stefano pioli
AC Milan, 2019-2024. Al-Nassr, 2024-Actualidad
“Stefano Pioli ha diseñado una obra maestra”, ha dicho Arrigo Sacchi, el técnico en la historia del AC Milan con más éxitos, quien no ha dudado en destacar el trabajo del presente entrenador de los rossoneri. “Uno ve la plantilla del Milan y lo que ha gastado y un cuarto o quinto puesto estaría más que justificado”, ha añadido Sacchi.
Después de una larga carrera en distintos equipos italianos, entre ellos el Inter de Milán (2016-2017), es en el AC Milan donde Pioli desarrolla su mejor trabajo como entrenador, devolviendo al equipo a la élite del fútbol italiano en apenas dos años.
En su segunda temporada, una vez superadas las dudas sobre su figura, consiguió la clasificación del club para la Champions League después de una ausencia de ocho años. Y en la 2021-2022, el scudetto de la Serie A. Un título muy ansiado después de once años sin conseguirlo, y con un sabor aún más especial, si cabe, ya que lo ganó en una reñida carrera ante el Inter. También es especial para el propio entrenador italiano, quien estrenó su palmarés a los 56 años.
Analizamos los principales rasgos tácticos de su AC Milan, del cual partió en 2024 y tras una pausa, inició su andadura por el Al-Nassr de Cristiano Ronaldo.
Estilo de juego:
Con un sistema de juego en el que predomina el 4-2-3-1, Pioli supo dotar al AC Milan de fiabilidad tanto en ataque como en defensa. Sobre estas bases ha cimentado el dominio del equipo en la competición italiana. En determinadas ocasiones y en función de las necesidades, Pioli también apostó por jugar sobre un 4-3-3, pasando a Franck Kessié a la posición de mediocentro defensivo.
Si en su llegada al club milanés el técnico italiano optó por jugar con un único mediocentro escoltado por dos interiores, en la 2021-2022 se ha adaptado aún más a las características de sus centrocampistas. Para ello ha elegido tener más control y más organización en el centro del campo, juntando a dos mediocentros y dando libertad al mediapunta. Es aquí donde radica el gran éxito de este AC Milan: un conjunto compacto y con los tres futbolistas que ocupan las posiciones de ataque gozando de autonomía suficiente para facilitarles explotar al máximo sus cualidades.
Participación de los centrocampistas
Los dos mediocentros más utilizados han sido Sandro Tonali y Franck Kessié. El tercero en la rotación ha sido Ismaël Bennacer, jugador con más presencia en las dos primeras temporadas de Pioli en el Milan.
Tanto Tonali como Kessié son jugadores con características totalmente diferentes. Tonali reúne las cualidades del regista, capaz de llevar el peso del partido y dar lucidez a todos los balones que pasan por sus pies. Kessié, en cambio, es el centrocampista más dinámico del Milan, con potencia y capacidad para recorrer muchos metros en las ayudas defensivas.
Para la posición de mediapunta, el futbolista usualmente utilizado es el español Brahim Díaz. Sin embargo, una lesión lo apartó del once titular y ha terminado la temporada alternando el puesto con Rade Krunic. Ambos jugadores, no obstante, tienen un talento similar para ocupar la posición de enganche.
Opciones de salida
En el inicio del juego, Pioli no propone en sus equipos que tomen un riesgo grande. En el Milan, el portero, Mike Maignan, suele jugar directo buscando la altura y corpulencia de Olivier Giroud o Zlatan Ibrahimovic. Cuando no golpea en largo desde el saque de meta, Maignan conduce hasta la frontal para posteriormente enviar el balón hasta el área rival (abajo). La segunda jugada de ese balón directo es intentar superar la línea de centrocampistas rivales. A partir de ahí buscan ser un equipo vertical y poder finalizar en pocos toques.
En muchas ocasiones, el portero del Milan sale de la portería para ofrecerse como un apoyo más ante la presión del rival. Una acción que ejecuta bien en una altura por debajo de los centrales o incluso a su misma altura, cuando ambos defensores se abren para darle mayor amplitud en salida, mostrándose en ese momento Maignan como el jugador más cercano al receptor del balón.
La primera intención de conectar con el portero es darle continuidad al juego con un pase corto o buscando filtrar a la zona de centrocampistas. Pero si la presión rival es rápida y no encuentra ese primer pase que pueda darle ritmo al juego, el arquero milanista tiene siempre la opción recurrente de golpear en largo buscando a los atacantes en campo rival.
Presencia ofensiva de los laterales
Una de las grandes bazas ofensivas de los equipos de Pioli radica en la profundidad que dan sus dos laterales. Davide Calabria y Theo Hernández son los encargados de interpretar ese papel en el Milan. Si bien al primero es muy habitual verle realizar desdoblamientos a su extremo, Alexis Saelemaekers, para sacar centros al área.
En el flanco izquierdo, Theo Hernández permanece más tiempo en campo contrario. Esto favorecido por una potencia física que le otorga un gran recorrido tanto en ataque como en defensa. El internacional francés es capaz de eliminar él solo líneas de presión rival con su gran arrancada y conducción, llegando a dar su mejor versión y doblando sus prestaciones tanto a la hora de incorporarse al ataque como cuando tiene que bascular y realizar coberturas a sus centrales (abajo).
Todo eso convirtió a Theo Hernández en el jugador más destacado de la línea de cuatro defensores utilizada por Pioli. Sumó 5 goles y 6 asistencias en la Serie A 2021/2022.
