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Orgulloso de mi trayectoria

Orgulloso de mi trayectoria
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Redacción
The Coaches' Voice
Publicado el
21 de noviembre 2023

renato paiva

Toluca, 2023-Actualidad

¿Sabes lo que hace falta para ser entrenador de fútbol juvenil? Hay que saber enseñar. Para eso, también hay que estar abierto a aprender.

Yo me acostumbré a enseñar el juego a los jóvenes. Pasé 16 años en el Benfica. Fue una experiencia que me formó como entrenador.

¿Quieres saber otro secreto? No cambia mucho cuando pasas al fútbol profesional. Alguien dirá que un jugador de 30 años ya no tiene nada que aprender. Pero eso no es cierto. Mi experiencia en el fútbol me demuestra lo contrario.

Yo no fui futbolista profesional. A los 16 años, pasé una prueba en el Vitória de Setúbal. Pero cuando llegué al Sub-17, los entrenamientos empezaban por la mañana. A la misma hora que la escuela. Mis padres no me permitieron seguir jugando al fútbol.

Pero nunca dejé de jugar. Seguí jugando a nivel amateur y también en el futsal. Mis entrenadores siempre decían que yo era muy pesado. Siempre tenía muchas preguntas.

Carlos Carvalhal, una importante influencia para Renato Paiva.
Carlos Carvalhal (en la imagen), técnico portugués, es una gran influencia para Paiva después de trabajar con él en el Vitória Setúbal. Ian MacNicol/Getty images

Cuando tenía 32 años, dejé de jugar al futsal en el propio Vitória, y mi entrenador me pidió que fuera su adjunto. En aquella época, estaba leyendo una tesis de licenciatura de Carlos Carvalhal sobre cómo entrenar a un equipo.

Por una de las casualidades de la vida, Carvalhal se hizo cargo del Vitória de Setúbal, que estaba en la segunda división portuguesa, en la misma temporada en que yo me convertí en adjunto en futsal y estaba leyendo su tesis.

Vi la coincidencia como una señal del universo. Como si la vida me dijera: ¡A por ello! Yo no era nadie en el fútbol. Pero lo hice, fui. 

"Mis entrenadores siempre decían que yo era muy pesado. Siempre tenía muchas preguntas"

Carlos se portó fantásticamente conmigo. Pasé toda aquella temporada viendo sus entrenamientos. Fue una experiencia enriquecedora. Pude relacionar lo que leía sobre las teorías de Carlos con la práctica en los entrenamientos. Aprendí mucho sobre la periodización táctica.

Ya no tenía dudas de que quería ser entrenador. 

Poco después, me ofrecieron un puesto en el Benfica, en el departamento de scouting del fútbol juvenil. No era para ser entrenador. El trabajo consistía en observar e identificar jóvenes talentos para la academia del club. Pero vi la oportunidad como una puerta de entrada. Me contrataron, pero desde el principio dejé claro que mi intención era tener una oportunidad como entrenador en algún momento.

Paiva fue entrenador de las categorías inferiores del Benfica, de donde ha salido futbolistas como João Félix.
Paiva fue entrenador de las categorías inferiores del Benfica, de donde han salido futbolistas como João Félix (en la imagen). Octavio Passos/Getty Images

Fue Bruno Lage, entonces entrenador del Sub-10 y Sub-16 del Benfica, quien me dio esa primera oportunidad. Me invitó a ser su segundo entrenador.

Juntos, pasamos después a entrenar a los equipos Sub-17 y Sub-19. Cuando estábamos en el Sub-19, el director de formación, Jaime Graça, me ofreció el puesto de primer entrenador del Sub-14, donde permanecí tres años.

Luego entrené a los Sub-16 durante dos años, a los Sub-17 durante seis años, a los Sub-19 durante seis meses y al equipo B del Benfica durante tres años.

Cuando llegué al Benfica en 2004, la idea del club era ganar campeonatos en las categorías inferiores. El objetivo era superar al Sporting y al Porto, igual que en el primer equipo.

"He tenido la suerte de poder seguir de cerca diferentes métodos de trabajo. Giovanni Trapattoni, José Antonio Camacho, Fernando Santos, Ronald Koeman, Quique Flores, Jorge Jesus..."

La mentalidad sólo cambió tras la construcción del nuevo centro de formación. El Benfica compraba jugadores para su primer equipo en lugar de formarlos en casa. El club pasó a querer, ante todo, formar talentos.

Los mejores jugadores Sub-14 ya no tenían que permanecer en su categoría para que ganáramos la liga. Pasarían a la Sub-15 para que se les plantearan retos y crecieran. El rendimiento de esta política es mucho mayor que ganar trofeos en los juveniles.

Renato Sanches, Rúben Dias, João Felix, Bernardo Silva, João Cancelo, Ederson, Gonçalo Ramos... Hay muchos ejemplos de lo que digo.

