gerardo martino
Inter Miami, 2023-Presente
Cuando llegué a Atlanta en 2016, fue un refugio para mí. Después del Barcelona y la selección argentina los años anteriores, quería estar desaparecido para el mundo. Fuera de foco, pero sin dejar de trabajar y competir.
Fue mucha la exposición mediática que tuve en el Barça y Argentina, y acabé cansado de historias que, incluso en muchas ocasiones, no hizo falta ni siquiera que el periodista escribiera el titular. Salían y eran seguidas por todos.
Pero también hay historias que, según convenga o no, uno a veces uno las deja correr por interés propio. Una de las historias que yo he dejado correr sobre mí es esa que habla de que en mis últimos años de jugador veía los partidos de la NBA desde la óptica de un futuro entrenador de fútbol. Que anotaba en mi cuaderno todo lo relacionado con la táctica, los entrenadores, los movimientos de los jugadores... Sin embargo, no había nada de eso. Veía la NBA porque siempre me ha gustado el baloncesto.
En mi cuaderno de notas solo había números. Me gusta conocer los minutos de juego de cada jugador, los que más anotan, el que más rebotes tiene... Me gustan las estadísticas y controlar ese tipo de datos. Pero nada que estuviera relacionado con la visión de un futuro entrenador.
Pero bueno, es una historia que yo dejé correr porque no hacía daño. Y, tal vez sí, digamos que podía darme un puntito más interesante como entrenador.
También está la historia de mis influencias como técnico, y lo que se llama el sello ‘Bielsista’. Aunque yo prefiero verlo de otra manera. Nosotros, y cuando hablo de nosotros me refiero a mis compañeros de Newell's Old Boys, tuvimos grandes entrenadores en la época entre los años ochenta y los noventa. Entre esos entrenadores estuvieron Juan Carlos Monte, Jorge Solari y José Yudica. Con Yudica, por ejemplo, ganamos un gran campeonato. Para mí el mejor equipo en la historia de Newell’s. De ese modo, más que ‘Bielsista’ me considero de esa camada de entrenadores. Más influídos por los Yudica, Solari o Monte.
Después es cierto que llegó Marcelo Bielsa. Y ahí se hizo en Newell’s una conjunción entre los jugadores con más años y la gente joven que llegó desde la base. Por eso creo que hay muchos chicos que tienen una influencia mayor de Marcelo. Es el caso de Mauricio Pochettino, Eduardo Berizzo o Fernando Gamboa, entre otros. Muchachos que conocían a Marcelo incluso de divisiones inferiores, y, evidentemente, ellos tienen mucho más derecho a decir y a sostener que están influenciados por la idea de Marcelo que yo.
"Fue mucha la exposición mediática que tuve en el Barça y Argentina, y acabé cansando de historias que, incluso en muchas ocasiones, no hizo falta ni siquiera que el periodista escribiera el titular"
Al margen de eso, sí me quedé de Marcelo su capacidad para cambiar ciertos hábitos de un jugador veterano, como era mi caso. Algo que no es fácil de conseguir como entrenador. Me lo dejó claro en un primer encuentro que tuvimos. Si quería jugar, debía dar mucho más de mí. Y lo hice.
De Marcelo también me queda la conexión que existe con él en mi paso como entrenador. ¿Por qué? Primero fui ayudante de campo de Carlos Picerni, quien a su vez había sido el ayudante de Marcelo en Newell’s. Yo estaba en mis últimos pasos como entrenador en Barcelona de Ecuador, y Carlos me llamó para que me incorporara con él en el proyecto de Platense en 1996. De ahí esa conexión con Marcelo.
Cuando Carlos me llamó no lo dudé. Dejé de jugar y así pasé al otro lado.
Más tarde, en un momento dado, le comenté a Carlos que tenía aspiraciones de empezar como primer entrenador, y que además me iba a ver el Mundial de Francia en el 98. Y allí, en Francia, me comunicaron de Almirante Brown la posibilidad de entrenar al equipo. Estaba en Segunda, pero era un club muy ordenado y con una buena estructura para trabajar. Llegamos a un acuerdo bastante rápido y nos pusimos un poco a trabajar. Y así comenzamos el periplo desde la Segunda de Argentina, que también continuó después siendo entrenador de Platense y de Instituto de Córdoba.