La conexión entre Theo Hernández y Rafael Leão es clave a la hora de entender el juego de ataque del AC Milan. Cuando el lateral francés ofrece amplitud y profundidad por la izquierda, Leão verticaliza aún más su posición, formando en la delantera junto con Giroud o Ibrahimovic.
El jugador portugués tiene una gran capacidad de asociación que ejerce aún con más relevancia cuando tiene el soporte del lateral por fuera. Esa diagonal que realiza en conducción hacia el arco suele tener varios apoyos en los que buscar generar superioridades y poder progresar.
Siempre con Theo Hernández por fuera para fijar a uno de los defensas rivales -unido a la posición del delantero centro que llega a fijar a uno o incluso a dos centrales rivales-, Leão tiene la capacidad para realizar alguna pared por dentro para progresar, abrir a banda para posteriormente buscar el remate en el área o incluso buscar él mismo el disparo desde media distancia. Así, el atacante portugués puede elegir salir por dentro o por fuera, opciones donde ofrece una gran capacidad de regate y una velocidad difícil de contrarrestar.
Un jugador para conectar
El juego entre líneas del AC Milan no es uno de sus puntos fuertes. La verticalidad del conjunto de Pioli prevalece sobre la intención de encontrar al hombre libre a la espalda de los mediocentros rivales. Sin embargo, eso no resta importancia a la figura del mediapunta. Díaz -como se ha señalado, titular bajo este rol hasta su lesión- es un jugador encargado de buscar espacios para girar y asistir a los tres futbolistas más adelantados del equipo (abajo).
La gran capacidad de Díaz para driblar y la potencia de sus piernas le ayudan a imprimirle velocidad al balón cada vez que lo tiene en su poder. Por otro lado, con Kessié como mediocentro más retrasado en la progresión con balón y Tonali ocupando posiciones lateralizadas en ocasiones o más cercanas a la base del juego, la libertad creativa y posicional de Díaz se ha potenciado, encontrándose mucho más cómodo en zonas intermedias que jugando pegado en una banda como ocurría anteriormente.
En ese papel de mediapunta, Díaz, como también Krunic, recurren a la movilidad para estar en continua disposición de que le llegue el balón para ser jugado. Es por ello que la primera línea de juego, más concretamente los centrales, circulan el balón con rapidez para intentar encontrarle entre líneas y con espacio suficiente para que su primer contacto sea hacía delante, eliminando así la presión del rival (abajo).
Fase defensiva y presión:
Como en todos sus equipos, el Milan de Pioli se caracteriza por ser un colectivo agresivo en la presión y sin tiempo para que pueda pensar el rival con el balón controlado.
Así, el técnico italiano da prioridad a que el Milan robe o intente que el rival realice un mal pase en campo contrario antes que defender en bloque cerca de su portería. Esta capacidad para posicionarse lejos de su área, le hace asumir riesgos, ya que deja mucho espacio a la espalda de sus centrales. Pero tiene el beneficio de que si el rival elige intentar salir jugando desde atrás, los de Pioli acumulan muchos futbolistas cerca del balón defendiendo hacía delante (abajo).
En el Milan, los centrales tienen la valentía de saltar a presionar o intentar interceptar el ataque del rival muy lejos de su área. Pierre Kalulu es uno de los centrales que mejor interpreta este papel. Emplea a la perfección sus características de central rápido, agresivo y con capacidad para los retornos en el caso de que no sea capaz de desbaratar la progresión del ataque.
Kessié, pieza clave para el equilibrio
La solvencia defensiva del AC Milán de Pioli ha sido una de las grandes virtudes del equipo italiano. Y es en el equilibrio táctico y físico del equipo donde Kessié tiene un papel protagonista. Hace coberturas a los jugadores que en ocasiones permanecen fuera de posición, como puede ser Theo Hernández o, en menos ocasiones, Calabria.
El centrocampista de Costa de Marfil ejecuta esas coberturas con presiones de largo esfuerzo para que el jugador rival no pueda progresar de manera cómoda. También puede cortar toda posibilidad del rival de contraatacar cuando los rossoneri están en campo contrario y con un gran espacio a sus espaldas.
Ese equilibrio táctico de Kessié está igual de bien compenetrado por sus dos compañeros posicionados más en un costado, como son Tonali o Bennacer. Si bien cualquiera de los dos futbolistas nombrados anteriormente tiende más a defender de manera zonal y juntándose en un bloque organizado; es Kessié la pieza que rompe con esa organización, ya que cuando ve una posibilidad de robar un balón no duda en salir a por él (abajo). En el caso de no conseguir su primer fin, el jugador africano es igualmente capaz de replegar con rapidez para solventar la posible desventaja.
Dentro de la organización defensiva, el 4-3-3 de Pioli en ocasiones también intercambia al 4-2-3-1 en función de la posición de ataque que tiene el rival. Mientras Giroud es el encargado de dividir la presión entre los centrales, el resto de jugadores de ataque y del centro del campo se emparejan para igualar por dentro y provocar el pase erróneo del oponente.
De esa manera los extremos del AC Milán se juntan a los laterales rivales y los tres centrocampistas marcan al hombre a los mediocampistas rivales. Un modelo defensivo que le ha permitido a los rossoneri conseguir el equilibrio necesario para alzarse con la Serie A 2021/2022.