Jorge Jesus (en la imagen en el centro) tuvo una primera etapa como entrenador del Benfica de 2009 a 2015, una momento en el que Paiva estaba también en el club luso. Mike Hewitt/Getty Images

En los 16 años que estuve en el Benfica, muchos entrenadores pasaron por el club. He tenido la suerte de poder seguir de cerca diferentes métodos de trabajo. Giovanni Trapattoni, José Antonio Camacho, Fernando Santos, Ronald Koeman, Quique Flores, Jorge Jesus...

De todos ellos aprendí mucho. Pero el que más me influyó en el aspecto táctico fue Jorge Jesus.

"Carlos CARVALHAL se portó fantásticamente conmigo. Pasé toda aquella temporada viendo entrenar al equipo"

Al mismo tiempo, seguí observando y estudiando. En 2012, fui a La Masía de Barcelona para aprender cómo funciona el club. Fue una experiencia que me cambió la vida. Vi algunos de los entrenamientos de Pep Guardiola, además de seguir toda la rutina de los equipos inferiores del Barcelona.

Desde mi punto de vista del fútbol, aquella experiencia marcó un hito. Hay un antes y un después de lo que aprendí en el Barcelona.

También debo mencionar mi admiración por Luís Castro. Su influencia en mi carrera se nota en todos los aspectos del juego. Siento un gran respeto por el profesional y el hombre que es.

Luis Castro, Paiva.
Luís Castro es una figura muy importante para Paiva en su trabajo como técnico. Getty images

Cuando trabajaba en el fútbol juvenil y aprendía cosas sobre el fútbol de alto rendimiento, podía caer en la tentación de querer aplicar esos conocimientos con los chicos. Sería un error imperdonable.

Todo lo que había aprendido observando a esos entrenadores de renombre tendría que ponerlo en práctica cuando llegara el momento de trabajar a nivel profesional.

Durante mi estancia en el Benfica B, varios clubes portugueses se pusieron en contacto conmigo. Pero el presidente no me dejaba marchar. Siempre dijo que yo sería el sustituto de Bruno Lage en el primer equipo.

"debo mencionar mi admiración por Luís Castro. Su influencia en mi carrera se nota en todos los aspectos del juego"

Cuando Lage se marchó, el club optó por el regreso de Jorge Jesus. En ese momento, sentí que tenía que seguir mi propio camino. Las puertas del fútbol profesional en el Benfica me parecían cerradas.

En ese contexto apareció Independiente del Valle. El proyecto era muy tentador: un club capaz de luchar por títulos, de competir en competiciones continentales y que, además, prestaba mucha atención a la formación de jugadores.

Pasé dos meses de entrevistas de trabajo con la directiva del Independiente del Valle. Además de mí, el club había seleccionado a otros dos entrenadores. Fue un proceso fantástico, muy profesional. Tuve suerte y merecí ser elegido.

Paiva, Independiente del Valle.
Independiente del Valle fue el primer club profesional de Paiva, de 2021 a 2022. Franklin Jacome/Getty Images

Cuando llegué, el club acababa de ganar la Copa Sudamericana con Miguel Ángel Ramírez, que hizo un trabajo espectacular. El equipo jugaba con un 4-3-3 y atacaba muy bien. En cambio, recibía muchos goles.

Era un equipo que podía ir ganando 3-0 y encajar un empate o incluso perder el partido. Había un desequilibrio. En los dos primeros partidos de liga, seguí con el 4-3-3 y nos ganaron. Los goles que encajamos fueron casi todos de la misma manera.

A menudo me preguntan cuál es mi sistema táctico favorito. Yo digo que es el que mejor se adapta a los jugadores que tengo. Es el sistema que se adapta a la plantilla. No al revés.

En aquel momento, pensé que un 3-4-3 acabaría con el desequilibrio del equipo. De hecho, este cambio táctico fue crucial para nuestro éxito. Por supuesto, Independiente del Valle ya tenía un modelo de juego parecido al mío. El club acudió a mi precisamente por eso.

"A menudo me preguntan cuál es mi sistema táctico favorito. Yo digo que es el que mejor se adapta a los jugadores que tengo. Es el sistema que se adapta a la plantilla"

No iba a haber una ruptura con los conceptos que habían llevado al club al título de la Copa Sudamericana. Pero sin ese ajuste táctico, la historia hubiera sido muy diferente.

Al final de la temporada, Independiente del Valle ganó la liga ecuatoriana por primera vez en su historia. Fue un momento de orgullo para todos nosotros.

Cuando se consiguen hazañas tan notables, empiezan a llover invitaciones de todas partes. Recibí ofertas del fútbol mexicano: Necaxa y Pachuca; y de la MLS, a través del LAFC (Los Angeles Football Club). Pero la relación que había construido con mis jugadores en Independiente del Valle habló más fuerte.