La siguiente etapa fue Paraguay. Un lugar en el que encontré el acomodo que seguramente no habría tenido en Argentina en ese momento. Eso me llevó a entrenar a la selección del país en 2007, después de dirigir los años anteriores a Libertad y Cerro Porteño. También con una estancia en Colón en Argentina entre medias.
"más que ‘Bielsista’ me considero Más influido por los Yudica, Solari o Monte. ENTRENADORES QUE TUVE EN MI ETAPA DE JUGADOR EN NEWELL'S"
Ese bagaje por clubes de la importancia de Libertad y Cerro en Paraguay me dio ventaja para construir una selección sólida, con un grupo de futbolistas comprometidos que interpretaron rápidamente hacia dónde íbamos. Conseguir eso es el ideal de todo entrenador, porque lo difícil es poder lograrlo en una selección, donde tienes muy poco tiempo para trabajar con los jugadores.
Nosotros conseguimos grandes cosas, sin embargo, nos quedamos a centímetros de hacer historia por cuestión de detalles. Los cuartos de final ante España en el Mundial 2010, con el penalti atajado de Iker Casillas (España ganó 1-0 el partido) o perder la final de la Copa América en 2011. Pero bueno, eso es algo que me ha pasado en mi carrera como entrenador. He conseguidos muchas cosas, pero podrían haber sido muchas más de no haberme quedado a centímetros de ello.
Así pasó también con Newell's en 2013, donde llegamos hasta las semifinales de la Copa Libertadores, o más aún en el Barcelona, con un gol legal anulado —por entonces no había VAR— en el último partido de la Liga ante el Atlético de Madrid (los rojiblancos ganaron el título tras el 1-1) la temporada 2013/14, que nos habría dado el título.
No muchos entrenadores pierden un título así, ¿no? Sin embargo, ese momento creo que fue reflejo de todo el año que viví en Barcelona. Sin duda el más duro de mi carrera.
Esa temporada, tomé un equipo en el que estaban los mismos futbolistas que habían cambiado el rumbo del fútbol mundial con su juego. Sin embargo, ya no eran lo de antes. Mientras trataba de recuperar ese nivel de juego que se había perdido más debido a un bajón del juego que a lo cronológico, hablo de la edad de los jugadores, también tuve que manejar todo lo que había alrededor del equipo.
"SON MUCHAS VECES LAS QUE ME HAN PREGUNTADO: '¿Cómo es entrenar a Messi?' Y yo siempre tengo la misma respuesta: 'Un jugador fuera de categoría en el campo. El mejor. Pero una persona normal fuera de él'”
No obstante, tengo la tranquilidad de que el gol que nos anularon en la última jornada de Liga era legal, y eso nos habría dado el campeonato. Me lo dijo así un año después, en 2015, Mateu Lahoz, el árbitro de ese partido ante el Atlético de Madrid en el Camp Nou.
Fue una coincidencia encontrármelo. Yo estaba en una gira por Europa viendo partidos de la selección argentina, llevaba un año como seleccionador, y fui a Wolfsburgo a ver un partido del Napoli, con el objetivo de seguir a Gonzalo Higuaín. Ahí me encontré a Mateu y me lo dijo él. Así que tengo esa tranquilidad. Por otro lado, tampoco creo que haber ganado esa Liga habría evitado salir del Barcelona ese verano. Un entrenador intuye ese tipo de cosas por cómo fue todo el año.
Al final, esto es fútbol y esas cosas pasan. No le di más vueltas. También para entonces, cuando Mateu me confesó eso, yo ya estaba centrado plenamente en la selección argentina. En la gestión de un ciclo que mezcló mucho de la etapa del recordado Alejandro Sabella y nuevos jugadores.
Si uno mira los datos de Argentina entre 2014, 2015 y 2016, ve que jugaron 19 partidos de las dos competencias más importantes: siete del Mundial y doce de dos Copas Américas. Y en ese tiempo, no perdieron ningún partido en noventa minutos. Pero tampoco ganaron ningún torneo.
"En el último descanso que tuve en casa después del Mundial 2022, entre varias ofertas, llegó la de Boca Juniors. SIN EMBARGO, No casaban las necesidades de Boca con las mías"
Argentina perdió con Sabella la final del Mundial en la prórroga contra Alemania y las dos Copas América conmigo perdimos la final en los penaltis. Cosa que ahora cambió, porque ahora las tres últimas competencias más importantes (Copa América, la Finalissima y el Mundial) Argentina las ganó.
