Premier League, 16 de diciembre 2020
Mo Salah (26)
Firmino (90)
Son Heung-min (33)
Los dos primeros clasificados en la Premier League medían sus fuerzas en Anfield. El Liverpool de Jürgen Klopp, defensor de la corona, contra el Tottenham, equipo al que José Mourinho ha llevado de nuevo a ocupar puestos de privilegio. El partido respondió a las expectativas creadas, con un brillante duelo de estilos que se decidió a favor de los locales en el minuto 90 con un gol de Roberto Firmino en un gran remate de cabeza producto de un saque de esquina.
Antes, en la primera mitad, Mo Salah había marcado por los locales, tanto respondido pocos minutos después por los Spurs en una rápida transición ofensiva liderada por Giovanni Lo Celso y finalizada con acierto por Son Heung-min. "Ha sido un partido top. Merecimos los tres puntos ante un equipo tan difícil de jugar, y con la amenaza de contraataque que tienen", destacó Klopp. Una visión diferente a la de Mourinho, quien señaló como "muy injusto el resultado. Hemos estado muy cerca de ganar pero hemos desaprovechado las oportunidades. Tuvimos el partido controlado, un empate habría sido un mal resultado, así que pueden imaginarse cómo nos sentimos con una derrota".
17 / 11
DISPAROS / A PUERTA
9 / 4
75 %
Posesión
25 %
1149 / 962
Pases / Completados
572 / 390
8 / 0 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
9 / 2 / 0
El Liverpool formó en fase ofensiva sobre un 4-3-3 (abajo) con Jordan Henderson, Georginio Wijnaldum y Curtis Jones en la línea de tres en el medio del campo, jugando por delante de ellos con su clásico tridente: Mo Salah, Roberto Firmino y Sadio Mané.
Un sistema de ataque que buscó superar el 4-4-2 (abajo) del Tottenham en fase defensiva, alineados Serge Aurier, Toby Alderweireld, Eric Dier y Ben Davies en una zaga protegida por delante por el doble pivote formado por Giovani Lo Celso y Pierre Emile Hojbjerg, con Steven Bergwign y Moussa Sissoko como volantes.
En la presión, el Tottenham utilizaba a Kane y Son para restringir los accesos del equipo de Klopp a sus centrocampistas, mientras aplicaba una tibia presión sobre los centrales con el objetivo de frenar sus avances con el balón para generar ventajas numéricas en la salida. Sissoko y Steven Bergwign, a cada lado, cerraban a los laterales del Liverpool, con Hojbjerg y Lo Celso encargados de gestionar los espacios intermedios y vigilar los movimientos de los jugadores rivales por esa zona.
Avanzar a través de ventajas numéricas:
El Liverpool utilizó diversas variantes para intentar superar cada una de las líneas de los Spurs. La primera la consiguió con un posicionamiento más retrasado de Henderson (abajo) en la salida de balón para generar una ventaja numérica de tres contra dos con los centrales ante la dupla delantera rival. Esa posición de Henderson, al mismo tiempo, protegía al Liverpool ante los posibles contragolpes del Tottenham en la zona donde más daño hace, los espacios a la espalda de los laterales.
La ventaja de 3 contra 2, a veces incluso 4 contra 2 cuando Curtis o Wijnaldum también retrasaban su posición, facilitó al Liverpool la circulación para progresar en ataque. Una acción donde Alisson Becker rara vez se involucró en la salida de balón para generar superioridades cuando los Spurs estaban en bloque medio, consciente de que tomar una posición adelantada acarreaba un alto peligro ante jugadores en carrera como Kane y Son.
Una forma en la que Liverpool buscó superar la estructura defensiva de su rival fue situando a sus delanteros lejos del balón para que un centrocampista ocupara esos espacios, intentando así aislar a las unidades del Tottenham y generar ventajas numéricas para poder combinar. Esto fue evidente en numerosas ocasiones, como se vio en el desarrollo del primer gol. Jones particularmente se encontró cómodo con este desarrollo, recibiendo un pase de vuelta entre líneas.
El rol de Firmino:
El método más común empleado por el equipo de Klopp para superar la segunda línea del rival fue deslizar a Firmino cerca del balón. Algo habitual durante el mandato del técnico alemán, pero particularmente efectivo ante el Tottenham para superar su línea de medios. Dier y Alderweireld no saltaban a su marca en posiciones del medio del campo, ya que hacerlo dejaba espacio a su espalda para las carreras de Salah y Mané. Un desarrollo que permitía esas ventaja numérica de tres contra dos del Liverpool en medio del campo.