Independiente del Valle, León en México y Bahía con los tres clubes a los que ha dirigido Paiva en el fútbol profesional. Liamara Polli - Pool/Getty Images

Sin embargo, resultó que las promesas del club no se cumplieron. Los refuerzos que esperábamos no llegaron. Y jugadores importantes dejaron la plantilla. Esto se reflejó en el terreno de juego.

En ese contexto llegó León, de México. La oferta económica era atractiva. Y jugar en la liga mexicana también era muy atractivo para mí. Al finalizar el torneo Apertura en la liga ecuatoriana, decidí asumir este nuevo reto.

Hablo del aspecto financiero para no ser hipócrita. He pasado la mayor parte de mi carrera en el fútbol de formación. Nadie se hace rico trabajando en el fútbol de formación. El fichaje por el León supuso una gran oportunidad profesional para mí.

Sólo estuve seis meses en León. Me fui porque, como había ocurrido con mis dos predecesores en el cargo, algunos jugadores no estaban dispuestos a poner en práctica nuestras ideas.

"apareció Independiente del Valle. El proyecto era muy tentador: un club capaz de luchar por títulos, de competir en competiciones continentales y que, además, prestaba mucha atención a la formación de jugadores"

Cuando me fui de León, por primera vez en 22 años, me desperté sin un club en el que trabajar. Fue una sensación extraña y aterradora para alguien adicto al fútbol del día a día.

La suerte quiso que tres días después recibiera una llamada del Grupo City. Hicimos una llamada de Zoom un jueves. El sábado recibí la confirmación de que había sido elegido para entrenar al Bahía.

El fútbol brasileño era apasionante para mí. El primer equipo que me maravilló fue la selección brasileña de 1982. Tenía 12 años y lloré cuando Brasil fue eliminado del Mundial por Italia.

Paiva llegó a Bahía en 2023 avalado por su trabajo con Independiente del Valle, club al que hizo campeón de Liga en la temporada 2022. Nathalia Aguilar - Pool/Getty Images.

Para hablar de mi experiencia en Brasil, tengo que dividir lo que viví en dos puntos: el juego en sí, que es apasionante, con grandes equipos y entrenadores, enormes desafíos en cada ronda y estadios llenos. El otro punto es mucho menos admirable.

Por desgracia, las expectativas poco realistas son habituales en el fútbol brasileño. Una vez, dos aficionados del Bahía vinieron a hablar conmigo en un centro comercial: "Mister, tenemos que ser campeones".

Mientras les decía que lucharíamos por ello, pero que teníamos que respetar al Vitória, me interrumpieron: "No, entrenador, no estamos hablando del campeonato de Bahía. Tenemos que ganar el Brasileirão".

Estas expectativas irreales se convierten en actitudes surrealistas. Muchos brasileños dicen que es "cultural", pero yo me niego a llamarlo cultura. También es el único país donde los aficionados abuchean al jugador de su propio equipo.

"sentí mucha confianza y apoyo del grupo city en mi paso por bahía"

Con una mirada extranjera, de alguien que respeta la historia y el potencial de Brasil, digo que esta "cultura" no sólo es mala para los entrenadores. Es mala para el propio fútbol brasileño.

Mi sensación es que el Bahía estaba evolucionando cuando me fui. Veía que el equipo jugaba cada vez mejor. El Bahía era el sexto equipo de los 20 que menos tiros a puerta recibía.

Y el quinto con más tiros a puerta. En otras palabras, en términos colectivos, había un trabajo en curso, una idea. En Brasil, sin embargo, sólo nos fijamos en los resultados. Y, efectivamente, los resultados no fueron buenos.

Paiva fue entrenador del Bahía, club en propiedad del Grupo City. Wagner Meier/Getty Images

Es importante dejar claro que el Grupo City no iba a despedirme hasta el final de la temporada. No hubo ninguna amenaza de despido. Al contrario, sentí mucha confianza y apoyo desde Manchester.

Trabajar en un club del Grupo City es diferente. Hay directrices que hay que seguir y respetar. El estilo de juego tiene que ajustarse a ciertos parámetros que ellos establecen, y nosotros estábamos claramente dentro de lo que se exigía.

Pero sentí que había llegado el momento de marcharme. La presión era excesiva y no quería ese ambiente para mis jugadores.

Estoy muy orgulloso de mi carrera en el fútbol. Y sé que me queda mucho por conseguir. ¿Sueños? Quizás el único que tengo es entrenar algún día al Benfica. Es mi club favorito, y también el que me ha formado como entrenador.

Por ahora, lo único que quiero es volver al trabajo lo antes posible. Pero no aceptaré cualquier proyecto. Quiero dirigir un equipo que gane títulos.

Siempre estoy abierto a aprender y dispuesto a enseñar.