Cuando se llegan a las finales, lo que determina cómo se cuenta la historia es si ganaste o si perdiste.
En Argentina, también tuve que manejar dos caras como entrenador. Las parte futbolística funcionaba bien, pero la selección vivía bastante convulsionada en lo institucional. Había un desorden político que reinaba en el fútbol argentino y ahí tuve la obligación de analizar esa parte también, porque el fútbol no es una isla que se maneja sola por su cuenta.
En julio de 2016 entendí que no había motivo para seguir insistiendo y quedarse, porque no veía la luz al final del camino. Así que renuncié. Siempre he sido muy claro en las decisiones que tomo.
"Cuando se llegan a las finales, lo que determina cómo se cuenta la historia es si ganaste o si perdiste"
Fue igual en la selección de México. Incluso en momentos de bonanzas, con la posibilidad de charlar sobre mi renovación con la selección después del Mundial, siempre fui sincero con la dirigencia. “Todo está sujeto a lo que pase en el Mundial”, les dije. Y después pasó lo que pasó. No nos alcanzó.
Y para una selección que en las últimas siete citas mundialistas había llegado a octavos de final, no deja de verse como un fracaso caer en la fase de grupos. Con ese resultado, evidentemente uno pierde el derecho a poder continuar. Creo que tengo suficiente autocrítica para poder saber cuándo termina una cosa y cuándo todavía tiene algo más de vida.
En los tiempos de pausa, es decir, cuando sales de un equipo y esperas llegar a otro, siempre me ha gustado ir a casa. Estar con mis hijos. Esta última vez, después de la etapa de México, mucho más con mis nietos. Lo que no cambia, por suerte, es que en ambas etapas siempre está mi esposa. Creo que es necesario pasar un tiempo con la familia. También para hacer un análisis de cómo fue todo.
En medio de esos descansos, suelen llegan ofertas. En el último descanso que tuve en casa después del Mundial 2022, entre varias ofertas, llegó la de Boca Juniors. Lo consideré seriamente y me parecía una buena posibilidad.
cuando llegué a Estados Unidos en 2016, Atlanta fue mucho más para mí que fútbol. Me ofreció una nueva vida como entrenador. Creo que esta vez es igual con Inter Miami"
Sin embargo, cuando empecé a analizar las situaciones que iban a pasar en Boca, más relacionado con lo externo que con lo interno — el equipo —, y vi todo este alboroto que se arma siempre alrededor de las grandes instituciones cuando están punto de provocar un cambio, determiné que no era el momento.
No casaban las necesidades de Boca con las mías. Pero esa conjunción sí se dio con Inter Miami. Y con volver a la MLS.
Como dije al principio, cuando llegué a Estados Unidos en 2016, Atlanta fue mucho más para mí que fútbol. Me ofreció una nueva vida como entrenador.
Conservé una calidad de vida, pero sin dejar de trabajar en lo que a uno le gusta y sin dejar de competir, porque la MLS es muy competitiva. Ahí logramos construimos un equipo desde cero —era el primer año de la franquicia— que ganó el campeonato la temporada después, en 2018.
También promocionamos a grandes jugadores, como Miguel Almirón. “Acompáñame dos años, que vas a ir a jugar a Europa”, le dije para que firmara con Atlanta. Y se dio así, porque después lo vino a buscar el Newcastle.
Creo que esta vez es igual con Inter Miami. Vuelve a ser un refugio para mí por todo lo que viví en una etapa tan larga y exhausta con la selección de México. Pero también es igual mi ambición.
Además, ahora vuelvo a tener a Messi. Son muchas las veces que me han hecho la misma pregunta sobre él. “¿Cómo es entrenar a Messi?” Lo hice antes en en el Barcelona y en la selección argentina. Y yo siempre tengo la misma respuesta: “Un jugador fuera de categoría en el campo. El mejor. Pero una persona normal fuera de él”. Eso, sin duda, facilita a los entrenadores trabajar con él.
Como hice en Atlanta, quiero construir a Inter Miami en un equipo que pueda ser campeón. Quiero formar parte de la historia de este club.
Y estoy seguro de que Leo nos ayudará a conseguirlo.