Cuando los locales movían el balón por fuera, el centro del campo del Tottenham realizaba el balance defensivo, con cada centrocampista desplazando su marca sobre el jugador rival más cercano. Sin embargo, este desarrollo defensivo no tuvo en cuenta a Firmino cuando caía a posiciones del centro del campo para recibir el balón. El resultado más frecuente aquí era que el atacante brasileño recibiera el balón y el interior más lejano a la jugada quedara libre, generando el Liverpool la ventaja numérica de tres contra dos. Una acción que los de Klopp podrían haber explotado más a través de esas relaciones entre el mediocampista central y Firmino. En la segunda mitad, los Spurs situaron su bloque defensivo más arriba, lo que facilitó la presión sobre su rival con el objetivo de forzarles a errores en la salida de balón y lanzar contragolpes tras recuperación más difíciles de frenar por el Liverpool.
Dificultades en último tercio de campo:
Fue en último tercio de campo donde el Liverpool encontró más problemas. Mencionado anteriormente, Dier y Alderweireld rara vez salían de su posición y los laterales, Davies y Aurier, se encontraron en situaciones de uno contra uno ante Salah y Mane respectivamente, duelos en los que tuvieron bastante éxito. Para encontrar una solución, el equipo de Klopp utilizó dos variantes en ataque. Una de ellas comenzaba con un pase diagonal por fuera en banda, acompañado en la acción siguiente por la llegada de un interior desde atrás para recibir. Otra similar fue encadenar pases en corto con carreras en los espacios entre los laterales y los centrales del Tottenham (abajo). Una acción que fue controlada con acierto por los Spurs con Dier y Alderwrireld bien posicionados, sumándose los centrocampistas a las coberturas defensivas.
A pesar de que los de Klopp tuvieron más disparos, muchos fueron desde fuera del área o terminaron siendo bloqueados por la defensa rival. Así, los goles llegaron por otra vía: el primero tuvo un importante elemento de fortuna y el segundo, en un saque de esquina como resultado de una acción directa del Liverpool.
Adelantar posiciones por los costados:
En fase de posesión, el Tottenham se estructuró en un 2-4-4 (abajo), adelantando la posiciones de Aurier y Davies para jugar a la misma altura que Hojbjerg y Lo Celso, mientras que Bergwijn y Sissoko se unían a Kane y Son en el ataque.
El Liverpool, por su parte, no varió su estructura en fase defensiva, manteniendo el 4-3-3 (abajo) con una zaga de cuatro formada por Trent Alexander-Arnold, Rhys Williams, Fabinho y Andy Robertson. Los locales aplicaron una presión alta en la que Mané y Salah eran responsables de presionar a los centrales del Tottenham, mientras que Firmino se quedaba más atrasado.
El brasileño intentaba vigilar a Hojbjerg y, adicionalmente, los Reds buscaban evitar que el balón le llegara al danés al contar con apoyo desde el mediocampo para presionarlo por detrás. Salah y Mané presionaban la salida por fuera a los centrales de los Spurs, intentando forzarlos a jugar por dentro o que recortaran pases hacia los laterales con el posterior envío por arriba, desencadenando una intensa presión desde el volante exterior o el lateral.
Con el balón, el Tottenham buscaba enviar pases directos hacia la línea defensiva del Liverpool para que sus atacantes disputaran duelos aéreos, un método de acceso más fácil dada la ausencia de Virgil Van Dijk en las filas del Liverpool. Esas disputas aéreas iban acompañadas con carreras a las espaldas protagonizadas por un segundo jugador del Tottenham que buscaban recibir esa prolongación de cabeza de su compañero para generar opciones de gol (abajo). Esta vía generó las mejores ocasiones del partido para los visitantes con Bergwihn y Kane ambos llegando a los metros finales.
Gestionar los contragolpes del Tottenham:
Debido a lo replegada que era la estructura defensiva del Tottenham, los visitantes también tuvieron posibilidades de sacar provecho de ocasiones en el contragolpe (abajo), buscando encontrar lo más rápido posible a sus atacantes en el repliegue defensivo del Liverpool. Si bien el gol del empate llegó precisamente en un contraataque, el Liverpool manejó esas transiciones defensivas de manera excelente.
Los anfitriones buscaban aplicar la presión tras pérdida sobre el poseedor del balón, mientras los jugadores más alejados del balón buscaban recuperarse y vigilar los pases que representaban una mayor amenaza. Esa fue una característica principal del trabajo defensivo del Liverpool, que facilito limitar el peligro de los contragolpes del Tottenham. A pesar de tener tan poca posesión y menos acercamientos al área que su rival, los Spurs tuvieron mejores opciones para ponerse por delante en el marcador en el segundo tiempo, algo que no fue posible debido a la falta de acierto en la finalización.