xabi alonso
Bayer Leverkusen, 2022-Presente
Sorprendió a muchos Xabi Alonso con su firma por el Bayer Leverkusen a principios de octubre de 2022. Después de una fructífera etapa en el filial de la Real Sociedad, el técnico español se decantó por un equipo que en esos momentos atravesaba muchos problemas, llegando a estar en los puestos más bajos de la Bundesliga. Sin duda, una apuesta de alto riesgo hecha por Alonso en su primera experiencia en un banquillo de élite.
Seis meses después, y con la pausa del Mundial entre medias para asentar las ideas de su técnico, el Leverkusen ha tornado su dinámica, para optar por los puestos europeos en la recta final de la temporada 2022/23. Un giro radical que tiene como base algunas claves tácticas introducidos por Alonso. En este análisis de The Coaches’ Voice seleccionamos las cinco más relevantes.
Variación del sistema de juego e interpretación
El Bayer Leverkusen, bajo el mando de Gerardo Seoane, habitualmente competía con un 4-4-2, con las variantes 4-2-3-1 y 4-4-1-1. En las segundas partes de los partidos y momentos puntuales, incluso también sobre un 3-5-2.
Alonso utiliza el 3-5-2 como sistema base, mutando a un 5-4-1 o 5-2-3 (abajo) en función de los momentos de los partidos. De ese modo, jugar con una línea de cuatro atrás ha quedado para contadas ocasiones. Sin embargo, lo más importante no ha sido el cambio de dibujo, sino la manera de interpretarlo por los jugadores.
La línea de cinco defensores, habitualmente con tres centrales y los laterales actuando como carrileros, depende de los objetivos que el equipo quiera conquistar con el balón y en su presión en cada momento. Pero siempre bajo una actitud atrevida en ambas fases del juego y con la intención de jugar en campo contrario el mayor tiempo posible.
Por otro lado, las persecuciones sobre los rivales con marcajes mixtos —el defensor se responsabilizaba de un rival que había entrado en su zona y lo perseguía hasta que terminara la jugada—, le generaban al Leverkusen espacio a la espalda de sus medios y centrales al sacar a estos jugadores de su espacio en la zona central. Una debilidad aprovechada por los rivales.
El 5-2-3, como también el 5-4-1, ha ayudado a corregir ese problema defensivo del Leverkusen, apoyado en un balance en sus bandas: si un lado muestra más fortaleza defensivo, el otro apuesta por una mayor profundidad. De igual modo, el equipo identifica en qué momentos necesita fortalecer su zona central, con un gran trabajo de los jugadores interiores (abajo).
Juego posicional
Alonso apuesta por un Leverkusen protagonista con balón. Un objetivo que empieza desde la disposición en la salida de balón. Si el Leverkusen de Seoane lo hacía con cuatro defensas y dos medios, ahora inicia la salida con una línea de tres y dos jugadores casi de extremos (abajo). Estos dos jugadores de banda, a su vez, permiten a los mediocentros y mediapuntas recibir con espacio por dentro.
La participación de los centrales en el primer y segundo tercio de campo es esencial para poder conectar con los mediocentros y mediapuntas. Asimismo, sus conducciones para atraer a los medios rivales generan un espacio en el carril central. Mientras, los laterales fijan a los laterales contrarios, como también llaman la atención de los futbolistas de banda rivales para habilitar líneas de pase interiores.
Ese juego de atracción para filtrar pases y recibir entre líneas, facilita superar la primera línea de presión rival y da ventaja para los mediapuntas, quienes disponen de compañeros abiertos para jugar por fuera. Esos mediapuntas además tienen espacio para buscar línea de pase con el delantero a través de envíos en profundidad al espacio o buscan ellos mismos el remate final.
Si bien el Leverkusen de Alonso es un equipo principalmente combinativo, no deja de ser profundo en ciertos momentos. Sobre todo cuando llega a campo rival, donde apuesta por la verticalidad.
Gestión del mediocampo
El cambio que ha ejercido Alonso en el Leverkusen no se entiende sin su impacto sobre la línea del mediocampo, con Kerem Demirbay, Robert Andrich y Exequiel Palacios como principales protagonistas. La utilización de estos tres futbolistas antes de la llegada del técnico español era variada, combinando su participación sin llegar a encontrar una pareja de mediocentros definida.
La utilización de un mediocentro adelantado con Palacios o Demirbay para acompañar a Andrich ha sido la nota predominante desde el aterrizaje de Alonso. De ese modo, la estructura en la zona central puede estar formada por dos mediocentros y un mediapunta. También por un mediocentro y dos interiores o con una línea de cuatro medios, jugando doble pivote en la zona central.
Por otro lado, y aunque Alonso ha seguido rotando a los tres centrocampistas dependiendo del partido, sí que se observa claramente que dos de sus tres centrocampistas principales, Demirbay, Andrich y Palacios, siempre forman en el doble mediocentro (abajo). Incluso cuando ha jugado en 4-4-2 de manera puntual.
Potenciar jugadores
A un mayor rendimiento colectivo con Alonso, también se añade el crecimiento individual de los jugadores. Piero Hincapié es uno de esos jugadores. Un futbolista con una capacidad de adaptación alta. Ha pasado de ser utilizado como lateral por Seoane —alternando como central, su verdadera posición natural—, a participar en ocasiones casi como extremo. Perfecto para las demandas en la presión y en el juego posicional del esquema de Alonso.
También destaca el rendimiento de Jeremie Frimpong. Lateral derecho en la banda o mediapunta antes, desde la llegada de Alonso ha jugado como carrilero de largo recorrido en la derecha. Este cambio ha ayudado al sistema del técnico español a fijar a los laterales para generar espacio interior. En defensa, mientras tanto, Frimpong se adapta a unirse a los tres centrales en repliegues bajos sin problemas (abajo).
Moussa Diaby es otro de los cambios más cualitativos de Alonso. El delantero francés está aprovechando esa posición adelantada y más interior que le ha facilitado su técnico, casi como punta en ataque. También sobresale su trabajo sin balón, con una presión alta en la salida del rival.
Defensa presionante
Tanto el posicionamiento defensivo como la actitud ante las situaciones con balón del rival han variado con Alonso. Así, el Leverkusen ha pasado de ser un equipo que principalmente optaba por temporizar para evitar que el rival jugara en corto, a presionar la desde su salida.
Y lo hace con una estructura de tres jugadores en el borde del área rival. El emparejamiento del lateral con su homólogo y dos mediocentros preparados para bascular hacia el lado de balón. También con los tres centrales en mediocampo previniendo balones largos. La principal intención aquí es provocar el error o robo desde el saque rival.
Si no consigue robar, la tendencia del Leverkusen es evitar la progresión del oponente y adelantar líneas tan pronto como sea posible. La presión de los jugadores de banda es acompañada con la basculación de los carrileros a su espalda para posibles coberturas. Esto mientras el delantero disuade al rival de jugar por dentro, orientando la presión hacia fuera y hacia atrás (abajo).
La actitud defensiva demandada por Alonso genera mayor peligro tras robo. Debido a que la recuperación se da más cerca del área rival y con mejor ubicación de los jugadores que pueden correr al espacio. Una versión especialmente peligrosa ante rivales con una orientación poco ventajosa para tratar de recuperar o evitar la progresión de un Leverkusen que ha mostrado un gran cambio tanto en juego como resultados con Alonso a los mandos.
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