Partido de ida cuartos de final de la Liga de Campeones de la UEFA, 6 de abril 2021
Vinícius (27, 65)
Asensio (36)
Salah (51)
Un total de 19 títulos en la Champions League se reunían sobre el césped del Alfredo Di Stéfano en el duelo de ida de los cuartos de final entre el Real Madrid (13 entorchados) y el Liverpool (6). Un duelo entre dos grandes de Europa que comenzó igualado, pero en el que pronto los de Zinedine Zidane pasaron a controlar el juego, buscando hacer daño a la espalda de la defensa del Liverpool. Opción que el Real Madrid explotó en los dos primeros goles, con Vinícius Junior y Marco Asensio como goleadores para un 2-0 antes del descanso.
Reaccionó el Liverpool en el segundo tiempo con el despliegue de Thiago Alcántara en el mediocampo -entró minutos antes del descanso- y el gol de Mo Salah para acercar a los de Jürgen Klopp en la eliminatoria. Una distancia que volvió a abrir el equipo local con un nuevo gol de Vinícius, esta vez con un remate raso dentro del área. A pesar de los intentos del Liverpool por acortar la diferencia, el marcador se mantuvo con el 3-1 a favor del Real Madrid en una eliminatoria que tendrá su desenlace en Anfield.
15 / 6
DISPAROS / A PUERTA
7 / 1
47 %
Posesión
53 %
542 / 461
Pases / Completados
662 / 583
6 / 1 / 0
Faltas / Amarilla / Roja
11 / 3 / 0
Zinedine Zidane dispuso al Real Madrid sobre un 4-3-3, con Casemiro como pivote defensivo en mediocampo, pero alternando su posición regularmente con Toni Kroos y Luka Modric dependiendo de la posición del balón.
Forzar el error:
El Real Madrid decidió presionar al Liverpool muy arriba en los primeros compases del partido, con los delanteros Karim Benzema, Marco Asensio y Vinícius Junior acosando a la zaga del Liverpool, situación que forzó los errores del rival en la salida de balón. Esta aptitud tan agresiva sin balón generó numerosas transiciones a favor del Real Madrid, con la creación de diferentes opciones de disparo fuera y dentro del área rival.
En la línea defensiva, los centrales Éder Militão y Nacho formaron con grandes espacios entre ellos, lo que habilitó a los laterales Lucas Vázquez y Ferland Mendy a tomar más altura en su desarrollo ofensivo (abajo). Casemiro, mientras tanto, habilitaba una línea de pase y una opción para que la unidad defensiva pudiera llevar el balón hacia adelante.
Atacar los espacios en velocidad:
Vinícius se mantuvo arriba y abierto, fuera de la vigilancia de Trent Alexander-Arnold, con Mendy progresando para generar superioridades numéricas en banda izquierda. Cuando el balón llegaba desde Casemiro para explotar esta opción, el Real Madrid atacaba a buen ritmo, con los jugadores ofensivos más cercanos a la acción buscando irrumpir en los espacios de la defensa del Liverpool. Una de las claves del éxito de esta táctica de los madridistas fue la precisión en el pase hacia delante desde el centro del campo, justo al espacio para que Vinícius lo pudiera atacar en velocidad, como también en los constantes cambios de juego.
Vinícius y Mendy se dirigían a menudo hacia Alexander-Arnold variando sus posiciones, aprovechando que el lateral del Liverpool se encontraba aislado en muchas ocasiones (abajo), una situación que se convirtió en una amenaza ofensiva constante para los de Zidane.
Dependiendo de la velocidad del ataque, los tres centrocampistas del Real Madrid también intercambiaban sus posiciones, con Modric y Kroos cayendo más atrás, mientras los laterales facilitan la amplitud a la unidad del centro del campo (abajo). Uno de los tres delanteros locales, a menudo Asensio, solía descolgarse a mediocampo para generar ventajas numéricas ante el mediocampo del Liverpool, arrastrando a Sadio Mané y Mo Salah a posiciones defensivas.
Sin balón, el Real Madrid dejaba a menudo a Benzema en una posición alta, con Asensio y Vinícius creando un quinteto compacto en el centro del campo y apoyando a los cuatro de atrás, también en vigilancia sobre los laterales del Liverpool a distancia. Un desarrollo que llevó al equipo local a formar en un 4-5-1 (abajo) difícil de superar por su rival.
Una vía más directa:
Como señalábamos, la transición enérgica y dinámica fue una táctica vital para el Real Madrid cuando recuperaba la posesión. Unas acciones en las que el equipo de Zidane buscaba atacar a gran velocidad y jugar a los espacios en la defensa del Liverpool. Este juego sostenido de alta intensidad fue muy difícil de defender para los de Klopp, y en última instancia condujo al segundo gol del Real Madrid, marcado por Asensio. No obstante, la velocidad de transición no se basó únicamente en juego asociativo, ya que en última instancia los dos primeros goles del Real Madrid se marcaron a partir de una asistencia más larga y directa.
Vinícius jugaba con fluidez, y cuando el balón estaba en la derecha se movía a una posición más central, generando un espacio para el avance de Mendy. La velocidad y la agilidad del juego de los delanteros del Real Madrid hizo que la defensa del Liverpool tuviera problemas en muchos momentos del partido.
Con el Liverpool adoptando una presión alta más agresiva en la segunda mitad, los de Zidane optaron por jugar con confianza desde atrás, invitando a su rival a presionar el balón, lo que creó espacios para que el Real Madrid jugara más arriba (abajo). Cuando recuperaban la posesión, los locales seguían contraatacando a gran velocidad, buscando llevar el balón a los espacios de la defensa Red.
