siempre es ganar el primer gran título. El City dejó de ser el vecino ruidoso, para convertirse en todo lo que es ahora.
Por mi parte, estoy muy agradecido por haber formado parte de ese momento. Ojalá tenga la suerte de repetirlo como entrenador, porque, aunque fue muy sufrido, es una locura que merece la pena vivir.
pablo zabaleta