El ataque del Liverpool:
Klopp estructuró a su equipo en un 4-3-3 (abajo), con velocidad por bandas con Mané y Salah, y la inclusión de Diogo Jota como titular en el ataque tras su gran actuación ante el Arsenal en la última jornada de la Premier League. El mediocampo, compuesto por Georginio Wijnaldum, Fabinho y Naby Keïta, jugó con una formación estrechamente compacta, mientras que los delanteros utilizaron toda la amplitud del campo.
Al comienzo del partido, el Liverpool buscó mantener y construir el juego desde atrás, pero fueron forzados a enviar pases imprecisos y cometer errores en posesión, como consecuencia de la alta presión del Real Madrid.
El equipo de Klopp, a su vez, adoptó una presión alta en fase defensiva, manteniendo su estructura 4-3-3. Cuando la oportunidad se presentaba, los laterales Alexander-Arnold o Robertson se unían al bloque estrechamente compacto en mediocampo y apoyaban a Salah y Mané, respectivamente (abajo). La presión no siempre resultaba en la recuperación del balón arriba en el campo, pero sí obligaba al Real Madrid a cometer errores en las siguientes fase de su ataque. Sin balón, el Liverpool adoptaba un bloque medio, con los extremos, Salah y Mané, retrasando sus posiciones para formar una línea en mediocampo y estructurarse el equipo sobre un 4-5-1.
El rol de los laterales:
Al buscar cambiar el punto de ataque en el tercio defensivo, el Liverpool jugaba con la intención de hacer cambios de juego a través de los centrales, con Fabinho retrasando su posición para proporcionar una línea de pase clara. La orientación corporal de los jugadores en defensa buscaban facilitar la circulación de balón desde atrás, algo que también hizo el Liverpool en ataque, donde, a través de los cambios de juego de los mediocampistas Keïta y Wijnaldum, intentaba jugar a los pies de los laterales Robertson o Alexander-Arnold quienes buscaban ocupar posiciones altas con la intención de dar apoyo al compacto bloque del mediocampo.
La presión alta del Real Madrid obligó al Liverpool a intentar jugar hacia adelante de manera directa, especialmente después de conceder el primer gol, lo que terminó por costarle al Liverpool tener la posesión del balón y permitió que los anfitriones continuaran con sus veloces contragolpes.
Desde el comienzo del segundo tiempo, los laterales Robertson y Alexander-Arnold se posicionaron más arriba para atacar la línea defensiva del Real Madrid. Al tener más jugadores ocupando el bloque defensivo rival, la intención era estirar su estructura compacta. Jota, mientras, retrasaba su posición para dar apoyo al mediocampo, con la idea de atraer a uno de los defensas del Madrid.
Adelantar las líneas:
Mediante una posesión más elaborada en campo rival, el Liverpool buscaba aguantar sus posiciones de ataque y mover el balón para atraer a los jugadores del Real Madrid hacia el balón. Esto forzó a los locales a llevar más jugadores hacia posiciones defensivas, y pasar a estar en una estructura más compacta detrás del balón, a veces sobre un 5-4-1 en defensa, ya que Casemiro pasaba a unirse a la línea defensiva.
El Liverpool aumentó el ritmo de juego en el segundo tiempo, y buscó explotar los espacios en la defensa del Real Madrid cuando quedaba desorganizada. Fue una estrategia que llevó al único gol anotado en el partido por el equipo inglés. Jota se colocó en una posicion cercana al atacante izquierdo Mané (abajo), arrastrando al central Militao hacia el balón, un movimiento que generó un enorme espacio entre los centrales del Madrid. Esta perturbación a la línea defensiva del Real Madrid creó la oportunidad para que Salah incursionara por detrás de la defensa inadvertido, recogiendo el balón para vencer a Courtois desde cerca.
Cambios frustrados:
La implacable presión del Real Madrid en posesión obligó al Liverpool a defender más retrasado, pero siguieron atacando con velocidad tras recuperar el balón. Al jugar más replegado, el Liverpool dejaba a Mané como único delantero. Hacia el final del partido, el equipo de Klopp intentó diferentes variables en ataque para intentar superar el bloque bajo de su rival.
Salah adoptó un rol más libre desplazándose desde la derecha a la izquierda atravesando el campo, buscando conectar el balón en dirección de las escapadas de Mané o Jota por el centro (abajo).
La entrada al campo de Firmino y Shaqiri en los últimos diez minutos del partido buscó impulsar las opciones de ataque del Liverpool, manteniendo una intensidad en el ataque hasta los minutos finales del partido, pero sin capacidad para generar opciones claras.
"Hubo dificultades, sobre todo en el inicio del segundo acto. Estoy muy orgulloso de todos. Hay un partido de vuelta, pero estamos muy contentos con el trabajo realizado. El 3-1 es merecido", destacó Zidane. El entrenador del Real Madrid también señaló el partido de Vinícius: "Necesitaba marcar, como Asensio, Benzema…está jugando bien, ayudando al equipo también a nivel defensivo. Cuando alguien marca le da más energía. Se lo merece".
"Cuando analizas al Real Madrid, tiene a tres de los mejores del mundo en el mediocampo. Para ellos, acelerar la pelota es fácil. Si ganan el balón, lo cambian de lado, buscan la espalda de nuestros tres centrocampistas, y no sabes dónde está. Perdimos demasiados balones en las zonas equivocadas, y eso no puede ser", analizó Klopp. A pesar del 3-1, el entrenador del Liverpool confía en pasar a semifinales: "Tenemos posibilidades si no cometemos errores y jugamos un mejor fútbol, algo que podemos hacer".
Redacción: Héctor García